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Hay una izquierda de judíos y árabes

Fuentes: Haaretz

Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.

La tarea de la izquierda no es la de ser un puente para superar las diferencias por medio de una agenda ciudadana. Se supone que la izquierda lucha por la justicia y la igualdad, contra la opresión y la hegemonía de la fuerza en la arena internacional. Estoy seguro de que el artículo de Salman Masalha «You call this a left?» (¿Usted llama a esto la izquierda?) del 27 de julio, era halagador para los lectores judíos y afirmó el prejuicio, ya generalizado, de que la mayoría de los ciudadanos árabes son nacionalistas. Y este prejuicio se ha extendido a Hadash y al Partido Comunista de Israel (Maki). No hay nada más conveniente para un opresor que recibir las garantías de su rectitud contra los oprimidos. Mi amigo Masalha produjo, como es su costumbre, un artículo convincente en el que pocos podían discernir el árido paisaje moral e ideológico. Masalha afirma que «se supone que la izquierda debe llenar el vacío y la tensión nacional proponiendo una agenda ciudadana…» A partir de un breve comentario del secretario general del Maki, Mohammed Nafa, Masalha concluye que una izquierda así «no existe».

Nafa se equivocó cuando apareció en apoyo del tiránico y asesino de Siria, pero tenía razón cuando dijo: «nunca nos entregaremos al prostituido Israel que está tratando de describirse a sí mismo como una víctima».

Las prioridades de Nafa son ciertamente lógicas. Los ciudadanos árabes no pueden cambiar la situación en Corea del Norte, Irán o incluso en Siria. Su tarea es luchar aquí, en Palestina, para liberar a su pueblo y para alcanzar la plena igualdad de derechos en Israel. Desde que el gobierno de Israel y Estados Unidos han estado colaborando desde hace más de 40 años para preservar la opresión, Nafa ve la lucha de liberación como el asunto más importante de todos.

La tarea de la izquierda no es superar las deficiencias por medio de una agenda ciudadana. Ésa es la tarea tradicional de la burguesía liberal conservadora. Se supone que lucha de la izquierda debe ser por la justicia y la igualdad, contra la opresión y la ruptura de la hegemonía del poder único en la arena internacional. La lucha nacional de un pueblo oprimido es la razón de ser de la izquierda; el nacionalismo de los fundamentalistas en los Estados Unidos e Israel, cuyo propósito es perpetuar la discriminación y la represión, es inaceptable.

Los revolucionarios cubanos creían que las emociones nacionales en América Latina actuaron como combustible para la lucha antiimperialista. Eso fue verdad entonces y es verdad ahora.

Entonces, no hay simetría entre el nacionalismo de un colono en Kedumim y el de un residente de Gaza. El terror contra los civiles es inaceptable, pero el empeño debe ponerse en lograr la unidad nacional en Gaza para liberar a los palestinos de la ocupación y el asedio; el empeño en conseguir la unidad nacional en el nombre del «sionismo» es para perpetuar la ocupación y crear aquí un Estado de apartheid.

La singularidad de Hadash está en el hecho de que los ciudadanos árabes que apoyan el movimiento se identifican con las aspiraciones nacionales de su pueblo, sin embargo no sólo rechazan el terror, sino también la negación de los derechos de los judíos aquí. Masalha también sabe, y reconoce a medias, que Hadash educa hacia la fraternidad entre judíos y árabes, no sólo en Bat Yam o en Tel Aviv, sino también en Sakhnin, Nazaret y Taibeh.

Nafa, tal como lo citó Masalha, no dice que apoya los siniestros regímenes de Siria, Irán o Corea del Norte (y que son malignos, no nos engañemos). Sólo afirma que la participación en la izquierda entre judíos y árabes en Hadash debe «ser más comprometida» en la lucha contra la ocupación israelí y estadounidense. Ésa es la opinión de todos los que forma parte de la izquierda socialista.

Corea del Norte es una abominación, pero no debe ser una excusa que sirva a los buenos israelíes radicales para votar por Meretz -que lucha contra todas las guerras una vez que han terminado- en lugar de apostar por Hadash, que combina una línea social y política que debe generar un amplio apoyo.

Nafa debe cuidar de que sus posiciones no se perciban como de apoyo a Siria y al régimen perverso que la gobierna. Pero cuando Masalha ignora el papel de Israel y el de los Estados Unidos en el ámbito regional y mundial, está ayudando a los enemigos de la izquierda y a los enemigos de la paz.

Fuente: http://www.haaretz.com/print-edition/opinion/there-is-a-jewish-arab-left-1.376289