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Israel está convirtiendo el norte de Gaza en una jaula de exterminio

Fuentes: Voces del Mundo [Foto: Una de las zonas atacadas con tiendas que albergaban a civiles desplazados en el Hospital de los Mártires de Al-Aqsa en Deir Al Balah, Gaza, el 14 de octubre de 2024 (Ashraf Amra/Anadolu)].

Con pleno apoyo de la administración Biden, Israel está librando una despiadada guerra de exterminio contra los 400.000 palestinos que permanecen en el norte de la Franja de Gaza, mientras el gobierno de Benjamín Netanyahu estudia, según informes, un plan para anexionarse el territorio. Desde el 1 de octubre no han entrado alimentos, agua ni medicinas en el norte, ya que las fuerzas israelíes han llevado a cabo una campaña de intensos ataques aéreos y las fuerzas terrestres han invadido y cercado gran parte de la zona.

Mientras ordena a los residentes que huyan del norte, Israel ha intensificado sus ataques contra Deir al-Balah, ciudad del centro de Gaza que no ha sufrido la enorme escala de destrucción desatada por Israel en otras partes de la Franja. Cientos de miles de palestinos habían huido a la ciudad en los últimos meses. En la madrugada del lunes, Israel bombardeó un atestado campamento de tiendas de campaña para desplazados en los terrenos del hospital Al Aqsa, envolviendo a los civiles en un enorme anillo de fuego. Un vídeo de la escena mostraba a pacientes -algunos de los cuales parecían estar en camas conectadas a vías intravenosas- quemándose vivos mientras otros en el campamento trataban desesperadamente de extinguir el fuego con pequeños cubos de agua.

«Juro por Dios que vi gente ardiendo delante de mí. Por Dios, nadie pudo hacer nada. El hombre, la mujer y la niña ardiendo delante de mí, lo juro por Dios. Delante de mí se quemaban, delante de mí. Sus almas se fueron delante de mí, delante de nosotros, delante de todos nuestros ojos», declaró Saleh Al-Jafarawi, periodista palestino independiente que filmó la masacre. «Nadie fue capaz de hacer nada, nadie fue capaz de avanzar y sacarlos. Lo intentamos, pero no pudimos, el fuego era tan fuerte que nadie era capaz de avanzar y sacarlos del fuego. Se quemaron vivos. Sus cuerpos estaban carbonizados. Es un crimen que nunca hemos visto y que nadie ha visto», añadió en un vídeo publicado en su cuenta de Instagram. «Juro por Dios que esas escenas permanecerán en nuestra memoria, permanecerán en nuestros corazones para siempre. Nunca olvidaremos la escena que he presenciado hoy: La escena del niño que se está quemando en el corazón del fuego y nadie era capaz de ayudarlo».

Foto: Captura de pantalla de un post de Instagram de Saleh Al-Jafarawi que presenció el ataque israelí contra el hospital Al Aqsa el 14 de octubre.

Al menos murieron cuatro personas y otras 70, en su mayoría mujeres y niños, resultaron heridas, muchas de ellas con quemaduras graves de tercer grado. Se espera que el número de muertos aumente drásticamente, ya que los funcionarios médicos locales han descrito a muchos de los heridos en estado crítico. El hospital ya estaba funcionando por encima de su capacidad y muchos pacientes son tratados en las plantas o en los pasillos. «Ya estamos lidiando con el desbordamiento de los incidentes con víctimas masivas y el nivel general básico de traumatismos que recibimos, a lo que hay que añadir los pacientes que sufren quemaduras importantes, en un porcentaje muy alto. Por desgracia, su destino está sellado, ni siquiera llegarán a la UCI. Morirán. Muchos niños, muchas mujeres con quemaduras importantes mueren. Esa es la realidad sobre el terreno», declaró a Al Yazeera el Dr. Mohammed Tahir, cirujano británico voluntario en el hospital Al Aqsa. «Es un espectáculo terrorífico. Ya no parece real. Sinceramente, a veces siento que esto no es la vida real, que esto pueda seguir así y que se permita este grado de sufrimiento en este mundo. Es inimaginable».

Desde enero, Israel ha atacado al menos siete veces los campamentos de tiendas de campaña del hospital y sus alrededores.

El ejército israelí calificó su incineración de civiles en tiendas de campaña en el hospital como un ataque de «precisión» contra «terroristas que estaban trabajando en un complejo de mando y control que se estableció en una zona anteriormente conocida como el Hospital de los Mártires de Al-Aqsa en Deir al-Balah». Las fuerzas de la ocupación, que prometieron continuar con este tipo de ataques, no aportaron ninguna prueba que respaldara sus afirmaciones sobre el uso del hospital por parte de Hamás. Este patrón de justificación de los ataques contra civiles y lugares protegidos alegando que Hamás los utiliza como escudos humanos o centros de mando ha sido un sello distintivo de la guerra genocida de Israel, una narrativa letal que ha sido reforzada en repetidas ocasiones por altos funcionarios estadounidenses.

Un informe reciente de una comisión independiente de la ONU concluyó que «las fuerzas de seguridad israelíes afirmaron que más del 85% de las principales instalaciones médicas de Gaza habían sido utilizadas por Hamás para operaciones terroristas, pero no aportaron prueba alguna que corroborara esa afirmación». La comisión acusó a Israel de crímenes de guerra en sus ataques contra hospitales, clínicas, ambulancias y personal médico. «Los ataques contra instalaciones sanitarias son un elemento intrínseco del asalto más amplio de las fuerzas de seguridad israelíes contra los palestinos de Gaza y la infraestructura física y demográfica de Gaza, así como de los esfuerzos por expandir la ocupación», acusaba el informe. «La comisión concluye que Israel ha aplicado una política concertada para destruir el sistema de atención sanitaria de Gaza».

Gaza: «Un infierno sin fin»

La cobertura mediática internacional del genocidio contra los palestinos de la Franja de Gaza ha retrocedido en las últimas semanas al centrarse la atención en una posible guerra entre Israel e Irán. El Pentágono anunció el domingo que Estados Unidos está entregando sistemas de defensa antimisiles THAAD a Israel y desplegando unos 100 soldados estadounidenses para que actúen en caso de un contraataque iraní a un ataque israelí anticipado contra Irán. La vicepresidenta Kamala Harris declaró recientemente a 60 Minutes que Irán era el «mayor adversario» de Estados Unidos, una postura que contradice las conclusiones de múltiples evaluaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses y del Pentágono.  En el mes transcurrido desde que Israel comenzó su guerra abierta contra Líbano, intensificó simultáneamente sus operaciones de matanza masiva en toda Gaza, enviando un claro mensaje de que el objetivo de Israel es borrar cualquier vestigio de vida, arquitectura o cultura que existiera antes de los ataques del 7 de octubre.

La administración Biden, tras un verano de promesas de que se vislumbraba un acuerdo para poner fin a la guerra, se ha alejado de cualquier conversación sobre un alto el fuego en Gaza. Tanto el presidente Joe Biden como Harris han hecho repetidas declaraciones proclamando el derecho de Israel a la autodefensa y han centrado su atención en Irán. «Quieren llegar al 5 de noviembre con la menor fricción posible», dijo Jasmine El-Gamal, exfuncionaria del Pentágono, en una entrevista con Drop Site News. «Así que, aunque estemos viendo literalmente el exterminio de personas, de niños literalmente ante nuestros ojos, ya sea lentamente por la falta de alimentos, ya sea por la completa aniquilación del sistema sanitario, ya sea porque simplemente los están bombardeando hasta hacerlos añicos, es un mensaje tan alto y claro de que no van a tocar esto de aquí a las elecciones».

En un post en X el domingo, Harris no hizo ninguna mención a los brutales ataques militares de Israel en el norte y centro de Gaza. «La ONU informa de que no ha entrado comida en el norte de Gaza en casi dos semanas. Israel debe hacer urgentemente más para facilitar el flujo de ayuda a los necesitados», escribió Harris. «Los civiles deben ser protegidos y deben tener acceso a alimentos, agua y medicinas. Debe respetarse el derecho internacional humanitario».

El-Gamal, exdirectora de país para Siria y Líbano en la Oficina del secretario de Defensa para Política bajo la administración Obama, dijo que algunos altos funcionarios que dan forma a la política estadounidense en la región han acogido las guerras de Israel como una oportunidad para alterar el panorama político en el Líbano y Oriente Medio en general, mientras que otros reconocen la guerra de Gaza como un campo de minas político en el que la campaña electoral de Harris debería ahora evitar entrar. «Así que tenemos esta habilitación política, estratégica, diplomática y militar de Israel para tener básicamente carta blanca en Gaza y Líbano», dijo. «La ayuda armamentística continuada a Israel se enmarca en la defensa de Israel. Esa es su historia y se aferran a ella».

Apenas unas horas antes de que aviones de guerra israelíes bombardearan el campamento de tiendas de campaña del hospital Al Aqsa, tanques israelíes bombardearon una escuela gestionada por la ONU que albergaba a desplazados en el campo de refugiados de Nuseirat. Al menos 22 personas murieron en el ataque y más de 80 resultaron heridas. Estaba previsto que en la escuela funcionara el lunes un centro de vacunación contra la polio. «Gaza es un infierno sin fin. Todo esto no debe convertirse en la nueva norma. La humanidad debe prevalecer», escribió Philippe Lazzarini, comisionado de UNRWA, en un post en X.

La gran operación militar israelí en el norte de Gaza que comenzó hace nueve días para limpiar la zona de sus residentes ha sido especialmente brutal. Las fuerzas israelíes han rodeado y aislado varias zonas, como Yabalia, Beit Hanun y Beit Lahia, y los tanques israelíes han llegado a las afueras de la ciudad de Gaza. Las operaciones de Israel en el norte de Gaza han alimentado las especulaciones de que las fuerzas de la ocupación están aplicando ya un plan promovido por un grupo de oficiales militares israelíes retirados dirigidos por el general de división Giora Eiland, conocido como el plan «o te rindes o te mueres de hambre». Los palestinos del norte, según el plan, tendrían una semana para marcharse y los que se quedaran serían catalogados como combatientes por las fuerzas israelíes. Muchos residentes del norte se han negado a marcharse, en parte porque creen que ningún lugar de Gaza es seguro y todos los palestinos son tratados, por defecto, como objetivos legítimos por Israel.

La oficina de medios de comunicación del gobierno de Gaza afirmó en un comunicado que unos 300 palestinos han muerto en el reciente asedio israelí sobre el norte y hay noticias de decenas de cadáveres en las calles. Casas, escuelas y refugios para desplazados han sido atacados y destruidos. El corresponsal de Al Jazeera, Anas al Sharif, uno de los pocos periodistas que no ha abandonado el norte de Gaza desde el lanzamiento del asalto israelí hace más de un año, declaró el viernes: «Sin exagerar, estos son los días más difíciles de la guerra israelí contra Gaza».

Israel emitió tres nuevas órdenes de desplazamiento a principios de este mes, en las que pedía a todos los civiles del norte de Gaza que huyeran hacia el sur, al tiempo que les impedía poder salir de forma segura. Desde entonces, tanques y tropas israelíes han invadido y asediado distintas zonas, en particular el campo de refugiados de Yabalia, donde la población está atrapada y no puede desplazarse en medio de incesantes bombardeos, fuego de artillería y ataques terrestres. El lunes, Israel bombardeó un centro de distribución de alimentos del campo, causando al menos 10 muertos y 30 heridos.

«Estábamos en el hospital Al-Yemen Al-Said, pero lo bombardearon. Murieron unas 20 personas. No sé qué hacer, en cualquier momento podemos morir. La gente se muere de hambre. Tengo miedo de quedarme y también de marcharme», declaró un conductor de Médicos Sin Fronteras atrapado en el campo de Yabalia.

Las tropas israelíes han levantado barricadas y barreras de arena que bloquean todas las salidas de la ciudad, y los soldados y cuadricópteros israelíes apuntan a cualquiera que se mueva.  «Cualquiera que se acerque a estas barricadas es atacado sin previo aviso», dijo un residente de Yabalia a Drop Site News. «Una familia entera que intentaba desplazarse y abandonar el campo fue atacada a sangre fría».

Al parecer, las fuerzas israelíes están demoliendo y volando las casas que dejaron atrás los residentes que consiguieron huir. Tanques y excavadoras irrumpieron también el domingo en el cementerio de Saftawi, al norte de la ciudad de Gaza, y exhumaron varios cadáveres, según Mada Masr.

«Debido al asedio de la ocupación israelí al campo de Yabalia, la mayoría de las heridas causadas por las balas y los bombardeos de la ocupación acaban en muerte, ya que no hay recursos médicos ni capacidades disponibles para tratar eficazmente a los heridos», declaró el corresponsal de Al Jazeera, Hossam Shabat, en un post en Internet. Shabat informó de que la Media Luna Roja había dejado de trabajar en Yabalia debido a la falta de combustible, ya que Israel emitió otra orden de expulsión. «El ejército de ocupación israelí bombardeó a civiles que huían de estas zonas. Los ataques no han cesado», declaró el 12 de octubre.

El domingo, al menos cinco niños murieron cuando un avión no tripulado israelí los atacó mientras jugaban cerca de una cafetería del campo de refugiados de Al-Shati, situado en la costa, al oeste de Yabalia. Al comentar el ataque, Bisan Owda, periodista galardonada con un Emmy, dijo entre lágrimas el domingo: «Estos niños estaban jugando al fútbol en la calle en el campo de refugiados de Shati… Estaban jugando en medio de los escombros de lugares parcialmente destruidos porque son niños y no conocen otra forma de enfrentarse a todo esto que no sea jugando, y los mataron», dijo. «Murieron, igual que los miles de niños de antes. Estas personas no evacuaron el norte de la Franja de Gaza, no sólo porque se aferran a su derecho a quedarse, sino también porque la gente no está segura en el sur».

Israel ha seguido atacando a periodistas palestinos en Gaza. Mohamed al-Tanani, cámara de Al-Aqsa TV, murió mientras informaba en el campo de refugiados de Yabalia, y su colega Tamer Labad resultó herido. La semana pasada, el cámara de Al Jazeera Fadi al-Wahidi recibió un disparo en el cuello que le dejó paralítico y Ali Al-Attar resultó gravemente herido cuando la metralla de un ataque israelí en Deir Al-Balah le atravesó la cabeza.

La semana pasada Israel emitió órdenes de evacuación a tres hospitales del norte de Gaza, Kamal Adwan, Indonesia y Al-Awda, amenazando con que correrían «la misma suerte que el hospital Al-Shifa: destrucción, matanzas y detenciones.»

El combustible para hacer funcionar los generadores de electricidad se está agotando en medio del bloqueo israelí, lo que supone un riesgo especial para los pacientes de las unidades de cuidados intensivos. Un médico de la UCI del hospital indonesio envió el lunes un vídeo en el que mostraba a pacientes que yacían inconscientes en las camas del hospital: «Este paciente no tiene ya salvación y va a morir. La situación es muy, muy, muy difícil», dice el médico. «Han atacado una escuela cerca de nuestra división ahora mismo, se puede oír la explosión», dijo en una nota de audio adjunta.

En el hospital Kamal Adwan, los pacientes y el personal que han intentado salir no han podido hacerlo. «El hospital ha sido blanco directo durante más de cinco días de drones, bombas de humo y proyectiles de artillería cerca del hospital, en el tejado del hospital y a través de sus ventanas», dijo a Drop Site News el Dr. Eid Sabah, director de enfermería del hospital. «Los bombardeos y los asesinatos se suceden por todas partes. El miedo y el terror se han extendido por todas las calles y callejones. El hospital está en un estado terrible».

La agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, UNRWA, publicó el domingo una foto de los restos carbonizados de su centro de salud en Yabalia. «El campamento de Yabalia ha sido la zona más afectada, con informes de familias atrapadas en zonas de operaciones militares en curso. El acceso humanitario a Yabalia continúa siendo denegado. Las instalaciones de salud y los trabajadores no son un objetivo #NotATarget», escribió la UNRWA.

«En las últimas dos semanas, más de 50.000 personas han sido desplazadas de la zona de Yabalia, que se encuentra aislada, mientras que otras permanecen atrapadas en sus hogares en medio de un aumento de los bombardeos y los combates. Un asedio militar que priva a los civiles de los medios esenciales de supervivencia es inaceptable», dijo Muhannad Hadi, Coordinador Humanitario de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA, por sus siglas en inglés), en un comunicado el domingo. «Las últimas operaciones militares en el norte de Gaza han obligado al cierre de pozos de agua, panaderías, puestos médicos y refugios, así como a la suspensión de los servicios de protección, el tratamiento de la desnutrición y los espacios temporales de aprendizaje. Al mismo tiempo, los hospitales han visto una afluencia de heridos por traumatismos… Los civiles no pueden verse obligados a elegir entre el desplazamiento o la hambruna”.

Texto original Drop Site News, traducido del inglés por Sinfo Fernández.

Jeremy Scahill es periodista de Drop Site News y fue cofundador de The Intercept. Es reportero de investigación, corresponsal de guerra y autor de «Dirty Wars: The World Is a Battlefield» y «Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army”. Ha informado desde Afganistán, Iraq, Somalia, Yemen, Nigeria, la antigua Yugoslavia y otros lugares del mundo.

Sharif Abdel Kouddous es un periodista independiente de prensa y televisión que reside entre Nueva York y El Cairo. Ha informado desde todo el mundo árabe, incluidos Egipto, Palestina, Siria, Libia, Yemen, Iraq, Bahréin y Argelia, así como desde todo Estados Unidos y otros espacios internacionales. Ha recibido un premio George Polk por su investigación sobre el asesinato de la periodista palestina Shirin Abu Akleh, un premio Emmy por su cobertura de la prohibición de viajar a musulmanes por parte de la administración Trump y un premio Izzy por su cobertura de la revolución egipcia de 2011.

Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2024/10/15/israel-esta-convirtiendo-el-norte-de-gaza-en-una-jaula-de-exterminio/