Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Tres agricultores palestinos fueron asesinados por el disparo de un tanque a última hora de la noche del 12 de septiembre en el extremo norte de la ocupada Franja de Gaza, a lo largo de la prohibida «zona de parachoque» impuesta por el ejército israelí. Al-Jazeera informó de que un anciano agricultor de 91 anos, Ibrahim Abdullah Abu Saeed, e Ismael Walid Abu Audeh, de 20 años, murieron inmediatamente. El nieto de 17 años de Abu Saeed, Hossam Khaled Abu Saeed, quedó gravemente herido y murió poco tiempo después («Israeli shelling kills Palestinians«, 12 de septiembre de 2010).
Altos cargos israelíes afirman que los tres hombres eran combatientes armados que preparaban el lanzamiento de un cohete a Israel.
La «zona de parachoque» impuesta por Israel en territorio de Gaza a lo largo de la frontera con Israel se ha apropiado del 35% de la tierra agrícola abierta del territorio, según un reciente informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés) («Between the fence and a hard place«, 19 de agosto de 2010).
La OCHA añade que entre enero de 2009 y julio de 2010 el ejército israelí asesinó a 22 civiles palestinos dentro de la»zona de parachoque», incluyendo a seis niños. Otros 146 palestinos, incluyendo 27 niños, han resultado heridos por diversos tipos de proyectiles.
Estos asesinatos ocurrieron inmediatamente después varios ataques aéreos simultáneos emprendidos por Israel contra la ocupada Franja de Gaza la tarde del 9 de septiembre, la víspera de la celebración musulmana de Eid al-Fitr que señala el final del mes de Ramadán. Israel afirma que los ataques eran en respuesta a dos cohetes lanzados por grupos de la resistencia armada anteriormente ese mismo día, aunque ningún grupo los reivindicó.
Según la agencia de noticias Ma’an, los misiles israelíes cayeron la ciudad de Gaza y en la ciudad fronteriza de Rafah en el sur, y otro misil en la ciudad de Beit Hanoun al norte («Overnight air strikes hit Gaza, 5 said injured«, 10 septiembre 2010). Ma’an informó de que cinco oficiales de los servicios de seguridad palestinos habían resultado heridos durante los ataques a la ciudad de Gaza, que afectaron a las instalaciones de seguridad de Hamás. Otro cohete lanzado desde Palestina cayó en el desierto de Negev tras los ataques aéreos israelíes, añadió Ma’an.
Estos ataques aéreos israelíes eran la segunda serie de ataques desde que la semana pasada se reiniciaron las negociaciones de paz propugnadas por Estados Unidos en Washington, DC. El 4 de septiembre aviones israelíes bombardearon dos túneles en Rafah, mataron a dos palestinos e hirieron a otros dos.
El sábado 12 de septiembre un cohete lanzado desde Gaza cayó en el sur de Israel sin causar daños ni víctimas, el último de una serie de lanzamientos de cohetes desde Gaza por parte de grupos armados la última semana.
Se deniega a familias de Gaza las visitas a sus presos
Antes de los ataques del ejercito israelí del 9 de septiembre, un comité de madres palestinas de presos políticos celebró su manifestación anual frente al cuartel general del Comité Internacional de Cruz Roja en la ciudad de Gaza para protestar contra la continua encarcelación de sus hijos e hijas dentro de cárceles israelíes. Ma’an señaló que desde hace cuatro años el grupo ha estado celebrando manifestaciones y vigilias la víspera de las celebraciones del Eid («Mothers of prisoners mark Eid in protest«, 10 de septiembre de 2010).
Como parte de sus más amplias políticas de bloqueo a Gaza (tras la victoria electoral del partido Hamás en 2006) Israel ha prohibido a los palestinos que viven dentro de Gaza visitar a sus familiares en las cárceles israelíes. Cálculos recientes del grupo de derechos humanos israelí B’Tselem señalaban que más de 6.100 palestinos y palestinas de las ocupadas Cisjordania y Gaza están actualmente encarcelados en Israel (Statistics on Palestinians in the custody of the Israeli security forces).
Crisis del agua
Mientras tanto, B’Tselem publicó un informe en profundidad sobre la cada vez mayor crisis del agua dentro de la ocupada Franja de Gaza en el que afirmaba que el 95% del agua subterránea de la zona está contaminada y no es apta para el consumo humano ya que el actual bloqueo de Israel impide la entrada de materiales industriales esenciales que se necesitan para reparar la infraestructura de aguas («Water supplied in Gaza unfit for drinking; Israel prevents entry of materials needed to repair system«, 23 de agosto de 2010).
«Desde que empezó el bloqueo de Gaza en junio de 2007, Israel ha prohibido la entrada del equipamiento y los materiales que se necesitan para rehabilitar el sistema de aguas y de tratamiento de aguas residuales en Gaza», afirma B’Tselem. » Esta prohibición permanece a pesar de que recientemente se ha suavizado el bloqueo».
Citando informes del Programa de Medio Ambiente de la ONU, de la Autoridad de las Aguas Palestina, de la Empresa de Aguas de los Municipios Costeros y de organizaciones de ayuda internacionales, el informe de B’Tselem señala que los niños se están viendo especialmente afectados por la crisis del agua en Gaza. El informe hace referencia al exceso de bombeo de las aguas subterráneas, combinado con los precarios sistemas de tratamiento de aguas residuales y a la contaminación de la tierra debido a los centros de eliminación de residuos, en los que se arrojaron amianto, desechos médicos, petróleos y carburantes después de las tres semanas de ataques israelíes en 2008-09. Según B’Tselem, a consecuencia de ello productos químicos como cloruros y nitratos están contribuyendo a un aumento de las enfermedades y de las heridas internas, especialmente entre los niños de Gaza.
Los ataques aéreos israelíes durante la ofensiva de invierno también dañaron las plantas de tratamiento de aguas residuales de Gaza y dañaron treinta kilómetros de la red de aguas, once pozos y seis mil tanques de aguas de las casas. Los informes calculan que los daños en la infraestructura de las aguas ascienden a unos 6 millones de dólares.
«Según agencias internacionales de ayuda, el 20% de las familias de Gaza tiene al menos un niño menor de cinco años que padece diarrea a consecuencia del agua contaminada», informa B’Tselem. «Un estudio de la ONU publicado en 2009 considera que la diarrea es la causa del 12% de las muertes en los niños de Gaza. La falta de agua potable provoca desnutrición en los niños y afecta a su desarrollo físico y cognitivo».
«Desde que empezó el asedio», añade B’Tselem, «Israel ha prohibido la entrada de equipamiento y de materiales que se pueden utilizar para mejorar la calidad y sabor del agua, y para desarrollar y rehabilitar su infraestructura de aguas y de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales en Gaza. La prohibición ha seguido vigente a pesar de que se han suavizado las restricciones y a pesar de la decisión del gobierno israelí de permitir la entrada de materiales de construcción para proyectos que han sido aprobados por la Autoridad Palestina y que están supervisados por organizaciones internacionales. El equipamiento que se necesita incluye bombas de agua, cañerías, generadores, ordenadores, cemento de construcción y cloruro. Israel clasifica este material como de doble uso que puede ser utilizados para fines militares y, por consiguiente, prohíbe su entrada».
B’Tselem pedía al gobierno israelí que «permita inmediatamente la entrada de los materiales y equipamientos que se necesitan para rehabilitar y desarrollar los sistemas de aguas y de tratamiento de aguas residuales en Gaza».
Bloqueo del tratamiento médico
Además, el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC, en sus siglas en inglés) publicó un informe sobre los efectos que tiene los cortes de electricidad continuos y regulares en Gaza sobre pacientes médicos, especialmente en aquellos que necesitan tratamiento de diálisis del riñón («Gaza: power cuts put lives at risk«, 7 de septiembre de 2010). Durante los ataques israelíes en 2006 se destruyó la única central eléctrica de Gaza. Fue gravemente dañada de nuevo durante los ataques de 2008-09 y el ICRC informa de que los palestinos de Gaza son privados de electricidad entre 7 y 12 horas al día de media.
El ICRC señala que encontrar piezas de recambio para reparar los generadores eléctricos de los hospitales suele ser un «proceso prolongado». «Varios factores han llevado a esta situación», explica en el informe Palina Asgeirsdottir, directora del programa de salud del ICRC en Gaza. «Años de conflicto armado y de ocupación han hecho extremadamente difícil simplemente mantener una rutina de mantenimiento y de reparaciones de los equipos de generadores y de la red eléctrica, por no hablar de aumentar la capacidad de hacer frente a las necesidades cada vez mayores».
El ICRC añade que los enfermos del riñón se enfrentan a la falta de los medicamentos que necesitan ya que debido al bloqueo no se encuentran fácilmente en Gaza. Asgeirsdottir afirma que «los pacientes con enfermedades crónicas necesitan cierta medicación, por ejemplo, medicinas para los enfermos con trasplante de riñón, Factor VIII y IX para pacientes con hemofilia, y comida especial para bebés y niños con intolerancias alimenticias y problemas digestivos. Se interrumpe a los pacientes de cáncer sus protocolos de tratamiento Los pacientes sufren sin estas medicinas e incluso pueden llegar a morir».