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El stand by del refugiado palestino

Fuentes: Rebelión

Después de cuatro años de conflicto armado, la población de Siria se ha reducido un 15%, 210.000 personas han muerto, 840.000 han resultado heridas y casi cuatro millones de sirios se han convertido en refugiados. Dentro de esta crisis humanitaria, la población refugiada de Palestina es seguramente la más vulnerable del país, detalla Raquel Martí, […]

Después de cuatro años de conflicto armado, la población de Siria se ha reducido un 15%, 210.000 personas han muerto, 840.000 han resultado heridas y casi cuatro millones de sirios se han convertido en refugiados. Dentro de esta crisis humanitaria, la población refugiada de Palestina es seguramente la más vulnerable del país, detalla Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA España (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina).

Nací en una ciudad con el mayor número de refugiados palestinos del mundo. Desde que abrí los ojos a las cosas, los que me rodeaban aparte de mi familia, eran refugiados palestinos: mis compañeros de escuela, mis vecinos, los trabajadores de la panadería de mi padre, en su inmensa mayoría eran refugiados palestinos. Así era Amman en los 50, 60 y 70 del siglo pasado, por lo que respiraba aire de refugiado. Las frases que más oía cuando se felicitaban las fiestas o en bodas, eran «el año que viene en Palestina». «Inshallah con «Al-Awda» el retorno»… Frases que dejaban un sabor amargo, recordando el status quo del palestino como refugiado, y sabor dulce recordando que tienen tierra a la que aspiran regresar.

Pues la causa palestina es la que más refugiados ha producido, en su inicio eran 750 mil personas, hoy son más de 6 millones. Además son el colectivo de refugiados del mundo que más dura su exilio. Pero hay algo mucho más dramático que se ha añadido a su situación, es que hay refugiados palestinos que son doblemente exiliados a la fuerza y otros triplemente refugiados, es decir, algunas familias fueron expulsadas de sus tierras donde se levantó el Estado sionista (1948), se asentaron en campamentos en Cisjordania (bajo administración jordana) que a su vez y con la ocupación de este territorio por los sionistas en 1967, fueron expulsadas a Jordania. Algunas de estas familias se establecieron en campamentos en Jordania, Siria, Irak y el Líbano. Con la invasión de Irak por la coalición internacional en 2003, muchos palestinos ya refugiados por segunda vez, se vieron obligados a abandonar los campamentos de refugiados y dirigirse a países vecinos (Siria, Jordania) pero otros llegan a América del Sur inclusive.

Si tomamos los últimos flujos de refugiados que están llegando a Europa, vemos que hay una parte importante de ellos que son palestinos del campamento de Al-Yarmuk en Damasco. Podemos encontrar entre ellos familias de triple exilio (Palestina 1948, Cisjordania, Jordania, Siria, Irak…). Su tragedia continúa queriendo alcanzar las fronteras de los países europeos con más prosperidad económica, muchos pierden la vida ahogados en las aguas del Mediterráneo, otros asfixiados en camiones de traficantes de seres humanos, algunos se mueren por agotamiento… toda una desgracia que la llevan de cruz, desde aquel fatal día en que unos países deciden el destino de otro, en una decisión sin consultar a su población, deciden dividir su territorio entre invasores colonialistas y su población autóctona.

El stand by del refugiado palestino dura ya 67 años y no se ve a nadie que esté trabajando por dar solución a su situación aplicando las leyes internacionales. Yo diría que están olvidados y dejados a su suerte por propios y ajenos. Duele y mucho ver familias enteras que se desplazan con lo puesto, arriesgando su vida para escapar de las guerras y las persecuciones. Si no hubiera sionismo, ni déspotas y bandas criminales en la zona, nadie abandonaría su hogar, como dijo un muchacho sirio a los periodistas ya entrando en Europa: «Parad la guerra y no vendremos aquí».

Los palestinos sufren los vaivenes de las políticas locales e internacionales, sin tener nada que ver ni con unos ni con otros. Era y es su destino pagar por los demás, empezó pagando por el racismo que asolaba Europa antes y durante la II Guerra Mundial y en consecuencia se generó el pensamiento colonialista llamado sionismo. Ahora también paga por las guerras de invasiones y civiles que recorren el mundo árabe.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.