Traducido para Rebelión por J.M. y revisado por Caty R.
El líder de Hizbulá hizo esta declaración en Beirut con ocasión de la celebración del Día de Jerusalén, condenó la apertura de las negociaciones con Israel y alabó el ataque ocurrido esta semana que dejó cuatro israelíes muertos y otros dos heridos: «Éste es el camino para Liberar Jerusalén y también Palestina».
«La firme oposición de las fuerzas que resisten en Palestina, en Líbano y en Iraq, junto con Siria e Irán, hicieron fracasar el proyecto del Nuevo Oriente Medio que traman Estados Unidos e Israel». Son declaraciones efectuadas el viernes por el líder de Hizbulá durante una visita a barrios de la zona sur de Beirut conmemorando el Día de Jerusalén junto con todo el mundo chií.
En su discurso, Nasralá criticó la decisión de la Autoridad Palestina de abrir negociaciones directas con Israel diciendo que «estas negociaciones nacieron muertas», y agregó que «Palestina, desde el mar hasta el río, es propiedad de la nación palestina, árabe y musulmana, y nadie tiene la atribución de renunciar a ella, ni siquiera a una gota del agua que le pertenece».
Nasralá elogió los dos ataques de Hamás de la última semana, efectuados por separado en la Cisjordania, y que el brazo armado de Hamás, las brigadas Qassam, asumió ambos como de su responsabilidad, prometiendo que habrá más, al mismo que tiempo se abrían oficialmente las conversaciones en Estados Unidos, anfitrión de las negociaciones directas entre Israel y la Autoridad Palestina. También dijo que Hamás y quienes se oponen a esas negociaciones tienen que oír las voces de apoyo del mundo árabe y musulmán.
En cuanto a las conversaciones que surgirán entre Israel y la Autoridad Palestina sobre el estatuto de Jerusalén, dijo Nasralá: «Ni siquiera una de las calles de Jerusalén puede ser capital de lo que se denomina Israel. Jerusalén es la capital del cielo y la tierra», aludiendo a que la existencia del Estado de Israel es inmoral, se basa en el asesinato y es impensable que se pueda legitimar.
El Día de Jerusalén fue instituido por el difunto líder de la Revolución Islámica de 1979 en Irán, el gran ayatolá Ruhollah Jomeini, y se conmemora el último viernes del mes de ayuno del Ramadán. Ese día se realizan concentraciones masivas en el mundo árabe contra Israel y en apoyo a Palestina. Este año coincidieron con las primeras conversaciones directas de los dos últimos años.