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Israel está usando coronavirus para implementar el «Acuerdo del siglo»

Fuentes: Middle East Eye

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Los palestinos están atrapados entre la pandemia y la brutal ocupación militar de Israel

Una mujer palestina con la bandera nacional parada junto a los soldados israelíes durante una manifestación contra las colonias en la aldea de Qusra, Cisjordania ocupada, 2 de marzo (AFP)

La propagación global del coronavirus ha requerido restricciones de movimiento en todo el mundo, incluso en Israel y Palestina.

Como Estado ocupante, Israel controla todas las entradas y salidas de Cisjordania y Gaza ocupadas. La semana pasada cerró áreas administradas por palestinos con el pretexto de «limitar la propagación» del coronavirus. Belén ha estado completamente encerrado durante semanas.

Para los palestinos está claro que Israel se está aprovechando de Covid-19, explotando el bloqueo de Cisjordania para acelerar la anexión de tierras palestinas, al tiempo que permite a los colonos israelíes atacar a civiles palestinos, lo que complica aún más los esfuerzos palestinos para combatir la pandemia.

Restricciones de movimiento

El ejército israelí está utilizando el pretexto del coronavirus para imponer más cierres y restricciones de movimiento a los palestinos. Esto debería ser una cuestión de salud pública y las restricciones deberían aplicarse igualmente a los israelíes, ya que cualquiera puede infectarse, pero los colonos judíos en la Cisjordania ocupada, que viven a solo unos cientos de metros de las comunidades palestinas encerradas, no se enfrentan a las mismas restricciones.

Aparentemente, los israelíes creen que pueden aprovechar la situación actual para implementar el «acuerdo del siglo» de Estados Unidos. La imposición de restricciones a la circulación por parte de Israel en áreas palestinas tipo bantustanes es una advertencia temprana de cómo funcionarían las cosas si se implementara el acuerdo del presidente estadounidense Donald Trump.

Para mí, como palestino nacido y criado bajo la ocupación israelí, la nueva prohibición de movimiento me recuerda los toques de queda y el asedio impuestos por la ocupación israelí en los territorios palestinos, especialmente durante la Segunda Intifada, con el pretexto de la seguridad.

Durante ese tiempo el ejército israelí encerró a las comunidades palestinas y convirtió nuestras vidas en una pesadilla insoportable, sometidos a una severa represión.

En 2002 en mi ciudad natal de Qira, en el norte de Cisjordania, mi hija recién nacida, Lina, contrajo una infección viral que causó diarrea severa y fiebre durante varios días, pero no pudimos llevarla a un hospital o médico debido al toque de queda impuesto.

Un año después descubrimos que esa infección no tratada había causado insuficiencia renal crónica y que se necesitaba un trasplante de riñón para salvarle la vida. Las restricciones actuales también podrían causar serios problemas a los palestinos con enfermedades crónicas, incluida mi hija.

Castigo colectivo

Hasta ahora se han reportado más casos de coronavirus en Israel que en Cisjordania. Se han registrado más de 2.500 casos en Israel, en comparación con menos de 100 en los territorios palestinos. Sin embargo, a pesar de la crisis de salud sin precedentes y las medidas de aislamiento social generalizadas, la policía israelí «ha elegido ahora, como el mejor momento, intensificar su abuso y castigo colectivo» contra los palestinos en Jerusalén Oriental, según el grupo de derechos humanos B’Tselem.

El nivel de violencia perpetrado por los colonos judíos ha aumentado simultáneamente, con informes que citan una campaña de ataques contra pastores y agricultores palestinos. En el área de Belén, donde los palestinos viven bajo estricta cuarentena, recientemente los colonos arrancaron cientos de árboles pertenecientes a palestinos.

En el puesto de control de Mitar en la Cisjordania ocupada controlan la temperatura de un trabajador palestino, 25 de marzo (AFP)

Recientemente el ejército israelí también permitió a los colonos judíos ingresar a un sitio arqueológico en la aldea de Sebastia en el norte de Cisjordania, a pesar de la decisión de la Autoridad Palestina de cerrar sitios turísticos y prohibir las reuniones en un esfuerzo por combatir el brote de coronavirus.

Mientras tanto Israel ha comenzado a construir caminos para los colonos cerca de mi pueblo natal, al sur de Naplusa, un claro intento de definir bantustanes y guetos para los palestinos. Los colonos, bajo la protección del ejército de ocupación israelí, no pierden la oportunidad de causar más sufrimiento al pueblo palestino, utilizando varios pretextos y excusas.

En Gaza, que ha registrado un puñado de casos de coronavirus, existen serias preocupaciones sobre la capacidad del sistema de salud, que ya estaba en crisis debido al bloqueo impuesto por Israel.

Prisiones sucias y superpobladas

Las autoridades israelíes informaron recientemente de que cuatro prisioneros palestinos resultaron infectados con coronavirus en una prisión israelí, luego del contacto con un investigador israelí que tenía Covid-19.

Más de 5.000 palestinos, incluidas mujeres y niños, se encuentran actualmente en prisiones israelíes, que son notoriamente viejas, sucias, superpobladas y carecen de suministros básicos de higiene. Si a Israel le importa la seguridad de los prisioneros, debería liberarlos.

En 1991, durante la Primera Intifada, fui arrestado por el ejército israelí a la edad de 17 años. Los investigadores me torturaron durante 39 días, utilizando todos los medios de tortura física y psicológica. Fui testigo de primera mano de las condiciones de confinamiento solitario en una celda muy pequeña y sucia sin ventanas, mi salud fue descuidada.

Los palestinos de hoy están atrapados y luchando en dos frentes: uno contra la pandemia y el otro contra la brutal ocupación militar de Israel.

Sin embargo, un resultado positivo del reciente bloqueo es que puede llamar la atención sobre las restricciones diarias de movimiento que son omnipresentes en la vida de los palestinos, pero que a la mayoría del mundo no le importa, aun sabiendo que esto ocurre.

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Middle East Eye.

Fareed Taamallah es un agricultor palestino y activista político.

Fuente: https://www.middleeasteye.net/opinion/coronavirus-palestinians-trapped-between-pandemic-and-israeli-occupation

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.