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Israel chantajea a la Autoridad Palestina para que retire las denuncias de sus crímenes del Tribunal de La Haya

Fuentes: Haaretz

Traducido del hebreo para Rebelión por J.M. y revisado por Caty R.

La tensión producida por la petición de los palestinos de que se revisen las denuncias de los crímenes de guerra cometidos por el ejército israelí durante los ataques a Gaza se agrava. Israel condiciona la concesión del permiso a una segunda operadora de telefonía móvil en Cisjordania a que se retiren las denuncias.

Se agrava la tensión entre Israel y la Autoridad Palestina como consecuencia de la petición de Ramala al Tribunal Internacional de La haya de que revise las denuncias de crímenes de guerra perpetrados por el ejército israelí durante la operación «plomo fundido» en la Franja de Gaza. Israel comunicó recientemente que sólo concederá el permiso a una segunda operadora de telefonía móvil en Cisjordania con la condición de que se retiren las denuncias de La Haya.

Hasta la fecha, en Cisjordania sólo opera una compañía de telefonía móvil, PelTel. El jefe del gobierno, Salem Fayyad, considera que la entrada de una segunda compañía es un elemento importante para mejorar la infraestructura social en Cisjordania y esta iniciativa es uno de sus grandes proyectos. La segunda operadora, Vetania, prevé obtener importantes beneficios. Pero si el proyecto no se aprueba el 15 de octubre, la Autoridad Palestina se verá obligada a resarcir a los inversores de Vetania con más de 300 millones de dólares, suma que ya se invirtió en la concesión de licencias e infraestructura. Los diplomáticos occidentales, entre ellos el enviado del Cuarteto, Tony Blair, y el embajador estadounidense en Israel, transmitieron recientemente a las autoridades israelíes que el tiempo apremia y exhortaron a Israel para que colabore con la Autoridad Palestina permitiendo que se establezca la segunda operadora.

La objeción israelí se refería, en principio, al tema de las frecuencias. Las frecuencias que solicitaron los palestinos para la segunda compañía de telefonía celular están muy cercanas a las que utiliza el ejército israelí para sus actividades de seguridad más delicadas.

«Israel nos pone muchas dificultades», protesta Mohamed Mustafá, asesor económico del presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas, y encargado del «fondo de inversión palestino», socio en la inversión de Vetania. «Ahora nos exigen que presionemos a la compañía que ya opera, PelTel, para que nos devuelva parte de las frecuencias y dárselas a Vetania.

Pero recientemente se añadió una mayor resistencia tras la solicitud de la Autoridad a La Haya. Fuentes militares declararon a Haaretz que el paso que autorizaron Fayyad y Abbas enfureció a los dirigentes de los servicios de seguridad, y en particular al jefe del estado mayor, Gabi Ashkenazi.

Ashkenazi lleva a cabo una lucha para evitar el peligro de que los oficiales del ejército israelí tengan que comparecer ante tribunales extranjeros por sus actuaciones en Gaza. Las sospechas se acrecentaron como consecuencia del grave informe de la Comisión Goldstone, publicado hace unas dos semanas por las Naciones Unidas. En el encuentro de la semana pasada entre líderes israelíes y palestinos en Nueva York, el ministro de Asuntos Exteriores Avigdor Lieberman expresó fuertes quejas a los palestinos por las denuncias que hicieron ante el Tribunal de La Haya. Además, el jefe del ejército envió una carta al jefe del gobierno palestino y a los ministros de Seguridad, Justicia y Asuntos Exteriores en la que les pedía que actúen para que la Autoridad retire las denuncias de La Haya.

En Israel argumentan que la Autoridad Palestina se conduce con falta de sentido común; mientras que durante la operación del pasado invierno en la Franja de Gaza sus líderes alentaron a sus homólogos israelíes para que incrementaran la presión sobre Hamás con la intención de pulverizar su gobierno, ahora se suman a las acciones internacionales contra Israel. Ante esta tensión, surgió este condicionamiento de permitir una segunda compañía operadora de celulares a cambio de la retirada de las denuncias de La Haya. Hasta donde se sabe, el ministro de seguridad Ehud Barak elevó esta presión y se lo comunicó a los líderes de la Autoridad Palestina.

Líderes del servicio de seguridad declararon sobre este asunto que «ha llegado el momento de que la Autoridad Palestina decida si trabaja con nosotros o contra nosotros». La Autoridad respondió con respecto a esta exigencia que Fayyad y Abbas intentarán suavizar el tratamiento de la denuncia en La Haya, pero se negaron a comprometerse a retirarla totalmente.

Durante este último año Israel elogió mucho la mejora de la seguridad en Cisjordania y el alto grado de seriedad que mostraban los sistemas de seguridad de la Autoridad bajo el liderazgo de Fayyad. Sin embargo, en las últimas semanas se incrementaron las denuncias de que la Autoridad, mientras suma puntos ante Israel y la comunidad internacional, actúa de forma irresponsable violando los acuerdos entre las dos partes.

Sospechas de trampa

Las quejas se refieren, entre otras cosas, a la creciente presencia de personas de la seguridad palestina vestidas de civil en Jerusalén Este, totalmente en contra de las obligaciones contraídas por la Autoridad. Personal de la administración asiste a las oraciones de los viernes en la mezquita del Templo y en otros sitios de la ciudad, y ha aumentado su presencia en las instalaciones médicas y educativas de Jerusalén. Por otra parte, también han sido acusados de implicación en el secuestro de palestinos sospechosos de vender tierras a judíos.

La Autoridad argumenta en su defensa que las principales acciones en Jerusalén Este están orientadas a frenar a la gente de Hamás en la ciudad. Estas actividades de la Autoridad enojaron al jefe del servicio de seguridad, Iuval Diskin. Recientemente, la Autoridad anuló la festividad del Iftar (la comida que rompe el ayuno del Ramadán), que estaba programada en Jerusalén Este con la participación de ministros palestinos, a raíz de la advertencia israelí.

En Israel también se indignaron cuando se supo que se había formado una comisión de investigación, con la participación de ministros, para analizar veracidad de las denuncias hechas por Suecia de que Israel traficó con órganos de palestinos muertos para utilizarlos en trasplantes. Fuentes de información israelíes que analizaron el congreso de Fatah celebrado en Belén el pasado mes de agosto, concluyeron que la decisión de proseguir la lucha armada es grave y alarmante. Se presentó a los dirigentes nacionales un informe sobre este asunto elaborado por el servicio de seguridad y también las conclusiones del servicio de información del ejército, que eran similares. A pesar de esas conclusiones, la cúpula israelí decidió abstenerse de enfrentamientos públicos con Abbas sobre esta cuestión.

En el fondo de las actuales reclamaciones israelíes a la Autoridad subyace el aprendizaje de una lección histórica: en los años siguientes al acuerdo de Oslo, a mediados de los noventa, Israel solía desentenderse de las señales preocupantes en la conducta de los dirigentes de la Autoridad, liderada por el Primer Ministro Yasser Arafat.

Las actuales sospechas de una parte de las entidades de seguridad son que Israel podría volver a caer en una trampa parecida, a pesar de que el estilo y el liderazgo de Abbas y Fayyad son, en principio, diferentes de los de Arafat. Además, existe la preocupación de que el entrenamiento y el armamento renovado que reciben actualmente las dotaciones de la Autoridad se vuelvan algún día contra Israel, en el caso de que estalle una tercera Intifada.

Fuente: http://www.haaretz.co.il/hasite/spages/1117280.html