Tras la frágil tregua expirada en la mañana del viernes 8 de agosto de 2014, Israel reanudó sus mortíferos ataques a la Franja de Gaza, efectuando 51 bombardeos que mataron 5 palestinos, mientras Hamas reanudó el lanzamiento de cohetes a territorio israelí. El gobierno de Tel Aviv ha declarado que se propone continuar los operativos […]
Tras la frágil tregua expirada en la mañana del viernes 8 de agosto de 2014, Israel reanudó sus mortíferos ataques a la Franja de Gaza, efectuando 51 bombardeos que mataron 5 palestinos, mientras Hamas reanudó el lanzamiento de cohetes a territorio israelí. El gobierno de Tel Aviv ha declarado que se propone continuar los operativos militares, y voceros caracterizados señalaron que su objetivo es volver a ocupar la Franja de Gaza expulsando a todos los palestinos. El ministro de Exteriores Avigdor Lieberman, racista y xenófobo a ultranza, expresó: «Hay que ahogar a los palestinos en el Mar Muerto, que es el punto más bajo del planeta».El vicepresidente de la Knesset, MosheFeiglin, ha expuesto un pormenorizado plan de siete puntos, que culmina con la anexión de la Franja de Gaza y la expulsión de toda la población palestina. La actual Operación Borde Protector significa precisamente la aplicación de los primeros puntos del plan.
Durante la tregua, a pesar de su inseguridad, muchos de las decenas de miles de personas que debieron abandonar sus hogares a causa de los bombardeos israelíes, regresaron a los mismos. Se encontraron con un panorama desolador, que hemos podido compartir, con el corazón apretado, a través de las imágenes de Telesur. En la mayor parte de los casos, la destrucción era total, los bloques de viviendas quedaron reducidos a escombros. No tenían agua, ni alimentos, ni luz, ya que la única central de energía eléctrica fue destruida por los bombardeos. UNICEF (la organización de Naciones Unidas para la infancia) declaraba, a la hora de finalizar la tregua el día viernes, que en este operativo se habían matado más niños que en todos los anteriores ataques perpetrados por Israel. Quedaban explosivos entre los escombros (algunos sin explotar, con el peligro consiguiente), y los servicios de salud estaban colapsados. Hacían particular énfasis en los daños sufridos por los niños. Eran 432 los niños muertos y 2.878 los heridos, en tanto fallecieron 243 mujeres, en un total de 1875 víctimas mortales palestinas y 9.527 heridas, según datos coincidentes de Unicef y el ministerio palestino de Salud, luego de 29 días de ofensiva del ejército israelí. Destacan las pesadillas y los traumas de todo tipo que padecen los niños a causa de la guerra.
A esa altura, en Jordania se desarrollaban manifestaciones de solidaridad con el pueblo palestino. En Bolivia tenía lugar una gran manifestación con indígenas, trabajadores, estudiantes e integrantes de la colectividad palestina. Venezuela, a través del canciller Elías Jaua, instó una vez más a detener la matanza, señaló que Israel estaba cometiendo «el holocausto del siglo XXI» y fletó un vuelo con 27 toneladas de ayuda humanitaria a la población de Gaza, que debía llegar a un aeropuerto en Egipto. La misma actitud adoptó Rafael Correa, de Ecuador, enviando material médico y ropa para Gaza. Sesenta partidos comunistas y obreros de todos los continentes emitieron una declaración de «condena a la agresión bárbara y criminal del Estado de Israel contra los palestinos». Estas tomas de posición se multiplicaron en el mundo.
En nuestro país, se desarrolló un acto en el local de la central obrera PIT-CNT
Fidel Castro: Israel practica una nueva «forma de fascismo»
Fidel Castro sumó su firma a una declaración de diversas personalidades en solidaridad con Palestina. Además, el martes 5 publicó un texto esclarecedor en el diario «Granma» bajo el título: «Holocausto palestino en Gaza». Allí alude a «el genocidio que se está cometiendo con los palestinos» y señala que «una nueva y repugnante forma de fascismo está surgiendo con notable fuerza en este momento de la historia humana».
El líder cubano hace un recuento de las últimas masacres realizadas por el ejército de Israel, que aproxima el número de víctimas fatales palestinas a la cifra de dos mil; agrega que se llegó al extremo en que el ministro de Exteriores francés Laurent Fabius declaró que el derecho de Israel a la seguridad no justifica «la masacre de civiles» que está cometiendo; y estampa en conclusión este juicio lapidario: «El genocidio de los nazis contra los judíos cosechó el odio de todos los pueblos de la tierra. ¿Por qué cree el gobierno de ese país que el mundo será insensible a ese macabro genocidio que hoy se está cometiendo contra el pueblo palestino?». También señala a renglón seguido la responsabilidad del gobierno de los Estados Unidos, en estos términos: «¿Acaso se espera que ignore cuánto hay de complicidad por parte del imperio norteamericano en esta desvergonzada masacre?». Aquí corresponde acotar que, aunque el gobierno de EEUU denunció el bombardeo a la escuela de la ONU en Gaza y Obama calificó de «desgarrador» el sufrimiento palestino, le sigue enviando armamento sofisticado en gran escala para su obra destructora.
El objetivo es la anexión total de Gaza
El vicepresidente del Parlamento israelí Moshe Feiglin (que además desde julio pasado integra la influyente Comisión de Relaciones Exteriores y de Defensa) y es el jefe de Manhigut Yehudit (Liderazgo Judío), la fracción mayor en el seno del partido gobernante Likud, ha propuesto un plan de 7 puntos para expulsar a toda la población de Gaza, territorio que el Estado judío anexaría de inmediato. Según Ahmed AbulGheit, ex ministro egipcio de Relaciones Exteriores, EEUU organizó en 2011 la caída de Hosni Mubarak porque éste se oponía a la solicitud de Washington de desplazar a la población de Gaza hacia el Sinaí. El plan comprende el ultimátum impuesto a la población; el ataque desencadenado por las fuerzas armadas de Israel; el asedio, para que nada ni nadie pueda entrar ni salir de Gaza; la llamada defensa, para golpear cualquier lugar desde el cual pueda partir un ataque a Israel; la conquista, con autorización a la población que no haya colaborado con Hamas a abandonar Gaza, en tanto los demás serían eliminados. En la fase final, denominada de soberanía, se afirma que «Gaza es parte de nuestra tierra y permaneceremos allí para siempre. Ella se convertirá en parte de Israel y será repoblada con judíos. Esto también servirá para suavizar la crisis de la vivienda en Israel».
Todo completo
Este plan ya se ha comenzado a aplicar. Dice al respecto un comentarista internacional: «Si se analiza el plan que Feiglin está promoviendo activamente, tanto en Israel como en el extranjero (principalmente en Estados Unidos y Canadá), puede comprobarse que la actual operación contra la Franja de Gaza incluye casi íntegramente las 4 primeras de las fases previstas. Se percibe además que el verdadero objetivo de la retirada de los colonos israelíes de la región de Gaza en 2005 no era otro que dejar el campo libre a las fuerzas armadas de Israel para la posterior realización de la operación «Plomo fundido» en 2008/2009. También se percibe que la actual operación «Margen protector» forma parte de un plan preciso tendiente a ocupar de manera permanente la Franja de Gaza y a colonizarla expulsando de allí a la población palestina. Concluye que Feiglin seguramente ya tiene listo también el plan para «una solución en Cisjordania».
Hay otros elementos para considerar que este plan ya se está aplicando. Tienen que ver con los métodos utilizados por el ejército israelí. Éste anuncia a los habitantes de Gaza que va a bombardear el barrio donde viven. La población huye, abandonando todo en busca de refugio, a menudo en edificios bajo control de la UNRWA (agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos). Entonces los tanques arremeten nuevamente contra los civiles y los obligan a huir más lejos. Hasta el 25 de julio, el ejército israelí ya había declarado inhabitable de esta manera el 44% del territorio de Gaza. Más de 1,8 millones de personas se amontonan ahora en los 158 km2 que Israel no ha atacado todavía, elevando la densidad poblacional a más de 10.000 habitantes por kilómetro cuadrado, la más alta del mundo. De esta manera, la operación militar iniciada por el general Moshe Yaalon, actual ministro de Defensa de Israel, podría anexar fácilmente un 44% del territorio de Gaza, en el camino de expulsar a la mayoría de la población palestina hacia Egipto y Jordania, anexando total o parcialmente la Franja de Gaza.
La orquesta israelí-palestina de Daniel Barenboim
En medio de este clima de tensión extrema, de muerte y destrucción (que además se extiende a la región, porque EEUU ha reanudado los bombardeos masivos a Irak) llegan noticias reconfortantes, que apuntan a cierta perspectiva de paz. Una de ellas, que nos toca muy de cerca, incluso geográficamente, tiene que ver con la orquesta palestino-israelí dirigida por el argentino judío Daniel Barenboim, que está realizando en estos días una serie de conciertos en Buenos Aires, contando con la colaboración nada menos que de Marta Argerich, una de las eminentes pianistas de estos tiempos. La orquesta, que lleva el nombre de West-Eastern Divan (nombre de una colección de poemas de Goethe) contó también en su gestación con el impulso del destacado filósofo Edward Saïd (y ahora su viuda Mariam mantiene viva esta colaboración). En la orquesta participan conjuntamente músicos israelíes, jordanos, palestinos, sirios, egipcios, turcos, y ha ofrecido conciertos en todo el mundo, con un repertorio altamente calificado. Por su parte, Daniel Barenboim ha dirigido orquestas en varios países, como la Sinfónica de Chicago y el Festival internacional de Bayreuth, y es ejecutante de primer nivel, que vemos a menudo en los canales internacionales. Pues bien: la citada orquesta acaba de realizar conciertos en el Teatro Colón de Buenos Aires. En ocasiones anteriores tocó Beethoven en el Luna Park y tango en la Avenida 9 de Julio. Por su parte, Martha Argerich participó como solista en uno de los conciertos de dicha orquesta, y en actuación a cuatro manos con Barenboim de la transcripción realizada por Igor Stravinsky de la Consagración de la Primavera; también intervino conjuntamente con Les Luthiers, en La Historia de un soldado, de Stravinsky, y El carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns.
Barenboim ha realizado múltiples declaraciones sobre la música como factor de amistad y entendimiento entre los pueblos, y su orquesta es un ejemplo vivo de la fraternidad de los músicos de distinta nacionalidad y procedencia. En una nota publicada en Página/12 por el director y musicólogo argentino Diego Fisherman se ofrecen múltiples ejemplos en esta materia. Ahora se agrega la siguiente declaración de Barenboim: «La música enseña a escuchar al otro y, en un conflicto en que todos tienen razones para sostener su posición, es indispensable poder reconocer que la postura del otro también es racional. Y es fundamental aceptar, también, que ese conflicto no puede tener una solución armada. Es decir, que cualquier supuesta solución de esa índole simplemente no solucionará nada».
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