Traducido por Nadia Hasan y revisado por Beatriz Morales
A diferencia de muchos políticos que prefieren permanecer en el lado seguro, incluso si eso significa traicionar a su conciencia, George Galloway representa una rara raza de políticos guiados por sus convicciones morales que están dispuestos a llamar a las cosas por su nombre, incluso ante el peligro y la brutalidad.
El legislador británico ha mostrado gran coraje para hablar en contra de los crímenes y las injusticias causadas por Israel, Estados Unidos y sus aliados europeos en lugares como Iraq, Afganistán, Líbano y Palestina.
En 2003 Galloway fue expulsado del Partido Laborista cuando un consejo del partido decidió que las firmes declaraciones que había hecho en oponiéndose a la invasión de Iraq por EE.UU. y sus aliados habían desacreditado al partido.
Firme y desafiante, Galloway entonces co-fundó el partido Respect, una nueva coalición de tendencia izquierdista formada por una serie de pequeños grupos.
Galloway ha condenado el horrible genocidio de cientos de miles de civiles iraquíes que murieron como consecuencia de las draconianas sanciones impuestas a ese país árabe y ejecutadas por Estados Unidos.
En 2006, cuando Occidente y varios regímenes árabes estuvieron totalmente en silencio o en connivencia con Israel, Galloway habló firme y elocuentemente en contra de la brutal agresión israelí contra el Líbano que destruyó completamente viviendas e infraestructuras civiles, especialmente en el sur de Beirut, y asesinó a centenares de inocentes civiles en todo el Líbano.
Al hacerlo, puso de manifiesto los brutales crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad perpetrados por Israel, incluyendo el lanzamiento por la fuerza aérea de Israel de millones de bombas de racimo sobre todo el sur del Líbano con el propósito expreso de asesinar y mutilar campesinos, agricultores, pastores y niños libaneses durante prácticamente el resto de sus vidas.
Ahora, este hombre valiente ha llegado al enorme y sitiado campo de concentración conocido como la Franja de Gaza, dirigiendo convoy de alimentos y medicinas para el muy duramente atormentado pueblo de Gaza.
Curiosamente, su prometedora llegada coincidió con la celebración anual del aniversario del nacimiento del Profeta Mahoma (la paz sea con él) que afirmó: «una de las mayores formas de Jihad es pronunciar una palabra de verdad en presencia del tirano.»
«Estoy aquí para conocer a los héroes de la resistencia palestina, al gobierno de Palestina, al pueblo de Palestina», dijo Galloway a los periodistas mientras miles de jubilosos palestinos acudían a saludarlo a él y a sus acompañantes.
«He entrado en Palestina muchas veces, pero la más emotiva de todas ellas ésta después de los 22 días de la agresión genocida contra el pueblo palestino», dijo Galloway, que se arrodilló para besar la tierra de Gaza.
«Todos somos palestinos»
Sin temor a molestar a Israel, ni a sus aliados de mente criminal, quislings [1] y aprovechadores, Galloway dijo que lo que la mayoría de los políticos en las capitales de Europa y América del Norte, ni tan siquiera en los países árabo-musulmanes de Oriente Próximo, no se atreverían a decir, es decir, que Hamás es el legítimo gobierno palestino y se debe respetar la voluntad del pueblo palestino.
Galloway denunció al ex Primer Ministro británico Tony Blair, un firme defensor de la política de aislar a Hamás.
«Él no representa al pueblo británico», dijo Galloway.
Blair, como la mayoría de los políticos y funcionarios occidentales, se mantuvo en absoluto silencio mientras recientemente el Israel nazista hacía llover bombas de fósforo blanco recientemente en Gaza, asesinó, mutiló e incineró a miles de civiles inocentes, entre ellos cientos de niños, cuyo único «crimen» era su firme vigor y determinación de vivir y de ser libre.
Sin embargo, en vez de ser arrojado al basurero de la historia, como, de hecho, debería haber sido, Blair fue nombrado por el jefe criminal de la Casa Blanca, el nada añorado George Bush, como Enviado de Paz para Oriente Próximo.
Bush y Blair siempre serán recordados como viles criminales de guerra que sin vergüenza alguna se permitieron todo tipo de comportamiento deshonesto para justificar o encubrir sus conductas criminales.
En verdad, no deberían estar en libertad, su lugar natural debería ser tras las rejas.
Nosotros le rendimos un homenaje
Pues bien, Sr. Galloway, en nombre del pueblo palestino y de todos los hombres y mujeres de mentes libres de todo el mundo, le rendimos un homenaje por ser la voz de los sin voz y por defender firme, elocuente y desafiantemente la verdad y la justicia.
George, los grandes hombres se crean para defender estos valores sublimes.
Le rindo un homenaje por desafiar las fuerzas de la hipocresía y la duplicidad moral en el Reino Unido, los cuales, en lugar de decir lo que realmente es Israel, un Estado gobernado por una camarilla de criminales de guerra – se apresuran a culpar a las indefensas víctimas por haber sobrevivido el reciente genocidio en Gaza y por aferrarse a la vida, la dignidad y la libertad.
También le rindo un homenaje por ser un «inconformista», porque en un mundo abrumado por la hipocresía, la inmoralidad, la depravación humana, la falta de ética y una repulsiva corrección política, se necesita un verdadero inconformista para defender los verdaderos valores humanos.
Y, sobre todo, le rindo un homenaje por dejar en evidencia a los traicioneros líderes árabes que tocaban el violín mientras Gaza se quemaba.
Señor, Que Dios los bendiga.
[1] Nota del traductor: Vidkun Abraham Lauritz Jonssøn Quisling (18 de julio de 1887 – 24 de octubre de 1945). Primer Ministro en la Noruega ocupada por la Alemania nazi a partir del febrero de 1942 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Frente a éste estaba el Gobierno noruego en el exilio, reconocido por los aliados y presidido por Johan Nygaardsvold, que permanecía en Londres. Después de la guerra fue juzgado por alta traición y ejecutado posteriormente. El término «quisling» se ha convertido en un sinónimo en algunos idiomas para el «traidor», aquel que colabora con los invasores.