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Entrevista con Rifat Kassis, presidente de la Sección-Palestina de Defensa Internacional de la Infancia

En defensa de los niños palestinos

Fuentes: The Electronic Intifada

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

La Sección-Palestina de Defensa Internacional de la Infancia (DCI-PS, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo proteger los derechos de los niños y menores que viven en la Palestina ocupada. El consejo ejecutivo de DCI eligió en 2005 como presidente a Rifat Kassis, quien cumple actualmente su segundo mandato. Adri Nieuwhof, colaborador habitual de Electronic Intifada entrevistó recientemente a Kasis sobre el trabajo de la DCI-PS y la especial situación de los niños palestinos que crecen bajo la ocupación.

Adri Nieuwhof: ¿Puede hablarnos sobre DCI-PS y su labor en ella?

Rifat Kassis: DCI-PS lleva actuando ya diecinueve años. Fundé la organización con otras personas. Ver cómo trabaja ahora DCI me llena de orgullo, empezamos como una organización pequeña, sencilla y mire dónde hemos llegado. Nuestra principal tarea es la asistencia legal, el control y la documentación de las violaciones perpetradas contra los derechos de los niños y su defensa internacional. Representamos al 30-40% de los niños que Israel tiene detenidos y hemos conseguido bastantes cosas presionando en las estructuras de la Unión Europea y las Naciones Unidas. Tenemos diferentes programas para atender los derechos de los niños que están bajo la jurisdicción del ejército ocupante israelí y también bajo la jurisdicción palestina y trabajamos con las fuerzas policiales palestinas e importantes ministerios y juristas de Palestina para introducir niveles jurídicos para los niños.

DCI-PS promueve también la protección de los niños como víctimas de la violencia doméstica. Por ejemplo, trabajamos con el ministerio palestino de educación para que se prohíban los castigos corporales. Con organizaciones de base comunitaria trabajamos para poder integrar a los niños en sus programas e invitamos a los niños a que participen en la defensa de sus derechos para acabar con la violencia doméstica y los castigos corporales.

AN: ¿Cuáles son las principales acusaciones que se presentan contra los niños palestinos en las prisiones israelíes?

RK: Según nuestros archivos, cada año se detiene y se lleva ante el sistema jurídico militar israelí a casi 700 niños palestinos. A la mayoría -alrededor del 26%- de los niños se les acusa de lanzar piedras. Hay también otras razones, por ejemplo, participar en actividades políticas prohibidas o en manifestaciones.

AN: ¿Puede describir las experiencias de los niños palestinos en las prisiones israelíes?

RK: Cuando vemos las declaraciones de los niños, de sus familias y de sus abogados, nos encontramos siempre con el mismo procedimiento. Los soldados llegan durante la noche o apenas amanece. Llegan haciendo mucho ruido y entrando violentamente en las casas. Se llevan al niño sin dar explicación alguna a las familias. Hay otros niños a los que se detiene en los controles. Pero cuando se llevan a los niños de sus casas, los soldados llegan y gritan, por ejemplo: «¿Dónde está Mohammed». Y si Mohammed tiene doce o trece años se ponen a darle patadas, le tapan los ojos, le atan las manos de forma muy apretada y dolorosa con esposas de plástico y le meten en la parte de atrás de un jeep del ejército. Allí, los soldados se dedican a seguir golpeándole y dándole patadas. Eso provoca un gran daño psicológico en los niños. En el centro de detención, ponen al niño en una celda o se lo llevan para interrogarle. Durante el interrogatorio, continúan dándole el mismo trato, siguen pateándole y pegándole. Hay maltrato verbal también, se amenaza al niño con hacer daño a su familia, con violar a su madre…

En la mayor parte de los casos, los niños confiesan lo que sea después de dos o tres horas de interrogatorio. El interrogador le da al niño un papel en hebreo, una lengua que no entienden, y tienen que firmar la confesión. El tribunal militar declara culpables a la mayoría de los niños, casi al 95%, hayan cometido o no el «delito». Todo el proceso es contrario al derecho internacional y a los convenios sobre los derechos de los niños. El pasado año, Israel emitió una orden militar por la que establecía un sistema de justicia para los niños en los tribunales militares. Se puso en vigor en octubre. Esto se hizo en respuesta a las acusaciones presentadas por todos los abogados palestinos ante la ilegalidad del sistema. Pero mis abogados le dirán que todo sigue lo mismo. Se siguen llevando a los niños mezclándolos con los adultos y los siguen llevando ante tribunales militares de adultos. No hay ningún sistema de justicia juvenil en los tribunales militares israelíes.

AN: ¿Cuántos niños han muerto a causa de la violencia provocada por la ocupación israelí?

RK: Desde el principio de la segunda Intifada palestina [en septiembre de 2000] hasta ahora, han asesinado a unos mil niños, sin incluir los 348 niños asesinados en Gaza durante la invasión israelí del invierno pasado. Hemos documentado cómo se asesinó a esos niños. Fueron asesinatos directos deliberados, disparándoles a la cabeza o a órganos vitales, o al pasar cerca de alguien a quien Israel trataba de asesinar, o por los bombardeos contra sus casas o al demoler una casa. No deberíamos tampoco olvidar el hecho de que hay niños que mueren asesinados porque no se dispone de acceso rápido a los hospitales. Hay cifras, pero odio las cifras, como si sólo fueran números, los niños son seres humanos.

Ahora, con el bloqueo contra Gaza, a las organizaciones por los derechos humanos les resulta muy difícil documentar las causas de la muerte de los niños. Por ejemplo, no documentamos la situación de un niño que padece anemia y no puede disponer de alimentos y por ese motivo muere. Hay también muchos niños asesinados por los israelíes. Tomemos, por ejemplo, la violencia de los colonos. En 2008, la violencia de los colonos, sus agresiones y atrocidades hirieron a más de veinte niños, algunos de los cuales murieron. Escribimos sobre esto en un informe publicado en noviembre de 2008 titulado: «Under Attack: Settler Violence against Palestinian Children in the Occupied Territory».

AN: ¿Puede hablarme sobre las crecientes críticas de Israel hacia los donantes y gobiernos extranjeros que apoyan a las organizaciones por los derechos humanos?

RK: Israel es un país que depende de su poderío militar, del leal y ciego apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea y de su maquinaria de relaciones públicas. La imagen que Israel quiere dar es la de la «única democracia en Oriente Medio», es su forma de justificar su existencia. Cuando las organizaciones palestinas escriben sobre las violaciones de los derechos humanos, Israel lo rechaza vinculando esas críticas con facciones políticas. Cuando hay organizaciones y cooperantes internacionales trabajando en las organizaciones locales, le resulta más difícil rechazar esas críticas.

Cuando Israel quiere demostrar su poder en Cisjordania o Gaza, forman una unidad de medios de comunicación en el ejército para contar su historia, y prohíbe que los medios extranjeros entren en la zona para informar. Las organizaciones y cooperantes extranjeros en nuestras organizaciones nos han ayudado mucho en la investigación para elaborar el informe Goldstone. «Derrotamos» a la Autoridad Palestina que quería que se rechazara el informe y continuamos hostigando a Israel con él. La presencia internacional tiene que ver con esas actuaciones. Israel no quiere que estén aquí. Su vida sería mucho más fácil para ellos si los internacionalistas no estuvieran aquí. Israel quiere también sacar a las organizaciones internacionales de Israel. No quieren negociar nada sobre Jerusalén. No culpo a Israel. Culpo a la Unión Europea que acata las presiones de Israel y traiciona sus propios valores. Confío en que los donantes y gobiernos extranjeros no cedan a las presiones. Confío en que defiendan sus creencias y su apoyo a las organizaciones por los derechos humanos.

Fuente: www.electronicintifada.net/v2/article11076.shtml