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Israel intensifica el asalto militar a Cisjordania e invade zonas de todo el norte

Fuentes: Voces del Mundo

Yenín y Tulkarem.- Un ataque aéreo israelí contra un barrio muy concurrido de la aldea de Tamun, en el norte de Cisjordania, mató el miércoles al menos a 10 palestinos, uno de los ataques más mortíferos en Cisjordania en meses. Minutos después, las fuerzas israelíes asaltaron la ciudad de Qalqilya y sus alrededores, intensificando el asalto militar. Las tropas israelíes, respaldadas por aviones teledirigidos y cazas de combate, se han apoderado ya de todos los distritos importantes del norte del territorio ocupado.

Apenas 48 horas después de que entrara en vigor el «alto el fuego» en Gaza, el 19 de enero, Israel anunció la «Operación Muro de Hierro», una operación militar a gran escala para «derrotar al terrorismo en Yenín».

Lo que comenzó en el campo de refugiados de Yenín se ha extendido a Tulkarem, Tubas, Qalqilya, Nablus y Jericó. Decenas de casas han sido destruidas y miles de familias han sido desplazadas a la fuerza. En 10 días han muerto al menos 37 palestinos, entre ellos un niño de dos años que recibió un disparo en la cabeza en su casa de Yenín.

Un grupo de relatores especiales de la ONU hizo pública esta semana una declaración en la que afirmaba que la operación militar israelí en Cisjordania «marca una peligrosa escalada contra los palestinos».

«Estamos consternados por la escalada de violencia mortal que se extiende por Yenín y el resto de Cisjordania ocupada», afirmaron los expertos de la ONU. «La represión de Israel parece no tener fin a la vista… El recrudecimiento del asalto a la Cisjordania ocupada forma parte de un proceso general de desplazamiento forzoso y sustitución de palestinos y de expansión territorial de Israel».

En una publicitada visita al campo de Yenín el miércoles, el ministro israelí de Defensa, Israel Katz, declaró que las tropas mantendrían allí una presencia permanente una vez finalizada la operación militar. «Hemos declarado la guerra al terror palestino en Cisjordania», dijo. «Una vez finalizada la operación, las fuerzas de las FDI permanecerán en el campo para garantizar que no vuelva el terror».

Despoblar el campo de refugiados de Yenín

En las primeras horas de la operación Muro de Hierro el ejército israelí mató al menos a 11 palestinos en el campo de refugiados de Yenín, la gran mayoría de ellos civiles. Durante los tres días siguientes las fuerzas israelíes comenzaron a despoblar sistemáticamente el campo: bombardearon barrios, dispararon munición real y arrasaron calles y viviendas.

«Lo único que oíamos de los drones era ‘salid de vuestras casas u os mataremos’. Nos entró miedo y nos fuimos solo con la ropa que llevábamos puesta», cuenta Haniyeh Dabayah, una residente de 73 años que dice haber escapado del campo mientras el ejército israelí le disparaba. En pocos días el campo había quedado prácticamente vacío, y miles de familias se vieron obligadas a refugiarse en los pueblos vecinos, en casa de familiares o amigos, sin saber si podrían regresar ni cuándo.

Aunque las incursiones militares israelíes en el campo de refugiados de Yenín se han convertido en habituales en los últimos tres años, la Operación Muro de Hierro sentó un nuevo precedente al atacar toda la gobernación de Yenín -que incluye la ciudad y el campo de refugiados de Yenín y los pueblos y aldeas circundantes- y bloquearla durante días, sin que las familias pudieran salir de sus casas mientras los aviones de guerra israelíes bombardeaban toda la zona.

Apodada el «Nido de Avispas», el ejército y los servicios de inteligencia israelíes llevan mucho tiempo apuntando a Yenín como bastión de la resistencia armada. Aunque relativamente pequeño y empobrecido, el campo de refugiados de Yenín ha sido una de las pocas zonas de Cisjordania que ha conseguido organizar grupos armados que traspasan las líneas faccionales para formar la Brigada de Yenín.

Sin embargo, según los residentes del campo y otras fuentes, la mayoría de los combatientes de la Brigada Yenín abandonaron el campo al principio de la operación israelí. Sólo un puñado optó por quedarse y enfrentarse a los militares israelíes.

Un día antes de la última invasión israelí, las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina habían concluido su propia ofensiva a gran escala en el campo, denominada Operación Hogar, uno de los asaltos más largos y letales de las fuerzas de seguridad palestinas en la memoria reciente. Murieron al menos 11 palestinos, en su mayoría civiles, entre ellos un niño. Las fuerzas de seguridad también detuvieron arbitrariamente a decenas de residentes y los sometieron a torturas y abusos.

El ejército israelí invadió el campamento cuando aún había vehículos blindados y soldados de la Autoridad Palestina en él. «[Las fuerzas de seguridad] optaron por retirarse del campamento para evitar la confrontación directa con el ejército israelí», declaró en un comunicado el portavoz de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina, el general de brigada Anwar Rajab.

Mientras el ejército israelí llevaba a cabo ataques aéreos contra el campo de refugiados de Yenín, la Autoridad Palestina detuvo a varios destacados combatientes de la Brigada de Yenín, entre ellos su portavoz Abu Issam, cuando escapaban.

Con la mayoría de los combatientes reubicados fuera del campo, el ejército israelí inició una campaña de «siega del césped», en la que se bombardearon, arrasaron e incendiaron edificios residenciales. Aunque se volvió a negar la entrada a los periodistas, los sonidos de las explosiones y la visión del humo desde el interior del campo eran continuos.

Al séptimo día la mayor parte del campo había quedado destruida. Según el ejército israelí, más de 60 casas de Yenín fueron demolidas y al menos 3.000 familias han sido desplazadas, según la ONU. Al mismo tiempo, Israel atacó ciudades y pueblos vecinos con ataques de aviones no tripulados y tropas terrestres.

«El sonido de los aviones no tripulados era tan fuerte y cercano que pensé que estaban en casa», dijo Samih Hazza, residente de Muzalaz Shuhada, una pequeña ciudad al suroeste de Yenín. Su sobrina Laila Jatib, de dos años, murió el sábado de un disparo en la cabeza cuando estaba en su casa. «¿Qué hizo mal? dice Hazza junto a su tumba momentos después del entierro. «Nos disponíamos a cenar y lo único que vimos fueron rayos láser rojos y verdes en la casa, luego entraron las balas».

Foto: Un anciano palestino en medio de un mercado destruido durante una incursión militar israelí en la ciudad de Tulkarem y el campo de refugiados de Tulkarem, en la Cisjordania ocupada (Foto de Nasser Ishtayeh/SOPA Images/LightRocket vía Getty Images).

Asalto a Tulkarem

En la segunda semana la operación se había extendido a la gobernación de Tulkarem, al suroeste de Yenín. En la mañana del 27 de enero un ataque aéreo contra un coche en las afueras del campo de refugiados de Nur Shams, situado a las afueras de la ciudad de Tulkarem, mató a dos combatientes palestinos. Momentos después, otro ataque aéreo alcanzó el campo de refugiados de Tulkarem.

En cuestión de horas excavadoras y soldados israelíes se desplegaron en el interior de la ciudad de Tulkarem. El mercado principal se vació rápidamente y el hospital público fue rodeado y sitiado. Al igual que en la operación de Yenín, el ejército israelí comenzó atacando las infraestructuras críticas de la ciudad, destruyendo las redes de telecomunicaciones y las tuberías de agua.

«Nos obligaron a salir de casa a punta de pistola mientras continuaban las explosiones en el campo», declaró Azza Kahle, de 35 años. Madre de cinco hijos, Kahle declaró a Drop Site que nunca antes había presenciado este nivel de violencia. «No nos permitieron llevarnos nada, salvo nuestros teléfonos y la ropa que llevábamos puesta», explicó. «Ahora estamos desplazados, sin ningún lugar adónde ir y mis hijos tienen frío».

Algunas familias consiguieron llegar a casa de parientes en las afueras de Tulkarem, pero decenas no tenían adónde ir y se vieron obligadas a refugiarse en la mezquita local.

El ejército israelí siguió intensificando su ataque, arrasando calles y desplazando a decenas de familias en la propia ciudad. Muchas familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares a punta de pistola mientras los soldados colocaban francotiradores en su interior y convertían los edificios residenciales en improvisados puestos militares.

«El ejército israelí está sitiando toda la ciudad con un número sin precedentes de soldados repartidos por toda la zona», ha declarado Tariq Hishme, estudiante de periodismo de Tulkarem. «Ni siquiera ocurrió algo así durante la Segunda Intifada, y el ataque a la propia ciudad supone una nueva y aterradora escalada», añadió.

El ejército israelí también impidió el acceso a determinadas zonas al personal médico y a los periodistas. Como el ejército sitió el hospital, los pacientes no pudieron recibir atención médica adecuada. «Necesito dar a luz», dijo una mujer embarazada mientras permanecía de pie a varios metros del hospital en medio del frío. Los médicos tardaron horas en poder coordinar su entrada en el hospital.

«El objetivo de las fuerzas israelíes que asedian los hospitales es impedir que los médicos lleguen hasta los heridos», declaró a Drop Site Ahmad Zahran, subjefe de urgencias del hospital público de Thabit. «Tardan horas en su control de seguridad», dijo. «El tiempo que tardan en controlar a los médicos y verificar a los pacientes se lo quitan al paciente».

Según Zahran, el nivel de violencia en Tulkarem no se parece a ningún otro que haya presenciado antes. «Ya me habían obstaculizado antes y ya habían invadido Tulkarem, pero esta vez es un tipo de agresión diferente».

Mientras detenían a los médicos que estaban de servicio, los periodistas fueron blanco de granadas aturdidoras, gases lacrimógenos y munición real. Al menos un periodista, Nagham Al-Zayet, resultó herido de metralla en Tulkarem.

De Gaza a Cisjordania

En las tres primeras semanas del nuevo año las fuerzas israelíes mataron a 26 palestinos, entre ellos cuatro niños. En los últimos diez días -desde el alto el fuego en Gaza y el inicio de la operación Muro de Hierro- el ejército israelí ha matado a 37 palestinos en Cisjordania, entre ellos cuatro niños.

«Esto no es aleatorio», dijo a Drop Site Roshdi Al-Norsi, residente de 43 años en el campo de refugiados de Yenín. «Este asalto se produce en medio de la liberación de detenidos palestinos y la suspensión de los bombardeos sobre Gaza. Lo que Israel nos está diciendo es que no se nos permite celebrar nada, ni la liberación de los detenidos, ni la resistencia, nada.»

Los batallones israelíes que sirvieron en Gaza -incluidos miembros de las brigadas Kfir y de la unidad Skylark- han sido desplegados en Yenín como parte de la Operación Muro de Hierro.

«Mira, allá a lo lejos. Ese humo que ves es mi casa», dijo Abu Nizar, de 63 años, a Drop Site. De pie en una colina desde la que se domina el campo de refugiados de Yenín, se esforzaba por contener su dolor. «Israel es vengativo, ven a Yenín como Gaza, así que cuando salen de Gaza con el alto el fuego vienen aquí. Y después de aquí, les queda el resto de Cisjordania».

Mariam Barghouti es escritora y periodista residente en Cisjordania. Es miembro de la Red de Periodistas Marie Colvin.

Texto original: Drop Site News, traducido del inglés por Sinfo Fernández.

Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2025/02/01/israel-intensifica-el-asalto-militar-a-cisjordania-e-invade-zonas-de-todo-el-norte/