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Hamas gana terreno en campamentos de Líbano

Fuentes: IPS

Cambió la cara de este campamento de refugiados palestinos en el norte de Líbano. Ahora abundan los retratos del asesinado líder espiritual de Hamas, jeque Ahmed Yassin, y de combatientes de ese partido. Yassin, nacido a fines de los años 30, murió en 2004 tras un ataque durante la segunda intifada (revuelta contra la ocupación […]

Cambió la cara de este campamento de refugiados palestinos en el norte de Líbano. Ahora abundan los retratos del asesinado líder espiritual de Hamas, jeque Ahmed Yassin, y de combatientes de ese partido.
Yassin, nacido a fines de los años 30, murió en 2004 tras un ataque durante la segunda intifada (revuelta contra la ocupación israelí), iniciada en 2000.

El líder de Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica), casi ciego y cuadripléjico desde los 12 años, se opuso a una solución negociada con Israel y alentó atentados suicidas contra la población civil israelí en respuesta a los ataques de ese país en Palestina.

Hace apenas unos meses, los estandartes y afiches de Hamás hubieran sido derribados por simpatizantes del partido secular Fatah, cuyo líder histórico fue el fallecido presidente palestino Yasser Arafat (1929-2004).

Pero muchos refugiados en Líbano se sienten cada vez más desilusionados con ese partido tras su derrota en conflicto armado en Gaza ante Hamas, en junio, y la forma en que sus dirigentes gestionaron la crisis en el campamento de Nahr al-Bared, cerca de Baddawi.

Cuando combatientes islámicos abrieron fuego contra fuerzas regulares libanesas a fines de mayo, el ejército de este país ingresó a Nahr al-Bared, a pesar de que un acuerdo de larga data asigna a las organizaciones palestinas la responsabilidad de su propia seguridad.

Los combates que siguieron entre ejército e insurgentes destruyeron por completo el campamento y causaron el desplazamiento de miles de refugiados palestinos.

Oficiales de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Líbano, encabezada por miembros de Fatah, se pusieron del lado del ejército, a pesar de lo que muchos refugiados califican de bombardeo indiscriminado contra Nahr al-Bared.

El ejército libanés se declaró victorioso el 2 de este mes, después de tres meses de combate, y muchos ciudadanos de este país salieron a festejar con banderas y tocando bocina en señal de apoyo.

Pero, lejos de celebrar, gran parte de los palestinos están molestos con Fatah y la OLP por no haber protegido a los civiles.

«Estos políticos permitieron que el ejército libanés destruyera todo el campamento», protestó Abdel Salaam Khader, ex residente de Nahr al-Bared, quien perdió un hermano en los combates.

«En otros periodos quedamos muchísimas expuestos a las bombas israelíes, pero incluso entonces el enemigo destruyó algunos sitios. No todo el campamento», apuntó.

«Pudieron haber lidiado con los insurgentes de otra manera, no por la vía militar. Los líderes palestinos hicieron un acuerdo con el gobierno que nos dejó sin hogar y sin nuestras pertenencias», añadió.

Cuando comenzaron los combates y la primera ola de palestinos desplazados llegaron a Baddawi, líderes de Fatah prometieron fondos para la reconstrucción del campamento, indemnizar a las víctimas y negociar con el ejército para que no destruyeran el campamento.

Pero según muchos desplazados, los líderes palestinos no cumplieron ninguna de esas promesas. Los residentes de este campamento acusan a Fatah y a la OLP de no impedir que el ejército libanés detuviera en forma arbitraria y torturara palestinos que huían de la violencia.

«Fatah no protegió a los civiles. Al contrario, brindó todo lo necesario al ejército y al gobierno libanés», señaló un ex residente de Nahr al-Bared que pidió reserva de su identidad.

«Hasta ahora no sabemos un cronograma claro de reconstrucción del campamento, una fecha de regreso o qué le sucederá a Nahr al-Bared. Fatah no nos ayudó. Sólo hicieron grandes promesas en la televisión», protestó.

«Le dieron dinero a sus partidarios. Pero a nosotros no nos dio nada», apuntó.

«Cuando Abu Ammar –nombre de guerra de Arafat– estaba vivo, denominábamos Fatah Abu Ammar a la rama del partido en los campamentos. Ahora lo llamamos Fatah de los ladrones», señaló Samer Diad, otro residente.

Los campamentos de refugiados palestinos en Líbano albergan a más de 400.000 personas y en ellos funcionan varias agrupaciones políticas, muchas de ellos integradas en la OLP, cuyo principal partido es Fatah.

Los líderes de ambas organizaciones llegaron a Líbano a principios de los años 70. A fines de esa década, Fatah se había convertido en una fuerza poderosa en la política libanesa y en la vida de los palestinos.

Los refugiados palestinos acudían a Fatah en busca de servicios sociales, empleo y protección, y esa fuerza que encabezaba la lucha contra Israel.

Después de que el ejército israelí invadió Líbano y expulsó a los líderes de la OLP en 1982, comenzó el declive sostenido de esta organización. Con el comienzo de la primera intifada en 1987, la primera línea de lucha de los palestinos se trasladó a la Gaza y Cisjordania.

A pesar de su decadencia, la OLP siempre mantuvo una base sólida en Líbano.

Pero con el ascenso de Hamas en los territorios ocupados, las negociaciones de Fatah con Washington e Israel y el sitio a Nahr al-Bared, muchos analistas creen que el respaldo a Fatah en los campamentos de refugiados palestinos de este país se encuentra en su punto más bajo.

Mucha gente se volcó a Fatah para que representara al pueblo palestino en Gaza y en Nahr al-Bared, pero en ambos casos el partido les falló, insistió el analista Ashraf Ibrahim, líder del Centro de la Comunidad Njaz en Badawi.

«Fatah quiere ser la única fuerza en todos los campamentos», sostuvo. «Quieren aplastar a las otras agrupaciones, ser el único representante de los refugiados. Por eso tienen buenas relaciones con el gobierno, pero no hablan de los derechos del pueblo palestino.»

La OLP reorganizó su estructura de liderazgo en Líbano. Varias versiones indican que trata de fortalecer su posición en este país para contrarrestar la creciente popularidad de Hamas y de otras organizaciones.

Por su parte, el representante de Fatah en Líbano Kassim Subiyeh señaló: «La respuesta de la población de Nahr al-Bared es temporal. Esperaban más y no obtuvieron lo que pretendían.»

«Otras organizaciones y movimientos usan eso contra Fatah. Pero estoy seguro de que en poco tiempo comenzarán a utilizar su cabeza y no sus sentimientos», añadió.

El representante de la OLP en Líbano y comandante de Fatah Munir Maqdah dijo a IPS que lo sucedido en Nahr al-Bared «no es nuestra culpa. La gente comienza a confiar cada vez más en Fatah, que es un movimiento de todos los palestinos que procede de las entrañas de nuestro pueblo. Nadie puede erradicarlo».

Sin embargo, muchos palestinos de este país, ex bastión de Fatah, se vuelven hacia Hamas.

«Hamas tiene cada vez más influencia porque desde el principio adoptó la posición correcta. Dijeron que estábamos en contra de un ataque militar del ejército libanés. Dijeron que íbamos a presionar a los políticos para ayudar a los desplazados y trabajar hasta que todos hayan regresado a sus hogares», afirmó Ashraf.

Además, desde que Hamas usurpó el poder en Gaza en junio y defiende el derecho de los refugiados a regresar a los territorios ocupados palestinos, su posición ante los ojos de muchos residentes de los campamentos no hizo más que elevarse.

«¡Qué se queden cientos de años!», exclamó Subiyeh, el representante de Fatah.

Para muchas familias de Baddawi y Nahr al-Bared, dos veces desplazados y hacinados de a ocho en una habitación, esa debe ser una píldora difícil de tragar. (FIN/2007)