Israel quiere cortar el suministro de electricidad, combustible, mercancías y hasta de agua a la franja de Gaza. Este es el objetivo de la declaración de «entidad hostil» a este territorio que se encuentra bajo control de Hamas.
El Gobierno israelí ha optado por endurecer aún más las condiciones de la sufrida población de Gaza (cerca de 1,5 millones de palestinos) al declarar esta zona «entidad hostil», una decisión que supondrá el incremento de las sanciones económicas. Hamas, el movimiento islamista que controla Gaza, denunció que se trata de «un castigo colectivo».
El gabinete de seguridad israelí se reunió ayer con una agenda en la que destacaba la forma en la que iban a responder a los ataques con cohetes artesanales contra instalaciones sionistas desde la franja de Gaza. La Presidencia del Consejo israelí informó de que la decisión de declarar a Gaza «entidad enemiga» se adoptó por unanimidad.
La pasada semana un cohete artesanal disparado desde Gaza hirió a 69 soldados sionistas en una base del Ejército israelí en Ashkelon. Ya entonces, los medios israelíes informaban de que el Gobierno preveía un recrudecimiento de las medidas aplicadas contra Gaza. Diputados del Likud llegaron a reclamar una nueva invasión de la franja.
«El movimiento islamista Hamas es una organización terrorista que ha tomado el control de la franja de Gaza y la ha convertido, de hecho, en una entidad hostil. Esta organización lleva a cabo acciones hostiles contra el Estado de Israel y sus ciudadanos y, por tanto, es la responsable de estas actividades», destaca el comunicado del Gobierno sionista.
«Junto a la continuidad de las operaciones militares dirigidas contra las organizaciones terroristas, Israel impondrá restricciones al poder de Hamas limitando la circulación de mercancías hacia la franja de Gaza así como la provisión de carburante y de electricidad», añade el comunicado.
De hecho, el suministro de combustible y el flujo eléctrico, así como el tráfico de mercancías, no han sido nunca normales en Gaza desde que Hamas se hizo con el poder en la franja, ya que Israel ha establecido un férreo boicot contra este territorio. El tránsito de personas entre Gaza y el resto de Palestina o Egipto no dejaba de ser, hasta ahora, poco más que una quimera.
Al parecer, según las informaciones de fuentes cercanas al Gobierno sionista, por el momento no se plantean cortar el suministro de agua a Gaza. Esta decisión sería fatal para la supervivencia de los habitantes de la Franja.
En cualquier caso, el anuncio realizado ayer por Israel supondrá un evidente empeoramiento en las condiciones de vida de los habitantes de Gaza. Sarcásticamente, el Gobierno sionista señaló ayer que las nuevas sanciones contra Gaza «se aplicarán únicamente después de un examen jurídico que tendrá en cuenta las cuestiones de orden humanitario en Gaza con el objetivo de evitar una crisis humanitaria».
Hamas: «Declaración de guerra»
Taher al-Nounou, portavoz del Gobierno de Hamas que se mantiene en funciones en la franja de Gaza pese a la destitución decretada por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, calificó la decisión adoptada por Israel de «castigo colectivo que rechazamos frontalmente».
Según avanzó al-Nounou, el Ejecutivo de Hamas «va a entrar en contacto con todas las partes implicadas para impedir la puesta en marcha de estas graves medidas».
Al-Nounou señaló a France Presse que el Ejecutivo islamista está dispuesto a mantener «una tregua recíproca con Israel si las agresiones israelíes cesan».
Pese a condenar los disparos de cohetes artesanales contra Israel, un responsable de la ONU declaró a France Presse, bajo condiciones de anonimato, que la organización internacional «considera como contraria a la ley internacional cualquier sanción contra la población civil».
Aunque se haya retirado unilateralmente de Gaza, «Israel sigue siendo considerada una potencia ocupante de hecho, ya que controla todos los accesos terrestres, aéreos y marítimos de este territorio, por lo que es responsable de asegurar a su población la llegada de los productos básicos», añadió este responsable de la ONU.
Sin embargo, no parece que una posición de la ONU, aunque sea oficial mediante una resolución, pueda servir para que Israel cambie su política de agresión permanente, ya que, hasta el momento, siempre ha hecho oídos sordos a quienes le han reclamado respeto a la legalidad internacional.
Desde Ramallah, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, calificó de «opresiva» la decisión israelí.
«Esta opresiva decisión únicamente va a reforzar el embargo impuesto a 1,5 millones de personas en la franja de Gaza, a incrementar su sufrimiento y a profundizar su tragedia», señaló Abbas en un comunicado.
El líder de al-Fatah, sin embargo, no mencionó si hablará sobre Gaza durante la entrevista que mantendrá hoy en Ramallah con la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice.
Según la radio pública israelí, el ministro de Defensa, Ehud Barak, ha descartado que, en estos momentos, se pueda producir una ofensiva terrestre de envergadura contra Gaza. El motivo no es humanitario, sino que el Ejército sionista tiene sus ojos puestos actualmente en Siria. Recientemente, aviones israelíes realizaron una incursión contra Siria. Esta operación militar ha supuesto un alza de la popularidad del primer ministro israelí, Ehud Olmert, en números rojos desde que los soldados sionistas fueron expulsados de Líbano por los milicianos de Hizbulah hace dos años.
Sin embargo, pese a que el Ejército israelí no parece actualmente capaz de atender todos los frentes que tiene abiertos, el presidente de la comisión parlamentaria de Asuntos Exteriores y Defensa, Tzahi Hanegbi, declaró ayer que «tarde o temprano, habrá que llevar a cabo una operación [militar] masiva contra la franja de Gaza, y desde este mismo momento no tenemos ninguna razón para mimarlos suministrándoles agua o electricidad».
La decisión de declarar la franja de Gaza «entidad hostil» fue adoptada por unanimidad de los miembros del gabinete de seguridad de Israel, presidido por el primer ministro, Ehud Olmert.
Según explicaron ayer altos cargos israelíes, el corte de los suministros a Gaza se realizaría por etapas. Se comenzaría por la electricidad, se seguiría con el combustible, el bloqueo total de los pasos y, finalmente, el corte del agua.
La ocupación israelí provoca que los ciudadanos de Gaza padezcan una dependencia total. Todos los suministros, incluidos los alimentos, la electricidad o el combustible, o el tránsito de personas dependen de la voluntad de Israel.
Al menos dos personas del campo de refugiados de al-Ain, en Naplusa, han fallecido como consecuencia de la incursión del Ejército sionista que comenzó el martes. La agencia palestina Maan informó que uno de ellos era minusválido.
La decisión del Gobierno israelí coincidió con la visita de la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, para impulsar la conferencia sobre el futuro de Palestina que está organizando George Bush.
«No es ningún secreto que EEUU considera a Hamas una organización terrorista -el mismo argumento empleado por Israel para declarar Gaza `entidad enemiga'», señaló Rice, quien añadió que «también para nosotros Gaza es una entidad hostil». Hamas figura entre las «organizaciones terroristas» de la «lista negra» elaborada por Washington.
Rice realizó estas declaraciones tras reunirse con su homóloga israelí, Tzipi Livni, en Jerusalén.
Tras mostrar su cara más dura, Rice trató de mostrarse caritativa, señalando que EEUU «no abandonará a los palestinos inocentes en Gaza y pondremos en marcha todos los mecanismos posibles para poder responder a sus necesidades humanitarias».
Livni, por su parte, se mostró categórica. «Esperamos que los palestinos comprendan que la seguridad israelí también les conviene. Apoyando a Hamas no se apoyan a sí mismos», declaró en la comparecencia que protagonizó junto a Rice.
Ahmed Tibi, miembro del Parlamento israelí en representación de la comunidad palestina de los territorios ocupados en 1948, declaró, por su parte, que la decisión adoptada ayer «es un paso más en el proceso de `liebermanización’ que está viviendo el Gobierno de Ehud Olmert». Avigdor Lieberman es el líder de la formación ultraderechista Yisrael Beiteinu (Israel Nuestro Hogar, que agrupa a los israelíes recientemente emigrados de países de la ex Unión Soviética) y se caracteriza por un discurso racista que ha llegado a reclamar la deportación de todos los árabes.
Desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un llamamiento a Israel para que dejara sin efecto la declaración contra Gaza. «Estoy muy preocupado por la decisión adoptada hoy [por ayer] por el Gobierno israelí de declarar la franja de Gaza entidad hostil y por su intención proclamada de interrumpir el suministro de servicios esenciales como la electricidad y el carburante a la población civil», declaró Ban.
«Una medida de este tipo sería contraria a las obligaciones de Israel hacia la población civil desde la perspectiva del derecho humanitario internacional y de los derechos humanos», añadió Ban, que apeló a Israel a «reconsiderar esta decisión».
Antes de conocerse la decisión israelí, la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que envíe medicinas y material sanitario a Palestina debido a la grave situación que se vive.