El contexto que nos sirve como punto de partida para el análisis de la confrontación Cuba-EE.UU. en el contexto europeo, se remonta al período de la segunda mitad de los años 80.Partimos de considerar que el período 1986-1996, constituyó un momento crucial en la formación del contexto en que aún se desenvuelve el enfrentamiento entre […]
El contexto que nos sirve como punto de partida para el análisis de la confrontación Cuba-EE.UU. en el contexto europeo, se remonta al período de la segunda mitad de los años 80.Partimos de considerar que el período 1986-1996, constituyó un momento crucial en la formación del contexto en que aún se desenvuelve el enfrentamiento entre ambos países.
Durante el período señalado, tuvieron lugar acontecimientos que generaron el fenómeno que hemos denominado como el «cambio de foco» de la política de EE.UU. hacia Cuba, así como el impacto que este tuvo en las relaciones entre Cuba-Unión Europea y para las relaciones internacionales de Cuba, en sentido general.
Mientras la Revolución Cubana fue percibida como un proceso consolidado en lo interno y con un gran activismo internacional, la política norteamericana enfocaba principalmente su atención sobre la presencia internacional de la Isla. Pero durante la década mencionada (1986-1996) tanto en Cuba, como en su entorno, comenzaron a desplegarse acontecimientos, que implicaron serias dificultades, las que afectaron mucho a la Isla, sobre todo, internamente, poniéndola al borde del derrumbe de su proceso revolucionario socialista.[1]
Se formaron durante el período variables que aún continúan determinando el contexto en que se desenvuelve la confrontación con EE.UU. y su política.
El año 1986, marca el inicio de un período difícil para Cuba, con el comienzo de las dificultades en el intercambio económico y comercial con sus aliados socialistas europeos de entonces, los que hasta esos momentos habían constituido una retaguardia económica segura de la construcción socialista en Cuba.
Todo comienza porque en la llamada Glasnost y la Perestroika en la URSS, principal aliado estratégico de Cuba, los procesos que comenzaban a ser vividos, se daban de narices con el llamado «Período de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas» en la Isla. No existía coincidencia alguna entre cómo Cuba planeaba y asumía la solución de sus dificultades internas, y cómo pretendía hacerlo su aliado estratégico principal.[2]
Todos esos años, desde 1986 en particular, hasta 1989, las relaciones económicas con los socialistas se deterioraban, con la URSS también, aunque más lentamente, y la economía cubana comenzaba a entrar en un período de fuertes dificultades.[3]
En 1989 tiene lugar lo que se ha denominado como el «Verano Caliente», cuando a la altura de junio de ese año, comienzan en Cuba las llamadas Causa 1 y Causa 2, como consecuencia del descubrimiento de los casos de corrupción y narcotráfico en los que estaban involucrados altos oficiales del Ministerio del Interior y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, entre ellos, un héroe de la República de Cuba. Coincidentemente ello con el agravamiento de la situación económica, que ya venia avanzando.[4]
En 1989 también estalla la crisis económica más desastrosa del período revolucionario, la que en 1993 aún tuvo su peor año.
En 1991, después de un prolongado período de inestabilidad interna y de la ocurrencia de un golpe de estado, la URSS se derrumba como estado socialista multinacional.
El comercio de la URSS con Cuba, en 1992, se derrumba definitivamente, reduciéndose en un 75%, de 8,500 millones, aproximadamente a 1200.
Ya en 1992, Bush (padre) presionado por W. Clinton, durante la campaña presidencial, aprueba la llamada Ley Torricelli, eliminando el comercio de Cuba con filiales de empresas norteamericanas en terceros países. Generando a su vez un entorno propicio para la actividad subversiva interna en Cuba.[5]
Cuba, en 1994 logra detener la crisis,[6] comenzando un crecimiento económico en 1995. De modo que en 1996, después de las provocaciones de las avionetas de «Hermanos al Rescate», derribadas el 24 de febrero del mismo año, W. Clinton, aprovechando la ocasión, firma la llamada Ley Helms-Burton, paquete legislativo contra Cuba, que ya había sido introducido en el congreso desde 1995. Su objetivo principal, frenar el proceso inversionista de Cuba, en coordinación con el capital extranjero.
En particular, la Ley Helms-Burton, al quitar al presidente la prerrogativa de levantar el bloqueo y ponerla en manos del congreso, produjo un cambio importante en el proceso de formulación y ejecución de política hacia Cuba.
En 1996, en octubre, el entonces presidente de España, José María Aznar, en total contubernio con la política de EE.UU., introduce la denominada «Posición Común Europea» contra Cuba. Esta tenía como objetivo apoyar a la Helms-Burton en su afán de presionar a la Isla, obstaculizando al máximo su proceso de reinserción económica internacional y poniendo condiciones políticas para conceder el llamado «Acuerdo Marco» a la Isla.
Produciéndose así, en el corto período de 10 años, la acumulación de una serie de acontecimientos negativos, que amenazaban con derrumbar a la Revolución Cubana, y que hubieran sido suficientes para lograrlo, si Cuba, en los más de 25 años previos de relaciones económicas con los países socialistas europeos, no hubiera sido capaz de acumular las potencialidades que finalmente la salvaron de la debacle.
Si fuésemos a caracterizar muy sintéticamente cómo fue la vida de los cubanos, que permanecieron en la Isla durante esos años, no seria ético ni justo, deseárselo, ni aun a nuestros peores enemigos. Por lo que no sería exagerado decir, que la heroicidad de nuestro pueblo, ha sobrepasado todos los límites imaginables. A los cubanos mismos, nos resultaba difícil explicarnos como fue posible sobrevivir a tantas dificultades.
Un amigo norteamericano, por esos días, nos decía, «por menos de lo que ustedes han pasado, en Caracas asaltaban los supermercados»; y nosotros le respondíamos, «es que nosotros no teníamos ni supermercados que asaltar».
Sin embargo, dentro de ese mismo período, Cuba lograba detener la crisis económica y en 1995 la economía cubana iniciaba el crecimiento y la superación de sus dificultades más apremiantes, proceso que con sus altas y bajas, no se ha detenido.
En tal contexto más arriba analizado, emergieron las variables que aún caracterizan a la confrontación entre Cuba y EE.UU.
VARIABLES DEL CONFLICTO
Para entender el contenido específico de las variables que conforman hoy el conflicto entre Cuba y EE.UU., así como poder apreciarlas en el contexto europeo, se hace indispensable tomar en consideración los escenarios o contextos básicos más particulares en los que el conflicto se desenvuelve.
A nuestro entender, son tres los escenarios básicos:
– La realidad interna cubana.
– La realidad interna norteamericana.
– La realidad del contexto internacional
Hay que agregar, que por lo general, en los estudios sobre el Conflicto Cuba-EE.UU., la realidad interna cubana, no ha tenido la consideración que este escenario merece.
Sin embargo, nosotros decimos, cualquier país que enfrenta la realidad internacional, lo hace, en primer lugar, desde su realidad interna. Es decir, la capacidad de cualquier país para enfrentarse las relaciones internacionales, confrontacionales o no, depende, primero que todo, de su fortaleza interna.[7]
Además, siempre se formula política para un objeto determinado; luego entonces, cómo sería posible formular política, sin tomar en consideración la realidad interna del objeto de esa política. Cuando EE.UU. formula política, lo hace en primer lugar para Cuba como una realidad, internacional sí, pero para Cuba como país, primero que todo.
Entonces, además, dentro de esos tres escenarios están las variables, o escenarios más específicos en que se desenvuelve la confrontación.[8]
Realidad Interna Cubana.
Dentro del escenario de la Realidad Interna Cubana, la variable, Dinámica de la Situación Interna (Si), resulta ser la síntesis entre la marcha de la recuperación económica de la Isla, junto a los retos provenientes de un proceso de reformas económicas en Cuba y su entorno internacional, de acercamiento a la llamada economía de mercado, dentro de lo cual, Cuba debe desplegar su proceso de reinserción económica, sin hacer concesiones en la defensa y estabilidad de su régimen político.[9]
Realidad Interna Norteamericana
Este escenario lo sintetizamos en cinco variables básicas: La Correlacion Congresional en la Política hacia Cuba, (Ki), El Lobby Económico (Le), Apoyo de la Extrema Derecha Cubano- Americana a la Política Contra Cuba (Ac), La Agresividad Informativa Contra Cuba (Ai), El Efecto Administración (Ea).
La correlación congresional, da respuesta al cambio que se produce cuando el congreso pasa tener un papel más activo en la política hacia Cuba y se inicia cierto debate de esa política; lo que paradójicamente tiene lugar, después de aprobada la Helms-Burton.
El efecto administración, no hace sino connotar que cada administración ha tratado de imprimir su sello particular en la política hacia Cuba.[10]
El resto de las variables, se explican por sí solas.
LA REALIDAD DEL CONTEXTO INTERNACIONAL
La realidad del entorno internacional, inmediato al conflicto, la perfilamos en tres variables fundamentales.
De manera sintetizada, el conflicto Cuba-EE.UU., visto internacionalmente, es decir, en su tendencia a la internacionalización, toma su expresión en tres variables fundamentales: La Transnacionalización del Bloqueo (Tb), La resistencia a la Transnacionalización del Bloqueo (Rat) y La Negociación de EE.UU. en la búsqueda de un consenso Internacional, o Matriz Única de Política, para Subvertir a Cuba.[11]
Estas ultimas, son las variables que más directamente se conectan con el conflicto, expresado por el triángulo, Cuba – EE.UU.- Unión Europea, en el contexto de la política de Estados Unidos hacia Cuba. Sin que podamos soslayar la importancia que ha tenido la posición cubana y su realidad interna, en medio de una situación de presiones, que tanto EE.UU. con la Unión Europea, han hecho para que Cuba acepte la llamada «posición común «.
EL TRIÁNGULO CUBA-EE.UU.- UNIÓN EUROPEA.
Durante el largo período en que la Unión Europea ha acompañado estratégicamente a EE.UU. en su política hacia Cuba, se creó un triangulo de fuerzas y de presiones sobre Cuba muy complejo.
-En el nivel bilateral, con varios países miembros de la UE, Cuba ha logrado establecer asuntos de interés común y ejecutarlos. De modo que las relaciones económicas y comerciales con varios miembros de la Unión Europea son fluidas.
– En el nivel multilateral, es decir de sus relaciones con la UE como organización, esta última ha aplicado la política siguiente:
– Tratar de imponer la llamada «Posición Común «, continuamente reafirmada.
– Periódicamente, pulsar a Cuba, para ver si ya esta ha decidido cumplir con las condiciones que le impone la posición común, para tener relaciones con la UE.
Mientras, la UE ha aplicado una política, que solo la diferencia de EE.UU. el que del grupo de países que la integran algunos hacen caso omiso y tienen relaciones económicas con Cuba. Por lo que se puede decir, que a nivel multilateral y estratégico, la UE, siempre ha seguido a la política norteamericana hacia Cuba.
Pero el asunto ha sido aún más complejo por dos razones adicionales:
– Todos los miembros de la UE, votan a favor de la Resolución contra el Bloqueo, en los marcos de la Asamblea General de Naciones Unidas.
– Todos los miembros de la UE, también han presionado a Cuba, votando en su contra dentro de la ahora extinta Comisión de Derechos Humanos.[12]
Las llamadas Leyes Antídoto, y el Panel contencioso ante la Organización Mundial de Comercio, no fueron más que intentos que se desvanecieron, ante una correlación de fuerzas que finalmente plegó a la UE a los intereses de la política norteamericana contra Cuba.[13]
La situación interna de Cuba, ha experimentado también, no pocas veces, las presiones de la Unión Europea. La que llegó al extremo de suspender los intercambios culturales y académicos con Cuba. Dentro de la UE, algunos como los checos, desplegaron fuertes campañas contra Cuba.
Se trata de que Cuba ha estado sometida por mucho tiempo a los intentos de EE.UU., por consensuar una política con la Unión Europea para subvertir a Cuba.
No pocos empresarios europeos, despliegan sus inversiones en Cuba, bajo las presiones de que estas no solo deben desempeñar un papel económico, sino también servir de palancas de subversión del régimen político cubano. Todo ello, bajo los llamados «principios Sullivan», o su versión criolla, los principios «Arcos».
Hay que decir que aliados importantes de EE.UU., como el Reino Unido y Francia, que no se plegaron a esta política. Pero, la supervivencia de Cuba, ante los intentos de EE.UU. por subvertirla, va encontrando respuesta favorable.
Los intentos de forjar una política europea hacia Cuba.
A pesar de una visión europea de la confrontación entre Cuba y EE.UU., que reúne los requisitos para hacerla peculiar. Sin embargo, Europa, la UE en particular, ha vivido un largo período de supeditación a la política de EE.UU. hacia Cuba.[14]
La incapacidad de la Unión Europea de tener una política propia hacia Cuba proviene al parecer de los fenómenos siguientes:
– Las fuerzas políticas que en la UE han pugnado por la existencia de una Europa independiente de la política norteamericana, nunca han logrado hacerse del poder.
– El compromiso con la ideología imperial, fraguado desde finales del siglo, 1898 en particular.
– Europa, sobre todo, después de la Segunda Guerra Mundial, quedó definitivamente atada al carro de los intereses norteamericanos.
– La supremacía económica de Estados Unidos en Europa, hace que las burguesías europeas, estén continuamente interesadas en cumplir los deseos y aspiraciones de la Oligarquía financiera Norteamericana. La clase burguesa mejor estructurada y más ramificada, dentro del sistema capitalista de economía mundial.
Todos estos fenómenos, más arriba esbozados, producen una situación de permanente inestabilidad en las relaciones entre Cuba y la Unión Europea.
Por lo que la UE ha condicionado continuamente sus relaciones con Cuba a que esta cumpla con los requisitos de economía de mercado, democracia pluripartidista y derechos humanos. Cuba, por su parte, se ha negado continuamente a que la UE la haga objeto de un condicionamiento que, en definitiva, es el mismo que le exige la política norteamericana.
Durante todo el período 1996- 2005, las relaciones entre Cuba y la Unión Europea, fueron sistemáticamente inestables.
La UE adoptó sanciones contra Cuba en el 2003, que en el 2005 fueron suspendidas temporalmente. Ante la insistencia del gobierno español, algunos países presionaron a favor de su eliminación, según estos últimos, para favorecer las tímidas reformas puestas en práctica por el presidente Raúl Castro.[15]
Con el ascenso al poder de la nueva administración de Rodríguez Zapatero, se inicia un período en las relaciones con España, que al parecer también tiende a impactar positivamente las relaciones de Cuba con la Unión Europea.[16]
Desde el principio, la administración de Rodríguez Zapatero consideró como inefectivas las sanciones del 2003, así como declaró, su Ministro de Relaciones Exteriores: «…EE.UU., tiene su política con Cuba que no compartimos. Le pedimos que respete la política desde la UE… los europeos tienen compromisos, intereses y autonomía en política exterior…» Realmente, declaraciones muy fuertes para lo que estamos acostumbrados.
España entonces se ha propuesto iniciar una etapa de diálogo con las autoridades cubanas, que no esté condicionada por las medidas contra Cuba del 2003.
Ante ello, EE.UU., como era de esperar, de manera inmediata, mostró su inconformidad, oponiéndose y advirtiendo a la UE que no levantase las sanciones impuestas a Cuba, argumentando que tal medida enviaría una señal equivocada al régimen cubano.[17]
Una señal positiva de este reciente acercamiento, ya la había dado el Comisario de Desarrollo de la UE, Louis Michel, cuando al visitar Cuba a principio del 2008, se abstuvo de conversar con la llamada disidencia; la cual como se sabe, no es reconocida por el gobierno cubano.
Durante su estancia en Cuba el Comisario Michel se reunió con varios altos dirigentes cubanos, y si bien no fue recibido en tal ocasión por Fidel Castro o Raúl Castro, como en el viaje anterior, lo cierto es que ahora lo atendían personas claves dentro del gobierno cubano.[18]
Actualmente, impulsado por España, avanza un diálogo político entre Cuba y la UE.
Se ha reanudado la cooperación en el desarrollo, logrado por ambos actores políticos, concretándose en la firma de una declaración que favorecerá la ejecución de proyectos en distintos sectores.
Se ha reanudado la cooperación en el desarrollo, lograda por Cuba y la Unión Europea. Concretándose la firma de una declaración que favorecerá la ejecución de proyectos en distintos sectores.
Stefano Manservisi, director general de desarrollo de la Comisión Europea, junto al Ministerio de la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica, firmaron un acuerdo que incluye la rehabilitación de zonas afectada, prevención de desastres, seguridad alimentaria, medio ambiente y cultura. Sin dudas, un retorno a las relaciones anteriores a las sanciones.
La firma de la cooperación se llevo a cabo luego de que una delegación técnica de la Comisión Europea constatara las condiciones en que se encuentran las zonas afectadas por los huracanes, que provocaron pérdidas a Cuba por más de 10,000 millones de dólares.
La UE entonces, ha ofrecido al gobierno de Cuba 2 millones de euros (2,6 millones de dólares) como ayuda de emergencia inmediata. Así como otros 25 a 30 millones de euros (32 a 38,4 millones de dólares) a partir del año 2009.
El comisario europeo de desarrollo y ayuda humanitaria, el belga Louis Michel, junto al canciller Cubano, establecieron una declaración para avanzar en la cooperación que había sido interrumpida en el 2003.
Durante las conversaciones con la cancillería cubana, el Sr. Manservisi aseguró que uno de los temas abordados habían sido los derechos humanos, por ser parte del diálogo conjunto, al tiempo que se mostró optimista en que el trabajo será capaz de abrir otras puertas.
Creo, dijo Manservisi «… que hay ahora un marco de diálogo político entre Cuba y la Unión Europea, que va a producir resultados en todos los campos; el de la cooperación económica, el de las reformas, de los derechos humanos y el de la situación política internacional, que es muy difícil…»
Las relaciones entre Cuba y la UE, al parecer, han comenzado a dar un giro hacia la negociación.
Pero no es primera vez que lo anterior ocurre. Por lo que nuestra esperanza, en la etapa que ahora se abre, es que tiene lugar después de un largo período de encontronazos, con posterioridad, sobre todo, a que el entonces presidente José María Aznar, haya impuesto la llamada «posición común» en 1996, período durante el cual Cuba se resistió denodadamente a la aceptación de tales condicionamientos. Produciéndose entonces las sanciones del 2003.[19]
Pero decimos en Cuba «… perro huevero vuelve a comer huevos, aunque le quemen el hocico». La Unión Europea no ha cambiado su política hacia Cuba, más bien, ha levantado las sanciones para volver a acercarse a Cuba y estar en condiciones de negociar con ella sus intereses.
Lo que más bien ha hecho la UE, es levantar las condicionantes políticas, que Cuba nunca ha aceptado y que le impiden a la Unión Europea acercarse a la Isla.
Que la UE ahora, llegue entregando ayuda humanitaria, restableciendo el intercambio cultural y lanzando el ramo de olivo, no quiere decir que haya abandonado sus viejos propósitos políticos.
Sin embargo, creo que es posible otorgarles el beneficio de la duda, a los que ahora han venido. Sobre todo, porque la voluntad mostrada por España, que fue la artífice de la «posición común» y del lacayismo frente a EE.UU., queriendo mostrar ahora además, una actitud de independencia frente a la política norteamericana hacia Cuba.
Nos puede querer decir, que España, parece desear tener su propia política hacia Cuba, inducir a la UE a hacer lo mismo y así declarar el final del servilismo anterior a la política norteamericana. Es decir, hacer ahora, casi exactamente lo contrario de las burradas que hizo Aznar en su momento.
Pero si la actitud con Cuba ahora, no es mas que un cambio de métodos, para lograr los mismos objetivos; ello entonces no devendrá mas que, en «más de lo mismo», produciendo el fenómeno, ya caracterizado por nosotros antes, de que la UE, respecto a Cuba «…ella misma se pellizca y se corre atrás».
Pues Cuba, tampoco ha cambiado su política con la UE. A nuestro entender, Cuba solo lo que ha hecho es aceptar el gesto, otorgándole el beneficio de la duda a España y a la UE, de que puede tratarse de un acto de buena voluntad y no otra simple «vuelta de tuerca».
Pues hay que decir, que en política, se acepta el ramo de olivo, aún de las manos de aquellos que te han querido matar.
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versión original publicado en
Correos para la Emancipación
[1] Se dice que entre finales del año 1993 y principios de 1994, los Hoteles de La Habana estaban abarrotados de periodistas esperando por la caída del socialismo en la Isla.
[2] Ya tal incoincidencia levantaba muchas expectativas dentro de la extrema derecha norteamericana, quien incluso comenzaba exigir a Cuba, que esta debía moverse en la misma dirección en que lo hacia la URSS. Sin dudas, ya de hecho las diferencias entre ambos procesos representaban peligros potenciales. [2] Poco antes, en agosto de 1994, se producían los fenómenos de indisciplina social en el Malecón de La Habana, conocido como» crisis de los balseros». Los incumplimientos de los acuerdo migratorios de 1985, la ley de ajuste cubano con su incitación a la emigración ilegal, que produjo actos de secuestros de naves y asesinatos, los que junto a las dificultades del periodo especial, generaron una situación migratoria interna explosiva, ante la cual el gobierno cubano abrió las costas para que emigrara todo el que lo deseara. Por primera vez se producían tales actos y también el gobierno se veía obligado a tomar tan drásticas medidas. Finalmente Estados Unidos cedió y en septiembre de 1994 y mayo de 1995, se firmaron nuevos acuerdos para tratar de lograr una emigración pacifica y ordenada para Cuba. Es el momento en que Fidel Castro responde, que «el socialismo a Cuba, no lo habían traído los ejércitos rojos», significando de ese modo el carácter propio y legítimo del proceso que Cuba estaba viviendo.
[3] El comercio socialista de Cuba se desarrollaba a un promedio del 15% con el resto de los socialistas y más o menos un 85% con la URSS. Por lo cual, las verdaderas dificultades económicas de Cuba, comenzaron cuando, a la altura de 1989, el comercio con la URSS comenzó a caer seriamente.
[4] La lectura que hizo la extrema derecha norteamericana, en particular la cubano-americana, de estos acontecimientos, fue que Cuba vivía una crisis económica y también política que no tenía solución.
[5] La llamada Ley Torricelli, con un gran eclecticismo, apretaba en la línea del bloqueo contra Cuba, pero al mismo tiempo, facilitaba el acercamiento subversivo a la realidad interna de la Isla.
[5] El congreso es el único autorizado a levantar el bloqueo. Pero el presidente, en el margen de esa prerrogativa que no tiene, toma medidas contra Cuba, que no tienen que pasar por el congreso. Ejemplo de ello, son las que Bush tomó y que restringieron las remesas y los viajes hacia Cuba agravando las condiciones del comercio entre ambos países que ya se realizaba.
[6] El congreso es el único autorizado a levantar el bloqueo. Pero el presidente, en el margen de esa prerrogativa que no tiene, toma medidas contra Cuba, que no tienen que pasar por el congreso. Ejemplo de ello, son las que Bush tomo y que restringieron las remesas y los viajes hacia Cuba agravando las condiciones del comercio entre ambos países que ya se realizaba.
[7] Para ampliar acerca de los factores del «cambio de foco», ver: Esteban Morales, Economía y Política de Conflicto Cuba.-Estados Unidos en los años 90″, Revista Economía y Desarrollo, No.3-4, La Habana, 1996, pp. 91-96.
[8] Una variable, es una relación relativamente estable. También puede haber constantes, pero no nos meteremos en eso ahora aquí. Otros aspectos metodológicos importantes del modelo de análisis, se encuentran recogidos en el artículo del autor: «Un Modelo para el Análisis del Conflicto Cuba- Estados Unidos en los Umbrales del siglo XXI», Revista Política Internacional, No. 7, enero-julio del 2006, ISRI, La Habana, pp. 79-106.
[9] Cuba perdió sus mercados en los otrora países socialistas europeos, por lo que buscar nuevos espacios internacionales para su economía, es una cuestión estratégica y de supervivencia.
[10] La Helms-Burton, tuvo también efectos no considerados por la extrema derecha que la introdujo. Hizo más evidente la irracionalidad del bloqueo y conminó a muchos a resistirse a tal política, proceso del cual emergió la variable, Resistencia Internacional a la Transnacionalización del Bloqueo.
[11] Pueden existir otras variables. Pero las diseñadas, nos permiten un acercamiento al conflicto, en términos esenciales. Dado que no se trata de hacer la historia del Conflicto y ni siquiera de hacer su sociología, sino de caracterizarlo en su rasgos más íntimos por lo que agregar variables, podría significar sacrificar capacidad analítica. Se trata de un modelo teórico, lo cual exige determinados requisitos. Ver Revista ISRI, No.7, enero-julio del 2006, ya citada.
[12] Sobre todo los ex socialistas, que tienen que dar voto de fe más que ningún otro. Comportándose también, algo así, como una quinta columna de Estados Unidos dentro de la Unión Europea.
[13] En todo ello, el entonces presidente José M. Aznar, no habría podido jugar una posición mas entreguista y lacaya de Estados Unidos. Siguiendo la tradición de sus ancestros en la Guerra de 1895-1898 en Cuba.
[14] Europa, habituada a vivir con el socialismo en la acera de enfrente, nunca ha asimilado totalmente esa actitud prepotente de Estados Unidos con relación a Cuba. En ello radica la inestabilidad de las posiciones de la UE, la que se ha desenvuelto entre el lacayismo y los intentos de forjar una política propia hacia Cuba.
[15] Tales sanciones, habían sido adoptadas en respuesta a las medidas que Cuba había tomado de encarcelar algunos llamados disidentes. Las sanciones adoptadas consistían en: restringir las visitas oficiales, a Cuba; evitar los contactos culturales e invitar a los llamados disidentes cubanos a las embajadas europeas en La Habana. Cuba respondió restringiendo todos sus contactos.
[16] El periodo de la presidencia de Aznar, entre 1996 y el 2004, puede ser calificado como el peor, tanto de las relaciones de Cuba con España como con la UE.
[17] Según Tom Casey, vice portavoz del Dpto. de Estado, Estados Unidos no apoya el levantamiento de las sanciones, pues las reformas introducidas bajo la presidencia de Raúl Castro son «unos cambios cosméticos «.
[18] En realidad, no vale la pena especular, porque en esos momentos no lo recibió la máxima dirección del País. Cuba, en definitiva, le proveyó la posibilidad de ser recibido por personalidades tales como: Ricardo Alarcón, Felipe Pérez Roque, Carlos Lage, Marta Lomas y Fernando González.
[19] Cuba se resistió a que la UE sea quien determine que puede ser considerado un delito, por el cual se puede encarcelar a alguien. Inmiscuyéndose la UE en asuntos internos de Cuba, que no son de su incumbencia.