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Entrevista con Paul Nicholson, representante europeo de Vía Campesina

«Está surgiendo un movimiento social de orgullo africano»

Fuentes: www.eutsi.org

¿Para qué ha servido el Foro Mundial para la Soberanía Alimentaria de Mali? Para mucho, porque, primero, no ha sido un foro social al uso, es decir, un plaza donde se encuentra mucha gente para debatir sobre una amplia gama de temas, sino que ha sido un foro específicamente sobre Soberanía Alimentaria, y organizado por […]

¿Para qué ha servido el Foro Mundial para la Soberanía Alimentaria de Mali?

Para mucho, porque, primero, no ha sido un foro social al uso, es decir, un plaza donde se encuentra mucha gente para debatir sobre una amplia gama de temas, sino que ha sido un foro específicamente sobre Soberanía Alimentaria, y organizado por movimientos sociales, no por ONGs, con una perspectiva de ir a unos objetivos y con una agenda de acción clara. De modo que no ha sido un foro para bla, bla, bla, sino uno muy concreto con objetivos planificados, y esto le ha dado mucho sentido. Además, se celebró en condiciones de partida difíciles, pues ha sido en un poblado africano, Selingué, al sur de Mali, cerca de la frontera con Guinea Conakry, en condiciones físicas y logísticas complicadas, pero es que es como vive la mitad del planeta. Creíamos que la elaboración conjunta de estrategias de alianzas debía partir de una realidad en la que vive la mayoría social del mundo. No se pueden hacer planteamientos de futuro en este tema en un hotel de 4 estrellas en Europa. Ha servido para poner conjuntamente la visión de Soberanía Alimentaria, marcar estrategias comunes y poner una agenda de acción.

¿Cuál es la trascendecia política de la Soberanía Alimentaria en el contexto mundial actual?

Soberanía Alimentaria es un principio que viene de 10 años atrás y es un concepto político importante, que ya no es el de Seguridad Alimentaria; ésta se refiere a tener acceso a alimentos baratos, adecuados en el mercado, y Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos a producir los alimentos de modo sostenible económica y socialmente. ¿Qué quiere decir eso? Es la obligación de los Estados de proteger y defender un marco social y económico de producción agraria sostenible. Por ejemplo, quiere decir la capacidad de regular y limitar la importación de alimentos. Un caso ejemplar en Mali. Mali hace 5 años empezó una política de apoyo a la producción lechera, con apoyo a forrajes o leguminosas, y una búsqueda de mejora genética de las vacas, que logró mejorar la producción de las vacas duplicando la producción por vaca y año. Pero luego se privatizó la industria lechera, fue comprada por una multinacional libanesa, y su primera decisión fue no comprar leche de Mali y adquirirla en polvo desde la Unión Europea. O sea, de la noche a la mañana se destruyó la capacidad productiva de leche en Mali. Seguridad Alimentaria es lo que lo que el mercado puede dar, y Soberanía Alimentaria es lo que el pueblo puede producir.

Este foro ha marcado una línea estratégica de actuación, por cuanto ha preponderado la confluencia con el ámbito de la mujer. ¿Qué criterio se ha seguido?

Específicamente, en torno a la Soberanía Alimentaria, la mujer tiene una labor fundamental, aun por razones, si quieres, fisiológicas o de naturaleza propia: es la mujer quien reserva, preserva, reproduce o multiplica semillas, es quien se dedica a la alimentación y es quien hoy es la agricultora del mundo, pues el 70% de los agricultores o campesinos son mujeres. Su papel, desde esa perspectiva, es central. Cualquier estrategia para la supervivencia de las comunidades rurales, en el contexto de la agricultura campesina y familiar, tiene que ser en base a una políticas (y ya no solo, si se quiere, por una cuestión de equilibrio de género) sobre una estrategia específica en torno a la mujer. Aparte, hay países, y en Africa es claro, donde la emigración es especialmente de hombres, y de hombres jóvenes, además, y lo que queda en las aldeas es la mujer. Es una necesidad imprescindible asumir esa cuestión estratégica. Ha sido eje transversal en todos los debates.

¿Qué otros ejes se habían establecido?

Ha habido tres ejes: la mujer; el de los jóvenes, con más dificultad, tal vez, pues todavía en los movimientos sociales yo creo que no entendemos de modo racional el papel de los jóvenes y no se incorpora con metodologías nuevas; y, en tercer lugar, el referido a medio ambiente, que también va a ser central a la hora de diseñar estrategias, esto es, qué hacer con el cambio climático: ¿lo queremos cambiar? ¿nos adaptamos? Hay un enorme debate en torno a ello, pero está también el de los agrocarburantes, y es que cada vez más es clara para los movimientos rurales la amenaza que supone la potenciación de los agrocarburantes al imponerse un monocultivo que destruye la biodiversidad y la economía de la agricultura familiar.

¿Cuál es el estado de los movimientos sociales en Africa?

Yo he participado en diferentes procesos en los últimos 5 años. El año pasado fue el Foro Social Mundial de Bamako y ahora ha sido el de Soberanía Alimentaria, aparte, claro, de la experiencia del Foro de Nairobi en enero. Hay diferentes realidades a la vista. Existe, efectivamente, mayor movimiento social. Hay movimientos sociales de clase media de orientación religiosa, lo cual se vio en Nairobi, de carácter cristiano básicamente. Pero hay también movimientos precarios de carácter local, cuasi espontáneos, o que al menos tienen subidas y bajadas, pero poco a poco se ve que surge un movimiento panafricano, más de orgullo africano, reivindicando su espacio como movimientos sociales africanos, que puede tener una clase más popular y no tan elitista como se apreció en Nairobi. A mi me parece que lo que se vio en Nairobi, la mercantilización y la fuerte inversión de las iglesias cristianas, especialmente, creo que todo eso no representa la realidad africana. La realidad en Africa es una crítica enorme y muy radical al modelo neoliberal, con sus organizaciones sociales más tradicionales con una capacidad de negociación muy a la baja, pero, en general, se ve un orgullo africano muy fuerte y empezamos a ver en gobiernos dictatoriales y violentos movimientos y reacciones sociales desde la base muy interesantes, especialmente desde ámbitos rurales y campesinos. Via Campesina, en los últimos 6 meses, ha entrado a trabajar con un sinfín de organizaciones sociales que tienen su propia caracterización. Es un periodo muy interesante.