El juicio comenzó ayer en la 11ª Sala de lo Penal de Estambul
Akhanli, refugiado político desde hace 19 años en Colonia, fue detenido en el aeropuerto de Estambul el pasado 10 de agosto cuando regresó a Turquía, por primera vez desde su huida, para visitar a su padre enfermo, quien más tarde murió, a finales de noviembre, sin llegar a ver a su hijo. Desde entonces permanece en la cárcel de Tekirdag.
Akhanli, de 53 años de edad, está acusado de los delitos de homicidio y asalto a mano armada, lo que podría suponer una condena de cadena perpetua. Según la fiscalía el acusado formaba parte de un movimiento para desestabilizar el orden constitucional en el país, para su abogado defensor, Haydar Erol, el proceso significa un tardío ajuste de cuentas contra la izquierda política, por lo que hizo un llamamiento para la liberación Akhanli y el sobreseimiento del caso.
Erol también explicó que las pruebas inculpatorias fueron obtenidas mediante torturas y otras creadas por la propia policía.
Una delegación internacional de apoyo, al frente de la cual se hallaba el escritor alemán Günter Wallraff, hizo acto de presencia al inicio del juicio en representación de una veintena de asociaciones de escritores, organizaciones de Derechos Humanos, de izquierda y ecologistas.
En las puertas del Tribunal, Wallraff aseguró que Akhanli «es un pacifista como yo, un hombre tranquilo y modesto» y consideró el juicio como un paso atrás en el proceso de democratización de Turquía.
En la misma línea se expresó Handrej Hunko, eurodiputado por el partido alemán Die Linke, al asegurar que el proceso reforzará a los círculos racistas opuestos a la entrada de Turquía en la UE y beligerantes contra la inmigración.
La detención de Akhanli, reconocido defensor de los derechos humanos y las libertades, ha provocado una ola de manifestaciones en Alemania. La Academia de las Artes de Berlín ha llamado a convocar protestas internacionales contra la detención Akhanli y junto a varias organizaciones europeas de derechos humanos y asociaciones de juristas jurídicas ha exigido «libertad y justicia».
Otras personalidades como Günter Grass, Mikis Theodorakis, Edgar Hilsenrath, Yasar Kemal, Orhan Pamuk, Zülfü Livaneli y Taner Akçam también han pedido públicamente la liberación del escritor encarcelado.
Después del golpe militar en Turquía de 1980, Akhanli pasó a la clandestinidad y fue detenido cuatro años más tarde por formar parte del Partido Comunista Revolucionario de Turquía (TDKP). Fue encarcelado entre 1985 y 1987, tiempo durante el cual fue torturado. Refugiado en Alemania durante las últimas dos décadas, Akhanli ha sido galardonado por sus obras y ha trabajado con la Asociación de Investigación Internacional cuyo objetivo es el estudio y descubrimiento de los hechos referentes a los genocidios perpetrados el pasado siglo, entre los que se encuentra el cometido en el Imperio otomano contra los ciudadanos armenios durante la Primera Guerra Mundial.
Por esta razón Regip Zarakoglu, editor del autor procesado, aseguró hace unos días que como las autoridades turcas «no podían castigar a Akhanli por sus escritos, lo están intentando con otros delitos».
Nota: Tras la primera sesión del juicio, el Tribunal decretó la libertad condicional para Dogan Akhanli. Esta medida durará mientras continúe el juicio en su contra, cuya próxima sesión fue fijada para el 9 de marzo de 2011.
Antonio Cuesta es corresponsal de la agencia Prensa Latina en Turquía
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