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Gaza: ¿»territorio hostil» o pueblo que resiste?

Fuentes: bellaciao.org

Traducido por J.M. y revisado por Caty R.

Un pueblo entero está prisionero. Un pueblo entero está condenado al hambre. Un pueblo entero está sometido a bombardeos continuos. Los niños palestinos son víctimas del ejército de ocupación; los asesina, los hiere y los priva de educación. La comunidad internacional constata y calla incumpliendo sus propias obligaciones y violando las normas del derecho internacional ante un pueblo entero que lucha por su independencia y su libertad Un único pueblo en Gaza, Cisjordania y Jerusalén.

El pueblo palestino en Gaza o en los otros lugares no es un «territorio». Es un pueblo y los habitantes de Gaza son una parte de ese pueblo. Gaza es un pedazo arrancado a Palestina siempre ocupado, siempre agredido, ahora asfixiado en sus límites terrestres, aéreos y marítimos, y si se le ha añadido el mote de «territorio» es para arrasarlo mejor haciendo oídos sordos a los gritos de socorro de la población.

Allí es donde el pueblo palestino lucha por su derecho a la soberanía, por su derecho a disponer de sus recursos y su tierra. Allí es desde donde el pueblo palestino, en la Franja de Gaza, en Cisjordania y en Jerusalén, resiste la ocupación israelí y la conspiración de silencio orquestada por la comunidad internacional.

El estado de Israel, apoyado por Estados Unidos y algunos estados europeos alineados en la política hegemónica e imperial estadounidense ha decidido «borrar» a los habitantes palestinos de la Franja de Gaza. Tanto este terrorífico vocablo como el pretendido «choque de civilizaciones» son ciencia ficción, como si fueran «alienígenas» a quienes nos referimos. Pero se trata de un millón y medio de hombres, mujeres y niños, seres de carne y hueso. Y se pretende deshumanizarlos para así «castigarlos» con total impunidad por haber votado mal, por negarse a agachar la cabeza…

Los «moderados de Israel» como los llama Gideon Levy en su artículo de Haartez del 10 de septiembre discuten por primera vez en el gobierno «cortar el oxígeno de la infraestructura de Gaza», es decir los servicios básicos como el agua, la electricidad, el combustible… A la pregunta de un periodista «¿Qué seguirá si se revela que el corte del agua y electricidad no dan los resultados esperados?» Haim Ramon, considerado como uno de los moderados en este gobierno y autor de las propuestas respondió: «Hasta que no las pongamos en práctica no podemos saberlo».

Sabemos que deshumanizar a las personas y someterlas a semejantes medidas son crímenes contra la humanidad y quienes los perpetran son criminales. ¿Cómo un estado que pretende ser un estado «judío» puede olvidar hasta tal punto su pasado judío sobre el cual pretende fundamentar el origen de su legitimidad?

Sabemos que matar de hambre a un pueblo en nombre de un pretendido choque de civilizaciones, sacrificar a un pueblo porque su manera de vivir es diferente de la que se le quiere imponer, es un crimen. La historia lo ha demostrado y lo ha denunciado. La historia lo ha juzgado.

¿Cómo pueden tolerar esto los judíos del mundo? ¿Cómo pueden consentir esta situación los estados democráticos?

«La Unión Judía Francesa por la Paz» hace un llamamiento a los hombres y mujeres del mundo entero para poner fin a este proceso criminal antes que sea demasiado tarde para los palestinos, para los israelíes, para los judíos y para la humanidad en todos los sentidos del término.

Original en francés: http://bellaciao.org/fr/article.php3?id_article=52687

Christian Delarue es miembro fundador del MRAP «Movimiento contra el racismo y por la amistad entre los pueblos», de Francia.

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.