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Gaza: diez meses sufriendo una masacre tras otra por parte del Ejército israelí

Fuentes: La Marea

La Marea ha hablado con varias organizaciones que trabajan sobre el terreno y que describen el horror en el que Israel ha convertido Gaza. Son más de 39.000 personas asesinadas y más de 90.000 heridas. No hay agua, ni comida, ni electricidad. Y las enfermedades se multiplican ante la inacción de la comunidad internacional.

39.363 personas asesinadas, según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Salud de Gaza. Más de 90.000 heridos y miles de desaparecidos. Israel ha convertido Gaza en un infierno. Y a ello han coadyuvado, según sus propios trabajadores, gigantes tecnológicos como Amazon, Google o Microsoft.

Así lo han manifestado en una declaración conjunta firmada por empleados de estas tres empresas, y publicada en No Tech Fot Apartheid. Entre otras cosas, afirman que, “de manera similar a la asistencia que brindó IBM a la Alemania nazi durante el Holocausto, hoy las grandes corporaciones tecnológicas están ayudando directamente al Ejército israelí en su campaña genocida. Amazon, Google y Microsoft son la columna vertebral tecnológica de este genocidio”.

El uso de la palabra genocidio para calificar a la ofensiva de las Fuerzas Armadas israelíes en Palestina después del 7 de octubre de 2023, fecha de los atentados perpetrados por Hamás, es cada vez más generalizado, sobre todo después de conocerse un estudio publicado en la revista The Lancet a principios del pasado mes de julio.

A partir de patrones observados en otros conflictos recientes, los autores del informe multiplican por cuatro el número registrado de personas fallecidas, ya que las muertes indirectas causadas en una guerra de este tipo suelen multiplicar entre tres y quince veces las directas. Es decir, en los primeros nueve meses de ofensiva israelí, los muertos podrían ser más de 186.000, lo cual representaría en torno al 7,9% de la población total de la Franja en el año 2022.

A pesar de la situación, el ministro de Finanzas israelí, el ultraderechista Bezalez Smotrich, declaró el pasado lunes que podría «ser justo y moral» matar de hambre a 2 millones de personas residentes en Gaza hasta que Hamás libere a los rehenes israelíes capturados. Pero «nadie en el mundo nos lo permitiría», argumentó.

Esta tarde, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Josep Borrell, ha condenado las palabras de Smotrich y ha añadido que “la inanición deliberada de civiles es un crimen de guerra”. Unas palabras que se suman a otras muchas sin que, hasta el momento, hayan sido acompañadas de ninguna medida para obligar a Netanyahu a declarar el alto el fuego.

La falta de ayuda humanitaria

En Cisjordania, apuntan desde la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), “la situación empeora día a día, y campamentos como los de Nur Shams y Tulkarm están sufriendo escasez de agua y cortes de electricidad”. Coincide en el diagnóstico Soraida Hussein, coordinadora de Alianza por la Solidaridad- ActionAid en Palestina, que vive en Ramallah (Cisjordania). “Las organizaciones internacionales, la ONU, los gobiernos, no han sido capaces de parar el fuego, pero tampoco de hacer llegar comida, agua y abrigo para el pueblo palestino”, señala Hussein en conversación telefónica con lamarea.com.

Por su parte, Sara Ferrer, vocal de Acción Humanitaria de La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo, remarca que llega mucha menos ayuda humanitaria de la que se necesita, y que son enormes los problemas para acceder a esta, con camiones parados durante semanas. Además, una vez dentro, “la situación de desesperación de la población puede llevar a que crezca la inseguridad en la distribución”, añade.

Agua, comida y hogar

Con la subida de las temperaturas propia de la época del año, la necesidad de agua se hace aún más acuciante. Se han destruido infraestructuras esenciales, recuerda Ferrer, y este «es uno de los elementos más críticos en cuanto a la cobertura de necesidades básicas».

Respecto a la comida, resalta la representante de La Coordinadora que la situación de inseguridad alimentaria afecta a la mayor parte de la población: “Medio millón de personas están en una situación de inseguridad alimentaria catastrófica”.

Tampoco tienen un techo. Las bombas han destrozado sus hogares y los habitantes de Gaza se ven obligados, como señalan en UNRWA, a instalarse “en tiendas de campaña en la arena, bajo plásticos, con altas temperaturas y sin protección frente al sol. La vida es incompatible con estas circunstancias”.

Las enfermedades y la atención sanitaria

“Todas las personas con las que hablo –comenta Hussein– me dicen que ya no encuentran nada para cuidar su higiene. Se les quemó la cara y no tienen nada para darse. Les han salido granos por el sol. Están lavando la ropa con el agua del mar, y está salda, y no tienen ropa para cambiarse”.

La terrible situación provoca, principalmente, “afecciones a la infancia, a los menores de cinco años. La falta de alimentos, de agua potable, de energía, de medicinas, se traduce en la propagación de enfermedades. Hay un millón de personas con infecciones respiratorias. 600.000 con diarrea”, indica Ferrer.

La atención sanitaria, obviamente, es absolutamente deficitaria. Tal y como explican desde La Coordinadora, “con prácticamente todas las infraestructuras energéticas afectadas, la única manera de que haya electricidad en los hospitales es a través de sus propios generadores, pero es que tampoco hay combustible, con lo que no se pueden hacer funcionar. La situación sanitaria es crítica”.

Afortunadamente, “gracias a las vacunas proporcionadas por Unicef, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, UNRWA ha podido vacunar al 80% de los niños en Gaza desde que comenzó la ofensiva”, subrayan desde esta organización.

Los desplazamientos

“En medio de operaciones militares continuas, las familias se ven obligadas a desplazarse sin ningún lugar a donde ir. Los refugios están abarrotados y la gente tiene que regresar a áreas destruidas con graves riesgos causados por municiones sin explotar”, explican en UNRWA.

“Se calcula que nueve de cada 10 personas se han desplazado internamente en Gaza. Hay personas que se han movido con sus familias hasta 10 veces. Ahí continuas órdenes de evacuación del Ejército de Israel, pero en Gaza no hay ningún lugar seguro”, enfatiza Ferrer.

La inacción de la comunidad internacional y la respuesta ciudadana

Tras 10 meses de matanzas continuadas, ¿qué hace la comunidad internacional? Hussein lo tiene claro “Hay una crisis de ética y valores. Lo que está pasando en Gaza nos dice que la humanidad falló. ¿Exageramos si decimos que la III Guerra Mundial está ya teniendo lugar en Gaza? Hay muchas preguntas para hacerles a los gobiernos: ¿hay que cambiar las reglas de la ley humanitaria?, ¿hace falta un ejército humanitario que se ponga delante de las bombas cuando hay un genocidio? Lo que está pasando en Gaza es una gran lección para la humanidad”.

Sin embargo, ahora mismo el temor es a que el conflicto siga escalando. De hecho, el pasado martes, 6 de agosto, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Josep Borrell, apuntó, a través de X, que “las tensiones siguen aumentando en Oriente Medio, llevándolo al borde de una guerra de proporciones desconocidas”.

Muy diferente es la reacción de la gente. Y es algo que, según la coordinadora de Alianza por la Solidaridad- ActionAid en Palestina, llega hasta allí. “Hay jóvenes que, cuando consiguen coger internet y hablamos con ellos, se ponen muy contentos porque oyen una voz fuera del genocidio. Se dan cuenta de que hay algo detrás. Les da esperanzas ver que hay muchas personas en contra de lo que está sucediendo. Porque hay mucha gente buena, que cuando puede hacer llegar una ayuda lo hace. Gente con valores”, dice.

Los ánimos

Por obvia que pudiera parecer la respuesta a la pregunta de cómo están los ánimos, Hussein asevera que “hay de todo. Gente que dice que ya no puede más y que nunca lo había dicho en 10 meses. Personas que aún tienen a toda su familia viva y piensan en el futuro, en volver a levantar sus casas. Las que tienen hijos pequeños son las que peor lo están pasando, por el miedo que tienen de que les pase algo”.

“Tengo una amiga que nunca escribió nada y ahora se ha hecho poeta. Dice que se está buscando a ella misma dentro de un genocidio. Incluso hay personas que hablan conmigo (que estoy en Cisjordania) y me dan consejos sobre cómo protegerme si llegan las bombas. Quieren enterrar a Gaza en la oscuridad, pero Gaza resiste”, relata.

Entre los adolescentes, agrega Hussein, “que no han podido hacer sus exámenes finales de Secundaria, se preguntan cuándo podrán hacerlos”. También a este problema se refieren en UNRWA: “En medio de la guerra y el desplazamiento, UNRWA los está ayudando a recuperar el aprendizaje. Las actividades psicosociales y lúdicas son un primer paso. Son una forma de ayudar a los niños que están viviendo un infierno”.

El futuro

Sandra Ferrer pide a los gobiernos y a la comunidad internacional “que haya un alto el fuego permanente, que permita a la gente volver a una vida mínimamente digna. Y que se pare todo tipo de comercio de armas con Israel”.

Las consecuencias a medio y largo plazo, añade, “no van a ser fáciles. Por eso hay que frenar esto lo antes posible”. Se refiere también la representante de La Coordinadora a los efectos en la salud mental: “Antes del 7 de octubre ya había un servicio de salud mental. Ahora estamos trabajando en las emergencias, pero esos niños y niñas están viviendo situaciones extremas y necesitan urgentemente apoyo psicosocial”.

Hussein confía en que todo cambie. “Creo que esto que está pasando tiene que cambiar las reglas del juego. No sé qué va a pasar, pero sí que la rabia que mucha gente tiene en el mundo no será en vano. Se está prendiendo una mecha. Tengo esperanza de que todo eso bueno se acumule y que haya un cambio político para el bien de esta gente que tiene ética”.

Fuente: https://www.lamarea.com/2024/08/07/gaza-diez-meses-sufriendo-una-masacre-tras-otra-por-parte-del-ejercito-israeli/