Las Fuerzas de Ocupación Israelíes asesinaron la semana pasada a 13 palestinos, incluyendo un niño, hiriendo a otras 47 personas, cinco de ellas de gravedad. Siete de las víctimas fueron objeto de ataques selectivos y las otras seis murieron a causa de bombardeos aéreos y terrestres durante una incursión en la ciudad de Beit Hanoun. […]
Las Fuerzas de Ocupación Israelíes asesinaron la semana pasada a 13 palestinos, incluyendo un niño, hiriendo a otras 47 personas, cinco de ellas de gravedad. Siete de las víctimas fueron objeto de ataques selectivos y las otras seis murieron a causa de bombardeos aéreos y terrestres durante una incursión en la ciudad de Beit Hanoun.
Desde Septiembre de 2000, inicio de la segunda Intifada, el ejército israelí ha provocado cerca de 2.000 víctimas civiles, más de 500 de ellas menores de edad, solo en la Franja de Gaza. En todos los Territorios Ocupados Palestinos (ToP), el número de población civil asesinada supera las 3.300 personas desde esa fecha.
En el séptimo aniversario del inicio de la segunda Intifada, cuando miles de efectivos de las fuerzas de seguridad israelíes, comandados por Ariel Sharon, invadieron la explanada de las mezquitas en Jerusalén, se produce una nueva escalada en la interminable serie de graves y planificadas violaciones del derecho internacional, consideradas como crímenes de guerra y de lesa humanidad, por parte de Israel en los ToP.
La agresión de la semana pasada fue cometida horas después de que el Ministro de Defensa israelí anunciara que el ejército estaba preparado para llevar a cabo una operación a gran escala en la Franja. Además, estos crímenes se produjeron días después de que el Gobierno israelí declarara «entidad enemiga» a toda Gaza, y decidiera dar una nueva vuelta de tuerca en la privación de toda su población de sus derechos civiles, políticos y económicos. En todo caso, esta declaración no supone algo nuevo ya que Israel ha venido llevando a cabo esta política de violación y privación de los derechos básicos en Gaza desde hace muchos años.
Siete años después del inicio de la intifada, la Franja de Gaza es ahora una prisión al aire libre, con la población civil privada de su derecho al libre movimiento dentro y fuera de sus límites, cerrados a cal y canto por el ejército israelí. Igualmente está prohibida o seriamente restringida la entrada y salida de bienes en la Franja en la actualidad. Como resultado, la economía ha sido destruida completamente y el desempleo y la pobreza prevalecen en la sociedad Palestina de Gaza.
Deseamos mostrar nuestra preocupación por la continuación de los crímenes de guerra en Gaza por parte de las fuerzas de ocupación israelíes, renovando nuestra condena por estos actos, que son parte de los continuados crímenes de guerra perpretados por Israel en los ToP, y que reflejan su total indiferencia por las víctimas civiles.
Por último, llamamos a la Comunidad Internacional a actuar inmediatamente, recordando las obligaciones de los Convenios de Ginebra, para tomar medidas inmediatas para detener los crímenes de guerra israelíes y proveer protección a la población Palestina.
Informaciones tomadas de sendos comunicados emitidos por Palestinian Center for Human Rights y Al-Mezan Center for Human Rights en los últimos días.