Pesar y críticas en Cuba ante lo revelado en el proceso judicial por la muerte de 26 pacientes del Hospital Psiquiátrico de esta capital, que cerró un capítulo nefasto de una institución otrora considerada emblemática de la salud pública de esta isla en el último medio siglo. Una nota oficial, que rompió en la víspera […]
Pesar y críticas en Cuba ante lo revelado en el proceso judicial por la muerte de 26 pacientes del Hospital Psiquiátrico de esta capital, que cerró un capítulo nefasto de una institución otrora considerada emblemática de la salud pública de esta isla en el último medio siglo.
Una nota oficial, que rompió en la víspera la discreción reservada para este caso ocurrido hace más de un año, informó que la fiscalía pidió penas de entre seis y 14 años de cárcel para el personal directivo y de administración enjuiciado del 17 al 22 de este mes por los delitos de abandono de menores, incapacitados y desvalidos y malversación.
El juicio quedó «concluso para sentencia» y dispone sanciones para el director del establecimiento, los vicedirectores de las áreas de Psiquiatría, Clínico-Quirúrgica, Enfermería y Administrativa, y la especialista principal de dietética, entre otros empleados. La comunicación no identifica a los acusados ni dice cuántos son en total.
«Es muy lamentable que haya tenido que realizarse un juicio de esa naturaleza, teniendo en cuenta el sentido del momento histórico que estamos viviendo hoy en Cuba, con esperanzas y también preocupaciones respecto del futuro del país», dijo a IPS el pastor bautista y parlamentario cubano Raúl Suárez.
Pero el religioso consideró «más lamentable aún» lo ocurrido en el hospital, donde por falta de abrigo y alimentación adecuada fallecieron, según los datos oficiales, 26 internados que no resistieron el impacto de las bajas temperaturas que afectaron a mediados de enero de 2010 a La Habana, donde habitan 2,2 millones de personas.
Según el informe del diario Granma, vocero del gobernante Partido Comunista de Cuba, la dirección del hospital no adoptó las medidas de protección individual y colectiva de los pacientes, no actuó en correspondencia con la situación, ni tomó las decisiones pertinentes, entre otras contravenciones.
Una evaluación clínica realizada entre los pacientes reveló «signos positivos de desnutrición y un elevado número de diagnósticos de anemia y niveles deficientes de vitaminas» a pesar de que el hospital recibía alimentos suficientes para 2.458 cama y sólo estaban ocupadas, en promedio, 1.484.
El dato confirmaría testimonios de familiares y vecinos del complejo hospitalario sobre el robo de alimentos y cobijas que luego nutrían el mercado negro. «La desatención y las irregularidades venían desde antes y una se pregunta cómo es que nadie las vio. ¿No se hacían inspecciones?», comentó a IPS Marta María Céspedes, una comunicadora jubilada.
«Creo que fueron violados muchos principios de la ética y de la profesión», dijo, a su vez, Ubaldo González, presidente de la cátedra «Calidad de Vida, Salud y Felicidad» de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, para quien es una «pena» lo sucedido en un país como Cuba, que logró construir un sistema sanitario ejemplar.
González y Suárez coincidieron en recordar a Bernabé Ordaz (1921-2006), un médico que combatió en la guerrilla, triunfante en 1959, comandada por Fidel Castro contra el régimen de Fulgencio Batista y dirigió el centro de salud por más de cuatro décadas.
Ordaz «cambió el infierno que era ese lugar en un psiquiátrico a la altura de los mejores del mundo», precisó Suárez.
Para González, la «excelencia» del servicio psiquiátrico y médico se logró gracias a la aplicación de terapias de participación que enriquecieron las condiciones de vida de los pacientes, con prácticas de deportes, artes plásticas, música, canto, trabajo protegido y muchas otras.
El sistema cubano de salud ha sido justamente uno de los mayores orgullos de la era revolucionaria, pero, según Céspedes, la recesión de los años 90 tuvo un fuerte impacto en la calidad de los servicios de salud, gratuitos para toda la población cubana, aún los más complejos y sofisticados.
Como muchas otras personas consultadas por IPS, Céspedes se quejó de que hay demasiados médicos cubanos en misiones solidarias en el extranjero, mientras faltan en hospitales y servicios de emergencia de la isla. «Yo creo que se debería analizar esa situación. Es evidente la falta de personal en algunos servicios», comentó.
El gobierno de Raúl Castro reorganiza actualmente el sistema sanitario mediante la racionalización de sus recursos humanos y materiales, pero sin abandonar la cooperación médica internacional, que considera «consustancial» a la sociedad socialista y expresión del «internacionalismo proletario».
En los últimos años, el sector creció tanto en personal como en la adquisición de costosas tecnologías, lo cual se tradujo en un aumento de las erogaciones, pasando de representar 10,2 por ciento del total de gastos del presupuesto nacional del Estado en 2004 a 14,2 por ciento en 2009, y de constituir 5,5 por ciento del producto interno bruto en el 2004 a 9,6 por ciento en 2009.
El sector salud tiene 600.000 empleados y unos 37.000 trabajadores prestan servicios como colaboradores médicos en 69 países.
A pesar de sus problemas e insatisfacciones ciudadanas, la sanidad cubana terminó 2010 con una tasa de mortalidad infantil de 4,5 por mil nacidos vivos en general y 5,9 cada mil menores de cinco años.
Fuente: http://cubaalamano.net/sitio/client/report.php?id=1241