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Entrevista al historiador Michael Knapp y al activista Ercan Ayboga

«En Siria, una experiencia de democracia directa, igualitaria y multiconfesional resiste al Estado Islámico»

Fuentes: Bastamag.net

Traducido del francés para Rebelión por Caty R.


Los medios de comunicación occidentales transmiten con profusión las decapitaciones, las llamadas al asesinato y las exacciones perpetradas por el Estado Islámico. Sin embargo, frente a esta barbarie, las poblaciones kurdas, árabes o yazadíes de la región de Rojavá, en el norte de Siria, están estableciendo otro modelo de sociedad emancipador, igualitario, multiconfesional y muy democrático. Una experiencia que incluso podría servir de inspiración para restablecer la paz en la región. Mientras tanto los kurdos y sus vecinos luchan para defender esta utopía concreta sin ningún auténtico apoyo internacional.  

Las razones para la esperanza son escasas si provienen de Siria. Pero en enero de 2015 el mundo descubrió, boquiabierto, las imágenes de mujeres kurdas en ropa militar que participan en la resistencia desde la liberación de la ciudad siria de Kobané. Un movimiento democrático y antipatriarcal acababa de desmontar a las fuerzas ultrarreaccionarias del Estado Islámico, victoriosas por todas partes. Dos modelos de sociedad radicalmente diferentes se enfrentan. Porque el Kurdistán sirio vive la experiencia, desde 2011, de una revolución democrática insólita.  

Rápidamente, liberado de las fuerzas del régimen de Bachar el-Assad, el movimiento de liberación kurdo ha desarrollado una organización política basada en la democracia directa, la organización en comunas y la liberación de las mujeres. A pesar de la guerra, los ataques del Estado Islámico, el embargo turco, sobre el fondo de la indiferencia de la comunidad internacional, la región continúa poniendo en práctica el «confederalismo democrático», un modelo de sociedad multiconfesional y multiétnica, sin Estado, para la emancipación de todos.

 

Lo que sucede desde 2011 en la región de Rojavá (norte de Siria, en la frontera con Turquía), ¿representa el contrapunto absoluto de la violencia del Estado Islámico?  

Ercan Ayboğa: El Estado Islámico representa la línea más reaccionaria que existe actualmente en Siria y en Oriente Medio, más reaccionaria todavía que Al Qaida y el polo más opuesto al movimiento de Rojavá. Existe por un lado el modelo de sociedad de Rojavá, un enfoque democrático y emancipador, y por otra parte el Estado Islámico, extremadamente reaccionario, hierático, misógino, completamente antidemocrático, violento y explotador de las poblaciones.

Michael Knapp: Rojavá parece, obviamente, la antítesis del Estado Islámico. Pero es mucho más profundo. El Estado islámico también es la expresión del juego de las fuerzas presentes en Oriente Medio. Retrospectivamente, visto desde Occidente, se puede tener la impresión de que el movimiento de Rojavá nació en oposición al Estado Islámico. Pero de hecho es anterior al Estado Islámico, que ha sido reforzado por potencias como Turquía, entre otras cosas, para destruir el proyecto de Rojavá.

¿Cómo se ha puesto en marcha el proyecto democrático del movimiento kurdo a pesar de la guerra civil? ¿Existirá un compromiso con el régimen de Bachar el-Assad?

Michael Knapp: Cuando empezó la guerra civil en Siria, el movimiento kurdo no quiso unirse a la oposición. Apoyaba claramente a la oposición democrática, la que se basaba en una especie de crisis política y no en una escalada de violencia. Pero veía también que las fuerzas de la oposición estaban apoyadas por Turquía, Arabia Saudí, Catar y los países occidentales. Por eso el movimiento kurdo decidió tomar una tercera vía.

Desde el punto de vista militar las fuerzas combatientes de autodefensa kurda rodearon los cuarteles del régimen y les dijeron: U os vais o combatís. A menudo los soldados del régimen se retiran de manera relativamente pacífica, pensando que las fuerzas kurdas no irían a combatir al lado del ejército sirio libre. Así, el régimen ha preferido apostar a sus soldados en otra parte. Incluso aunque haya combatir alrededor de los pozos de petróleo. En ese vacío es donde pudo nacer el modelo de Rojavá.

Los miembros de la coalición nacional siria y los del ejército sirio libre a veces acusan a las estructuras de autoorganización de la región de colaborar con el régimen. Pero hay que comprender que el movimiento kurdo sigue un principio de autodefensa legítima y de primacía de la política civil. Eso quiere decir que también durante mucho tiempo, cuando no lo atacan, resuelve todo políticamente. Esta es también la política seguida por la guerrilla del norte del Kurdistán (Kurdistán turco).

¿Cómo se organiza ahora la vida política en la región?  

Es compleja y dinámica a la vez. La organización se adapta a las necesidades. Las asambleas de los consejos son el motor de todo. Hay varios niveles de consejos: de calle, de barrio, de la ciudad… Cada nivel envía a continuación a los representantes a las estructuras de nivel superior: los consejos de calle a los de barrio, los de barrio a los de las ciudades, después a los consejos de los cantones hasta el consejo popular de Rojavá. Las comunidades se organizan también en comisiones en los diferentes ámbitos, la seguridad, la economía, la justicia…

Las comisiones se forman como ministerios a nivel de la región. Los consejos son siempre dobles, con un consejo mixto y otro de las mujeres. El consejo de las mujeres tiene derecho de veto. Y en todos los consejos mixtos existe una regla de paridad, una cuota del 30 % al menos de cada género, y el principio de una doble dirección, elegida, con una mujer y un hombre. Si en una ciudad hay una comunidad yazadí o árabe, por ejemplo, éstas también tienen derecho a una copresidencia en los consejos. Así, a menudo hay una presidencia del consejo triple e incluso cuádruple.

Paralelamente a los consejos existe un parlamento, porque todavía hay personas miembros de partidos y también tienen que organizarse y estar representadas. En ese parlamento están los partidos, pero una parte de los escaños se reserva las organizaciones de la sociedad civil, asociaciones de defensa de los derechos humanos, la comunidad yazadí…

Lamentablemente, por culpa de la guerra, todavía no ha sido posible celebrar elecciones a nivel de toda la región para designar por votación a los miembros del Parlamento.

¿De dónde viene ese modelo de autoorganización y de confederación democrática?  

Ercan Ayboğa: Las estructuras de autoorganización comunal nacieron al norte del Kurdistán, en Turquía, en 2007-2008. Esas experiencias se transmitieron a Rojavá a partir de 2011. El proyecto de confederación propiamente dicho viene del KCK (Unión de las Comunidades del Kusdistán), una rama del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) creada en 2005. La idea era democratizar el movimiento de liberación kurdo, alejarse de una estructura de partido para ir hacia un movimiento de toda la sociedad. El movimiento se beneficia de herencias históricas como La Comuna de París (1871), pero sobre todo del Movimiento Zapatista mexicano. Antes el PKK tenía un enfoque marxista-leninista. El partido lanzó las discusiones sobre el «confederalismo» democrático a principios de los años 2000.

¿La ecología desempeña un papel en el movimiento?

Michael Knapp: La ecología es un punto central. Para desarrollar el proyecto del confederalismo democrático, Abdullah Öcalan (el líder del PKK, preso en Turquía desde 1999), tomó el principio de la ecología social del militante estadounidense Murray Bookchin. Con la idea de que el capitalismo es un sistema que conduce a la destrucción del planeta y que es necesario construir una economía basada en la producción regional, ecológica y descentralizada.

¿Cuáles son las estructuras de emancipación de las mujeres en Rojavá, al lado de los consejos de mujeres y de las brigadas femeninas de las fuerzas de autodefensa?  

Ercan Ayboğa: En todas las ciudades hay un centro de las mujeres. Es un centro político pero también de asesoría, con seminarios, cursos de apoyo. También existen numerosas cooperativas de mujeres, panaderías, cooperativas textiles, de productos lácteos…  

Michael Knapp: El movimiento de liberación de las mujeres beneficia también a otras comunidades, por ejemplo a las comunidades suryiyes (cristianas) y árabes. En la zona cercana a la frontera iraquí hay grupos árabes muy conservadores pero que entran en conflicto con el Estado Islámico y han pedido a las unidades kurdas que les ayuden a liberarse. De resultas muchos se han unido al movimiento. He visto unidades de formaciones de esos hombres. No se trata únicamente de experiencia militar, sino también de discusiones sobre los derechos de las mujeres y sobre la democracia directa.

También hemos encontrado mujeres jóvenes de las comunidades árabes que se han unido a las fuerzas de autodefensa (2). Nos contaron que hace dos años no salían de sus casas y ahora protegen la frontera con las armas en la mano. Este modelo de confederalismo democrático no es identitario. Por eso se puede esperar que a mayor escala pueda representar un modelo de resolución de los conflictos en otros lugares de Oriente Medio.

¿Cómo se organiza la economía?  

Michael Knapp: Es muy difícil, especialmente a causa del embargo impuesto por Turquía. En el cantón de Jazirah, por ejemplo [La región de Rojavá ha sido dividida en tres cantones: Kobané, Jazirah y Afrin, ndlr] hay, como recursos, petróleo y cereales. Pero no hay refinería y apenas molinos. Hemos visto silos llenos como para dar de comer a toda Siria durante dos años. Pero los cereales no se pueden procesar sobre el terreno. Sin embargo se desarrolla una economía colectivizada con las cooperativas, que refinan el petróleo como pueden, cooperativas agrícolas…

Ercan Ayboğa: Las cooperativas desempeñan un papel muy importante en Rojavá. Están apoyadas por los consejos. Pero la economía privada también es posible, no está prohibida.

¿El movimiento recibe apoyos del extranjero, del Kurdistán turco, del iraquí o de la comunidad internacional?  

Ercan Ayboğa: Algunos medicamentos y herramientas llegan del norte del Kurdistán, de Turquía. Pero Turquía deja pasar pocas cosas. Sin embargo el apoyo del norte del Kurdistán es muy importante. Las administraciones autoorganizadas del norte del Kurdistán apoyan realmente a Rojavá. La ciudad de Diyarbakir, por ejemplo, ha enviado a Kobané máquinas de construcción, ingenieros, apoyo técnico. Pero no oficialmente, sino de la ayuda llegada de otros lugares, de las ONG. Pero es muy poco. La comunidad internacional dice que necesita la autorización del Gobierno sirio para enviar ayuda a Rojavá. Pero las personas de Rojavá esperan obviamente más ayuda internacional porque consideran que luchan por el conjunto del mundo democrático.

Michael Knapp: Rojavá casi no tiene medios económicos y no recibe ayuda humanitaria. La comunidad internacional dice que el problema es que no se trata de un Estado. Manifiestamente, a los ojos de la comunidad internacional, el sistema de autoorganización de Rojavá no tiene apoyo.

Sin embargo las fuerzas de combate kurdas de autodefensa tienen en su activo varios éxitos militares contra el pseudo Estado Islámico…  

Michael Knapp: En las fuerzas de autodefensa las personas combaten para sobrevivir, por convicción y por un proyecto de sociedad. Algunas combatieron antes durante mucho tiempo en el norte del Kurdistán. Tienen mucha experiencia militar. Pero su armamento es realmente modesto comparado con el del Estado Islámico, por ejemplo.

Nota:

(1) Tanto para los hombres como para las mujeres, la edad mínima para entrar en las fuerzas de autodefensa es de 18 años.

Ecran Ayboğa, activista, y Michael Knapp, historiador, son coautores, con Anja Flach, etnóloga, de Revolution in Rojava, publicado en alemán por VSA Verlag en febrero de 2015

Fuente: http://www.bastamag.net/En-Syrie-une-experience-de-democratie-directe-egalitaire-et