Los días 3 y 4 de diciembre apenas pasados, dos organizaciones de la ultraderecha transnacional realizaron en la ciudad de México una conferencia internacional pomposa y perversamente denominada «Caminos para una Cuba Democrática», enésimo intento, hasta ahora todos fallidos, por desacreditar internacionalmente a Cuba. Esas dos agrupaciones de la derecha transnacional son la Fundación Konrad […]
Los días 3 y 4 de diciembre apenas pasados, dos organizaciones de la ultraderecha transnacional realizaron en la ciudad de México una conferencia internacional pomposa y perversamente denominada «Caminos para una Cuba Democrática», enésimo intento, hasta ahora todos fallidos, por desacreditar internacionalmente a Cuba.
Esas dos agrupaciones de la derecha transnacional son la Fundación Konrad Adenauer y la Organización Demócrata Cristiana de América (OCDA), ambas dependientes financieramente de diversas agencias del gobierno de Estados Unidos (EU). De modo que la Konrad Adenauer y la OCDA ponen la cara, y EU pone el billete.
Un día después, el viernes 5 de diciembre, las dos organizaciones y el gobierno de EU habrían realizado en el puerto mexicano de Veracruz la Cumbre de Jóvenes Iberoamericanos.
Curiosamente, ambos cónclaves se habrán efectuado tres días antes de la inauguración y desarrollo, precisamente en Veracruz, de la vigesimocuarta edición de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, programada para los días 8 y 9 de diciembre, en la que, como siempre, Cuba tendrá un papel estelar.
Como es fácil colegir, uno de los propósitos (de imposible cumplimiento) de los dos cónclaves ultraderechistas es sabotear el papel protagónico de la isla. Y, de paso, ir preparando el terreno para presionar a la Unión Europea, cuyo Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores sesionará dentro de unas cuantas semanas, a fin de que la llamada posición común de acoso contra la isla se mantenga invariable, ante las evidentes señales de que muchos países del Viejo Continente ya no concuerdan con esa trasnochada posición común de la que, obviamente, han estado deslindándose.
A este respecto resulta muy ilustrativo saber que Frank Priess, alto directivo de la Konrad Adenauer en México, se ha mostrado absolutamente partidario del mantenimiento de la posición común, y ha expresado su esperanza de que varios países europeos mantengan su oposición a que pudiera revisarse, resquebrajarse o eliminarse la tal posición común, engendro diplomático del ultraderechista ex presidente español, José María Aznar.
Mantener el acoso contra Cuba no es, sin embargo, el único propósito de las reuniones organizadas por la Konrad Adenauer y la ODCA. Hay otro un tanto más vulgar y pedestre. Se trata de mantener y acrecentar los jugosos presupuestos que EU destina al financiamiento de ambas agrupaciones y de otros profesionales de las actividades anticubanas. Atacar a Cuba se ha convertido en un muy rentable negocio, en una fuente inagotable de dinero para estos parásitos mal disfrazados de políticos y académicos.
Como es bien sabido, la Fundación Konrad Adenauer apoya eventos de muchas organizaciones anticubanas, aun cuando no aparezca públicamente entre los patrocinadores, y proporciona abultado financiamiento para todo tipo de espacios que permitan pronunciarse contra el sistema cubano, desde los habituales eventos supuestamente académicos, hasta transmisiones radiales, incluso por Internet. Y financia igualmente la cobertura mediática de las actividades de los supuestos disidentes en la isla, además de publicar reportajes o artículos denigratorios contra Cuba y los cubanos de los autollamados periodistas independientes. Y también costea y auspicia de diversos modos otras campañas de descrédito contra el gobierno cubano.
Entre los beneficiarios de ese abultado financiamiento para el acoso contra Cuba pueden citarse los casos del conocido traficante de personas Eduardo Matías López Ferrer. Su actividad pantalla como dirigente de la Casa del Balsero Cubano en México le proporciona mucho dinero y da cobertura a sus negocios de tráfico humano. Recuérdese que cada cubano traficado reporta ingresos por entre diez mil y 15 mil dólares.
Otros beneficiarios son Jorge Luis García Pérez, alias Antúnez, esbirro del ex presidente colombiano Álvaro Uribe, y Orlando Gutiérrez Boronot (del Directorio Democrático Cubano), acusado públicamente de apropiarse de una buena parte de los fondos que EU entrega a su corrupta organización.
Blog del autor: www.miguelangelferrer-mentor.
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