Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Nablus – El movimiento islámico Hamás está reemplazando a Fatah, el partido creado por Yasir Arafat, como principal organización nacional palestina como resultado de la guerra contra Gaza, dice un destacado militante de Fatah. «Hemos entrado a una era en la que Hamás será mucho más fuerte de lo que era,» dijo Husam Kadr, veterano dirigente de Fatah en la ciudad cisjordana de Nablus, recientemente liberado después de cinco años y medio en prisiones israelíes.
«Su era comenzó cuando Israel atacó Gaza el 27 de diciembre.»
La fuerte baja en el apoyo para Fatah y el desprestigio de Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, por su inercia durante la guerra de Gaza de 22 días, dificultarán considerablemente que EE.UU. y la UE puedan pretender que Fatah son los genuinos representantes de la comunidad palestina. Es probable que a la comunidad internacional le sea imposible marginar a Hamás de la reconstrucción de Gaza.
«Hamás ha tenido un enorme éxito al mostrarse como el partido de la resistencia, y a Fatah y Mahmud Abbas como oponentes a la resistencia en tiempos [en los que] el público quiere resistir,» dijo Ghassan Khatib, ex ministro palestino de planificación. Agrega que el señor Abbas fue gravemente menoscabado ante los ojos de los palestinos cuando culpó a Hamás por el ataque de Israel contra Gaza en los primeros dos días del conflicto.
El señor Kadr, quien dice que fue torturado por interrogadores israelíes durante su detención, no ve bien el triunfo de Hamás. Pero está convencido de que, igual como el prolongado reino de Fatah fue lanzado por la batalla de Karamah en marzo de 1968, cuando combatientes de Fatah con la ayuda del ejército jordano, rechazaron un ataque israelí contra su cuartel general en el valle del Jordán, Hamás saldrá ganando con la guerra de Gaza. «La era de Hamás viene 40 años después de que Karamah inició el período de Fatah,» dice.
Hamás está consciente de su éxito político aunque pudo hacer poco contra el ejército israelí. El señor Khatib, en su oficina en Ramallah, la capital palestina en Cisjordania, dice que la primera prioridad debe ser la formación de un gobierno palestino de unidad entre Hamás y Fatah. Pero agrega con pesimismo que «las probabilidades de que eso suceda son pocas» porque la guerra de Gaza ha exacerbado el odio entre las dos partes porque partidarios de Fatah son perseguidos y a veces ejecutados en Gaza.
Aparte de Gaza hay otro motivo para la debilidad del presidente Abbas y de Fatah. Largos años de negociaciones con Israel no han logrado nada, mientras los asentamientos israelíes con sus techos rojos han brotado sobre cada cumbre de Cisjordania. Al conducir hacia Nablus, una ciudad de 250.000 habitantes que fue una vez el frecuentado corazón de Cisjordania, las calles permanecen vacías e hileras e hileras de negocios están cerrados.
«Tuvimos ocho años de cierre total en los que la gente no podía ni entrar ni salir de Nablus, fuera del 3 por ciento que tenía permisos,» se queja el alcalde de la ciudad, Adly Yaish. «La mayoría de las fábricas están cerradas y un 60% de la gente vive por debajo de la línea de pobreza.» El cierre se relajó un poco hace tres meses, pero ayer había largas filas de coches en los puntos de control israelíes alrededor de la ciudad.
El ascenso de Hamás y la desaparición de Fatah es mejor explicado por el fracaso del presidente Abbas en el logro de algo para los palestinos de a pie mediante negociaciones. «Nosotros en Fatah no hemos logrado eliminar un solo punto de control israelí,» admite el señor Kadr. «Me demoro tanto en llegar a Ramallah a 50 kilómetros de distancia como para volar de Jordania a Ankara.»
Cree que la guerra de Gaza ha esparcido las semillas para otro levantamiento palestino. «El próximo levantamiento será muy duro tanto para los palestinos como para los israelíes,» advierte, aunque no predice cuándo tendrá lugar. Muestra hacia un televisor en su oficina en el que muestran a una joven niña palestina llamada Dalal que busca en las ruinas de su casa en Gaza donde murió toda su familia y sólo sobrevivió su gato. «¿Puede imaginar lo que sienten los palestinos al ver algo semejante?» pregunta.
Patrick Cockburn es el autor de Muqtada: Muqtada Al-Sadr, the Shia Revival, and the Struggle for Iraq.