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Crónica de una prepotencia anunciada

El Sr. Rosell y sus recetas como Presidente de la CEOE

Fuentes: Rebelión

Mientras el Sr. Rosell hace responsables a los funcionarios, parados, contribuyentes o estudiantes, de esta crisis, se le ha olvidado mencionar recetas tan poderosas como la necesidad de no especular ni alterar el precio de las CDS; de no consentir que, en base a esto, las Agencias de Rating denominen bonos basura a los activos […]


Mientras el Sr. Rosell hace responsables a los funcionarios, parados, contribuyentes o estudiantes, de esta crisis, se le ha olvidado mencionar recetas tan poderosas como la necesidad de no especular ni alterar el precio de las CDS; de no consentir que, en base a esto, las Agencias de Rating denominen bonos basura a los activos de los diferentes Estados y por consiguiente, de que su prima de riesgo no se eleve a las alturas con respecto a la de Alemania, con el consiguiente perjuicio para la clase trabajadora, a través de las tan conocidas medidas de ajuste.

Espeluznada me he quedado hoy al leer el testimonio de Joan Rosell, Presidente de la CEOE. No sabía si estaba soñando, si me había sentado mal la comida o, simplemente, me había pegado un atracón de chuches o gelocatiles al analizar las recetas contra la crisis, que el Sr. Rosell, a la sazón Presidente de la Patronal, estaba dando en su discurso, con ocasión de las jornadas organizadas por ‘El Economista’ y la consultora Ernst & Young.

Resumo alguna de las joyas, dichas por el Sr. Rosell, tomando como fuente al diario «El Mundo» en su edición del 18 de julio de 2011:

  1. Denuncia a los funcionarios «prepotentes e incumplidores».

A éste respecto, no sé cómo piensa definir la prepotencia de una enfermera, médico, maestro, inspector de hacienda, abogado del Estado, jueces, personal de justicia, bomberos y demás profesionales públicos que, después de muchos años de preparación, y tras una bajada de su ya limitado sueldo, atienden profesionalmente los derechos y libertades de la ciudadanía .

  1. Critica a los desempleados que «se apuntan al paro porque sí», y ha afirmado que «hay que decirles que no».

¿Decirles que no, cuándo parte de sus cotizaciones han ido a cubrir esa contingencia durante su vida laboral y el sistema está basado en la protección de las personas en una situación no deseada por el trabajador? Anonadada me quedo.

  1. Hay que penalizar también «al inspector de Hacienda cuyas sentencias dan la razón al contribuyente».

¿No se ha parado a pensar el Sr. Rosell que el contribuyente puede tener razón? Miedo me da que, si o si, me penalicen en cualquier caso. ¿Dónde quedan mis derechos como contribuyente en un Estado sometido a la ley y al derecho, como dice la Constitución Española?

  1. » Para conseguirlo hay que cambiar la estructura de los servicios públicos», tras indicar que si él fuera presidente del Gobierno lo primero que haría sería «simplificar y evaluar el sector público y dar aire a las empresas».

¿Qué me quiere decir? ¿Qué el sector privado cubre mejor las necesidades de los ciudadanos, aún cuándo éstas superen el coste de su satisfacción? Por favor, bromas las justas.

  1. » Se debe de luchar contra los que visitan al médico abusivamente, a los que hay que decirles que basta».

¿Abusivamente? ¿Y eso, quién lo mide y cómo? ¿Llegó el momento de penalizar a los trabajadores que, desgraciadamente, se ponen enfermos?

  1. Sobre los jóvenes que no triunfan en sus estudios, Rosell subrayó que «un fracaso se lo consentimos» pero no que «estén 8 años en vez de 5» para acabar una carrera. «No se lo vamos a pagar siempre», agregó.

Vale Rosell. Los alumnos brillantes sí. Aquéllos que tengan problemas, endógenos o exógenos que les impida la brillantez, no. Que se vayan a otra parte que la sociedad no les protege. Has dado en el clavo. No sé cómo definir esto. Será la indigestión que se adueña de mí o la impresión que me ha dado leer tu Curriculum Vitae.

  1. » Estima necesaria una convergencia en los impuestos que se aplican en toda Europa, tanto en el IVA, que en España es más reducido que en otros países, como en el impuesto de sociedades, donde ocurre lo contrario».

Vaya….Que causalidad…aumentar el IVA que pagamos los ciudadanos y disminuir el Impuesto de Sociedades de las Empresas… vamos genial. La redistribución de la renta como principio esencial, brilla por su ausencia. Dicho esto, me gustaría una convergencia en los salarios. Ya puestos, comparemos en términos homogéneos.

  1. Según el presidente de la patronal, «no va a ser nada fácil, nos va a costar muchos sacrificios, a lo mejor pagar más impuestos e igual tener menos servicios, pero esa es la vida, la vida no es fácil».

Claro, claro… ya sabemos que ese es el objetivo. Quedarnos sin servicios públicos (que para eso condenamos a los empleados públicos, oiga) porque la empresa privada tiene la solución (Quién paga, recibe. Quién no, se siente, Morientes).

  1. «Los gobiernos no quieren dar disgustos a sus votantes, pero tienen que decir muchas cosas a pesar de que se vayan a perder muchos votos».

El sacrificio de la clase trabajadora, ante todo. ¿Verdad, Rosell?

  1. «Las soluciones sólo vendrán a través de trabajar mucho, de tener mucho coraje y de hacer muchos esfuerzos». En este sentido, añadió que «es necesaria la reducción de gastos por parte del Estado».

¿Jornadas de 67 horas te valen? ¿O debemos ampliarlas? Y lo responsable, claro, es no esperar un salario medio decentito, que para eso estamos arrimando el hombro. Y por lo que se refiere al gasto del Estado… ¿Te refieres a minorar el gasto social o en infraestructuras (por decir algunos) destinado a la solidaridad entre los ciudadanos? Cada vez me impresiono más. Definitivamente, me ha caído algo mal en el estómago.

  1. El presidente de la patronal defendió también que las empresas son la solución y advirtió que la reducción del paro no va a venir a través del empleo público, sino por parte de las muy pequeñas empresas, medianas y del trabajador autónomo.

De acuerdo en lo segundo y en desacuerdo con lo primero. El empleo público, gestionado de forma eficiente, incorpora un valor añadido a la sociedad, garantiza los derechos y libertades de los ciudadanos y son un pilar básico del Estado de Bienestar. Con respecto a lo segundo, que se lo digan a la banca, que ha cerrado el grifo para la pequeña y mediana empresa, con cuyo concurso se hubiese garantizado el 80% de los puestos de trabajo de este país. Ya ves.

Estas son las joyas del Sr. Rosell. En esa excelencia que parece caracterizarle, se le ha olvidado mencionar recetas tan poderosas como la necesidad de no especular ni alterar el precio de las CDS (seguros que garantizan el cobro de la deuda sobre un bono del Estado); de no consentir que, en base a ésto, las Agencias de Rating (empresas americanas sin implantación ni control europeo) denominen bonos basura a los activos de los diferentes Estados y por consiguiente, de que su prima de riesgo no se eleve a las alturas con respecto a la de Alemania; de impedir, en consecuencia, que los países se vean obligados a subir el valor de los intereses que pagan por sus bonos para evitar su venta o no compra y, por tanto, el valor de la deuda que pagaremos todos los ciudadanos con las tan reiteradas medidas de ajuste (congelación de pensiones, bajadas de sueldos a los profesionales públicos que velan por los derechos e intereses de los ciudadanos, retirada de ayudas a los parados de larga duración, restricción de derechos laborales con la reforma del mercado de trabajo, restricción en los principios de la negociación colectiva, venta de empresas públicas rentables, como Aena o Loterías del Estado… por decir algo).

Se le ha olvidado al Sr. Rosell mencionar la necesidad de controlar los excesivos sueldos de los directivos de la Banca; se le ha pasado por alto la necesidad de adecuar el sistema impositivo, partiendo de la base de que las rentas de trabajo (aquellas derivadas de ofrecer servicios y productos a la sociedad incorporando un valor añadido) no deberían ser gravadas en más del doble que las rentas de capital (quienes invierten en capitales y bienes porque tienen la suerte de tenerlos). Y de las Sicav, y los paraísos fiscales, ni hablamos… Y por olvidarse, se le ha olvidado plantear la necesidad de poner de manifiesto que, mientras existen alrededor de cinco millones de parados, la banca y la gran empresa (que no las PYMES, ya que éstas no se comen ni un crédito, gracias a las cautelas de los bancos a pesar de estar avalados y protegidos por fondos públicos) están obteniendo grandes beneficios en un momento en el que nos piden ajustarnos el cinturón.

Se le han olvidado tantas cosas al Sr. Rosell que, para este viaje, no se necesitaban esas alforjas. Sr. Rosell, hablando de evaluación y prepotencia, Vd. solito se ha sometido a examen. Ahora queda lo peor: ¿qué nota le ponemos? Un 5 me parece excesivo. Compréndame. Gracias por su responsabilidad, inteligencia, capacidad analítica, humanidad y sensibilidad. La ciudadanía le estará siempre agradecida. Lo digo irónicamente. Vd. es capaz de tomárselo en serio. La vida es así.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.