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Se niega el visado a profesores e investigadores cubanos

Habana Nights y los académicos latinoamericanos en Las Vegas

Fuentes: Counterpounch

Traducido para Rebelión por Felisa Sastre

Cuando se trata de asuntos relacionados con Cuba la política estadounidense es un auténtico desafío a la razón.

Hace un mes, Siegfried & Roy presentaron el espectáculo del Havana Night Club en el Hotel Stardust y en el Casino de Las Vegas de Nevada. La compañía de baile gestionó la concesión de visados para actuar en Las Vegas. Treinta y cinco artistas, además del personal técnico, todos cubanos, estuvieron en esa ciudad y disfrutaron de alojamiento y comida, además de percibir los honorarios correspondientes por su magnífico espectáculo. Al parecer, a la Administración Bush le pareció que todo estaba en orden.

Ahora, a 61 profesores y escritores cubanos se les ha negado el derecho a participar en el congreso de la Latin American Studies Association en Las Vegas. Conviene resaltar que los académicos cubanos iban a presentar ponencias y comunicaciones en intercambio con sus colegas; que en la LASA nadie cobra por su trabajo y que los investigadores cubanos se dedican a diversas disciplinas y tienen variados puntos de vista.

Es evidente que la Administración Bush considera el intercambio de ideas una amenaza, mientras que los hombres y mujeres cubanos semi-desnudos pueden venir y entretener a los estadounidenses en los casinos de Las Vegas. Es probable que los fanáticos anti-castristas de Miami y del Distrito de Columbia (Washington) consideren que, por razones desconocidas, el Havana Night está contribuyendo al «cambio de régimen» y a la «democratización» de la sociedad cubana, y que los investigadores cubanos no lo hacen.

Unas semanas antes, antiguos miembros de la Fundación Nacional Cuba-Estados Unidos presionaron para conseguir los visados de los artistas del Havana Night Club pero está claro que no hicieron los mismo para los congresistas de la LASA.

Hemos oído las explicaciones del Departamento del Tesoro y de la Casa Blanca en el sentido de que los componentes del Havana eran «independientes» mientras los profesores eran empleados del Gobierno. Pero, el Club Habana es una empresa mixta constituida por una corporación alemana y el Ministerio de Cultura de Cuba, así que en ese aspecto son casi tan (o tan poco) «funcionarios del gobierno cubano» como otros magníficos artistas a los que el Departamento de Estado ha autorizado su venida recientemente. O como los profesores e investigadores de la LASA que han sido rechazados, y a quienes- hay que ponerlo de relieve-, se invitó por los trabajos académicos que habían llevado a cabo en el pasado.

De acuerdo, cantar y bailar son actividades más en la línea con lo que los cubanos -tradicionalmente-, se supone que hacen en lugar de pensar. Al fin y al cabo, son habilidades que se corresponden con la añorada «Cuba de ayer».

Quizás, la próxima vez, los profesores cubanos que quieran entrar en Estados Unidos deberían vestirse para la ocasión y demostrar a los funcionarios de Washington que pueden bailar y enseñar algo de carne. Cantar «Babalú» puede resultarles de gran ayuda. En la supuesta «Batalla de las ideas» el Gobierno de Estados Unidos prefiere no comprometerse.

2-3 de octubre de 2004-10-07
* Nelson Valdés es profesor de sociología, especializado en Latinoamérica, en la Universidad de New Mexico. Su correo electrónico es: [email protected]