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Infames titulares sionistas en la primera página de «El País»

Fuentes: Rebelión

No es necesario remontarse a la limpieza étnica programada hace más de 60 años, a la persecución criminal de indefensos ciudadanos palestinos, a la inconmensurable tragedia de los refugiados, al incumplimiento sistemático de decenas y decenas de resoluciones de la ONU, a las criminales acciones a las que nos tiene acostumbrados el MOSSAD. No, no […]

No es necesario remontarse a la limpieza étnica programada hace más de 60 años, a la persecución criminal de indefensos ciudadanos palestinos, a la inconmensurable tragedia de los refugiados, al incumplimiento sistemático de decenas y decenas de resoluciones de la ONU, a las criminales acciones a las que nos tiene acostumbrados el MOSSAD.

No, no es necesario.

Basta recordar, como señalaba de forma algo desequilibrada Sami Naïr el pasado 17 de noviembre [1], algunos «detalles de última hora» como los siguientes: la preparación (con duro escenario militar) de las elecciones legislativas que Benjamin Netanyahu quiere ganar a toda costa; el asesinado televisado urbi et orbe del jefe militar de Hamas en Gaza, Ahmed Yabari, y de su acompañante (y de una niña palestina que se encontraba en los alrededores y de un centenar de heridos debido al estallido del cohete disparado por la aviación israelí en contra del automóvil en que se desplazaba el dirigente palestino); la intención anunciada por las autoridades israelíes de extrema derecha de torpedear a la Autoridad Palestina si ésta continua buscando -todo parece indicar que sí- la proclamación del Estado palestino en la próxima Asamblea General de la ONU; la estrategia de asesinatos «planificados» puesta en marcha -con total impunidad remarca Naïr con razón- desde hace unos quince años; el supuesto «derecho» israelí de derribar gobiernos cuando la ocasión lo «exige»; la sospecha -cada vez más confirmada- de que los servicios secretos de Israel envenenaron a Yasir Arafat, sin olvidar la posible intención de provocar/probar la reacción del gobierno egipcio de los Hermanos Musulmanes.

De hecho, en el momento en que escribo, Israel ha bombardeado la sede del Gobierno en Gaza y la ofensiva sobre la franja es tan o incluso más violenta que la de 2008, durante la infame operación «Plomo fundido» (Vale la pena recordar que según un organismo de derechos humanos de Israel, B’Tselem, el número de palestinos que murieron en aquella masacre militar fue de 1387; de ellos, por lo menos 774 eran civiles. Del lado israelí se contaron 10 soldados muertos, y no hubieron víctimas civiles).

La actual ofensiva está en sus estruendosos compases iniciales, ya ha provocado la muerte de 39 palestinos, al menos 7 niños y niñas entre ellos. ¿Cuál es el objetivo final? Varios, probablemente. No hay que descartar por alocada o imposible (o excesivamente criminal y ahistórica) la anexión de la franja, la posibilidad de que ese territorio en el que se hacinan como pueden -y les permiten sus colonizadores- más de un millón y medio de personas ¡en poco más de 4 mil km2! sea definitivamente incorporado al Estado anexionista y racista de Israel.

Hamás, los de El País siempre les llaman «los radicales de Hamás», respondieron ante el asesinato televisado. Lanzaron cohetes. Uno de ellos alcanzó los alrededores de Jerusalén (no hubo ninguna víctima en esta ataque). Hasta el momento han muerto tres israelíes.

Pues bien, titular de El País en primera página del pasado viernes, con letras destacadas:

«Isarel prepara la invasión de Gaza para frenar a Hamás».

En letra mas pequeña: «Los cohetes palestinos alcanzan Jerusalén».

No se dice, desde luego, que el ataque no causó víctimas. En el texto sí, pero no en el titular, lo único que miran muchos lectores.

Por lo demás, ¿Israel se ha visto obligada a atacar para frenar a Hamás?

¿Frenar a Hamás? ¿Ese es el motivo de fondo de la nueva agresión del Estado sionista y racista? ¿Alguien puede creer una afirmación así?

 

PS: En páginas interiores (la 3, por ejemplo) pueden leerse cosas del siguiente tenor: «Ayer [el primer ministro Ismail Haniya] se dejó ver brevemente para dar la bienvenida a un invitado de honor y volvió después rápidamente…» ¿A dónde? ¿A su refugio? ¿A un lugar seguro? ¿A su casa de seguridad? No, nada de eso: «a su guarida«. ¡Es una alimaña!

No es el único paso: en la morgue del hospital de Shifa descansa un cuerpo, señala Ana Carbajosa, envuelto en una sábana blanca ensangrentada. Nadie ha ido a recogerlo. Añade: «En el centro médico se rumore que se trata de un colaborador que pasaba información a Israel y que a río revuelto, los de Hamás han aprovechado para liquidarlo» [la cursiva es mía]. Así, tal cual, los de Hamás, liquidarlo. ¿Notan, sienten, el desprecio y la prepotencia?

¿Qué les deben enseñar en la escuela de periodismo de El País a los estudiantes? ¿Qué nos podría decir sobe ello don Joaquín Estefanía?

 

Notas:

[1]

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/11/16/actualidad/1353086360_712233.html

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.