Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos
Hace dos años Israel culminó su retirada unilateral de Gaza. Todos recordamos la intensa campaña mediática que con todo descaro retrataba a los colonos como las víctimas desposeídas de una audaz medida en favor de la paz. Entre otros, la economista de Harvard Sara Roy argumentaba que la versión israelí de la desconexión traería el desastre a una ya desesperada Gaza. Hoy asistimos a la emergencia de una catástrofe económica sin paralelo en Gaza y con ello, a la desaparición de las últimas esperanzas que quedaban de un Estado palestino.
Desconexión y control
La versión original del plan de desconexión pretendía crear una situación en la que no quedara «ninguna presencia civil o militar permanente» en las zonas evacuadas y no hubiera «base para afirmar que Gaza es un territorio ocupado»[1]. La referencia al estatuto legal de Gaza como»territorio ocupado» implicaba que terminaba la responsabilidad israelí sobre la población de Gaza. Sin embargo, como Israel nunca reconoció oficialmente que Gaza estuviera ocupada[2], se suprimió esta frase, con lo en que la versión definitiva se afirmaba (de una manera un tanto ambigua): «la culminación del plan servirá para disipar las afirmaciones referentes a la responsabilidad de Israel en relación a los palestinos de Gaza»[3]. El hecho de que Israel planeara librarse de toda responsabilidad legal respecto a los palestinos de Gaza no es controvertido; Ariel Sharon lo afirmó en múltiples ocasiones, insistiendo específicamente en la necesidad del reconocimiento internacional de que había terminado la ocupación.
Tras la evacuación de los colonos judíos que había en Gaza los soldados israelíes abandonaron finalmente la franja el 12 de septiembre de 2005 [4]. Antes de salir por las puertas del paso fronterizo de Kusufim el jefe de la misión israelí en Gaza, el general de brigada Aviv Kochavi, insistió: «La Autoridad Palestina es ahora responsable de lo que ocurra aquí dentro» [5]. Más tarde esa misma noche el general de división Dan Harel firmó una declaración que anulaba el decreto del 6 de junio de 1967 que establecía el gobierno militar israelí en Gaza. Con este acto legal final Israel quería que el mundo creyera que habían acabado los 39 de su ocupación de Gaza.
Sin embargo, dos años después de la desconexión el control israelí en Gaza es total; es más, el propio texto del plan de desconexión prevé claramente la situación actual de estrangulamiento ya que asegura que «Israel guardará y controlará el perímetro exterior de Gaza, continuará manteniendo la autoridad exclusiva sobre el espacio aéreo de Gaza y continuará ejerciendo las actividades de seguridad en las aguas territoriales de Gaza» [6]. De este modo, Israel ha disparado contra pescadores palestinos, ha bloqueado la construcción del Aeropuerto Internacional Yasser Arafat y continúa ejerciendo la autoridad sobre todos los regímenes fronterizos (sobre los que ha establecido en los hechos un cierre total desde junio de 2007). Más allá de este nivel de control, existen abundantes pruebas académicas y legales que señalan la continuidad del «control efectivo» de Israel sobre Gaza y, de este modo y según el derecho internacional la ocupación continúa.
Con todo, la mayor prueba del poder israelí sobre Gaza reside en su poder de causar una devastación económica como una cuestión política. A pesar de las pretensiones del plan de desconexión de mejorar la economía palestina, sus intenciones en el sentido contrario son demasiado claras. Dos años después de la desconexión las ya pésimas condiciones economías en Gaza se han deteriorado en prácticamente todos los aspectos, en gran parte debido al boicot económico impuesto por el Cuarteto y encabezado por Estados Unidos tras la toma de control en Gaza por parte de Hamas el pasado mes de junio. Desde entonces, cualquier asomo de intento económico razonable de romper las desfavorables condiciones ha sido abortado por el cierre total de las fronteras de Gaza impuesto por las autoridades israelíes.
Antes de la desconexión
La influencia israelí sobre el desarrollo económico de Gaza antes de la desconexión era total en prácticamente todos los aspectos. La dependencia palestina del empleo israelí, de los niveles favorables de comercio, de la distribución de los ingresos de los impuestos y del permiso para introducirse en mercados comerciales, para realizar negocios o para viajar fuera de los territorios ocupados hacía a Gaza vulnerable a los caprichos de la burocracia israelí. El 60% de la población de Gaza vivía por debajo del umbral de pobreza y el 35% de la fuerza de trabajo estaba desempleada. Antes de la segunda Intifada las acciones militares israelíes habían fragmentado cualquier emergencia de estructuras económicas semi-funcionales y prácticamente había acabado con la inversión privada interna. La Autoridad Palestina era disfuncional y débil, y sufría divisiones internas y desafíos exteriores a su autoridad, los más inmediatos procedentes del movimiento islámico-nacionalista. En este telón de fondo de deterioro, de depresión económica irresoluble y de subdesarrollo Israel retiró su presencia de Gaza en 2005.
Tras la desconexión
Mientras Israel se preparaba para evacuar a sus fuerzas de Gaza en 2005, el Banco Mundial publicó un informe en el que predecía que sin un cambio del control israelí sobre los regímenes fronterizos los beneficios económicos de la Gaza posterior a la desconexión serían «muy limitados» . El Banco Mundial informaba de que los leves ajustes derivados del aumento de la libertad de movimientos dentro de Gaza y de la devolución de las tierras que antes estaban ocupadas por los colonos israelíes «no supondrían beneficios económicos significativos» para los palestinos [7]. En cambio, el plan de desconexión de Israel prometía «una mejor situación de seguridad, política, económica y geográfica» al declarar Israel su apoyo de «al proceso de reforma, a la construcción de instituciones y a la mejora de la economía y del bienestar de los residentes palestinos»[8]. No esta claro cómo el plan [de desconexión] pretendía abordar este desarrollo económico. En el apéndice B10 se lee «en general, permanecerán vigentes los acuerdos económicos entre el Estado de Israel y los palestinos». Estas disposiciones incluyen «la entrada y salida de bienes» , «el régimen monetario», «las disposiciones sobre impuestos y aduanas» y «la entrada de trabajadores en Israel» [9]. De hecho, la única alteración que el plan [de desconexión] produjo en la política israelí en Gaza fue la reducción gradual de «los trabajadores palestinos que entran en Israel hasta cesar completamente» [10]. Las intenciones del plan se hicieron entonces dolorosamente obvias: permitir a Israel mantener su status quo en Gaza al tiempo que hacia caso omiso de la importancia fundamental que sus propias políticas represivas tenían en la crisis económica de Gaza.
Los estudios que consideran el colapso de la economía de Gaza tras la retirada de Israel suelen ignorar la gran cantidad de esfuerzos realizados con el objetivo de revitalizar la economía de Gaza tras la desconexión. El Banco Mundial, que dirigía a un equipo de economistas y de distintos tipos de expertos, se entrevistó en 2004 con altos cargos palestinos e israelíes para discutir las posibilidades de «modernización» de los checkpoints militares para adaptar mejor la actividad comercial. La secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice nombró un enviado especial al que los dirigentes mundiales prometieron un presupuesto importante en la cumbre del G8 de 2005 en Gleneagles, Escocia. Los hombres de negocios internacionales empezaron a interesarse en el mercado potencial de Gaza, en especial en invertir en las tierras recientemente evacuadas por los colonos israelíes. En este contexto, parecía que no se había previsto el subsiguiente colapso de la economía de Gaza; sin embargo, el profesor Mohammed Samhouri observa que el espíritu de revitalizar la economía de Gaza era fundamentalmente externo y que entre los grupos israelí y palestino había escasa motivación de capitalizar el plan de retirada [11].
Según el Banco Mundial, cualquier posibilidad de recuperación económica en favor de Gaza en última instancia se supeditaba a dos factores fundamentales: (1) el relajamiento de las políticas israelíes de cierre implementando estrategias fronterizas tecnológicamente avanzadas y (2) un acceso sin trabas a los mercados internacionales [12]. Ninguno de estos factores se discutió en el plan de desconexión ni tampoco se implementaron; al contrario, existen pruebas que sugieren que Israel estaba y está trabajando activamente en contra de ambos factores obstruyendo el tránsito de trabajadores y de bienes, y perturbando frecuentemente la normalidad de la vida palestina al emprender incursiones militares regulares. En última instancia estas políticas significarán el aislamiento económico y político de Gaza respecto a Cisjordania (lo que de hecho ya sucede actualmente) y planteará serias dificultades a la realización de un Estado palestino continuo en estos territorios.
El principio del fin
La situación económica de Gaza declina desde el momento en que la desconexión se ha descrito como la «peor depresión económica de la historia moderna» [13] y el nivel de vida sufre una situación similar. La vida en Gaza se describe como «miserable y peligrosa» [14] «intolerable, atroz y trágica» [15], incluso se señala que «se ha venido abajo» [16]. Después de haberse estabilizado en 2003, el paro ha aumentado dramáticamente; un estudio de Harvard del año 2005 predice que se deberían crear entre 135.000 y162.000 nuevos trabajos para reducir sustancialmente el paro dentro de Gaza [17]. A cualquier sitio que vaya en Gaza me da la sensación de que hay multitud de estudiantes recién graduados incapaces de encontrar trabajo y a los que se les prohíbe también abandonar Gaza para encontrar trabajo en otra parte.
Además de la profundidad de la crisis, en marzo de 2006 Israel empezó a retener los ingresos de los impuestos de los palestinos pertenecientes a la Autoridad Palestina en protesta por el gobierno de Hamas e interrumpió muchas de las ayudas bilaterales, de las subvenciones y préstamos de FMI, del Banco Mundial y de otras instituciones internacionales. Recientemente Israel ha invitado al Banco Mundial a que cese completamente sus operaciones en la franja. Trabajando activamente en contra de las recomendaciones de los expertos internacionales, Israel ha mantenido un estricto control sobre todos los regímenes fronterizos vigentes antes de la desconexión, ha ignorado el plan respaldado por Estados Unidos de flexibilizar las restricciones a los movimientos y ha empezado a construir un nuevo perímetro en torno a las fronteras de Gaza. Además, muchos proyectos de desarrollo económico han marchitado al quedar desfasados. Los bulldozers israelíes y los saqueadores palestinos destruyeron las secciones que quedaban de la zona industrial de Eretz que estaba destinada a ser renovada y las frecuentes políticas de cierre han sido la causa de que acabara y fracasara el muy promocionado proyecto de los invernaderos palestinos [18]. Hoy todos los pasos fronterizos excepto el checkpoint de Erez en la frontera entre Israel y Gaza están cerrados, con lo que se impide el paso de los bienes «esenciales». Dado que sólo se permite a unos pocos palestinos abandonar Gaza a través de Erez, el cierre ha encarcelado de hecho a 1.400.000 personas. Las políticas israelíes han acabado deliberadamente con muchas de las esperanzas de recuperación económica en Gaza.
Ataques israelíes
Los intensos episodios de ataques israelíes desde la desconexión también han puesto gravemente en peligro la normalidad de la vida palestina y han prolongado la crisis económica con desfavorables episodios de imprevisibilidad. La cronología de los acontecimientos militares no se puede interpretar de manera aislada y se debe considerar de forma coordinada con dos acontecimientos significativos que ocurrieron al poco tiempo de que se implementara el plan de desconexión, fundamentalmente el ascenso de Hamas a la Autoridad Palestina en enero de 1006 y el secuestro de un soldado israelí en la frontera por militantes afiliados a Hamas el verano siguiente. En el curso de cinco meses Israel lanzó la Operación Lluvia de Verano en la que lanzaron en Gaza entre 200 y 250 proyectiles de artillería al día y más de 200 ataques aéreos que entre los dos mataron a más de 400 palestinos [19]. Los palestinos, en cambio, lanzaron en el mismo periodo una media de 9 cohetes caseros al día contra Israel que mataron a cuatro soldados y a seis civiles israelíes [20]. A pesar de un intento de alto el fuego en diciembre de 2006 la lucha continuó esporádicamente y finalmente culminó en la reinvasión de Gaza en mayo de 2007 y en la persistencia de incursiones militares israelíes prácticamente diarias desde entonces. La reciente decisión de considerar la franja de Gaza una «entidad enemiga» sería ridícula si no revelara de manera terrible las intenciones de Israel respecto a Gaza.
Antes de eso, el Tribunal Supremo de Israel aprobó los controvertidos «asesinatos selectivos» de palestinos afiliados a organizaciones terroristas; puesto que Israel clasifica a Hamas como tal organización, la resolución del TS concede de hecho permiso para atentar contra cualquier miembro del joven gobierno palestino [21]. En sus intentos por derrocar a Hamas, Israel ha detenido a 60 altos cargos de la Autoridad Palestina por ser «miembros de una organización terrorista», esto es, de Hamas [22]. Estas políticas, junto con el apoyo estadounidense e israelí al movimiento Fatah durante las luchas internas que Gaza sufrió el pasado mes de junio, sirvieron para eliminar la presencia de Fatah en Gaza y favorecieron el ambiente para la toma de control por parte de Hamas. La inestabilidad que esto ha ocasionado disminuye aún más las esperanza de Gaza de una recuperación económica al fomentar elementos muy graves y proporcionar a Israel un pretexto para continuar entusiásticamente con sus medidas draconianas. De nuevo todos estos actos rebaten el deseo expresado por Israel (tal y como lo afirman los términos de la desconexión) de promover riqueza económica en Gaza.
Implicaciones para la comunidad
El ataque de Israel a la estabilidad del gobierno de Hamas junto con la descarnada realidad del empeoramiento económico de Gaza han impedido a las autoridades locales crear instalaciones de infraestructuras básicas, como, por ejemplo, de recogida de basuras y de tratamiento de aguas residuales. En una ocasión la planta de tratamiento de aguas residuales de Beit Lahia «llegó a un punto crítico» en 2005, inundó con aguas residuales las zonas vecinas y afectó a 800 hogares. Cuando miembros de la instalaciones municipales del servicio de aguas trataban de limpiar las zonas contaminadas se lo impidieron los disparos del ejército israelí. La misma planta de tratamiento de aguas residuales se volvió a desbordar otra vez en 2007 y mató a cinco personas [23]. La falta de dinero público hizo que el personal de recogida de basuras convocar huelgas que ocasionaron que las basuras literalmente se acumularan en las calles de la ciudad de Gaza; no hace falta describir los riesgos para la salud de esta situación. Los cortes de electricidad han afectado negativamente a los hospitales de Gaza que ahora han suspendido servicios vitales de vacunación en tres distritos de Gaza. El peligro para la salud pública en Gaza va acompañado del hecho de que el ministerio de Sanidad de Gaza ya no posee fondos para adquirir medicinas vitales y otros suministros médicos; este ministerio carece de 140 medicamentos esenciales así como de productos médicos esenciales (como jeringuillas). Los hogares sufren frecuentes faltas de suministro eléctrico (al menos una de las cuales se debió a que el ejército israelí bombardeó la central eléctrica de Gaza con artillería ligera) que interrumpen a continuación el suministro de agua [24]. Incluso mientras escribo estas líneas Israel está realizando series de cortes graduales del suministro de combustible en Gaza, una «dieta», como lo describió alegremente alguien en Israel.
Dos años después de la desconexión la franja de Gaza es más pobre, está más aislada y desilusionada incluso que antes. Mi propia actitud seguirá siendo de un profundo cinismo mientras la comunidad internacional tolera que Israel siga tratando a Gaza como trataría el guarda de un zoo a sus animales. Con Cisjordania aislada de Gaza y Gaza aislada del resto del mundo, la situación parece deprimentemente sombría. Mientras nos acercamos a la cumbre de Annapolis que se celebrará el próximo mes, me parece que los palestinos se encuentran en su punto más débil desde Oslo, y todos sabemos cómo acabó aquello.
Notas:
[1] Secciones del borrador original se publicaron en «The Sharon Unilateral Disengagement Plan», Journal of Palestine Studies 33, no. 4 (2004): 85-107. Véase también: BY TOPIC: Sharon’s «Gaza Disengagement Plan».
[2] Históricamente Israel ha preferido referirse a este territorio como «administrado» y no como «ocupado».
[3] Israel, oficina del primer ministro, «Cabinet Resolution Regarding the Disengagement Plan», 6 de junio de 2004, Addendum A1.
[4] BBC, «Israel Completes Gaza Withdrawal», 16 de agosto de 2005 (http://news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/4235768.stm).
[5] Aviv Kochavi citado en Yuval Shany, «Faraway, So Close: The Legal Status of Gaza After Israel’s Disengagement», International Law Forum of the Hebrew University of Jerusalem, Research Paper no. 12-06 (2006): 3.
[6] Israel, «Cabinet Resolution», add. A3. [Resolución del gobierno].
[7] Banco Mundial, sec. 2, par. 14-15
[8] Israel, «Cabinet Resolution», add. A1. El subrayado es nuestro.
[9] Ibid., add. B10.
[10] Ibid.
[11] Mohammed Samhouri, «Gaza Economic Predicament One Year After Disengagement: What Went Wrong?», Middle East Brief 12 (2006): 3.
[12] Banco Mundial, sec. 3
[13] Sara Roy, «The Gaza Strip,» Counterpunch, 4 de octubre de 2006, (http://www.counterpunch.org/roy10042006.html, accessed 30 October 2007).
[14] John Ging citado en Samhouri, 1.
[15] John Dugard citado en Haaretz, «UN Human Rights Envoy Says Gaza a Prison For Palestinians», 26 de septiembre de 2006, (http://www.haaretz.com/hasen/spages/767510.html).
[16] John Ging citado en Samhouri, 1.
[17] Programa sobre Política Humanitaria e Investigación de Conflicto (HPCR, en sus siglas en inglés), «Population Projections For Socioeconomic Development in the Gaza Strip», Working Paper no. 1 (2006): 15. El empleo total requerirá la creación de entre 166.000 y 197.000 nuevos empleos.
[18] El proyecto había prometido originalmente crear 3.000 nuevos empleos y entregar 50 millones de dólares anualmente. Véase Oficina del Enviado Especial para la Desconexión, «Periodical Report,» 17 de octubre de 2005, par. 6.
[19] Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios en los Territorios Palestinos Ocupados (OCHA, en sus siglas en inglés), «Gaza Strip: Situation Report», 27 de julio de 2006, 2.
[20] Ibid.
[21] Daniel Izenberg, «Supreme Court Allows Conditional Targeted Killing», The Jerusalem Post, 14 de diciembre de 2006, (http://www.jpost.com/servlet/Satellite?
pagename=JPost%2FJPArticle%2FShowFull&cid=1164881889047).
[22] Anne Barnard y Sa’id Ghazali, «Israeli Arrests Hamas Officials», Boston Globe, 30 de junio de 2006, (http://www.boston.com/news/world/
middleeast/articles/2006/06/30/israelis_arrest_hamas_officials/.
[23] Véase Haaretz, «Flood of Sewage in Gaza Strip Village Kills at Least 5 People», 27 de marzo 2007 (http://www.haaretz.com/hasen/spages/842574.html).
[24] OCHA, 2.
Kris Petersen es un licenciado que está dirigiendo investigaciones en Gaza. Dirige la blog www.harmonicminor.com. Jonas Ecke ha colaborado en este artículo.
Enlace con el original: http://electronicintifada.net/v2/article9118.shtml