Traducido del inglés por Carlos Sanchis
La última táctica política de Israel de prohibir a los partidos palestinos israelíes concurrir a las elecciones, arroja todavía más dudas sobre su afirmación de ser «la única democracia de Oriente Próximo».
Una cosa que es repetida una y otra vez por estadounidenses y europeos acerca del conflicto israelo -palestino es que «Israel es la única democracia en la región, y es por ello que yo la apoyo.»
Sin embargo, si uno se aproxima más a cómo la democracia israelí difiere de sus contrapartes americanas y europeas, llegará a algunas conclusiones incómodas.
Después de la guerra de 1948, algunos palestinos permanecieron en lo que vino a convertirse en el estado de Israel. Hoy este número representa alrededor del 20% de la población total. Se les prometió igual ciudadanía, pero se ha demostrado que es una vacuidad.
Estas personas son tratadas como ciudadanos de tercera clase que se enfrentan a restricciones en la propiedad de la tierra, servicio en las fuerzas armadas (un requisito previo no escrito para la aceptación en la sociedad israelí), y a una grave discriminación en la asignación de recursos estatales. Para una apreciación global de su situación, que muchos han descrito como apartheid institucional, lean de Jonathan Cook «Sangre y Religión.»
Aunque se les han abierto los derecho electorales, sus partidos nunca han sido parte de un gobierno y en cambio han permanecido virtualmente apartados de los procesos israelíes de tomas de decisión. Hoy sin embargo, la situación se ha vuelto aun más camandulera.
Según Ha’aretz , destacado periódico de Israel, la Knesset israelí votó por mayoría prohibir la participación de los partidos árabes en las próximas elecciones. No está claro si ahora el tribunal Supremo va a levantar la prohibición, pero el hecho de siquiera considerarlo proyecta una oscura sombra sobre la afirmación de Israel de ser la «única democracia de Oriente Próximo». (http://www.haaretz.com/hasen/
Reflejemos brevemente lo que son algunos de los principios básicos de la democracia y cómo Israel los aplica:
1. Elecciones competitivas que representen al pueblo – Israel las ha rechazado.
2. Separación de Iglesia y Estado – las autoridades e instituciones religiosas controlan grandes cantidades de tierra así como el control sobre quién es considerado judío y, por tanto, ciudadano de Israel.
3. Derechos iguales bajo la ley sin tener en cuenta raza o credo – Los palestinos israelíes sufren graves y documentadas restricciones en su participación en el proceso democrático y de protección del estado, basadas solamente en su raza y religión.
4. La protección de las minorías es un principio común de la democracia destinado a proteger a toda la sociedad de la «tiranía de la mayoría». Este no es obviamente el caso en Israel.