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Hipocresía nuclear

Fuentes: Guardian (UK)

El gobierno británico sigue el camino de EE.UU. – el desarrollo de nuevas armas nucleares para su uso potencial. Se trata de una nueva generación de armas nucleares tácticas para su uso en el campo de batalla o así llamadas revienta-búnkeres

Los intentos de John Bolton, el nuevo embajador de EE.UU. en la ONU de eliminar el desarme nuclear del borrador de documento para la cumbre de la ONU de este mes, no sorprenden. Es sólo el último en una serie de esfuerzos de EE.UU. de cambiar el marco internacional sobre la no-proliferación. Forman parte de la política exterior cada vez más agresiva de EE.UU., manifestada no sólo en la guerra ilegal contra Irak sino en su desdén hacia el derecho internacional y los marcos de los tratados multilaterales. Durante décadas, el desarme nuclear y la no-proliferación han estado vinculados en todo el tratado de no-proliferación nuclear. Los Estados con armas nucleares han aceptado deshacerse de sus arsenales, mientras a cambio los Estados sin armas nucleares se han comprometido a no desarrollar armas nucleares. En los últimos años EE.UU. ha tratado de dejar de lado o invalidar el requerimiento del desarme concentrándose en que se impida que más países adquieran armas nucleares. EE.UU. trata de reinterpretar el tratado de no-proliferación como una legitimación de la posesión de armas por los Estados nucleares existentes, mientras lo utiliza como justificación para la confrontación con Estados acusados de proliferación.

No se entiende en grado suficiente hasta qué punto otras naciones sienten, la necesidad de desarme nuclear y ven la hipocresía de los Estados nucleares y su actitud de haz-lo-decimos-no-lo-que-hacemos. Muchos creen que es el tipo de actitud que llevará a otros países a la proliferación. En Gran Bretaña la presión por el desarme nuclear es mostrada a menudo como una actividad excéntrica confinada a organizaciones de campaña; pero en otras partes del mundo este último es considerado no sólo como una obligación contractual que debe ser cumplida sino también literalmente, como asunto de vida o muerte.

Esto se hace tanto más evidente cuando EE.UU. adopta la noción de armas nucleares «utilizables» y el desarrollo de nuevas armas para utilizarlas, incluso contra Estados sin armas nucleares. Son evoluciones aterradoras que aumentan la voluntad internacional de desarme nuclear.

El tratado de no-proliferación nuclear se originó por la enorme presión internacional de los Estados sin armas nucleares. Se reforzó en 2000 a través de los esfuerzos de Estados que presionaban para que pasara algo después de 30 años de promesas vacías. La corte mundial llamó en 1996 a que se cumpliera con las obligaciones de desarme nuclear, tal como lo hizo el panel a alto nivel de la ONU.

La actitud de Gran Bretaña hacia el desarme nuclear es vergonzosa y hace caso omiso de la exigencia de que se cumpla el tratado. No ha hecho ningún progreso respecto al desarme – a pesar de las afirmaciones gubernamentales de que la eliminación de sistemas antiguos y su reemplazo por otros más poderosos es de cierto modo una forma de desarme.

El sistema Trident llegará al fin de su vida útil en los años veinte de este siglo y una decisión sobre su reemplazo deberá ser tomada durante este período parlamentario. Se sugiere que ya se ha tomado una decisión, aunque el gobierno lo niega. Todavía no ha habido ningún debate parlamentario. ¿Pero cuál es el resultado previsible? En abril el primer ministro declaró: «Tenemos que retener nuestro disuasivo nuclear…» Esto sugiere que un reemplazo del Trident ya es un resultado previsible.

Pero su respuesta provoca preguntas. ¿A quién exactamente estamos disuadiendo? De todas las amenazas que confronta Gran Bretaña, ¿cuántas se encararían con el gasto de más de 15.000 millones de libras en un supuesto disuasivo nuclear? ¿Esperan por lo tanto que supongamos que Tony Blair vive en un pasado de relaciones predecibles de superpotencias y no ha comprendido cómo ha cambiado el mundo? No, es obvio que no sea así.

Una mirada a las opciones de reemplazo revela que su recurso a la retórica familiar de disuasivos es extremadamente engañoso. El sistema de lanzamiento será probablemente un submarino de múltiple uso que podrá cargar tanto misiles convencionales como nucleares. Las ojivas podrían ser de una nueva generación de armas nucleares tácticas para su uso en el campo de batalla o así llamadas revienta-búnkeres, diseñadas para atacar instalaciones enterradas a gran profundidad.

Las consecuencias de cualquiera de esas armas serían catastróficas. Lejos de querer mantener un así llamado disuasivo no-utilizable, el gobierno sigue el camino de EE.UU. — el desarrollo de nuevas armas nucleares para su uso potencial.

Las frases vacías de Gran Bretaña en apoyo del tratado de no proliferación nuclear no significan nada cuando masivos trabajos de construcción continúan a ritmo acelerado en el Establecimiento de Armas Atómicas en Aldermaston, preparándose para esos nuevos desarrollos. Pero existe otra opción para un gobierno británico comprometido con el derecho internacional y que cumpla sus obligaciones contractuales, tal como lo desea la inmensa mayoría de la comunidad internacional. Existe la opción de no reemplazar el Trident.

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· Kate Hudson es presidenta de CND, que organizó una conferencia, Preventing Trident Replacement [Impedir el Reemplazo del Trident], el 4 de septiembre en Londres; Detalles de 0207 700 2393 o www.cnduk.org

Enlace original: http://www.zmag.org/content/print_article.cfm?itemID=8648&sectionID=40

Traducido por Germán Leyens y revisado por: