Mucho se ha hablado en los últimos meses sobre la reapertura de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, pero a pesar de ese paso positivo y de conversaciones celebradas entre delegaciones de ambos gobiernos, lo real es que el bloqueo de Washington contra la mayor de las Antillas sigue intacto. La interrogante entonces […]
Mucho se ha hablado en los últimos meses sobre la reapertura de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, pero a pesar de ese paso positivo y de conversaciones celebradas entre delegaciones de ambos gobiernos, lo real es que el bloqueo de Washington contra la mayor de las Antillas sigue intacto.
La interrogante entonces es: ¿Obama cuándo será levantado definitivamente el cerco económico, comercial y financiero que desde hace más de 50 años sucesivas administraciones norteamericanas imponen a la isla caribeña?
Es conocido que el inquilino de la Casa Blanca tuvo una posición valiente al emprender el dialogo y reanudar los nexos oficiales con Cuba, pero es sabido también que tiene amplias prerrogativas para modificar la fracasada política de bloqueo.
Para que ambas naciones vecinas puedan tener una convivencia normal es imprescindible que de una vez por todas Estados Unidos ponga término, y sin condicionamiento alguno, a su repudiada conducta hostil hacia Cuba, hoy más anacrónica que nunca después del restablecimiento de sus vínculos bilaterales.
Es inexplicable, por muy enrevesada que sean las leyes norteamericanas, que Obama en su condición de presidente y con facultades notorias para ello, no haya modificado hasta el momento la política de bloqueo.
Si el actual ocupante de la Casa Blanca quisiera tener, por primera y única vez en sus dos mandatos, un respaldo unánime de la comunidad internacional, sería sin dudas con una eventual determinación suya de acabar con el cerco a Cuba.
Esta más que demostrado en la Asamblea General de Naciones Unidas que el mundo entero desaprueba la guerra económica, comercial y financiera de Washington contra el decano archipiélago caribeño, y que un cambio de esa postura favorecería incluso la desgastada imagen de Obama.
El primer presidente afroamericano de Estados Unidos podría pasar a la historia como el que reanudó las relaciones diplomáticas con Cuba, y además enterró el ilegal asedio a la denominada Isla Digna y más solidaria del planeta tierra.
Precisamente este 16 se septiembre se inicia una nueva Campaña Internacional para demandar a Washington que cierre de una vez por todas el prolongado capítulo del bloqueo contra la nación caribeña, luego de reiniciar recientemente el de los nexos diplomáticos, tras 54 años de ruptura.
La jornada, que se extenderá hasta octubre venidero, coincidirá con las visitas a Cuba y Estados Unidos del papa Francisco, quien medió entre ambos gobiernos para que hoy ondeen en las capitales norteamericana y cubana las banderas respectivas de los dos países vecinos.
PD Recordemos a Washington que es requisito para la futura buena vecindad entre ambas naciones la devolución del territorio que ocupa con una base militar en la oriental región cubana de Guantánamo.
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