En Internet ha circulado información errónea que afirma que Israel suministra electricidad a Gaza de forma gratuita o como medida humanitaria. En realidad, la situación es completamente diferente.
Antes del genocidio israelí, que comenzó en octubre de 2023, Gaza solía comprar a Israel unos 120 megavatios de electricidad cada mes. La Autoridad Palestina pagaba aproximadamente 11 millones de dólares por esta electricidad, cantidad que Israel deducía de los ingresos fiscales palestinos que recaudaba en nombre de la Autoridad Palestina. Este suministro llegaba a través de diez líneas eléctricas y cubría aproximadamente la mitad de las necesidades energéticas de Gaza.
En octubre de 2023, Israel cortó todo el suministro eléctrico a Gaza como parte de su genocidio. Esta decisión dejó a casi todos los 2,4 millones de habitantes de Gaza sin electricidad. En diciembre de 2024, Israel restableció una línea eléctrica para abastecer a una planta de desalinización y tratamiento de aguas residuales. Esto se hizo debido a preocupaciones sanitarias y temores de que el empeoramiento de las condiciones pudiera afectar a los prisioneros israelíes detenidos en Gaza.
Doron Arbel, director de la Corporación Eléctrica Israelí, afirmó que actualmente no hay ninguna línea eléctrica que transmita energía desde Israel a Gaza y que ellos no mantienen la red eléctrica allí. “La mayor parte de la electricidad que se suministra en Gaza proviene de paneles solares instalados en los tejados o de generadores eléctricos”, añadió.
También mencionó que se ha cortado la línea eléctrica que alimenta con electricidad israelí a la planta desalinizadora de Gaza. Esta planta, la única de Gaza que depende de la electricidad israelí, estaba funcionando y suministrando agua desde julio, pero ahora ha dejado de funcionar.
Los anuncios contradictorios de Israel
A pesar de haber cortado ya el suministro eléctrico a Gaza, Israel anunció en marzo de 2025 que dejaría de suministrar electricidad a la Franja. Los analistas creen que esta declaración estaba destinada al público interno israelí, lo que sugiere que se está presionando a Hamás en las negociaciones.
Antes del bloqueo israelí, Gaza necesitaba y pagaba unos 500 megavatios de electricidad al día. Sólo había 212 megavatios disponibles:
- 120 megavatios comprados a Israel.
- 32 megavatios comprados a Egipto.
- 60 megavatios generados por la única central eléctrica de Gaza.
A pesar de este suministro limitado, los cortes de electricidad eran habituales. Los residentes recibían electricidad en intervalos de ocho horas, que se reducían a seis horas durante los picos de demanda en verano e invierno. Muchos dependían de generadores privados, pero el bloqueo israelí al combustible ha hecho que eso sea imposible desde que comenzó la guerra.
Desde octubre de 2023, Israel ha destruido gran parte de la red eléctrica de Gaza. Según el portavoz de la Compañía de Electricidad de Gaza, Mohamed Thabet:
- El 70% de las redes de distribución, que suman 3.680 kilómetros, han resultado dañadas, con pérdidas que superan los 450 millones de dólares.
- Entre el personal y los empleados de la empresa hubo 51 mártires.
- El 90% de las instalaciones de almacenamiento de la empresa han sido destruidas.
- Se han perdido el 80% de sus vehículos y equipos.
- No se ha permitido el ingreso de piezas de repuesto ni equipos para reparaciones. Si no se realiza una intervención urgente, la crisis eléctrica de Gaza seguirá agravándose.
Consecuencias de los cortes de electricidad
La falta de electricidad ha tenido graves consecuencias humanitarias:
Hospitales en crisis: los centros médicos dependen de generadores que funcionan con combustible. El bloqueo israelí al combustible ha provocado el cierre de hospitales, lo que ha aumentado las muertes evitables.
Fallas en el suministro de agua y saneamiento: sin electricidad, las bombas de agua y las plantas de desalinización no pueden funcionar, lo que deja a los residentes sin agua potable. Las plantas de tratamiento de aguas residuales también han fallado, lo que provoca que las aguas residuales inunden las calles y propaguen enfermedades.
Escasez de alimentos y hambruna: las panaderías no pueden funcionar sin electricidad, lo que agrava la escasez de alimentos. La limitada ayuda humanitaria y el continuo bloqueo de Israel han llevado a Gaza a la hambruna.
Cierre de escuelas: la falta de electricidad ha interrumpido la educación. Las escuelas permanecen cerradas o funcionan a una capacidad mínima, lo que afecta el futuro de los niños de Gaza.
El 19 de enero de 2025, un acuerdo de alto el fuego facilitado por Qatar, Egipto y Estados Unidos suspendió temporalmente los combates. Sin embargo, Israel no ha cumplido plenamente las condiciones, lo que ha provocado un empeoramiento de las condiciones humanitarias.
A pesar de la creciente presión internacional, Israel sigue bloqueando suministros esenciales, como electricidad, agua y combustible. La situación sigue siendo desesperada y no se vislumbra una solución clara.