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Europa colabora con los terroristas del Mossad

Fuentes: al-Quds al-Arabí- 20/02/2010

Traducido para Rebelión por Antonio Martínez Castro

El asesinato del mártir Mahmud al-Mabhuh- uno de los fundadores de las brigadas Izz al-Din al-Qasam, el brazo armado del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas)- por parte del Mosad no sólo ha supuesto un escándalo para los cuerpos de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina por el hecho de que algunos de sus miembros y mandos hayan colaborado con los servicios secretos israelíes, sino que también ha sido un escándalo para algunos países europeos que han demostrado colaborar con el terrorismo israelí en su lucha contra los árabes y los musulmanes.

El silencio de los países occidentales involucrados por haber utilizado los agentes del Mosad pasaportes suyos en el asesinato de Dubai nos ha sorprendido. Pero los artículos que, publicados en diversos periódicos británicos el viernes por la mañana, apuntaban a que los israelíes advirtieron a sus homólogos ingleses de que sus agentes iban a utilizar pasaportes ingleses nos han sorprendido más. Básicamente porque esto confirma que los servicios británicos colaboran y promueven el uso del terrorismo contra los árabes.

Es cierto que el gobierno británico se ha apresurado a negar la veracidad de tales artículos pero, al no haber tomado medidas contra los israelíes, nos demuestra que el enfado oficial que fingía cuando llamó a consultas al Embajador israelí en el Ministerio de Exteriores de Londres era una mala pantomima teatral, tanto en lo tocante a la dirección como a la interpretación.

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La ex primera ministra británica Margaret Thatcher expulsó a 13 diplomáticos israelíes y detuvo la cooperación en materia de seguridad con Israel en el año 1986 debido a que se supo que el Mosad había utilizado pasaportes británicos para llevar a cabo una operación terrorista similar a la que nos ocupa. Dudamos de que Gordon Brown, el actual primer ministro y uno de los mayores defensores de Israel, así como anterior presidente de la Asociación de Amigos de Israel, dé un paso en la misma dirección.

Las tímidas medidas y la complicidad demostrada por parte de los países europeos cuyos pasaportes han sido utilizados nos confirma que los responsables israelíes tenían razón cuando decían que todo este escándalo no era más que «una tormenta en un vaso de agua». Efectivamente, al poco tiempo se calmaron los ánimos y las aguas volvieron a su cauce en menos de una semana, cuando lo único que se pedía para archivar el caso era una «disculpa» israelí.

Israel en su día se disculpó ante Canadá y Nueva Zelanda por utilizar pasaportes de dichos países en la ejecución de un atentado similar (intento de asesinato de Jaled Meshaal en 1997) y aun con todo, las relaciones bilaterales israelo-canadienses no se vieron en absoluto perjudicadas, sino que, al contrario, se estrecharon y fortalecieron.

El terrorismo israelí es igual que cualquier otro terrorismo, incluso que el de al-Qaeda, eso si es que no es más peligroso por la simple razón de que al-Qaeda no es un estado miembro de las Naciones Unidas ni pretende ser la única democracia y el estandarte de la civilización occidental en el mundo árabe.

El terrorismo israelí que se perpetra con ayuda occidental es el pretexto principal, estemos o no de acuerdo, para que al-Qaeda y todas las demás organizaciones radicales recluten jóvenes musulmanes oprimidos y humillados para llevar a cabo sus atentados, ya sean explosiones en aviones o en estaciones de tren. Y quede claro que al decir esto no justificamos ningún tipo de acción terrorista.

Los equipos del Mosad, como si estuvieran por encima de las leyes, envían asesinos a las capitales de países moderados aliados de Occidente, violan su soberanía a plena luz del día y cometen crímenes con la tranquilidad que les infunde el apoyo incondicional de Europa y Estados Unidos, aunque utilicen pasaportes suyos sin que lo sepan.

Los países occidentales invierten cientos de millones bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo árabe-islámico, pero pierden la credibilidad y los amigos cuando vemos que no mueven un solo dedo ante el terrorismo israelí que es el origen, el padre y la madre, del terrorismo internacional. Así el dinero invertido no sirve para nada. 

Exigimos a los gobiernos árabes que tomen medidas contra los países que cooperan con el terrorismo israelí callándose cuando violan su soberanía utilizando pasaportes suyos para perpetrar atentados terroristas en un Emirato pacífico y moderado; También les exigimos que amenacen con bloquear toda forma de colaboración en materia de seguridad con ellos mientras no hagan nada por sancionar a Israel y presionarle para que entregue los asesinos a la justicia lo más rápido posible. Desgraciadamente, sabemos que la mayor parte de los países árabes no gozan de soberanía, ni tienen orgullo y se someten ciegamente a los dictados de los países occidentales.

Falta decir que la Autoridad Nacional Palestina, de la que se ha demostrado que dos de sus antiguos oficiales están involucrados en este crimen terrorista, ha perdido de este modo lo que le quedaba de respeto y credibilidad, y no merece representar ni a un solo palestino si no es capaz de cortar cabezas y de limpiar sus filas de agentes del Mosad inmediatamente.

Dos escándalos la han salpicado en menos de una semana: en el primero los servicios secretos que deberían haber trabajado contra Israel para proteger a un ciudadano palestino han pasado a ser un instrumento del espionaje israelí contra los ciudadanos palestinos, espiando incluso a responsables de la ANP, para chantajearles al servicio de los intereses israelíes; el segundo escándalo ha sido su estrecha colaboración con el Mosad para liquidar a un noble combatiente que ha entregado su vida al servicio de la lucha contra la ocupación.

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El asesinato de al-Mabhuh ha sido doloroso y vergonzoso al mismo tiempo: doloroso porque ha acabado con la vida de un combatiente patriota y vergonzoso porque ha tenido lugar en un país árabe, pero como «no hay mal que por bien no venga» el beneficio que hemos sacado de este asesinato es haber puesto en evidencia a la ANP y a algunos de sus dirigentes conchabados con Israel, así como sacar a la luz la hipocresía occidental en su forma más sucia y fea. Todos aquellos que apoyan el terrorismo israelí, aunque miren para otro lado, son terroristas.

Las discusiones en Washington o Londres o en cualquier otra capital occidental sobre la lucha contra el terrorismo se han convertido en tema de burla mientras veamos que estas capitales colaboran, aunque sea de forma indirecta, con el terrorismo israelí. Occidente se prepara ahora para imponer sanciones económicas a Irán, que no ha hecho ni apoyado un solo atentado terrorista, ha sometido Libia a un embargo muy injusto, asfixió Iraq durante 13 años, ha incluido a Hamas en la lista de organizaciones terroristas a pesar de que no ha perpetrado ni una sola acción fuera de la Palestina ocupada. ¿Por qué entonces no se impone un embargo y sanciones económicas a Israel que usa el terrorismo y atenta constantemente en países seguros?

¿Cuándo veremos el final de esta indecente hipocresía?