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Ike devasta la estructura eléctrica de Cuba y deja la isla en penumbras

Fuentes: La Jornada

La mayor parte de Cuba estaba la noche de este martes sin servicio eléctrico, incluyendo esta capital, en una crítica situación que recordaba los grandes apagones que irrumpieron la década anterior tras el colapso de la Unión Soviética. Como si fuera un lápiz grueso que va sombreando detalladamente el mapa, el huracán Ike completó en menos […]

La mayor parte de Cuba estaba la noche de este martes sin servicio eléctrico, incluyendo esta capital, en una crítica situación que recordaba los grandes apagones que irrumpieron la década anterior tras el colapso de la Unión Soviética.

Como si fuera un lápiz grueso que va sombreando detalladamente el mapa, el huracán Ike completó en menos de dos días su recorrido destructivo por toda la isla, sin dejar un solo pedazo de terreno fuera de su descarga de vientos y aguaceros. Uno de los efectos fue el derrumbe de postes, transformadores, líneas de transmisión y torres de alta tensión, que pusieron de rodillas a la infraestructura eléctrica.

La provincia oriental de Santiago de Cuba tenía esta noche 90 por ciento de suministro, mientras que el resto del país estaba en penumbras. Un informe de la empresa Unión Eléctrica dijo que los servicios de urgencia, como hospitales, panaderías y bombeos de agua, tenían energía por los grupos electrógenos, baterías portátiles, a base de diesel y fuel oil, que están diseminadas en todo el país. Con esa misma fuente se ponen en servicio los circuitos que no tuvieron daños.

Pero el conflicto no está en la generación, sino en la distribución aérea, sacudida por el huracán. En la capital, además, sufrió una avería la termoeléctrica de Tallapiedra, que surte a las líneas subterráneas del casco antiguo.

La verificación del estado de los circuitos de distribución se hacía intensamente esta noche en las ciudades, pero era imposible salir a carretera para revisar las líneas interprovinciales, por el mal estado de los caminos, señaló el informe de la empresa.

Aunque casi todo el tiempo se mantuvo en la categoría 1 de la escala de cinco niveles, la extensión de Ike provocó más daños que Gustav, que tenía categoría 4, pero sólo penetró en ráfaga en un corredor del occidente hace diez días.

El efecto combinado de ambos meteoros deja a Cuba con un daño económico de largo alcance. Aún no hay una cuantificación precisa, pero ya se sabe que hay una destrucción de vivienda en gran escala; derrumbes de postes de líneas telefónicas y árboles; daños a cultivos, a carreteras y a hoteles y centros turísticos; pérdida de techos y otros perjuicios en fábricas y talleres, además del golpe a la electricidad. En contraste, hasta ahora sólo se conocía de los cuatro muertos reportados el lunes.

Para resguardarse del meteoro, dos millones 615 mil 794 personas tuvieron que evacuar sus viviendas, de condiciones vulnerables, para refugiarse en casas de familiares o amigos o en albergues públicos, informó el coronel José Ernesto Betancourt, de la Defensa Civil.

El país requerirá una muy fuerte inversión en infraestructura, sólo para regresar al estado en el que estaba hace diez días. Luego hay que preguntarse la ruta que seguirá la rehabilitación del sector agroalimentario -ya debilitado por deficiencias estructurales-, así como la fórmula para que la isla disponga de comestibles en el corto plazo.

Un caso particular es el de la Isla de la Juventud, que resultó aniquilada por el paso del Gustav y que antes de Ike ya requería el envío de todos sus suministros. El Programa Mundial de Alimentos de la Organización de Naciones Unidas reportó el envío de 45 toneladas de galletas para los 86 mil habitantes de ese territorio.

El Ministerio de la Industria Básica informó que la extracción y procesamiento de níquel en la zona de Moa y Mayarí, en la provincia oriental de Holguín, se habían interrumpido escalonadamente antes de la llegada del huracán y quedaron paralizados el domingo, pero que no se registraron daños que impidan la reactivación del sector.

Ike había repasado el lunes a toda la mitad oriental del país. El martes su centro salió al mar y recorrió un tramo del litoral sur, para volver a tierra por la provincia de Pinar del Río, en el extremo occidental, a la que atravesó en diagonal, para salir al Golfo de México.

Esa ruta final libró a la ciudad de La Habana de un golpe directo, pero condenó a un segundo latigazo a poblaciones de Pinar del Río que ya habían sido castigadas por Gustav: Los Palacios, Paso Real de San Diego, La Palma y Manuel Sanguily.

En su tramo final sobre Cuba, Ike salió por Sanguily con vientos sostenidos de 120 kilómetros por hora y con su menor velocidad de traslación, 10 kilómetros por hora, dijo el meteorólogo José Rubiera.

En esta ciudad las sacudidas del viento se iniciaron la madrugada del martes y se mantuvieron casi sin parar durante medio día, para reanudarse al caer la noche después de unas horas de calma. Según reportes iniciales, aquí hubo al menos 16 derrumbes de casas, así como caídas de árboles y postes.

Aunque el centro del huracán había salido, sus bandas de lluvia seguían drenando al final del martes a casi todo el país. Había crecida de ríos en las provincias orientales de Granma y Camagüey y en la zona montañosa del Escambray, que se extiende por las provincias centrales de Cienfuegos, Sancti Spiritus y Ciego de Ávila.

Trabajadores quedan varados

Los empleados de los cayos turísticos del norte de Ciego de Avila (Coco y Guillermo) quedaron aislados en los hoteles por las inundaciones que les impidieron volver a sus casas y varias poblaciones habían quedado sin servicio telefónico, de acuerdo con reportes radiales.

Entre las localidades más dañadas estaban Unión de Reyes (Matanzas, occidente); Caibarién (Villa Clara, centro); Rodas y Cienfuegos (Cienfuegos); Camagüey (Camagüey); Baracoa y Maisí (Guantánamo, oriente); Holguín, Moa, Sagua de Tánamo, Banes y Mayarí (Holguín); Jesús Menéndez y Manatí (Las Tunas, oriente) y Guisa (Granma, oriente).

El presidente Raúl Castro habló hoy por teléfono con sus colegas Luiz Inacio Lula da Silva, de Brasil, y Daniel Ortega, de Nicaragua, quienes llamaron para interesarse por la situación en Cuba y para consultar sobre la forma de ayudar a la isla, según informaciones oficiales.