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El viaje de Obama a Israel y Palestina

Fuentes: Rebelión

El objetivo confeso del viaje del presidente de EE.UU., Barack Obama, a Israel y los territorios palestinos a celebrar a mediados de marzo, según su secretario de Estado, John Kerry sería «escuchar a las partes en conflicto antes de tomar decisiones sobre el relanzamiento del proceso de paz», aunque el objetivo tácito sería difuminar las […]

El objetivo confeso del viaje del presidente de EE.UU., Barack Obama, a Israel y los territorios palestinos a celebrar a mediados de marzo, según su secretario de Estado, John Kerry sería «escuchar a las partes en conflicto antes de tomar decisiones sobre el relanzamiento del proceso de paz», aunque el objetivo tácito sería difuminar las críticas de los republicanos a Obama por no haber visitado todavía Israel como Presidente y mostrar al mundo que a pesar de la falta de empatía entre Obama y Netanyahu, la alianza entre Estados Unidos e Israel es indestructible.

Miopía política de Netanyahu

 Según aurora-israel.co, Netanyahu decidió adelantar las elecciones generales a enero del 2013 debido a que no contaba con los votos necesarios en el parlamento para aprobar el presupuesto estatal y al aumento de las críticas (no solo de la oposición política, sino también por parte de la prensa y de oficiales en la reserva), que lo acusaban de los errores políticos que habrían conducido a Israel al aislamiento internacional.

Así, la elección de Palestina como Estado Observador ante la ONU supuso para Netanyahu la pérdida del apoyo de destacados países europeos como Italia, Francia o España y sobre todo, ver cómo por primera vez Alemania, se inclinaba por la abstención.

Gran Bretaña, Francia, Suecia, Dinamarca y España además de Australia, criticaron la decisión de Israel de construir miles de nuevas casas en territorios ocupados y convocaron a los embajadores israelíes para discutir el asunto (acción diplomática que contaría con el visto bueno del Gobierno de Obama, quien ha advertido repetidamente a Israel en contra de autorizar asentamientos porque haría casi imposible crear un Estado palestino contiguo). Recordar que el proyecto de nuevos asentamientos israelíes en la zona llamada E1, (corredor de una superficie de 12 km2 entre Jerusalén y Jericó, en el valle del Jordán que uniría Jerusalén Este con la colonia Maale Adumim), es extremadamente peligroso para una Paz futura, pues cortaría Cisjordania en dos y aislaría a Jerusalén, comprometiendo la viabilidad de un futuro Estado palestino.

Crisis UE-Israel

 Según europa.eu, la UE sería el principal socio comercial de Israel, pues recibe el 35,3% de las exportaciones totales de Israel (16.800 millones de dólares) seguida por los EE.UU. (32,1%), aunque muestra un déficit israelí significativo (7.400 millones $ en 1994 según datos israelíes), explicado en parte por la gran importación por Israel de diamantes en bruto de la UE que se reexportan y por la desfavorable situación estructural de Israel en el mundo (falta de materias primas, necesidad de inversiones extranjeras).

Sin embargo, el objetivo último del Gobierno israelí sería la firma del Acuerdo sobre Conformidad, Evaluación y Aceptación de Productos Industriales (ACAA), un acuerdo comercial que busca eliminar las barreras técnicas al comercio de productos industriales, con el objetivo de aumentar el acceso europeo a los mercados israelíes, y viceversa, lo que convertiría de facto a Israel en Estado miembro de la UE, pero a pesar de que los miembros del Parlamento Europeo que componen el Comité sobre Comercio Internacional (INTA) votaron a favor de dicho protocolo, no sería descartable que el Parlamento Europeo votase la suspensión de dichos Acuerdos Preferenciales como medida de presión hasta que Israel finiquite su política de asentamientos.

La hora de Tzipi Livni

  Tras la retirada de Lieberman, habría llegado el momento de Tzipi Livni, líder del nuevo Partido Hatnuá (la baza oculta de la Administración Obama para encauzar definitivamente el proceso de paz palestino-israelí). Así, según aurora-israel.com.il, la ex ministra de Exteriores y líder de la formación Hatnuá, Tzipi Livni, se ha unido a la coalición gubernamental encabezada por Biniamín Netanyahu para relanzar el proceso de paz con los palestinos tras afirmar que «entraba en el gobierno con el objetivo de luchar por un acuerdo de paz.» .

Tzipi Livni evolucionó desde el ultranacionalismo sionista de su juventud a un posibilismo que asume la estatalidad palestina y la renuncia a parte de Cisjordania para preservar el carácter judío del Estado de Israel y fiel al Pensamiento de Ben-Gurión («Prefiero la unidad del pueblo judío a la unidad territorial de Israel»), estaría dispuesta a recorrer un largo trecho en forma de concesiones a cambio de la paz con los vecinos árabes, aunque siempre con la condición sine-qua-non de lograr que el Estado de Israel sea fuerte, autosuficiente y respetado por los países de la región.

¿Obama se implica en el Proceso de Paz?

Los palestinos presentarán a Obama en su visita a la región un plan para reiniciar las negociaciones de paz con Israel, diseñado conjuntamente con la Liga Árabe y que fija un plazo de seis meses para delimitar las fronteras y los mecanismos de seguridad, lo que supone un retorno a escenarios del último proceso negociador, que se inició en septiembre de 2010 y que la Autoridad Palestina (AP) estancó apenas tres semanas después.

Israel, por su parte, podría acceder a flexibilizar el boicot a Gaza, no siendo descartable la aplicación por parte de la ONU del Capítulo VII de su Carta Constitutiva, que establece que «cuando una zona o área determinada cae bajo el control de un grupo político-militar (como lo es la resistencia islámica de Hamas), y cuando la población civil está expuesta o bajo fuego debido a las acciones militares de ese grupo, el Consejo de Seguridad de la ONU debe intervenir para asegurar la protección de la población civil y al establecimiento de la paz allí donde se haya alterado», emulando las pasadas intervenciones de la ONU en zonas como Bosnia y Timor Oriental.

Con estas premisas y tras la confección de un nuevo Gobierno de Coalición en Israel más proclive a las tesis negociadoras con los palestinos (premisa inexcusable para el Presidente de EEUU), Obama podría participar personalmente en el proceso de negociaciones con el objetivo de establecer las bases para la creación del futuro Estado Palestino (previo reconocimiento del Estado de Israel por parte palestina) y que podría concluir con la firma de un Tratado de Paz entre el nuevo Primer Ministro israelí y el nuevo Presidente de la Autoridad Palestina (que sería el representante del nuevo Gobierno de Unidad que surgiría tras la inevitable aproximación de Hamas y Al Fatah).

Dicho Acuerdo contaría con las bendiciones políticas de Egipto, Rusia, Siria e Irán y como colaboradores económicos necesarios en la reconstrucción de Gaza a Arabia Saudí, EEUU, UE, Japón y Emiratos Árabes (con un costo aproximado de 2.000 millones de $) y debería ser global y vinculante para todos los países del área geopolítica de Oriente Próximo y lograr la instauración de un nuevo «status quo» en la zona (» Pax obamaniana»), una vez resuelto el contencioso nuclear de EEUU con Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países y aunque podría contar con la inicial oposición del influyente lobby judío de EEUU (AIPAC), es previsible que termine aceptado el acuerdo, al recibir Israel como contrapartida las bendiciones de EEUU a la culminación del Muro de Cisjordania (que incluiría aproximadamente el 10% del territorio de Cisjordania) y el incremento de la ayuda económica cifrada durante la Administración Bush en unos 3.000 millones de dólares de ayuda, (monto que representa casi el 2% del PIB de Israel).

El contencioso nuclear iraní

Irán ha adquirido una dimensión de potencia regional gracias a la política errática de Estados Unidos en Iraq (fruto de la miopía política de la Administración Busch obsesionada con el Eje del Mal) al eliminar a sus rivales ideológicos, los radicales talibanes suníes y a Sadam Husein con el subisiguiente vacío de poder en la zona, por lo que ha reafirmado su derecho inalienable a la nuclearización y el presidente Mahmoud Ajmadinejad ha estirado la cuerda hasta el límite en la seguridad que Estados Unidos no atacará y limitará cualquier acción individual de Israel (proyecto descartado de bombardear la central de Natanz con jets comerciales) pues un bloqueo del estrecho de Ormuz por el que pasa un tercio del tráfico energético mundial podría agravar la recesión económica mundial y debilitar profundamente todo el sistema político internacional.

La estrategia de la Administración Obama para Oriente Medio buscaría profundizar las líneas de la negociación «multilateral» , (incluida la apertura de una línea directa con el régimen de Teherán, que surgirá tras las próximas elecciones iraníes), no siendo descartable la victoria de el exministro de Inteligencia iraní Alí Fallahian que ha anunciado que presentará su candidatura a las elecciones presidenciales que se celebrarán en el país el 14 de junio, según ha informado la cadena de televisión iraní Press TV.

Alí Fallahian sería un político pragmático que intentaría sacar a Irán de su actual aislamiento internacional, para lo que espera contar con el voto de los jóvenes licenciados y graduados universitarios tras anunciar la creación de 4 millones de puestos de trabajo, no siendo descartable que tras las elecciones, E.UU dé su visto bueno a las actividades de enriquecimiento de uranio de Irán «si se supedita a la estricta supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA)».

Recordar que la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), con sede en Viena, exige desde hace un año acceder a la base militar de Parchin, cerca de Teherán, donde los servicios de inteligencia occidentales sospechan de actividades clandestinas relacionadas con el programa nuclear iraní, pero Teherán se niega a permitir al OIEA esta visita, al tiempo que imágenes por satélite obtenidas por la agencia nuclear indican que Irán lleva a cabo trabajos de limpieza en ese lugar.

Mientras, el sexteto de mediadores internacionales (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia, Alemania y China), se prepara para una nueva ronda de negociaciones con Irán que se celebrará en Kazajistán, no siendo descartable el logro de un acuerdo en el 2013 para que Teherán enriquezca su uranio y lo transforme en combustible para el reactor iraní, siempre bajo control de la OIEA, acuerdo que permitiría un mejor control del stock de uranio enriquecido de Irán (fuente de inquietud entre los occidentales e Israel, que temen que Teherán lo pueda emplear para fabricar armas atómicas, acusaciones que Irán ha desmentido siempre categóricamente).

Caso de lograrse la resolución del contencioso nuclear de EEUU-Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, Teherán conseguiría su objetivo de que se reconozca su lugar en el concierto regional, recuperando el papel de «gendarme del Golfo» que los estadounidenses confiaron al Sha de Persia e incrementando la cooperación con EEUU relativa a la seguridad en Iraq y Afganistán.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.