Traducido para Rebelión por Nadia Hassan**. Revisado por Paloma Valverde***
Imagine esta escena: una manifestación en algún lugar de Cisjordania contra la ocupación y el apartheid. Los colores rojo, verde, blanco y negro vuelan al unísono sobre las cabezas de centenares de personas reunidas por una causa, mientras la policía antidisturbios, fuertemente equipada, forma una barricada siguiendo un orden marcial y desalmado; las consignas de justicia, libertad y paz se oyen más y más a medida que aumenta la agitación y al igual que la frustración. Entonces, de repente, comienzan los golpes.
Ustedes esperarían que los atacantes pertenecieran a las autodenominadas Fuerzas de Defensa Israelíes. ¡Ay!, señoras y señores, se equivocan. Demos la bienvenida al sionismo palestino.
Soy plenamente consciente de lo que este término implica. Implica lo que significa. Sí, el sionismo palestino existe y su expresión más elaborada llega en la forma de un presidente. El Presidente Mahmoud Abbas. La Autoridad Palestina (AP) está dirigida por sionistas palestinos; sus operaciones cuentan con el apoyo de sionistas palestinos y sus políticas tienen como objetivo animar a más sionistas palestinos.
La aparición de traidores y colaboradores en los círculos internos de los movimientos de resistencia no es rara. Por lo general, se trata de un elemento indigno dentro de la resistencia que, por cualquier razón, decide −o es inducido por el enemigo para− dividir, desmantelar y, en última instancia, destruir la propia resistencia.
En 2005, la comunidad internacional pidió a los palestinos, que viven bajo un régimen de ocupación, que se comprometieran con la democracia. Y, a diferencia de la mayor parte del mundo árabe, la democracia se aplicó en enero de 2006. Sin embargo, la inesperada victoria de Hamas, el movimiento de resistencia islámica, causó un terremoto en la región. Su triunfo fue rechazado por Fatah y por la comunidad internacional. Posteriormente, mediante un embargo comercial, económico y político sistemático, aislaron del resto del mundo al gobierno elegido. Tras varios amargos enfrentamientos, Mahmoud Abbas y compañía se declararon a sí mismos el «legítimo» gobierno del pueblo palestino en Cisjordania, ahondando aún más en una división entre Gaza y el resto de la nación palestina.
Al mismo tiempo que intentaban hacer calar en las mentes la separación física del pueblo palestino ocupado −Fatah en Cisjordania frente a Hamás en Gaza−, se produjo una separación psicológica. Por primera vez en 60 años, la Qadiyat Filisteen (la causa palestina), conocida por su unidad contra la fuerza ocupante, estaba en peligro de perderse a sí misma en la política. Hace diez años, nadie podía haber previsto esta brutal división impuesta al pueblo palestino. Y han sido los traidores sionistas palestinos quienes más se han beneficiado.
Por ejemplo, pensemos en una de las cuestiones esenciales de la causa palestina: el Derecho al Retorno de los refugiados. En una reciente conferencia celebrada en Siria, Farouk Al-Qaddumi y Hani Al-Hassan, altos dirigentes de Fatah, fueron duramente criticados por funcionarios de rango superior de la OLP / Fatah por asistir el evento. La iniciativa se llegó a denunciar por contraria a la posición ideológica del partido. Según Jalid Amayreh, periodista residente en Ramala, «La AP no se opone expresamente a lo que se dijo en Damasco», a pesar de que los críticos sostienen que Mahmoud Abbas y sus colaboradores no son sinceros acerca de su declarado compromiso con el Derecho al Retorno. De hecho, según Ehud Olmert, Primer Ministro israelí, Abbas habría dicho en más de una ocasión que los palestinos aceptarían cualquier «resolución justa y negociada» sobre la cuestión de los refugiados. Esto supone una clara desviación de la antigua posición de la OLP según la cual la resolución sobre la difícil situación de los refugiados tendría que estar en conformidad con la Resolución 194 de Naciones Unidas, que exige tanto la «repatriación como la indemnización». ¿Quién le ha dado a Abbas y a su gobierno derecho para hablar en nombre de cinco millones de palestinos en la diáspora?, no tengo idea… excepto si pensamos en quién se beneficia de la renuncia al Derecho de Retorno.
Donde Hamás no ha logrado unir ideológicamente al pueblo palestino −y se ha aislado en el proceso− la AP sencillamente los ha vendido. Los palestinos en Cisjordania se han convertido en uno de los pueblos peor gobernados, peor tratados y menos representados en el mundo actual. La AP se ha convertido en un agente del Estado de apartheid de Israel, proceso que se aceleró con la muerte de Arafat. La totalidad de sus políticas han ido contra el pueblo palestino: las amenazas constantes, el silenciamiento de todas las voces disidentes, el comportamiento brutal de su fuerza de policía mediante detenciones masivas de civiles y el vandalismo contra sus propiedades, ha reducido su papel al de Estado policial, un Estado policial que afianza las políticas a largo plazo del Estado de apartheid de Israel en la región.
La corrupción de la AP ha alcanzado niveles impensables. Además del incremento del uso indebido de los fondos públicos para el enriquecimiento personal, muchas figuras políticas de Fatah han aumentado sus fortunas con la ocupación del Estado de apartheid de Israel. En 2004, una comisión parlamentaria palestina descubrió que Ahmed Qurei −auto-proclamado Primer ministro de la AP− ayudó a la construcción del Muro de Apartheid en Cisjordania. La empresa de su familia, Al-Quds Cements, envía a Israel el cemento desde Egipto por barco. El comité averiguó que este cemento, se utilizó específicamente en la construcción del Muro.
Mientras la masacre de Gaza continúa a manos del Estado de apartheid de Israel, los términos «medidas defensivas» y «protección de los ciudadanos en el sur de Israel contra los cohetes de Hamas» se mencionan como los principales motivos de los ataques. Sin embargo, nadie en la AP denuncia la verdadera naturaleza del régimen como el motivo real detrás del genocidio en Gaza. En el año 2000, se descubrieron grandes reservas de gas natural en la costa de la Franja. La explotación de estas reservas de gas iba a ser gestionada por tres grandes empresas, con la aprobación del gobierno de Israel. Según un estudio realizado por Michel Chossudovsky, de Global Research (un grupo de investigación y medios de comunicación independientes, con sede en Canadá), «Mediante un acuerdo firmado en noviembre de 1999 en Atenas con la AP, se concedieron los derechos de exploración de petróleo y gas a British Gas (BG) y a Internacional Consolidated Contractors Company (CCC) por un período de 25 años. Los derechos sobre los yacimientos de gas en alta mar son, respectivamente, de BG (en un 60 por ciento), de CCC (en un 30 por ciento) y del Fondo de Inversiones de la Autoridad Palestina (en un10 por ciento). El acuerdo AP-BG-CCC incluye la explotación y la construcción de un gaseoducto». El proyecto del gaseoducto tiene como objetivo crear un corredor de energía en el Levante que una Gaza a la ciudad portuaria turca de Ceyhan.
De hecho, uno de los elementos que controlaba Gaza antes de la victoria de Hamas es Mohammed Dahlan, miembro de Fatah y del Consejo Legislativo Palestino. En toda Palestina y en todo el mundo árabe es bien conocido por sus estrechos vínculos con la CIA y el Shin-bet (Mossad). La relación de Israel con Dahlan se remonta hasta 1994, cuando se crearon las brutales Fuerzas de Seguridad Preventiva. En lugar de unir a los palestinos, se implicaron en actos de violencia e intimidación contra los críticos, periodistas y miembros de grupos de la oposición, encarcelándolos −en ese entonces− durante semanas o meses sin acusaciones formales. Desde entonces, según Electronic Intifada, un número [no determinado] de presos ha muerto en circunstancias no aclaradas durante o después del interrogatorio por las fuerzas de Dahlan.
El control ilegítimo del gobierno [de Hamás] por parte de la AP, las tácticas coercitivas utilizadas por sus brutales fuerzas policiales contra el pueblo palestino, el comercio y los acuerdos económicos con empresas multinacionales occidentales y regionales para su beneficio y las políticas puestas en marcha, que sirven a las ambiciones del Estado de apartheid de Israel, definen, todas ellas, la auténtica naturaleza de la AP. Como un régimen clientelista al servicio del Estado de apartheid de Israel, el objetivo de la AP es lograr la capitulación y la liquidación de todos los derechos de los palestinos, la normalización incondicional con un régimen de apartheid, con el fin de proteger y consolidar la ocupación sionista y ayudar a que el Imperio estadounidense que logre todos sus objetivos hegemónicos y geopolíticos regionales.
Al hacer un recuento del historial de la AP, sólo se puede llegar a una conclusión: que en realidad es un agente del Estado de apartheid de Israel. Al igual que los reyes de Sudáfrica, a quienes los blancos les dieron el poder para controlar a las masas; al igual que los corruptos jefes nativos americanos, quienes fueron sobornados con dinero para que el movimiento de Primeras Naciones perdiera poder y quedara ahogado en las drogas y el alcohol; al igual que la elección de una élite corrupta escocesa (nobles) para sofocar el movimiento de resistencia por una Escocia libre del [control del] trono Inglés y, muy irónicamente, al igual que el Judenrat, nombrado por los nazis para vigilar a sus compañeros judíos en el Ghetto de Varsovia de camino hacia los campos de concentración que asesinaron a millones, la AP está destruyendo la causa Palestina mediante la firma de acuerdos que sólo les benefician a ellos mismos.
Han ido tan lejos como para sacrificar a los miles de muertos y heridos de Gaza y para intentar silenciar a las masas en Cisjordania, que se manifiestan contra el actual genocidio del Estado de apartheid de Israel.
En cuanto a la escena del primer párrafo no es ficción. Se trata de un suceso real que ocurrió en la entrada principal de la Universidad de Birzeit, en Ramala, el 5 de enero de 2009, día en el que 200 estudiantes se manifestaron en apoyo de sus compatriotas que estaban siendo masacrados en Gaza por el Estado del apartheid de Israel. Los estudiantes avanzaron en dirección a un puesto de control israelí, pero un grupo de más de 300 policías antidisturbios palestinos armados con palos los bloqueó. La policía golpeó a algunos estudiantes. Al menos cinco manifestantes fueron introducidos arrastras en las furgonetas policiales. En toda Cisjordania se ha informado de noticias como estas. Lo que el Estado de apartheid de Israel solía hacer, ahora lo hacen los sionistas palestinos.
Joseph Addison, ensayista inglés del siglo XVII, escribió en su obra de ficción más conocida, Catón:
«¿No hay ninguna maldición preparada, algunos truenos ocultos en la trastienda del cielo, rojo de ira desmedida, para aplastar al hombre que debe su grandeza a la ruina de su país? [1]
Al reprimir a su pueblo, estos sionistas palestinos se han deslegitimado a sí mismos como representantes del pueblo palestino de manera categórica.
Notas:
1.- Catón, acto I, escena I, conversación entre Marcus y Portius. Habla Marcus. [N. de la T.]
*Mohannad El-Khair, palestino, se trasladó a Dubái después de haber vivido en Canadá durante 18 años.
** Nadia Hassan es traductora y miembro de Rebelión y del equipo editor de Tlaxcala.
*** Paloma Valverde es traductora y miembro de Rebelión y de la Campaña Estatal contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq (CEOSI, www.iraqsolidaridad.org)
Fuente: http://www.palestinechronicle.