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El trabajo no es un derecho, es una necesidad

Fuentes: Rebelión

La huelga no es un derecho, es un medio de lucha. El principal enemigo de la clase obrera es la ideología de la clase dominante, la cual penetra de manera silenciosa, como un virus, en la mente de los trabajadores a través de los medios de comunicación infectando de tal manera al paciente que éste […]

La huelga no es un derecho, es un medio de lucha.

El principal enemigo de la clase obrera es la ideología de la clase dominante, la cual penetra de manera silenciosa, como un virus, en la mente de los trabajadores a través de los medios de comunicación infectando de tal manera al paciente que éste acaba asumiendo como propios los pensamientos inoculados incapacitándolo para la lucha.

Es por tanto urgente y necesario para la clase obrera encontrar una vacuna eficaz con la que combatir esta terrible lacra que diezma nuestras filas y nos debilita día a día.

Como medida profiláctica se aconseja mantener a los niños y adolescentes inmaduros (grupos de riesgo), alejados del televisor, por ser ésta uno de los medios de contagio más frecuente.

Se ha demostrado en númerosos experimentos realizados con esquiroles que la violencia puede ser un antídoto eficaz en determinadas situaciones, aunque no logra eliminar la enfermedad, solo atenuar los sintomas momentaneamente, y debe ser administrada con prudencia debido al riesgo de efectos secundarios y contraproducentes.

Para los jovenes y adultos sanos es aconsejable mantener la higiene informativa y no bajar nunca la guardia pues no existe la inmunización completa contra este mal, permanentemente deberemos desintoxicarnos, desprogramarnos y desaprender pues estamos expuestos de manera continua a la acción del virus que está presente por todas partes.

Debemos ser hipercríticos con nosotros mismos y con nuestros compañeros de lucha y contrastar nuestras ideas e intentar dar la mayor difusión posible a las que nos ayuden mejor a combatir la ideología del enemigo.

Una de los discursos que pienso que debemos combatir con más firmeza, es el de los «derechos», tal como ha demostrado la última huelga general del 29-S este discurso favorece al poder y perjudica a la clase trabajadora. Hay que cambiar el discurso de los derechos por el discurso de la lucha.

Como afirmo en el encabezamiento de este texto, el trabajo no es un derecho, es una necesidad. Sí, es cierto, la constitución española reconoce el derecho al trabajo, pero ¿no es cierto que en España hay más de 4 millones de parados, cifra que no para de crecer, muchos de los cuales llevan más de un año sin trabajo y otros muchos tienen a todos los miembros de su familia en paro y el gobierno lo reconoce en sus propias encuestas? ¿Por qué tanto énfasis en garantizar el derecho al trabajo de los esquiroles en 1 día de huelga general cuando no son capaces de garantizar ese mismo derecho a millones de ciudadanos durante el resto del año?

Digámoslo claro: los esquiroles no tienen derecho a trabajar, por utilizar un símil futbolístico eso sería como decir que el R. Madrid tiene derecho a meterle un gol al Barça. No, el R. Madrid tiene derecho a jugar al fútbol y a luchar por intentar ganar el partido, pero para evitar que lo haga está el Barça.

Nuestro deber es conseguir que no se trabaje en un día de huelga, el que realmente quiera trabajar ese día que luche por trabajar como nosotros luchamos por el éxito de la huelga pero que tenga claro que esto es una lucha y nos tendrá enfrente.

El discurso de los derechos está intimamente ligado al dicurso de la libertad, el concepto de libertad está muy contaminado y es preciso poner las cosas en su sitio también en este campo.

La libertad suele interpretarse vulgarmente como «poder hacer lo que me de la gana» y también como algo que te dan y te quitan desde fuera. Pero esa no es la verdadera libertad. Nelson Mandela pasó 27 años de su vida en la cárcel, pero probablemente no hubo un hombre más libre que él en toda Sudáfrica en aquellos años, como es sabido el gobierno del apartheid le ofreció en más de una ocasión una salida personal a su situación de reclusión que él no aceptó, pues se había asumido (se había «elegido», eso es la libertad) a sí mismo como líder de su causa).

La libertad no es algo que te dan, la libertad es algo que tienes y nadie te puede quitar sin tu consentimiento.

La libertad en un día de huelga general consiste en elegirte a tí mismo del lado de la huelga o de los esquiroles, y al elegirte a ti estás eligiendo al mismo tiempo el mundo en el que quieres vivir.

La huelga no es un derecho, es un medio de lucha . Sí, es verdad, la constitución española reconoce el derecho a la huelga, pero la huelga no es una concesión graciosa que los gobernantes han hecho a los trabajadores, sino que es una conquista fruto de la lucha y del sacrificio de muchos trabajadores que fueron asesinados, encarcelados, torturados…

Nada de lo que tenemos los trabajadores como clase nos lo han regalado sino que lo hemos tenido que ganar a pulso.

Si los primeros trabajadores que hicieron huelga hubieran esperado a tener «derecho» a hacerla nunca habría llegado ese momento, eso no debemos olvidarlo, ese es el espíritu del acto revolucionario y no podemos renegar de él pues es el único que nos ha permitido progresar en la historia. No se trata solo de actuar dentro del orden establecido en cada momento sino de ir más allá, de transformarlo, de transcenderlo para llegar a un mundo mejor. Pero para transcenderlo hay que transgredirlo, hay que violentarlo, es necesario un acto de violencia revolucionaria que permita romper los muros del sistema que nos mantienen prisioneros, como un polluelo debe romper el cascarón para continuar su desarrollo fuera de él, así debemos nosotros romper los límites que nos impone el capitalismo o pereceremos como el polluelo que no tenga fuerzas para romper el cascarón.

Y el primer muro que debemos romper, (el mas intangible e invisible pero el más infranqueable) es el muro ideológico, una vez hallamos superado esa barrera lo demás será relativamente fácil.

¡VIVA LA LUCHA OBRERA! ¡VIVA LA REVOLUCIÓN!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.