En 2023 la Escola de Cultura de Pau (ECP)/Universitat Autònoma de Barcelona registró 36 conflictos armados en el mundo, lo que implica la cifra más elevada desde 2014; la mayor parte -18- tenían lugar en África.
El 47% de los conflictos armados en 2023 estaban considerados de alta intensidad (más de mil personas muertas anuales); entre otros Etiopía (Amhara y Oromiya); Malí; Región Lago Chad; Región Sahel Occidental; República Democrática del Congo (RDC); Somalia; Rusia-Ucrania; Iraq, Israel-Palestina; Siria o Yemen (Alerta 2024! Informe sobre Conflictos, Derechos Humanos y Construcción de Paz, Ed. Icaria).
El Centre Delàs d’Estudis per la Pau inició su actividad en 1999, de modo que ha cumplido su 25 aniversario; con este punto de referencia, organizó el pasado 27 y 28 de noviembre, en la Nau Bostik de Barcelona, las jornadas 25 anys desarmant la guerra.
El analista político y activista británico Owen Jones, autor de Chavs. La demonización de la clase obrera, y la periodista especializada en Oriente Medio y Derechos Humanos, Olga Rodríguez, participaron en una de las sesiones: Contra el (des)orden militar global. Reflexiones críticas para hacer frente al belicismo hegemónico.
“La narrativa que prevalece hoy en países como Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña es que Israel es una democracia de estilo occidental que tiene ‘derecho a defenderse’ del terrorismo, con una discusión paralela sobre si la respuesta es ‘proporcionada’”, escribió Owen Jones –el 13 de noviembre- en una columna del periódico The Guardian.
Asimismo, “los políticos se entregarán a algunos lamentos triviales sobre el sufrimiento civil y harán referencias abstractas a la necesidad de acatar el derecho internacional, sin identificar ninguna de las violaciones flagrantes”, subrayaba el columnista, a quien también puede seguirse en su canal de YouTube (artículo ¿Existe alguna línea roja que Israel deberá respetar? Biden acaba de confirmar que la respuesta es no).
El tono de la masacre contra la población palestina podía inferirse de algunas declaraciones; por ejemplo, el entonces ministro de Defensa israelí, Yoav Galant, afirmó el 9 de octubre de 2023 que Israel estaba imponiendo un cerco total a Gaza, lo que implicaba cerrar el acceso a electricidad, comida y agua; “estamos luchando contra animales y actuamos en consecuencia”, espetó el alto cargo.
El 7 de octubre de 2023 se inició la agresión sionista contra la Franja; entre la citada fecha y el pasado 3 de diciembre, el Ministerio de Salud gazatí ha contabilizado al menos 44.502 personas asesinadas y 105.454 heridas; a ello se agrega –según la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA)-, el desplazamiento de cerca de 1,9 millones de personas (el 90% de la población de Gaza).
El pasado 11 de noviembre, la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU denunció el “grave deterioro” en la entrada y reparto de ayuda en Gaza, debido a las restricciones; y destacó que el 85% de las misiones al norte del enclave fueron obstaculizadas o denegadas.
“El Estado de Israel ha convertido el hambre en un arma”, concluyó el responsable de UNRWA, Philippe Lazzarini; el mismo día, ocho organizaciones de derechos humanos advirtieron que la situación en Gaza “está peor que nunca” (Anera; Care; MedGlobal; Mercy Corps; Consejo Noruego de Refugiados –NCR-; Oxfam; Refugees International y Save The Children).
Mientras, la Casa Blanca (presidencia de Biden) confirmó que continuaría el suministro de armamento a la potencia sionista (a mediados de agosto, el Gobierno de Estados Unidos aprobó la venta de armas a Israel valoradas en 20.000 millones de dólares, lo que incluía –a partir de 2029- medio centenar de aviones de combate F-15; los contratos tardarían años en completarse, informó la Agencia Efe).
“Israel puede ignorar tranquilamente las lágrimas del doctor británico Nizam Namode, cuando dijo a los diputados (del parlamento del Reino Unido) que los francotiradores y los drones israelíes disparaban deliberadamente en la cabeza a los niños palestinos, día tras día”, detalló Owen Jones en The Guardian.
Olga Rodríguez es autora de los libros El hombre mojado no teme la lluvia. Voces de Oriente Medio (2009) y Yo muero hoy. Las revueltas en el mundo árabe (2012); en elDiario.es (14 diciembre), la periodista ha informado sobre el traslado de armamento a Israel -por parte de Estados Unidos- a través de la base naval de Rota (Cádiz), en los meses de octubre y noviembre.
En otro artículo, también publicado en elDiario.es junto al periodista Pol Pareja (3 de noviembre), Olga Rodríguez había ampliado la perspectiva: “Entre mayo y septiembre de 2024 pasaron por Algeciras 1.185 envíos de suministros militares de Estados Unidos para el Ministerio de Defensa israelí”; y ello, “a pesar de la suspensión anunciada por el Gobierno de España”; en la información se cita un estudio de Progressive International y Palestinian Youth Movement.
Precisamente el 14 de diciembre, colectivos antimilitaristas y de solidaridad con Palestina se concentraron en el Puerto de Valencia con la consigna Stop vaixells de la mort. #CapPortPerAlGenocidi; protestas similares tuvieron lugar en Barcelona, Cartagena y la Bahía de Algeciras.
Por otro lado, Amnistía Internacional (AI) concluye que el Estado de Israel está perpetrando un Genocidio (Informe «Es como si fuéramos seres infrahumanos. El Genocidio de Israel contra la población Palestina de Gaza», diciembre 2024).
Una parte de la investigación consistía en la entrevista a 212 personas, entre las que figuraban víctimas y testigos de los ataques aéreos, las detenciones, destrucción de granjas, viviendas, tierras de cultivo o los impedimentos a la ayuda humanitaria.
Olga Rodríguez se hizo eco de la denuncia de AI, que menciona como ejemplo el caso de Mohammed, de 42 años y con tres hijos; en junio tuvo que desplazarse desde la Gobernación de Rafah hasta la de Dayr al-Balah.
En esta capital de Gobernación, “estamos como en un apocalipsis. No hay sitio para plantar una tienda, tienes que ponerla cerca del mar (…); tienes que proteger a tu familia de los insectos, del calor, y no hay agua limpia ni aseos, y todo el rato sin que cese nunca el bombardeo”, explicó Mohammed.
Se da la circunstancia que la Corte Penal Internacional, organismo judicial con sede en La Haya, emitió el 21 de noviembre una orden de arresto contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, por crímenes de guerra y de lesa humanidad en Gaza.