Tras dos años de guerra civil, la facción chií intentó una reapertura de las sesiones en el parlamento El intento fue fallido tras el boicot por parte de la oposición.
Yemen es el país más pobre de la península arábiga y la guerra civil, comenzada en 2014, sitúa al país árabe ante una crisis política y humanitaria sin precedentes para los yemeníes.
En 2011 los movimientos conocidos como «Primavera árabe» se expandieron por todo Oriente Medio, y Yemen no fue la excepción de los mismos. En aquella oportunidad la rebelión obligó a Alí Abdalá Saleh, quien era presidente en ese momento, a abandonar su cargo y exiliar al exterior. Esta situación derivó en un llamado a elecciones donde se vio triunfar a quien supo ser su vicepresidente durante 17 años, Abd Rabbo Mansur Hadi.
El nuevo gobierno impuso una conducción política con la impronta aconsejada desde Estados Unidos y Arabia Saudita. De este modo se emprendió un camino que llevaría a la limitación de las acciones políticas de múltiples facciones políticas. Este nuevo contexto trajo consigo la irrupción en la escena política de viejas y nuevas agrupaciones opositoras. La más relevante es la de los hutíes, agrupación guerrillera de la rama chií del islam, quienes gobernaron Yemen del Norte hasta 1962.
En 2014 comenzaron los enfrentamientos que darían lugar al estallido de una guerra civil, la cual continúa hasta el día de la fecha. Este nuevo escenario político desencadenó en la formación de una alianza político-militar entre los hutíes y el ex presidente Saleh. En septiembre del 2014 dieron su golpe más importante tomando la capital yemení, Saná. Dicho contexto llevó a Hadi a tener que transportar la base de su gobierno al sur yemení, más precisamente en la ciudad de Adén. De igual manera, la comunidad internacional sigue reconociendo como único presidente legítimo a Hadi. De esta manera el país, según las regiones, Yemen se encuentra bajo una dualidad de poder.
Hace ya un año, Arabia Saudita organizó una coalición militar con el objetivo de poner fin a la agrupación también llamada Ansarolá (hutíes). De este modo, el conflicto civil se vio fuertemente intensificado. Recordemos que la Casa de Saud, dinastía de la monarquía saudí, pertenece a la rama sunnita del islam, histórico rival religioso de la rama chií. Con este conflicto vuelve a verse una nueva guerra basada en las diferencias religiosas dentro del Islam, sumado a intereses internacionales.
Sumado a esto también aparecieron en territorio yemení grupos del Estado Islámico (ISIS) y Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), los cuales han aprovechado el vacío de poder para llevar a cabo acciones militares.
Pero los hutíes presentan una fuerte resistencia, de hecho llegaron a dominar casi el 70% del territorio. En la actualidad van perdiendo terreno pero se mantiene firme en los enfrentamientos. Con el objetivo de consolidar su poder, no solo de manera militar, recurrieron a una convocatoria para lograr la reapertura de las actividades parlamentarias en el país.
Por primer vez, desde comenzada la guerra civil, se intentó reestablecer las sesiones en el parlamento y con esto volver a tener actividad política. El objetivo Hutí es poder darle una impronta más democrática al poder ejercido sobre el país, con el propósito de legitimar su conducción, la cual hoy en día sólo se sostiene mediante acciones militares.
La sesión parlamentaria tuvo lugar en Saná, pero la convocatoria fue muy baja, lo cual no le otorgó los requisitos necesarios para su validez.
Desde la conducción del gobierno de Hadi, se llamó a no acudir a la cita y se advirtió de la posibilidad de sanciones políticas para quienes lo hagan. Esta fue la mayor razón por la que la sesión tuvo una convocatoria que no permitiera su validez, solamente menos de 1/3 del total de funcionarios asistieron.
Días después del intento de la reapertura parlamentaria, la coalición saudí lanzó un bombardeo sobre bases chiíes, durante tres días seguidos se extendió la embestida. Los ataques alcanzaron a un hospital controlado por los hutíes. No es la primera vez que son agredidos objetivos de este tipo, ya son varios los casos que los ataques aéreos desde Riad terminan afectando a instituciones como hospitales, escuelas, etc.
En respuesta a los ataques aéreos, los hutíes lanzaron cohetes de fabricación iraní1 sobre una región industrial del país saudí, provocando heridos y cerca una decena de fallecidos. Mientras tanto, se prolongan los enfrentamientos entre las dos facciones en la ciudad de Taiz, tercera en importancia del país, que representa una ruta de acceso clave hacia el sur.
Por último, sorprendió la decisión desde Washington de retirar un porcentaje de sus soldados que forman parte de la coalición saudí. Si bien el apoyo financiero y estratégico continuará, habrá que ver que si la retirada de milicias estadounidenses afecta negativamente a las fuerzas de la monarquía saudí.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya había clausurado las conversaciones de paz ya que las mismas no tuvieron efecto ya que seguían los conflictos armados. Pero antes los nuevos episodios de violencia, el secretario general de las Naciones Unidas, Ben Ki-Moon, llamó nuevamente al cese de hostilidades y a la reanudación de las conversaciones de paz.
La ONU sostiene que más de 6400 personas han perdido la vida desde que comenzaron los ataques de la coalición saudí, en su mayoría civiles. Los enfrentamientos también llevaron a casi 3 millones de personas a abandonar sus hogares y situó al país en una crisis humanitaria donde más del 80% de la población necesita ayuda humanitaria2.
Notas
1 http://www.middleeasteye.net/news/cross-border-rocket-fire-yemen-kills-9-saudi-arabia-758545851
2 http://www.acnur.org/que-hace/respuesta-a-emergencias/emergencia-en-yemen/?sword_list[]=YEMEN&no_cache=1
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.