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En el umbral de la unificación monetaria y cambiaria en Cuba

Fuentes: IPS

El proceso de unificación monetaria y cambiaria se acerca, encerrando múltiples complejidades, incertidumbre y riesgos

Fuentes oficiales reiteran que los estudios, preparativos y trabajos realizados por las diferentes comisiones creadas para abordar el complejo proceso de la unificación monetaria y cambiaria en Cuba están bastante avanzados.

Ello ha dado lugar a más de una interpretación, particularmente en relación con el momento en que se efectuará dicho proceso, dígase el «día cero». Algunos hicieron pronósticos tempranos, para diciembre del pasado año (2019); otros fijaron fecha para enero de 2020, una vez cerrada la contabilidad anual y efectuado el pago de los impuestos; hay quienes lo enmarcan en el primer trimestre de 2020 o antes de finalizar su primer semestre.

No obstante las diferentes opiniones o pronósticos, todo parece indicar que el proceso se efectuará este año, 2020. En la práctica, se ha dilatado mucho más del tiempo inicialmente previsto, desde que se estableció la doble moneda y la doble tasa de cambio hasta el presente, como ya se ha mencionado en otras ocasiones.

El anuncio de este proceso ha motivado cierta preocupación en algunas personas; en otras, incertidumbres y hay también quienes experimentan satisfacciones, dando lugar a expresiones como: ¡Al final se realizará! Este último grupo constituye un elemento a tener en cuenta para iniciar el inicio del desenredo de tan compleja madeja, que ha traído implicaciones desfavorables para la economía cubana, en toda su extensión.

El anuncio de la necesidad de acometer el proceso de unificación monetaria y cambiaria ha estado acompañado de medidas paralelas, como habilitar tiendas o espacios para adquirir equipos electrodomésticos, accesorios y componentes de automóviles, motos y otros en dólares, euros y otras divisas, así como habilitar de inicio, experimentalmente, dos tiendas en La Habana, donde el vuelto o cambio se efectúa en pesos cubanos (CUP), con independencia del pago en pesos cubanos convertibles (CUC) o CUP. Son pasos concretos encaminados a lograr la unificación monetaria y cambiaria.

Además, se ha manifestado de forma explícita que no se trata de un canje o cambio de moneda y que será respetado el dinero en manos de la población en CUC y CUP, sin precisar límites, por lo que se sobreentiende que se refiere tanto a lo depositado en cuentas bancarias, como al efectivo en circulación.

Impacto y movimientos en la economía interna

Sin duda, ello ha impactado en la economía interna, con ciertas ramificaciones a lo externo. El anuncio -en más de una ocasión- de que la única moneda que quedará circulando será el CUP, ha dado lugar a interrogantes y movimientos financieros internos, sobre todo en la economía subterránea (banca privada).

Para el poseedor de cantidades significativas de CUC, por lo general no depositado en cuentas bancarias, la acción inmediata ha sido tratar de cambiar por CUP o USD. El cambio a divisas ha implicado un aumento de la tasa de cambio en la economía subterránea-banca privada, donde la divisa real se ha apreciado frente al CUC. Una acción ha sido que personas poseedoras de cantidades significativas o medianamente significativas de CUC se han movido a comprar bienes: viviendas, autos, otros valores que, al pasar el tiempo, puedan inclusive incrementar su valor.

Otra vía para salir del CUC no depositado en cuentas bancarias ha sido acudir al mercado minorista (fundamentalmente Tiendas de Recuperación en Divisas – TRD) y comprar cantidades considerables de bebidas, vinos, licores, conservas importadas, carnes congeladas, frutas de importación (manzanas, peras, uvas), confituras, golosinas navideñas importadas; también artículos de higiene y uso personal, lácteos (leche, quesos, mantequilla, yogur) y otros alimentos. Estas compras, por lo general, tienen como destino negocios privados (alojamiento, cafeterías, paladares-restaurantes) y la reventa, dando lugar a un proceso de acaparamiento a la vista pública.

Ello ejerce presión ante una oferta limitada y deja poco o ningún espacio al típico consumidor tradicional, que acude a esas tiendas a efectuar compras necesarias para su consumo habitual.

Esta masa valiosa de dinero en CUC y CUP está concentrada en un grupo no mayoritario, que ha sabido aprovechar los espacios y la ocasión para enriquecerse. Suelen ser identificados popularmente como «nuevos ricos», condición obtenida no por la vía del resultado del trabajo, en general, aunque pudiera haber excepciones. Sus fortunas no suelen estar declaradas ni depositadas en cuentas bancarias, sino guardadas -al decir de la jerga popular- en colchones, botijas, sacos, cartuchos, jabas, maletines o maletas.

Quienes poseen esta magnitud de dinero acumulado y concentrado, sin duda continuarán ejerciendo presión sobre la economía interna, con efectos colaterales en lo externo. Y lo harán mucho más de lograr un reconocimiento legal tácito.

Por lo general propician un encadenamiento con las vías de adquisición, es decir, de una forma u otra se vinculan con las tiendas de venta minorista o las pocas «mayoristas» existentes; obtienen información rápida y oportuna de la llegada de las mercancías y hacen acto de presencia inmediata para adquirir los productos, por lo que es viable la existencia de gratificaciones a sus suministradores, a manera de «agradecimiento». Sin duda, se encuentran en ventaja en relación con el simple consumidor.

Los poseedores de cuentas bancarias en CUC, por lo general, no manifiestan ansiedad al respecto, ya que cualquier proceso de sustitución de la moneda se efectuaría en los marcos del sistema bancario nacional. Sin embargo, les preocupa el tipo de tasa de cambio que quedará respecto a la actual, de 24 o 25 CUP por CUC, y el mayor movimiento de masa de dinero efectivo que implicaría (de acuerdo con las nominaciones actuales del CUP) en las gestiones bancarias y la circulación monetaria interna.

Hace ya tiempo que en las TRD se muestra el precio de los productos en las dos monedas (CUC y CUP), se paga en ambas y el cambio o vuelto se efectúa en CUC. Como ya se refirió, más recientemente se habilitaron dos tiendas (5ta y 42 y la conocida como el EKLO 41 y 42), donde el cambio o vuelto se efectúa en CUP, a manera de experimento, para su comportamiento. Todo indica que, posteriormente, será generalizada esta modalidad al resto de las tiendas, como parte de los pasos encaminados a la reunificación monetaria, particularmente en la esfera de la población.

De lo anterior se puede inferir que los precios, finalmente, quedarán expresados solamente en CUP y de inicio a la misma tasa de cambio de 25 CUP mantenida hasta el presente con el CUC. El tema de la tasa de cambio constituye un punto neurálgico en este proceso de reunificación monetaria-cambiaria, junto a cómo se movería una vez iniciado el proceso en lo interno y su relación con la divisa real (USD, euros y otras divisas).

Que los precios en las TRD, hasta hoy, se muestren tanto en CUC como en CUP (pesos cubanos) no significan que la mayoría pueda acceder y comprar lo mínimo que necesite, sobre todo sí tiene como única fuente de ingreso el trabajo o las pensiones. El salario y las pensiones por jubilación suelen cubrir requerimientos mínimos para la mayoría de los ciudadanos, no obstante el reciente incremento de salario en el sector presupuestado y de pensiones.

Hay un manifiesto y sostenido incremento de los precios (tanto en CUC como en CUP[1]) de los alimentos, el transporte, las ventas de productos varios y los servicios, pese al llamado de las autoridades a evitar esos incrementos y establecer precios «topados» que, de acuerdo con especialistas y estudiosos, no es el camino apropiado para una solución.

Además, el incremento de las cuotas de pago a las organizaciones sindicales y políticas por quienes se afilian a ellas se ha hecho sentir y merma en parte el aumento de los ingresos de quienes trabajan.

De hecho, se evidencia una pérdida del poder adquisitivo del CUP, lo cual conduce a considerar que la causa no se centra propiamente en los incrementos de precios -aunque es la manifestación externa percibida y afecta directamente-, sino en los ingresos por trabajos y pensiones, para la mayoría, aunque los incrementos no llegan a cubrir los requerimientos de la población.

Si a ello se añade la posible decisión de eliminar el subsidio generalizado de la libreta de abastecimiento -entre otras medidas que se implementarían al unísono-, se afectaría sustancialmente el poder adquisitivo real, ya que todos los alimentos habría que comprarlos en un mercado liberado, a los precios actuales de dicho mercado.

En varias ocasiones se ha planteado la necesidad de una reforma salarial total y el incremento de pensiones, para poder afrontar la adquisición de alimento, ropa, calzado, servicios de transporte, entre otras necesidades vitales de la población.

No obstante, de registrarse una reforma salarial encauzada al aumento de ingresos de la población y no existir una oferta creciente y sostenida en correspondencia con la demanda, los precios continuarán elevándose, dando lugar a una fuerte participación de la economía subterránea (mercado negro) y al desencadenamiento de un proceso inflacionario superior al ya existente.

La relación oferta-demanda conduce al vínculo producción-consumo-producción, el cual conforma una unidad dialéctica: uno motiva al otro y viceversa. Para consumir hay que producir y para producir hay que consumir, siendo el elemento determinante la producción y desde hace décadas la producción resulta insuficiente para cubrir la demanda; es decir, una demanda limitada por la oferta.

Aún predomina la no comprensión del papel del mercado. Con bastante frecuencia se ignora su real existencia y cómo debe interactuar en complementariedad con la planificación. En esta relación de lo que se trata es de lograr un equilibrio en el tiempo (en la macro, meso y microeconomía) y no continuar con el pensamiento de planificar y abarcarlo todo (en lo empresarial, en los productos y en lo territorial) hasta la mínima expresión, pero sin dejar de tener presente los requerimientos sociales.

El mercado existe, es una realidad objetiva. Mientras se manifiesten las relaciones monetario-mercantiles y permanezca el dinero (metálico, electrónico, etc.), el mercado tendrá su incidencia y manifestación; de ningún modo puede ser ignorado, hay que saber utilizarlo.

Circulación monetaria y liquidez en la población

No resulta ocioso reiterar la preocupación que genera la posibilidad del desencadenamiento de un proceso inflacionario acelerado y las desfavorables implicaciones que pueden originarse en el ámbito económico-social-político.

En los últimos seis años (2013-2018, ver infográfico) se han registrado emisiones reiteradas de dinero (promedio anual 6,5 mil millones de pesos), como resultado del saldo deficitario entre ingresos y egresos, que se han inyectado a la circulación.

En igual periodo se aprecia un incremento sostenido anual de dinero en la circulación M2A (en manos de la población y ahorro ordinario en el banco, ver infográfico), dando lugar a un crecimiento promedio anual de 12,9 por ciento. El efectivo en manos de la población también muestra un crecimiento de casi el doble en 2018 en relación con 2013, lo que trae como resultado un ritmo de crecimiento promedio anual de 14,6 por ciento superior al ritmo de crecimiento promedio de M2A. El efectivo en circulación, en 2018, representa algo más del 27 por ciento (un tercio aproximadamente) del PIB a precios corrientes.

Esto consolida la preocupación sobre la masa de dinero en manos de la población no depositada en el banco y que por lo general, como se ha señalado, suele estar concentrada en un grupo minoritario, con capacidad de compra y poder económico.

Lo referido es respecto al CUP, dada la información estadística disponible y publicada. No resulta viable realizar un análisis y valoración similar respecto al CUC, pero es presumible un comportamiento análogo al del CUP, en cuanto a su concentración en grupos no mayoritarios, sin depósito en el sistema bancario y crecimiento en el ritmo de emisiones.

Implicaciones en sector empresarial y población

1. De inicio, habría que hacer una breve referencia a la dualidad monetaria y cambiaria en el sistema empresarial. Además de la tasa de cambio tradicional en el contexto empresarial (1 CUP = 1 CUC), con todas las complejidades y distorsiones que ha motivado; en los últimos siete años se han incorporado otras tasas de cambio de forma experimental en la gestión económica empresarial, un tanto para tratar de amortiguar los resultados y consecuencias desfavorables de la tasa de cambio inicial.

Es cierto que otras tasas de cambio aplicadas experimentalmente (ver infográfico) han brindado algunas experiencias durante su aplicación. Pero, a la vez, esta amalgama de tasas de cambio en algunos sectores y actividades económicas imposibilita la comparación y acentúa la segmentación en el contexto de la economía cubana.

En el espacio empresarial se espera que el proceso de unificación monetaria y cambiaria ocasione pérdidas en algunas entidades y en otras no. Las primeras requerirán un régimen especial de subsidios en un tiempo inmediato al proceso de unificación (empresas con peso e importante participación en el PIB y la generación de fondos exportables).

Al unísono, habrá que implementar medidas para eliminar restricciones y barreras que frenan el desarrollo; es decir, pasos encaminados a destrabar las fuerzas productivas (una mayor e importante descentralización de la gestión económica-productiva-comercializadora, a lo largo del ciclo: producción-distribución-cambio-consumo; comprendiendo las relaciones externas: importación, exportación). Todo encaminado a lograr solvencia económica.

En las restantes empresas (pudieran ser mayoría numérica), no consideradas en el grupo anteriormente identificado y teniendo presentes las limitaciones de recursos económico-financieros, particularmente divisa real; de inicio habrá que valorar y consultar con especialistas, con la academia, y llegar a un proyecto inmediato sobre medidas descentralizadoras bajo nuevas formas de gestión económica y organizativas empresariales amplias, valorando sus implicaciones. Todo ello deberá hacerse en un breve periodo, incluida la presentación de las propuestas a consulta con sus implicados directos (trabajadores, empleados), para obtener opiniones, criterios, sugerencias y enriquecer dicho proyecto.

En el transcurso de su aplicación práctica y sus posibles modalidades, sin duda se obtendrán valiosas experiencias para lograr mayor viabilidad, efectividad económico-productiva y sostenibilidad. Hace falta comprender este proyecto descentralizado de la gestión y sus resultados como algo dinámico, en constante evolución dentro del modelo económico-social que se aspira.

2. La unificación monetaria y cambiaria en la población ¿Cómo afrontarla, qué vías de solución o salidas darle a esa masa de dinero concentrado en un segmento no mayoritario? ¿Cómo actuar ante la declaración de respetar el dinero en manos de la población, en cuentas bancarias y el efectivo en circulación, en CUC y en CUP?, ante la presión que pueda ejercer ese segmento sobre la economía.

Respecto al CUC, una vez llagado el «día cero», cuando deje de circular y no sea aceptado, se pueden presentar al menos dos situaciones:

  • Los CUC depositados en cuentas bancarias en modo alguno tendrían inconvenientes, por cuanto serían convertidos a CUP a la tasa de cambio acordada. Quizás sería conveniente establecer algunos límites momentáneos en cuanto a cantidades a extraer, para evitar presión inmediata sobre el mercado interno.
  • Para los CUC no depositados en el sistema bancario, y ante la declaración oficial de respetar el dinero en manos de la población, pudiera dejarse un espacio de tiempo para que sean ingresados al banco, convertidos en CUP y los nuevos titulares de cuentas admitir la disposiciones y disciplina bancaria, que pudieran ser creadas al efecto, para ser aceptados como nuevos titulares por las autoridades bancarias. Entre otras variantes, establecer algún tiempo y límite momentáneo de cantidades a extraer, para evitar presión inmediata sobre la economía interna.

En relación con el CUP, una vez llegado el «día cero»,

  • Lo depositado en cuentas bancarias se mantendría igual, ya que el CUP es la moneda que finalmente quedaría y todo continuaría normalmente, bajo las normas bancarias vigentes.
  • Los poseedores de CUP fuera del sistema bancario (particularmente aquel segmento minoritario que concentra magnitudes importantes) es de esperar que lo mantengan guardado, como hasta el presente. Esto se presenta como un factor potencial de presión sobre la economía interna.
  • Las autoridades, especialistas bancarios y financieros poseen información global y pueden definir el rango posible de la magnitud de esa cantidad de CUP en manos de dicho segmento poblacional, de acuerdo con las partidas registradas del Efectivo en Circulación (infográfico Liquidez en manos de la población).

Lograr una aproximación con cierta exactitud, que parte del monto de ese efectivo en circulación pueda encontrase en manos del segmento señalado y cuánto podría ser el alcance financiero del poder económico de ellos, lo anterior ofrece la posibilidad de realizar pronósticos e incidencia en la economía interna y trazar una estrategia al respecto, para afrontar tal peligro potencial.

Desafíos

Sin duda el proceso de unificación monetaria y cambiaria encierra múltiples complejidades, incertidumbre y riesgos, tanto para el sistema empresarial como para la población, en toda su extensión. Algunas de ellas pueden predecirse, otras surgirán durante la realización del proceso y requerirán de decisiones rápidas y objetivas para solucionarse.

Una condición indispensable para afrontar tan compleja tarea es disponer de un respaldo o soporte financiero en divisa real. Para lograrlo en el contexto actual del bloqueo económico que la actual administración estadunidense impone a la economía cubana, se requerirá de varias fuentes. Una de ellas es la venta de mercancías, en divisa real, algo ya implementado en las tiendas o espacios creados recientemente, pero limitado para algunos productos solamente. No obstante, sería apropiado abrir el diapasón para otras ofertas, como: alimentos, ropa, calzado, servicios, reservaciones en instalaciones turísticas, viviendas, automóviles, entre otras.

Impacto y movimientos en la economía interna

Lo anterior permitiría obtener una cantidad o masa superior de divisa a la ya obtenida, de forma inmediata. Dentro de esta variante deben valorarse propuestas ya sugeridas: que las cadenas foráneas oferten sus productos en el mercado interno bajo consignación (para evitar desembolsos iniciales de divisas y repetición del ciclo, y mantener una oferta sistemática en el mercado interno) y la eliminación del gravamen interno al USD en manos de la población que acuda a las tiendas o mercados a realizar sus compras.

Otras vías de obtención pudieran ser las fuentes financieras e instituciones factibles, bajo condiciones favorables, que no contribuyan a endeudar más la economía, particularmente en el corto plazo.

Además, ampliar la carpeta de oportunidades a la inversión extranjera, mediante formas de participación bajo asociaciones y propiedades mixtas, o ciento por ciento propiedades extranjeras; eliminar restricciones, trabas y dificultades que limitan el acceso de la inversión foránea, así como el engorroso y dilatado proceso de aceptación interna. Ello podría motivar un mayor arribo de divisas para contribuir al soporte financiero que se necesita; particularmente en aquellas inversiones que garanticen un retorno rápido al financista foráneo y que aporten un monto de dinero inmediato considerable. (2020)

BIBLIOGRAFÍA

Nota:

[1] El índice de precio al consumidor ha registrado un crecimiento de forma sostenida en el periodo 2013-2018, excepto en 2016, y a partir de ese año retoma la tendencia anual. Mostrado en el Anuario Onei 2018 y solo referido a los mercados en moneda nacional (CUP), es decir, no recoge el comportamiento de los precios en las tiendas en divisas (CUC).

Armando Nova González es economista