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Librar la guerra de Israel en Jenin

¿Es posible salvar la Autoridad Palestina?

Fuentes: Rebelión [Foto: Escultura del Caballo de Jenin, en el campo de refugiados palestinos del mismo nombre (Dan Palraz)]

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Las últimas noticias de la llamada operación «Protección de la Patria» de la Autoridad Palestina (AP) en el campo de refugiados de Jenin ofrecen un cuadro desolador. En esta ofensiva en curso que empezó el 5 de diciembre se han perdido nueve vidas palestinas, incluida la de una joven periodista, Shaza Al-Sabbagh.

Como era de esperar, el ataque ha recibido la aprobación del ejército de ocupación israelí que, según informó el diario israelí Haaretz, parece satisfecho con el trabajo de la AP. Mientras tanto, el israelí Channel 14 confirmó que Israel ha puesto un plazo muy concreto a la AP para que acabe el trabajo y erradique efectivamente lo que queda de resistencia en Jenin en aras de acabar con la anarquía y detener a los criminales.

Es una ironía que se ha vuelto demasiado familiar: la entidad palestina que se suponía iba a representar la voluntad del pueblo y dirigirlo hacia la libertad se ha vuelto cómplice de aplastar la resistencia en una de las zonas más marginadas y empobrecidas de Cisjordania, al tiempo que sirve a los intereses de Israel. Esto es el aspecto fundamental de la paradoja palestina en Cisjordania.

La AP ha exigido durante años al pueblo palestino una obediencia inquebrantable en aras de preparar Palestina para la soberanía y para obtener la condición de Estado. Sin embargo, a medida que los años pasaban esta promesa se ha ido alejando cada vez más y en vez de ello la AP se ha vuelto cómplice de la expansión del control territorial de Israel y del deterioro de los derechos del pueblo palestino. Puede que sea una conclusión difícil de digerir, pero el asesinato de personas palestinas inocentes en Jenin por parte de las fuerzas de seguridad palestinas, mientras que Israel y sus colonos agreden a la población palestina por toda Cisjordania debería ser toda la prueba necesaria para mantener la anterior afirmación.

Por otra parte, la estrategia de la AP de apaciguar a Israel por medio de la «coordinación de seguridad» ha servido de poco para impedir la sistemática apropiación de tierras y la constante construcción de colonias ilegales por parte de Israel; bien al contrario, esta «coordinación» ha envalentonado a Israel y descontrolados colonos.

Lo que quizá es más condenable es el hecho de que a menudo la AP se ha convertido en un agente activo en la opresión que Israel ejerce sobre el pueblo palestino, como es el caso de Jenin en estos momentos. Con su papel de hacer cumplir las política israelíes la AP se ha convertido en una herramienta de la ocupación israelí encargada de aplastar la disidencia política y de silenciar a las personas críticas.

La última operación en Jenin es una clara muestra de cómo utiliza Israel a la AP para hacer el trabajo sucio. El campo de refugiados de Jenin, que tiene una superficie de menos de medio kilómetro cuadrado, siempre ha sido un símbolo de la resistencia palestina. Según el Ministerio de Salud palestino, solo en el último año Israel ha atacado Jenin 80 veces, y ha matado a más de 220 personas palestinas y herido a cientos de personas más. Y, aun así, Jenin ha seguido sin doblegarse. Para la mayoría de la población palestina es profundamente doloroso ver ahora a la AP trabajando conjuntamente con el ejército israelí para quebrar la voluntad de las 23.000 personas que viven en Jenin.

Lo que complica aún más esta crisis es el silencio de muchos intelectuales palestinos, tanto de Cisjordania como de la diáspora, que no se han enfrentado a la AP con la misma energía con la que critican la ocupación israelí. Pero ¿por qué permanecieron mudas tantas voces, tantos intelectuales y analistas políticos destacados acerca de la traición de la AP a la lucha palestina? La respuesta radica en una compleja mezcla de miedo, pragmatismo político e inercia histórica. La AP ha mantenido durante décadas el control absoluto del panorama político de la vida palestina. Controla los resortes de poder, y cualquier persona que se atreva a desafiar su autoridad corre el riesgo de ser silenciada, mediante la detención, la cárcel o incluso la tortura. Las y los intelectuales palestinos, y en particular los de Cisjordania, son muy conscientes de esta realidad.

Dentro de la comunidad intelectual palestina de la ocupada Cisjordania hay, además, una profunda sensación de parálisis, en parte debida a que su dirigencia no se ha enfrentado a Israel por el genocidio que está teniendo lugar en Gaza. Pero hay algo más en esta persistente parálisis. Durante años la AP se ha erigido en «único representante legítimo» del pueblo palestino. Muchos intelectuales que normalmente criticarían la ocupación israelí no quieren enfrentarse a la AP por miedo a fragmentar aún más al pueblo palestino. Algunas personas creen firmemente que una confrontación pública con la AP provocaría una desunión mayor que podría favorecer a Israel.

Pero este pragmatismo político tiene un coste enorme. Aunque muchos intelectuales palestinos dudan en criticar a la AP, se ven obligados a adoptar una postura de complicidad con sus acciones. La traición de la causa palestina por parte de la AP ya no es objeto de debate, es un hecho. Con todo, tanto los intelectuales como los militantes se arriesgan a perder su credibilidad moral al no enfrentarse a esta traición.

Ante la guerra genocida que Israel está llevando a cabo en Gaza y las violentas ofensivas sin precedentes contra la población los palestina de Cisjordania, la traición de la AP ha quedado al descubierto a la vista de todos. La voluntad de la AP de contribuir a someter a la población palestina de Cisjordania mientras pretende representarla ha sacado más que nunca a la luz la verdadera cara de esta institución.

Pero ¿se puede salvar a la propia AP? Puede que la respuesta ni siquiera importe. Lo que importa es si el pueblo palestino, con su voluntad y su resistencia colectivas, se puede liberar del colonialismo de asentamiento de Israel y de la corrupción morar de su autoproclamada dirigencia. Lo que ocurra los próximos meses y semanas será decisivo.

Ramzy Baroudes periodista y director de The Palestine Chronicle. Es autor de cinco libros, el último de los cuales es These Chains Will Be Broken: Palestinian Stories of Struggle and Defiance in Israeli Prisons (Clarity Press, Atlanta). Ramzy Baroud es investigador senior no residente en el Centro para el Islam y Asuntos Globales (CIGA, por sus siglas en inglés) de la Universidad Zaim de Estambul (IZU). Su página web es www.ramzybaroud.net.

Texto original: https://www.counterpunch.org/2025/01/03/fighting-israels-war-in-jenin-can-the-palestinian-authority-be-saved/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.