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Entrevista con: Arévalo Enrique Méndez - Embajador de Venezuela en España

«En Latinoamérica siempre hemos tenido un hacha encima»

Fuentes: Revista Pueblos

Tras las declaraciones realizadas por el canciller español junto a la Secretaria de Estado estadounidense sobre las próximas elecciones en Venezuela y en general sobre América Latina, ¿en qué estado se encuentran las relaciones entre el gobierno español y el venezolano? Tomemos como bueno lo que dijo Moratinos, que afirma que se va a exigir […]

Tras las declaraciones realizadas por el canciller español junto a la Secretaria de Estado estadounidense sobre las próximas elecciones en Venezuela y en general sobre América Latina, ¿en qué estado se encuentran las relaciones entre el gobierno español y el venezolano?

Tomemos como bueno lo que dijo Moratinos, que afirma que se va a exigir transparencia en las elecciones venezolanas. De esto no hay duda, porque en informes de la OEA y en los elaborados por los grupos de observación de la UE que fueron a Venezuela en las elecciones parlamentarias en el momento de la celebración del referéndum revocatorio, el sistema automatizado de votos de Venezuela está catalogado como seguro y transparente.

La transparencia es la clave. Si nosotros tuviésemos cosas que ocultar no estaríamos nuevamente en los papeles del organismo, adscrito a la OEA, de mayor experiencia en materia de seguimiento y control de los sistemas electorales en toda Latinoamérica. El proceso nacional electoral también invitó a observadores de varios países europeos.

Si hubiese algo que ocultar o dudas sobre la transparencia, no invitaríamos a nadie, sino que nos sentaríamos a esperar y a evaluar las propuestas de observación electoral en Venezuela.

Por otro lado, el otro elemento que aparece en las declaraciones del ministro Moratinos es que EE UU y España se comprometen a trabajar para que la oposición participe en las elecciones de Venezuela. Ese es un tema que no dudo que el gobierno español esté propiciando, visualizando la ganancia democrática que supone una plena participación de la oposición en el proceso electoral. El problema viene del lado de los Estados Unidos, que están promoviendo la no participación. Es aquí donde podría presentarse una diferencia entre lo que opina el gobierno español y el estadounidense. Está muy claro que el gobierno norteamericano actuó de manera abierta, directa y sostenidamente, incluso con financiamiento, para que la oposición no participara en las parlamentarias. En este momento tenemos todos los argumentos para decir que está manejando ahora el mismo propósito para las presidenciales (las elecciones de diciembre de 2006).

La estrategia de EE UU parece apuntar a romper con la dinámica de alcanzar los 10 millones de votantes chavistas, como un reto frente a la no participación que propugnan algunos sectores de la oposición y que han respaldado los EE UU. Si no se llegara a esa cantidad, ¿qué ocurriría?

El gobierno de Estados Unidos está pensando más en las elecciones del año 2012. Si hay algo que frena a los EE UU y a su actual presidente, y lo sabemos los venezolanos, es que cuando el presidente Chávez hace un compromiso, lo asume y lo lleva adelante. Cuando el presidente propuso: vamos a unas constituyentes, tuvimos unas constituyentes; vamos a cambiar un modelo socioeconómico, y lo estamos cambiando; vamos desde un modelo de democracia representativa hacia un modelo de democracia participativa, y lo estamos logrando. Es decir, detrás de la palabra ha habido el hecho concreto. Cuando se dice que si la oposición no participa se comete un atentado contra Venezuela, pues vamos a un referéndum revocatorio. Ese es el temor de Estados Unidos, ese es el gran «coco» de los EE UU, que el presidente Chávez pudiera presentarse a una tercera elección.

Otro elemento de análisis, y esto lo sabe la oposición y EE UU, es que el 3 de diciembre de este año el triunfador en las elecciones presidenciales va a ser el presidente Chávez, de eso no hay duda. Lo que ellos quieren es debilitar, no al presidente Chávez (visualizando el 2012), sino al chavismo, porque si el presidente Chávez no logra los 10 millones de votos, el chavismo quedaría con un plomo en el ala para el año 2012, somos conscientes, y a eso están jugando los Estados Unidos, a que no se logren esos 10 millones de votos. Y la única fórmula posible para que eso suceda es que la oposición no participe, porque da igual que eso ocurra en España, Alemania, Colombia, Venezuela, o en cualquier otro país, si no hay una oposición vienen los aires y sentimientos de triunfalismo y la otra corriente enfrentada se desestimulará a ir a votar. Como ya se da el triunfo por seguro, esa es la propuesta de EE UU.

A pesar de que la oposición manipulada por los Estados Unidos no vaya a las elecciones, nosotros queremos lograr esos votos. Ganar o perder no está en discusión, el presidente está saliendo en estos momentos con más de un 60% de votos consolidados, sin que se haya hecho publicidad o política comunicacional sobre los grandes avances sociales, políticos y económicos logrados en Venezuela. Por fin, este año 2006 dejamos el segmento medio de avance en desarrollo humano y pasamos al segmento de nivel alto, es decir, nos situamos en el mismo segmento de un país como España, en materia de indicador y materia de desarrollo. Todo ello siendo conscientes de todos los problemas que tenemos y los retos que tendremos que afrontar.

Nos gustaría también que nos comentara los cuestionamientos que se hacen internacionalmente de limpieza democrática en Venezuela, cómo le afecta a usted como embajador en las relaciones con los diferentes grupos políticos en España. Hemos oído declaraciones de portavoces y líderes políticos españoles pertenecientes al Partido Popular en los que hacen referencias continuas al presidente Chávez como un presidente dictatorial. ¿Cómo influye esto en sus relaciones con los diferentes grupos políticos?

Eso se inscribe dentro de una concepción mediática con un propósito político. En lo político, en Venezuela no ha tenido efecto. Económicamente, si nos centramos en lo que podríamos llamar elemento indicador de la relación económica entre España y Venezuela, por ejemplo a través de cómo se desestimula la inversión de empresas españolas allí, el efecto ha sido absolutamente el contrario. Vamos a ser pragmáticos, olvidándonos del fenómeno genérico de las transnacionales y sus efectos en los países del «Tercer Mundo», y analicemos la presencia de capitales españoles en Venezuela. En los últimos 7 años (los que tenemos de referencia en el poder en Venezuela ) han ido 57 nuevas empresas españolas a mi país, empresas del porte de Telefónica, y otras sumamente interesadas en el desarrollo de nuestro aluminio y nuestro acero. También han llegado empresas de energía, que tanto interés tienen acá para el gobierno español, que están recibiendo contratos muy significativos para nuestro desarrollo energético. Debo decirles que Repsol ha desplazado a Chevron como la primera gran empresa extranjera energética en nuestro territorio. La conclusión es que el discurso mediático que pretende desestimular la presencia de la empresas españolas en Venezuela no ha resultado y ha provocado más bien un efecto contrario al que se pretende. Profundizando en esta línea, el año pasado fueron a Venezuela alrededor de 40.000 turistas españoles, y este año las cifras apuntan a que se duplicarán, eso tiene un efecto económico allá. Ante ese panorama, se puede decir por tanto que las relaciones entre España y Venezuela marchan por buen camino.

Con las elecciones presidenciales a la vuelta, la oposición no parece tener un candidato de talla. ¿Cómo se presenta el panorama? ¿Se va seguir alguna estrategia para contrarrestar ofensivas mediáticas como las que algunos medios españoles despliegan?

No hay duda de que Chávez ganará las elecciones el 3 de diciembre, eso no lo discute ni siquiera la oposición, que está tratando de lanzar por lo menos un nombre para ver si tiene posibilidades en 2012. Ni en lo económico ni en lo político, la prensa, mejor dicho, los contenidos de cierta prensa española, ha logrado influir o cambiar ni siquiera a los alcaldes en Venezuela. En lo eminentemente político hay alrededor de 8.400 electores en España con derecho a voto en Venezuela. Esos tres o cuatro mil que van a votar el 3 diciembre no van a cambiar ninguna realidad ni nacional ni local en Venezuela. Además, nosotros estamos preocupados porque se solucionen nuestros problemas internos, la pobreza y la exclusión. Aquí el problema es si el signo ideológico del presidente Chávez es comunista, populista o lo que sea; cuestión que en Venezuela nadie discute. Allá lo que estamos discutiendo es si comemos o no comemos tres veces al día, y si tenemos o no tenemos médico para que atienda nuestros problemas de salud, y si nuestros hijos van o no van a la escuela.

En algunas mediciones que se han hecho en Venezuela sobre la presencia de la prensa española por Internet en número de lectores diarios, El País creo que tiene alrededor de unos 2.000, ABC llega a unos 300, El Mundo creo que alcanza unos 500. Súmelos todos alrededor de una población electoral que está alcanzando los 17 millones de electores. Y uno se pregunta por qué, más allá del asunto comercial de vender o no vender prensa y excluyendo la cuestión ideológica, cuál es el interés de gastar tanta tinta contra el presidente Chávez y contra el proceso venezolano. ¡Vaya usted a saber!, porque los medios españoles, además de no tener una presencia fuerte en Venezuela, no causan ningún efecto, ni en lo político ni en lo económico, ni en lo social, y mucho menos en lo cultural.

El subsecretario de Estado español encargado de Europa habló de que entre el gobierno español y el estadounidense antes existían más diferencias con relación a Venezuela y que esas diferencias estaban desapareciendo. Podría pensarse que a raíz de la nacionalización del gas en Bolivia y de la propuesta integracionista y socialista del gobierno chavista hay un enfrentamiento de los grupos económicos representados por cancillerías españolas y los grupos económicos estadounidenses.

Los problemas políticos en función de la globalización pasan a ser consecuencia del ámbito económico y, a su vez, planteamientos económicos pasan a ser consecuencia de la materia energética mundial. El mundo se mueve por la energía, el pretender ignorar que Venezuela, Bolivia, Trinidad y Tobago, Perú, Ecuador… son una realidad energética del mundo, sería dar la espaldas a la realidad. En ese sentido no creo que haya un acercamiento entre el gobierno estadounidense y los agentes políticos y económicos norteamericanos y españoles. En Europa, y muy especialmente en España, hay una clara preocupación por el problema energético. El gobierno español ha ido incluso por la vía elegida por Chávez y Morales, que supone dar mayor relevancia y atribuciones a la Comisión de Energía, a través de un Real Decreto. En unas declaraciones, el presidente Zapatero ha dicho incluso que quiere tener protagonistas energéticos nacionales, llámese Iberdrola, Gas Natural, etc. El vicepresidente Dick Cheney lo dijo no hace mucho en Ucrania: «los asuntos de energía son asuntos entre Estados, no exclusivamente entre empresas». Rodríguez Zapatero asume el problema energético, que es el gran problema económico político de hoy en día en este mundo globalizado, y pretender ignorar que hay unas realidades políticas y sociales en Venezuela y en Bolivia alrededor de la energía, es querer tapar la realidad. Zapatero ha entendido muy bien esa realidad, de la cual no puede sustraerse.

Europa tiene un problema de energía, asistimos a una disputa entre Rusia y la Unión Europea. Por un lado, se invierta o no en las empresas europeas rusas, el presidente Putin dice que no se cierra a ninguna negociación, pero necesita inversiones para explotar sus yacimientos, y que Europa le asegure mercado ¿cómo vamos a hacer eso? Por otro lado, Europa se empeña en el transporte de gas licuado, mientras Rusia se inclina por los gasoductos para traer gas hacia Europa. Hay una realidad geopolítica tremenda, con enormes tensiones, como el cierre de llaves que Rusia le aplicó a Ucrania, cuando el invierno estaba a 30º bajo cero. Por eso es necesario completar los acuerdos mucho más allá de los precios de gas a Ucrania, porque al fin y al cabo el afectado fue la Unión Europea, los países del centro y este europeos.

En lo económico la energía manda y en lo político, en Latinoamérica, Bolivia y Venezuela son países punteros en los cambios sociopolíticos y económicos. Esa coincidencia entre las necesidades crecientes en la demanda de gas y cambios trascendentales en lo político suscita preocupación en el Norte. Yo creo que el presidente del gobierno español ha entendido muy bien esa realidad y no quiere jugar a equivocarse porque, como Chávez y Morales, está de paso, pero las necesidades energéticas en Europa y en España están acá y van a estarlo durante muchos años.

¿Nos podrías comentar como se encuentra ahora el gasoducto, y si hay empresas españolas participando?

No, la empresa que ha manifestado interés en este lado del Atlántico es Gazprom, el gigante mundial de la explotación y conducción del gas.

Hay una oposición al gasoducto bastante fuerte en España, sobre todo en la zona de Colombia, donde tiene un impacto muy directo y pasa por zonas que pertenecen a comunidades negras… incluso ha salido una declaración que lo inserta dentro del Plan Puebla Panamá…

¿Colombia? No, vamos a ver, no sé si refiere al gran gasoducto que une a toda Latinoamérica, pero Colombia está fuera de ese plan…

Será mejor aclararlo. Muchas organizaciones pertenecientes a países amazónicos han denunciado el megaproyecto conocido como Gasoducto del Sur que se llevará a cabo entre Venezuela y Argentina/Uruguay. Se asegura que los impactos de dicho proyecto serán innumerables, enormes e irreversibles. ¿Hay formas más respetuosas para avanzar hacia modelos de desarrollo diferenciadores e integradores distintos a los que estamos acostumbrados?

No, en cuanto a este tema, Colombia no tiene nada que ver porque el gasoducto pasa muy lejos, no toca territorio colombiano. El segundo gasoducto que comenzará a construirse el 8 de julio, pasa por un territorio colombiano prácticamente despoblado, la guajira colombiana, atraviesa la guajira venezolana y llega hasta Maracaibo. Ahí no hay ningún tipo de problema ni ambiental, ni con los habitamtes, porque incluso la etnia Guayú apoya plenamente el gasoducto. No hay tramos de evaluación medioambiental ya que son zonas desérticas, despobladas, no atraviesan ningún río, ni ninguna montaña que origine destrucción de ecología. Si se están refiriendo al gasoducto que va hacia el Pacífico para llevar petróleo venezolano para luego enviarlo a Asia: China, India y Japón, e incluso a la costa oeste norteamericana, ahí no se ha realizado estudio de impacto ambiental y cultural aún, pero esa es la idea. Hay dos grandes gasoductos, el que va de Venezuela a Colombia y el de Venezuela a Argentina, que representará más de 6.000 km., ese sigue adelante, y hay que estudiarlo porque si se va a atravesar una zona indígena hay que tener una consideración muy especial, habría que estudiar el impacto ambiental que tendría sobre esa población indígena.

Afortunadamente, en este gobierno tenemos una elevada conciencia en el concepto ambiental y cultural de los desarrollos económicos cualquiera que sea su origen y naturaleza. Tuvimos que afrontar una experiencia decidida por el gobierno anterior, en relación al problema indígena generado por la construcción de la represa de Gurí hasta Manaos, que atravesaba 1.000 km. de zona indígena. Eso se detuvo debido a las protestas de los indígenas, entre otros motivos, por no haberles tenido en cuenta. Allí ocurrieron cosas interesantes, a petición de los indígenas el proceso se hizo mucho más extenso de lo que inicialmente pretendía el gobierno de entonces, que era ir por un determinado trazado. Con este gobierno se dialogó y se impuso un nuevo trazado, que salió mucho más costoso económicamente al tener que alejarse de zonas donde viven los indígenas, zonas de una naturaleza exuberante que los indígenas no querían tocar, y nosotros tampoco. El presidente Lula lo entendió y lo entendió también el presidente Chávez y ahí está el tendido que, por cierto, beneficia a los pueblos indígenas. Ante esta experiencia habría que analizar qué va a pasar con el caso del que hablamos.

En los medios de comunicación se presenta una imagen dura entre el gobierno venezolano y el colombiano, ¿podría hablarnos un poco sobre como está ahora la relación después de la reelección?

No hay nada establecido sobre hacia dónde mira el presidente Uribe y hacia donde mira Chávez, pero es un ejemplo típico de que realmente hay una voluntad política y disposición, muy latinoamericana, por la integración y por la comprensión de unos con otros. Sin hablar de lo que va a ocurrir en el futuro, y dejando los modelos socioeconómicos que se están desarrollando ahora en cada país, las relaciones entre Uribe y Chávez, están definitivamente marcadas y enmarcadas por las realidades sociales, culturales, políticas y económicas que dominan los espacios en ambos países; espacios territoriales, geográficos y humanos. La geografía humana impone un deber, a partir de lo que somos los pueblos, por ejemplo, la salida de Venezuela de la comunidad andina no está afectando a Venezuela y Colombia en absoluto. En primer lugar, porque es un comercio natural, el flujo cultural e histórico. Las relaciones entre nuestros pueblos, especialmente en Zulia y en particular con la etnia Guayú, demuestran que ha habido una integración natural, que proviene del lazo familiar, sin que una línea fronteriza o un límite imponga separaciones, todo lo contrario, históricamente ha sido una frontera, yo diría que una frontera modelo, no hizo falta que los gobiernos ni los Estados intervinieran para que hubiese una relación natural entre ambas regiones fronterizas, no voy a decir entre ambos países, ya que es muy diferente la realidad de Bogotá a la de Colombia, pero las relaciones entre esos Estados y el norte de Santander, Arauca y la Guajira están ahí, vivas y fortaleciéndose. Hay algunos problemas, con el narcotráfico, contrabando, secuestros, etc.; pero yo creo que una realidad de más de 200 años basada en una relación de hermandad acabará imponiéndose sobre los problemas. La voluntad humana de ambos lados de la frontera supera incluso a la voluntad política de ambos Estados.

La guerra contra el narcotráfico ha servido como elemento que justifica la intervención militar estadounidense en Colombia. Cada vez aparecen más notas de prensa involucrando a personas de Venezuela en el narcotráfico, llegando a afirmar incluso que Venezuela se está prestando a que narcotraficantes colombianos se instalen en el país y eso parece ocurrir a partir de la decisión del gobierno venezolano de no cumplir el acuerdo sobre drogas firmado con EE UU.

Recientemente la máxima autoridad nacional en la lucha contra la droga me informó de que el 8 de julio se firmó el nuevo convenio con la DEA. Esa situación ha ocurrido durante los meses en los que se cambió en Venezuela un convenio que vulneraba nuestra normativa, de derecho y de hecho. Si eso ha sucedido se contradice con lo que ha declarado recientemente un alto portavoz, dirigente de la lucha contra la droga, quien afirma que ellos (DEA) no se retiraron de Venezuela. Pero si no se retiraron, deberían explicar entonces cómo, con su supuesta eficiencia de lucha contra el narcotráfico, han permitido que capitostes de la zona de Colombia se hayan venido a Venezuela. En cualquier caso nosotros vamos a llegar a un nuevo acuerdo del que hemos impuesto las grandes líneas y que tiene particularidades frente a otros anteriores, como es que la cooperación se circunscriba a promover un intenso intercambio de información, así como a proveer dotación tecnológica, de equipamiento, etc., sin embargo no se permitirá que haya agentes de la DEA operando en Venezuela.

La DEA llegó a detener incluso a venezolanos para interrogarlos en sus cuarteles dentro de Venezuela. Llegó incluso a realizar interceptaciones telefónicas a venezolanos. Suponiendo que pudieran estar involucrados en asuntos de narcotráfico eso no les exime de tener una autorización del gobierno venezolano. Por eso nosotros decidimos terminar unilateralmente con el convenio existente y acordar uno nuevo, que es el que se firma el 8 de julio.

Estos días en Ginebra se habla de mercado, se habla del futuro del libre comercio. Paralelamente Venezuela se sale de la Comunidad Andina de Naciones, apuesta por MERCOSUR y desde ahí habla de su proyecto ALBA. Cuéntenos qué es el ALBA, que propone, en que se diferencia frente a lo que negocian otros países en Ginebra.

En primer lugar, una intervención de otro tipo no sólo es posible, sino necesaria, porque la historia de ruina de nuestros sistemas económicos, sociales, culturales y ambientales reclama otra propuesta. Segundo, porque las realidades en materia de integración económica y política son muy diferentes en Latinoamérica y en Europa. Incluso dentro del continente americano son diferentes los sistemas de integración entre Centroamérica, el Caribe y Suramérica, con realidades geopolíticas y culturales muy diferentes. Importar un modelo de integración, como el desarrollado por la Unión Europea, a nosotros no nos sirve, pero mucho menos nos sirve el sistema que ha establecido EE UU imponiéndose a Canadá y a México. No obstante hay que aclarar que el ALBA en sí no es un área de libre comercio, no es una esquema de integración a partir del modelo conocido, el ALBA es una forma, una filosofía, una nueva concepción de integración. ¿Cómo vamos a llegar a ese esquema? A partir de los tres conceptos que maneja el ALBA: cooperación, solidaridad y complementariedad económica. En cooperación hemos hablado durante muchos años a Europa, África, América Latina, Asia, de la cooperación Sur-Sur e incluso hay un modelo escrito. Aquellos hombres que hablaron hace 30 años sobre este proceso hablaron de universidades ajustadas a nuestro tiempo y a nuestras propias realidades, hablaron de un Banco del Sur, de cooperación tecnológica, cooperación en salud, interacción energética, comercio entre el Sur. Eso es lo que tratamos de proponer, una nueva cooperación, no una occidentalizada ni eurocentrista, sino centrada en nuestras propias realidades, que tiene otras peculiaridades.

Europa desarrolla una cooperación económica interna a partir de unas realidades que eran muy igualitarias, aquí las realidades son muy distintas, hay muchos pueblos indígenas con una cultura propia, particularmente en el área andina y en la Amazonía, y esto hay que respetarlo. Estas realidades de Latinoamérica no estaban presentes en Europa cuando hablaron de la Comunidad Económica Europea o la Comunidad del Acero y el Carbón. Integrar Latinoamérica partiendo del modelo eurocéntrico o del de la CEE es partir de una realidad falsa. Ese modelo no nos sirve, ni nos va a servir, tenemos que contemplar nuestras propias particularidades, no solamente el elemento humano, sino el elemento geográfico.

Le hemos preguntado mucho de fronteras hacia fuera, ¿cómo están programas como Barrio Adentro? En los preliminares usted arrancaba diciendo que en Venezuela ha subido el índice de desarrollo humano, según el informe del PNUD. Le vamos a pedir también un poco de ejercicio de autocrítica, ¿en qué no lo están haciendo bien ustedes?

Bien, tenemos un problema gravísimo, ya lo adelantaba el Che Guevara que decía que el gran problema de Latinoamérica era y sería la burocracia. Ahora por fin se alinean los astros. Nunca había coincidido un momento político como el actual en la historia de Latinoamérica, sobre todo en Suramérica, porque las economías latinoamericanas han estado marcadas por el rumbo de México, Brasil, Argentina y Venezuela, nunca había coincidido un liderazgo político con cierta afinidad, todos impulsados y marcados por el tema social. En Venezuela con todos los problemas que se arrastraban, hay una nueva concepción política y una nueva forma de entender la economía como un hecho social al servicio de lo social, no al revés, como lo propone Vargas Llosa por ejemplo, la sociedad ha estado en función de la economía, por lo tanto de los empresarios, por lo tanto de las grandes corporaciones, por lo tanto del imperio, esa es la gran diferencia. Hacia dentro tenemos efectivamente grandes problemas como la burocracia, que estamos intentando combatir, y vamos a combatirla. ¿Quién es al fin y al cabo la Administración Pública? ¿Quién aplica las políticas públicas? Nosotros encontramos una vía, obviando el tradicionalismo, el conservadurismo e incluso hasta los temores al cambio, que es un elemento inherente al ser humano, nos salimos de los ministerios y nos fuimos por la vía de las Misiones. ¿Quiénes son las Misiones? Misión es el pueblo, asumiendo su propia responsabilidad y su propio proyecto de vida a partir de una propuesta del Presidente Chávez. Barrio Adentro es una Misión colateral a la burocracia, y todas las Misiones son colaterales. Imagínense una Misión de denuncia como la que persigue delinear y otorgarle a las comunidades indígenas sus propios territorios. Por eso el presidente Chávez se dio cuenta que con la burocracia tradicional conservadora y temerosa de los cambios no se iba a efectuar ese cambio y elegimos una vía más rápida.

Parece que esa burocracia está afectando a diversos sectores. ¿Habrá una reforma a fondo en una estructura tan estratégica como PDVSA donde hay pérdidas cifradas en cientos de millones de dólares?

No importa lo que los burócratas piensen, lo importante es que los mecanismos legales, los mecanismos de liderazgo y los mecanismos sociales sean impuestos. Se dice que PDVSA era un Estado dentro de un Estado. Yo pienso lo contrario, era el Estado de Venezuela incluido en el Estado PDVSA, que es peor. La forma en que se ha llevado el proceso de transmutación y transformación de PDVSA es una herramienta poderosa para nuestro desarrollo socioeconómico, eso se está logrando, porque el problema de la energía, no es lo que pasa en el interior de PDVSA, sino lo que pasa fuera, porque al fin y al cabo, a diferencia de lo que puedan ser elementos como la salud o la educación, cuyo diagnóstico se hace difícil, lo que pasa con el petróleo es lo contrario. El petróleo de un gran yacimiento tiene que salir por un tubo, y al Estado se le hace muy fácil determinar cuánto sale por ese tubo y hacia dónde va, y ese petróleo finalmente se convierte en recurso financiero para el gobierno que tendrá ya previsto como lo insertará dentro de sus planes presupuestarios.

Pero hay mucha parte de ese petróleo que salía, digamos, despistado…

Nosotros descubrimos incluso algo que es anecdótico. ¿Cuál fue la molestia del que fuera subsecretario de Estado de EE UU Otto Reich con el presidente Chávez?, Que Otto Reich recibió beneficios de la anterior oligarquía tecnocrática de PDVSA en forma de barcos petroleros hacia el Caribe. Buena parte de la factura petrolera en el Caribe estaba en manos de Otto Reich y eso se cortó. Repito, si la producción sigue según los planes del Estado, ahora ya con PDVSA bajo control, serán esos planes los que interesen y que la burocracia diga lo que diga. Si se nos asegura que hay la capacidad de producir 3.300.000 barriles diarios y se decide producirlos, eso tiene que verse y comprobarse. Por lo tanto ahora a los tecnócratas les corresponde su labor, que es sacar el petróleo. Esa es la gran diferencia, que antes lo sacaban y lo manejaban una vez extraído, ahora el Estado es el encargado de esa función.

¿Quién es el que controla todo eso ahora, tiene carácter militar?

No. El que controla todo eso es el Estado.

El paro de 2002 tuvo lugar, precisamente, porque la oligarquía no quería perder el control y que hubiera una transformación de PDVSA…

Claro, ese es el secreto de lo que pasa con el negocio energético, manejado por compañías, grandes trasnacionales y gestionado lamentablemente por los Estados, que dejan hacer. Ahora, los Estados están reasumiendo e internalizando que el problema energético del mundo es un problema entre Estados y es un negocio entre Estados, no es un negocio simple entre compañías transnacionales. De hecho, el objetivo pretendido por el gobierno español con el Real Decreto antes mencionado es dar más autoridad al organismo que regula la materia energética en España, tratando de salvaguardar los intereses españoles para que E.ON no le ponga la mano a Gas Natural. ¿Qué ha hecho Gazprom? Pues convertirse en la joya preciada de la corona rusa cuya posibilidad económica está en el gas, o al menos es por dónde debería ir. La tecnocracia en Venezuela, repito, dominaba desde la salida del petróleo hasta su mercadeo, decidiendohaciadóndeiba,a quémercado y a qué precio. Ahora le hemos dicho a los tecnócratas: no, tú me pones el petróleo fuera del pozo y yo me encargo de ahí en adelante.

Cambiando de tema, Chávez ha dicho que a lo mejor no iba a renovar licencias a algunas cadenas de televisión y radio. Cuestión que la oposición utiliza para buscar frentes de ataque al chavismo.

El problema de las licencias es con Globovisión y Radio Caracas Televisión.

La oposición parece estar preparando el camino para dar de nuevo un golpe de efecto en diciembre, y el temor es que reaccione nuevamente de forma violenta o con paros. No sólo esta el asunto de la renovación de licencias, sino también están levantando la bandera de la inseguridad ciudadana, etc. En general, no parece que en Venezuela la oposición tenga una estrategia limpia, sino que está esperando cualquier tipo de oportunidad para atacar como sea el proceso bolivariano. De ahí los problemas que podrían surgir si el proceso no obtiene esos 10 millones de votos que se estiman necesarios. De otro modo las circunstancias serían óptimas para que internamente se intente provocar un nuevo escenario de tensión.

La revolución bolivariana se caracteriza por varios elementos, uno es el poder del pueblo, otro es la creencia en que el presidente Chávez es el primer político en la historia de Venezuela que asume responsabilidades, como lo hizo el 4 de febrero [2002]. Y el tercero se alimenta en gran parte del discurso del Presidente Chávez e incluso de las propias contradicciones del proceso. En Venezuela, dividido en dos momentos, hay un hecho histórico más relevante que el proceso constituyente del año 1999, uno es cuando el presidente regresa a hombros del pueblo y de las fuerzas armadas el 13 de abril [2002]. En Latinoamérica se concretó un pensamiento alrededor del cambio o de una ilusión de cambio. En toda Latinoamérica los pueblos siempre estuvieron de espaldas a todos esos procesos políticos. Éramos conscientes de haber sufrido una dictadura militar sólo después de que caía el dictador, pero con Chávez sucedió lo contrario, él regresa a horcajadas del pueblo, fue un momento histórico.

Y el otro momento fue el revocatorio, lo que nos jugamos allí, que Latinoamérica percibiera, no sólo lo que está ocurriendo en Venezuela, sino que en toda la región se percibiera de que sí es posible salir adelante, de que sí es posible echarnos a hombros los cambios, y de que teníamos que largar ese pesado fardo que siempre hemos llevado que son los temores hacia los Estados Unidos, y decirnos bueno, mire, con tanta hambre ¿Cuál es la diferencia entre que los Estados Unidos lancen una bomba atómica a Bolivia o a Venezuela?, al fin y al cabo si el futuro hubiera continuado igual era que muriéramos de hambre o que muriéramos con una bomba atómica lanzada por algún loco o demente ¿vamos a seguir con este temor? ¿hasta cuándo?. Pero nos hemos dado cuenta que es muy difícil que nos lancen una bomba atómica, y nos estamos dando cuenta que si nos apoderamos de nuestras propias potencialidades somos capaces de salir adelante. Cuando en los 40 y 50 resurgieron los movimientos populares, llegaron los EE UU. Cuando empezó en Latinoamérica a hablarse de la unión entre la Comunidad Andina, y todavía no existía MERCOSUR, llegaron las dictaduras militares, cuando se acabaron las dictaduras militares ahora viene la Comunidad Andina a asociarse con el Mercado Común, entonces aparece el ALCA, esa ha sido la gran desgracia de Latinoamérica, siempre hemos tenido un hacha encima, cada vez que nosotros intentábamos integrar, EE UU sacaba su carta de la mano.

La muerte de Jacobo Arbenz, la de Torrijos, la de Allende, no son casualidades. Ahora estamos ante un momento histórico donde pareciera que los astros se alinean en Latinoamérica, especialmente en Sudamérica, y es la primera vez que EE UU intenta imponer un criterio, un modelo, sujeto al Derecho Internacional, pues antes era por la vía de los hechos. Ahora se han contenido un tanto, pero vienen otros modelos después del ALCA, los tratados de libre comercio fraccionados por regiones. Ese es el peligro que tenemos allí, pero algo buscaremos, o morir contentos o morir disgustados, creo que es la opción de vida que más nos conviene en estos momentos.