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Exportar la represión desde Ulster a Palestina

Fuentes: The Electronic Intifada

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

Imaginen que se está creando una fuerza de policía para el futuro Estado palestino. Imaginen que los principales asesores de esta policía han desarrollado gran parte de su vida profesional en una institución que fue sinónimo de la represión. Imaginen que en vez de acercar a un pueblo oprimido a la libertad, en realidad los asesores estuvieran ayudando a los palestinos a supervisar su propia ocupación. 

No es necesario imaginarlo puesto que de hecho ya se está llevando a cabo.

Durante los últimos ocho años la Unión Europea ha dirigido una operación de «seguridad» en la ocupada Cisjordania.

Hasta ahora la Oficina de Coordinación de la Unión Europea para el Apoyo a la Policía Palestina (COPPS por sus siglas en inglés, que es como se conoce la operación) ha estado dirigida por cinco hombres diferentes, excluyendo a aquellos que dirigieron provisionalmente la oficina. Cuatro de estos altos cargos había trabajado anteriormente en la Policía Real de Ulster (Royal Ulster Constabulary, RUC) o en el sucesor de esta, el Servicio de Policía de Irlanda del Norte (Police Service of Northern Ireland, PSNI).

Un breve viaje a Belfast sería suficiente para ilustrar por qué es improbable que la principal preocupación de un exmiembro de la RUC sea la liberación de Palestina.

Cuando visité la ciudad en agosto me sorprendió la abundancia de banderas palestinas en Falls Road, un barrio mayoritariamente católico. En cambio, vi unas pocas banderas israelíes ondeando junto a las omnipresentes Union Jacks en las zonas protestantes.

Por supuesto, son excepciones, aunque es un hecho que los protestantes de Ulster han solido identificarse más con los israelíes que con los palestinos.

«Intrínsecamente divisivo»

Durante toda su historia la RUC estuvo dominada por protestantes.

En 1998 (tres años antes de ser sustituida por el PSNI) solo el 7% de sus agentes eran católicos, a pesar del hecho de que según un censo del 2001 los católicos conformaban más del 40% de la población de Irlanda del Norte.

El comportamiento de la RUC exacerbó este desequilibrio.

Un estudio elaborado en 1994 por el Comité sobre la Administración de Justicia, un grupo de defensa de los derechos humanos, concluyó que casi la mitad de los jóvenes católicos habían sufrido acoso por parte de las fuerzas de seguridad. «Armar a una parte de la población de Irlanda del Norte para que vigile a la otra es intrínsecamente divisivo», señala el estudio.

A principios de este año un documental de la televisión irlandesa demostró que en la década de 1970 el gobierno británico había autorizado a la RUC a torturar a personas detenidas sin juicio. En 2004 un juez canadiense al que los gobiernos británico e irlandés habían encargado investigar el asesinato del abogado de Belfast Pat Finucane afirmó que había «pruebas sólidas» de la connivencia de la RUC con los asesinos de Finucane.

En la década de 1980 una investigación de un policía veterano de Manchester indicaba la existencia de una «inclinación, si no una política» por parte de la RUC «a disparar a matar a los sospechosos sin avisar, en vez de detenerlos».

Contacté con la COPPS para preguntar si sus altos cargos han recomendado que se reproduzcan en Palestina las técnicas probadas en Irlanda del Norte. Un portavoz de la operación respondió que la COPPS «no da preferencia alguna ningún modelo o método específico» de mantenimiento del orden.

Esta respuesta no es en absoluto tranquilizadora.

Paul Kernaghan, uno de los hombres que van a dirigir la operación de la Unión Europea en Palestina, ha instado explícitamente a que se exporte el modelo de la RUC.

Hace cuatro años afirmó en una investigación sobre la invasión anglo-estadounidense de Iraq que «en diversas etapas a lo largo de su existencia, la RUC contó con equipos de considerable poder, y de hecho, en algún momento tuvo equipos de blindaje ligero». Afirmó que «se necesita algo similar» en Iraq.

Tácticas brutales

Las balas de gomas fueron probablemente el arma más polémica de la RUC. Solo en 1981 murieron tres niños a causa de disparos de pelotas de goma. Una de ellos, la niña de doce años Carol-Ann Kelly, estaba haciendo algo tan malvado como llevar a casa un cartón de leche desde una tienda.

Las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina (AP), las fuerzas «aconsejadas» por la Unión Europea, también han utilizado generosamente las balas de goma. Según informó un equipo de investigadores de la ONU, estas fuerzas las emplearon contra sus compatriotas palestinos durante las manifestaciones celebradas en Cisjordania en protesta por el ataque de Israel a Gaza a principios de 2009.

Las fuerzas de policía de la AP utilizaron unas tácticas igual de brutales cuando muchos jóvenes palestinos protestaron por la invitación de Mahmoud Abbas, presidente de la AP, a Shaul Mofaz, exministro de Defensa israelí, a visitar Ramala en 2012 y durante las protestas en contra de las conversaciones de «paz» iniciadas por Estados Unidos el año pasado.

Similitudes sorprendentes

Puede ser problemático establecer analogías entre diferentes regiones geográficas y diferentes periodos de la historia. Los católicos de Irlanda del Norte padecieron graves injusticias. Las sufridas por el pueblo palestino son mucho peores. Con todo, hay algunas similitudes sorprendentes.

Tanto los palestinos como los católicos de Ulster han sufrido a consecuencia del colonialismo de asentamiento.

El discurso racista de la clase dirigente protestante en Irlanda del Norte durante la época de los «Disturbios»* es casi idéntico a lo que los políticos israelíes afirman de los árabes. Ayelet Shaked, miembro del Knesset israelí, calificó a los palestinos de «pequeñas víboras» en julio; el recientemente fallecido Ian Paisley, un pastor presbiteriano y durante mucho tiempo líder del Partido Unionista Democrático, afirmó una vez que los católicos «se reproducen como alimañas».

La RUC estaba al servicio del Ejército Británico; las fuerzas de seguridad de la AP lo están al de Israel.

Contribuir a guerras ilegales

Colin Smith, otro expresidente de la COPPS, ha señalado que parte de su trabajo consistía en «facilitar los contactos» entre Israel y la policía de la AP. En 2008 afirmó que esta relación estaba «progresando», aunque las fuerzas de la AP tuvieran que pasar por checkpoints militares israelíes.

Además, la Unión Europea ha equipado las comisarías situadas en la Zona B de Cisjordania. Esta zona (demarcada por los Acuerdos de Oslo) está bajo control militar israelí.

Además de desempeñar un cargo en la RUC, Smith ha sido uno de los altos cargos de la policía que representaron a Gran Bretaña en Iraq desde la invasión de 2003.

Por supuesto, Smith no es el único que se ha dado cuenta de que haber participado en una guerra ilegal puede mejorar las perspectivas profesionales de uno. A Tony Blair tampoco le han faltado ofertas de trabajo.

El papel desempeñad por Blair como «enviado de paz» a Oriente Próximo complemente el trabajo de la operación policial de la Unión Europea. Juntos están tratando de engañar al mundo para que crea que se está haciendo que los palestinos se encarguen de su propio destino, aunque se les esté doblegando constantemente a la ocupación israelí.

* «The Troubles», «los disturbios», eufemismo con el que las autoridades británicas se referían al conflicto en Irlanda del Norte. (N. de la T.)

David Cronin es un periodista y activista político irlandés que vive en Bélgica. Su último libro es Corporate Europe: How Big Business Sets Policies on Food, Climate and War (Pluto, 2013). El anterior es Europe’s Alliance With Israel: Aiding the Occupation (Pluto, 2011). Su página web es http://www.dvcronin.blogspot.com.es/

Fuente: http://electronicintifada.net/blogs/david-cronin/exporting-repression-ulster-palestine