(Amplio extracto de la carta escrita por Hatice Cengiz y publicada por The New York Times el pasado 13 de octubre. La compañera del periodista asesinado Jamal Khashoggi, es estudiante de doctorado en la Universidad de Estambul y tiene 36 años de edad. La misiva fue publicada once días después de la desaparición del columnista de The Washington Post. Traducida al castellano por Javier Cortines).
«Jamal Khashoggi y yo nos conocimos en Estambul el pasado mes de mayo. Conocía su trabajo ya que estoy muy interesada por todo lo que ocurre en Oriente Medio y en el Golfo de la Región. Hablamos de las extraordinarias transformaciones que tienen lugar en Arabia Saudí, su país nativo y de la expectación que eso le producía.
Yo admiraba su personalidad y valentía por escribir sobre los asuntos políticos (más candentes) de esta parte del mundo. Enseguida conectamos ya que compartíamos nuestra pasión por la democracia, los Derechos Humanos y la libertad de expresión.
Jamal ha trabajado de periodista más de 30 años, ha sido redactor jefe de ArabNews, del diario saudí Al-Watan, etc. Ha viajado por todo el mundo, pero el país que más ama, por encima de todo, es Arabia Saudí (…) Tuvo que huir de su país con sólo dos maletas por las redadas que ordenaba hacer contra los intelectuales y los activistas el príncipe heredero Mohamed Bin Salman (MBS), de 33 años.
A él no le gustaba que le llamaran disidente. Él se definía como un periodista independiente que usaba la pluma por el bien del país. Tuvo que marcharse (en 2017) del país porque no le quedaba otro remedio, para poder escribir con libertad, sin tener que falsificar sus ideas, para poder vivir con dignidad.
Solía pensar en sus amigos encarcelados (…) Cada vez que le llamaba por las mañanas me decía que mi voz dibujada en su rostro una sonrisa. Ahora que no puedo hablar con él comprendo mejor lo que quería decir.
De él destacaban la honestidad, la franqueza y la ternura (…) Añoraba mucho su país, su hogar, su familia, pasear por las calles de Medina hablando con sus amigos. Decía que era una carga insoportable tener que vivir lejos de Arabia Saudí, sin hogar, sin familia, sin amigos, sin volver a respirar la atmósfera espiritual de su tierra.
Nuestro sueño era empezar, con nuestro amor, una nueva vida. Ese fue el motivo por el que dejó Washington (donde colaboraba en The Washington Post) y vino a vivir a Estambul.
Jamal nunca molestaba a nadie con sus problemas. Siempre trataba de permanecer fuerte como una montaña.
Desbordaba alegría el día que fue al consulado para pedir el certificado que necesitábamos para casarnos. Entró en la legación diplomática a las 13:00 horas (2 de octubre), ese día yo no fui a la universidad.
Me dijo que me pusiera en contacto con las autoridades turcas si no regresaba pronto…El resto de la historia: nunca volvió a salir del edificio.
Hoy es el cumpleaños de Jamal. Si las cosas habrían salido bien ahora estaríamos casados celebrándolo con nuestros familiares y amigos (…) Yan han pasado once días desde su desaparición. Todo indica que ha sido asesinado por «los muchachos descarriados» del príncipe Mohamed Bin Salman.
Si mi compañero está muerto, miles de Jamal vendrán al mundo el día de su cumpleaños para hacer que el eco de su voz y sus ideas vayan desde Turquía a Arabia Saudí, a todos los rincones del mundo. La opresión es algo que no dura eternamente. Los tiranos acabarán pagando sus pecados (sus crímenes).
Cuando tu ser amado deja este mundo, es como si todo lo que quieres se hubiera ido con él».
Nota del traductor: Jamal Khashoggi dejó su «smartphone» a su novia, que le esperaba fuera del consulado saudí en Estambul, pero el periodista se llevó consigo un reloj de altísima gama (tal vez incluía una diminuta grabadora) «Apple Watch» que estaba sincronizado con el «smartphone» que quedó en manos de Hatice Cengiz. Tal vez «esa herramienta de trabajo» fue la que dio pistas a los investigadores turcos de lo sucedido dentro de la legación diplomática. De ser así «el periodista independiente» dio él mismo la primicia de su «macabro asesinato».
Blog del traductor: http://www.nilo-homerico.es/