El informador gazatí Ahmed Alnaouq atiende a El Salto desde su exilio en Londres para denunciar el genocidio que asegura que Israel está cometiendo en el enclave y señalar el papel occidental en las agresiones contra la población palestina.
El periodista Ahmed Alnaouq (Deir el Balah, Gaza, 1994) se salvó escribiendo, y ahora predica la escritura entre otros jóvenes gazatíes. Cuando en 2014 un misil israelí se llevó por delante a su hermano mayor, a quien tenía como referente, Alnaouq cayó en un lugar oscuro. Pam Bailey, una colega periodista estadounidense, le invitó a escribir sobre ello en inglés para publicarlo en medios occidentales. De aquella experiencia sanadora surgió We Are Not Numbers, un proyecto genuinamente gazatí que forma palestinos para que cuenten su propia historia al mundo.
A Alnaouq el exilio en el Reino Unido, donde reside tras haberse graduado en Literatura Inglesa en la universidad gazatí de al-Azher, le ha permitido esquivar los bombardeos israelíes, que el 22 de octubre de 2023 asesinaron 21 miembros de su familia —14 de ellos niños— que estaban refugiados en la misma vivienda. Evitamos preguntarle sobre su pérdida para que no tenga que revivirla, pero hablamos con él sobre Gaza, sobre la sociedad israelí y sobre la complicidad de la comunidad internacional en el genocidio.
Usted reside en el Reino Unido. ¿Cómo es ser palestino y vivir en un país que está involucrado en la ofensiva contra Gaza?
Difícil.
El Reino Unido es la causa de todos los problemas que vive Palestina.
Fue el Reino Unido quien dio la Declaración de Balfour a los sionistas,
para crear su propio país sobre nuestras tierras, sobre las casas de mis
abuelos y de mis ancestros. El Reino Unido ha dado a Israel cobertura
diplomática, mediática y comercio de armas, teniendo durante 76 años un
papel en las masacres contra mi pueblo, así como en el trauma y en el
sufrimiento de los palestinos.
Durante el último Gobierno, los conservadores han apoyado el genocidio contra mi gente rechazando el alto el fuego. El nuevo Gobierno laborista no está siendo muy distinto. Vimos una foto hace unos días de David Lemmy, el Ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, dándose la mano con Netanyahu, el líder genocida que masacró a mi familia.
La población del Reino Unido está protestando cada sábado desde hace meses en exigencia de un alto el fuego y en contra del genocidio. Desde que perdí a mi familia, me he sentido abrumado por el apoyo de la gente del Reino Unido. Hay que distinguir la actuación de Gobierno de la de la población.
Lo que ocurre ahora en Gaza, ¿era algo que los gazatíes temieran que pudiera pasar?
En
Gaza hemos sufrido muchas agresiones y guerras. Una de las mayores
sucedió en 2014, yo estaba allí. Fue masiva, brutal. Sabíamos que podía
haber una guerra peor que la de 2014, pero jamás esperamos la severidad
del genocidio que Israel está llevando a cabo en Gaza. Nunca pensamos
que Israel fuera capaz de un genocidio, de matar a la gente de hambre ni
de matar a gente en masa. Estoy en shock con que los líderes del mundo
estén permitiendo que el genocidio ocurra ante sus ojos.
¿La gente en Gaza confía en reconstruir sus vidas allí cuando esto termine, o muchos consideran la idea de abandonar el enclave?
Generalizar
es difícil. Pero si la guerra terminara mañana, creo que todos querrían
reconstruir Gaza. He visto muchos graffitis en los edificios derruidos
con el mensaje “nosotros reconstruiremos Gaza”.
La vida en Gaza no es el cielo. Es una cárcel al aire libre y ahora es un matadero para los palestinos. Pero Gaza siempre será nuestro hogar. El lugar donde querríamos vivir y permanecer, sin importar las consecuencias. Eso fue claro cuando cientos de miles de personas decidieron quedarse en el norte de la franja a pesar de la amenaza y de las instrucciones del Ejército israelí para que se fueran hacia el sur. Querían permanecer en sus casas.
Bombardear Gaza parece un consenso entre políticos de derecha o de centro izquierda en Israel.
Por
desgracia, ahora mismo la mayoría de los israelíes quieren la
erradicación de los palestinos. Así lo dicen las encuestas. Con tal de
apelar a esta audiencia y de ser votados, los líderes israelíes
bombardearán a los palestinos. Siempre ha sido así. Recuerdo, cuando yo
era muy pequeño, oír las noticias analizando la situación en Israel y
contando estas mismas cosas.
Dices que hay medios de comunicación occidentales cómplices de crímenes de guerra en Gaza.
Lo
son. ¿Viste el artículo de la BBC sobre el chico con Síndrome de Down
en Gaza? El Ejército israelí entró en su casa y soltó los perros de
combate contra él. Lo mataron [y lo abandonaron desangrándose]. La BBC
tituló: “La muerte solitaria de un palestino en Gaza”. Sin mencionar que
fue asesinado por el Ejército israelí y sin mencionar los perros.
Eluden quién comete el asesinato cuando quien mata es Israel. Cuando un
palestino comete actos violentos contra israelíes, se describe con un
lenguaje más atroz, más brutal. Muchos medios occidentales deshumanizan a
los palestinos y no les dan la agencia para contar sus propias
historias. Por eso los llamo cómplices.
We Are Not Numbers es parte de la lucha de la gente de Gaza para ser escuchada fuera de la región.
Sí.
Estábamos decepcionados con la cobertura de los medios occidentales.
Queríamos ofrecer a los palestinos una plataforma para escribir sus
historias sin filtro, para que el mundo entienda la situación en Gaza.
Hace años que reclutamos y entrenamos escritores con la ayuda de
mentores de todo el mundo. Contribuimos a cambiar la narrativa sobre
Palestina, puesto que ofrecemos una alternativa a lo que cuentan los
medios occidentales.
¿Qué sabes de la situación de la gente en Gaza?
Ayer
llamé a unos amigos que viven en el norte de la franja y me dijeron que
están sedientos. No hay agua limpia para beber. Hay unas 50.000 mujeres
embarazadas y no pueden alimentarse bien, están sufriendo.
Prácticamente todos los hospitales en Gaza están fuera de servicio. La gente está muriendo de hambre. Han perdido sus casas. La mayoría están en tiendas de campaña en zonas abarrotadas, contaminadas, donde el agua residual corre entre la población.
Están muy asustados. Israel comete cada día una masacre matando a 90 o a 100 personas. Imagínate vivir en un lugar durante nueve meses donde estás atrapado, donde no sabes cuándo te va a caer una bomba en la cabeza, estás hambriento, sediento y con algún familiar asesinado. Porque todos en Gaza han perdido a alguien en esta guerra.
Israel ha bombardeado colegios de la ONU
abarrotados de gente que busca refugio. ¿Crees que en algún momento,
aunque sea en 50 años, habrá rendición de cuentas contra algún líder
israelí? ¿O deberíamos olvidarnos de ello?
No deberíamos
olvidarnos de ello. Siempre deberíamos buscar rendición de cuentas
contra los criminales israelíes que están bombardeando a cientos de
miles de personas. Hay que intentarlo un vez tras otra. Si no, nos
convertimos en cómplices.
Si suficiente gente ejerciera presión sobre los tribunales internacionales, podríamos lograr algo de justicia. El trabajo ya empezó en la Corte Internacional de Justicia y en la Corte Penal Internacional. Necesitamos determinación y una base de personas, políticos y organizaciones que resistan amenazas hasta brindar rendición de cuentas y detener el genocidio en Gaza.
Cometer crímenes parece fácil para Israel. Disparan
contra cualquiera, al día siguiente declaran que apuntaban contra
militantes y sus aliados no tratan de contrastar nada.
Israel
compra aviones y bombas de Reino Unido y de EEUU y con ello bombardea
civiles. Pero estos países continuarán apoyando a Israel, y eso da a
Israel la impresión de que está por encima de la ley.
Israel es como un chico malcriado que puede hacer lo que quiera sin que su mamá deje de protegerlo y alimentarlo. No es que los Estados Unidos y el Reino Unido no sepan lo que hace Israel. Saben que está matando a niños y civiles, pero no les importa.
Muchos israelíes creen que todo
el mundo en Gaza apoya a Hamás. Dicen que votaron a Hamás en su día y
que esto es la consecuencia de aquello, como culpando a la sociedad
civil gazatí. ¿Qué les dirías?
No estoy interesado en decirle
nada a la audiencia israelí. Ya se sabe que la mitad de los palestinos
en Gaza son niños menores de 18 años. Yo tengo 30 años y nunca tuve la
oportunidad de votar en una elección en Gaza. Más del 70% de gazatíes
nunca pudo hacerlo. Además, incluso si alguien votó a Hamás ¿Debería
morir? ¿Deberían morir sus hijos? Son afirmaciones ridículas y
deshumanizantes.
Trump es un misógino, un racista, uno de los peores líderes del mundo. ¿Da esto a Canadá el derecho a matar estadounidenses? Claro que no. Además, todos sabemos que Hamás no es popular en Gaza. Su popularidad no pasaba del 20% antes de la guerra y desde octubre es menos que eso. Muchos en Israel solo quieren continuar con la nakba. Inventan pretextos para sentirse bien con ellos mismos a la hora de llamar al genocidio. De verdad: ¿Cómo podría alguien decir que un civil merece morir porque votó a Hamás, sabiendo que la mitad son niños? ¿Cómo puedes culpar un niño de los actos de Hamás y pedir su muerte y destrucción? Es simplemente una locura. Más que grotesco.
¿Cree
que toda esta violencia contra Gaza puede derivar en la creación de
nuevos grupos que se sumen a la resistencia armada contra la ocupación
israelí?
Creo en la resistencia pacífica. Pero también sé ver la
lógica. Sí, perdí a mi familia, pero tengo el privilegio de estar seguro
en el Reino Unido, donde nadie me está bombardeando, así que no puedo
decir qué pueden o no pueden hacer los palestinos. Sin embargo, sé de
historia. Sé cómo han actuado los pueblos que han sufrido opresión,
colonización y crímenes de guerra. En Gaza están siendo asesinados y
masacrados 24 horas al día desde hace nueve meses mientras el mundo mira
impasible sin hacer nada. ¿Qué se supone que deben hacer?
Podrían destruir a Hamás, aunque creo que es algo difícil de conseguir, pero luego aparecerá otro grupo similar, y otro, y alguno quizá sea más extremista que Hamás. Mientras haya ocupación, habrá resistencia. No puedes someter cometer matanzas, someter y humillar todo un pueblo y esperar que no haya respuesta. Es matemática simple. La gente de Palestina no es diferente a la gente del resto del mundo. Cualquiera que vive bajo ocupación busca la manera de resistir.