Una flota de barcos de guerra, helicópteros y lanchas rápidas asaltan, en aguas internacionales, a la «Flotilla de ayuda humanitaria» con destino a Gaza, causando numerosos muertos, heridos y un sinnúmero de detenciones. La comunidad internacional todavía no lo tiene claro, dice que necesita más información. España en particular y la comunidad internacional, una vez […]
Una flota de barcos de guerra, helicópteros y lanchas rápidas asaltan, en aguas internacionales, a la «Flotilla de ayuda humanitaria» con destino a Gaza, causando numerosos muertos, heridos y un sinnúmero de detenciones.
La comunidad internacional todavía no lo tiene claro, dice que necesita más información.
España en particular y la comunidad internacional, una vez más: «lamenta», «condena», «abre una investigación», «convoca una reunión urgente», «espera confirmación de lo sucedido», palabras y más palabras, pero ni una sola acción y mucho menos una sanción.
Israel nunca ha sido condenado ni mucho menos sancionado por las organizaciones internacionales políticas o judiciales.
La Unión Europea mantiene relaciones comerciales preferentes con Israel y, al igual que otros países, España suministra armas y fomenta las importaciones y exportaciones de todo tipo con Israel. De la complicidad de EEUU y de su sionismo ni siquiera merece la pena hablar.
Son valedores incondicionales del sionismo el Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, junto con el Presidente Zapatero. Ambos han estado y están la lado del sionismo en los momentos de más asesinatos y de más tragedias ocasionadas por Israel. Lo mismo ha sucedido con Felipe González y con Javier Solana. Todos ellos, son cómplices directos del sionismo de Israel.
El Presiente israelí, Simón Peres, pertenece a la Internacional Socialista desde tiempos de Felipe González y ahora sigue junto con Zapatero y el resto del PSOE, o ¿es que el PSOE ha condenado, sancionado o repudiado alguna vez los actos criminales de Israel más allá de las palabras?
TVE1 concedió una larguísima entrevista al embajador de Israel en España, Raphael Schutz, en la noche del lunes, facilitándole la ocasión para dar un verdadero mitin en el que hizo apología de los crímenes contra la Humanidad, crímenes de Guerra y Genocidio sin que hubiera presente ningún otro interlocutor, abogado o periodista y, mucho menos, un palestino. TVE1 ha mostrado y ha justificado, de hecho, el acto criminal del ataque a la «Flotilla de ayuda humanitaria» y la política genocida de israel, más allá de la libertad de expresión y de la pluralidad informativa que, como en este caso, ha sido unilateral y demagógica. Es un dato objetivo pero que olvidó la TVE1, porque Israel no cumple ni una sola de las Resoluciones de Naciones Unidas que, precisamente, son las que afectan al intento sionista de exterminar a los palestinos.
El embajador, Raphael Schutz, repitió, una y otra vez, que «el embargo a Gaza es legal», y que «los soldados israelíes han sido atacados brutalmente y, por ello, tienen derecho a defenderse». TVE1 dio publicidad a estas afirmaciones y «consintió y aceptó», a todos los efectos, esta burla de la realidad y del derecho internacional. Es más, ante la pregunta del presentador de si iba a admitir una Comisión de investigación o Tribunal Internacional Imparcial, el embajador respondió que no, porque en Israel hay separación de poderes y garantías, y harán lo mismo que en otras ocasiones que han juzgado hechos similares con toda legalidad.
El embajador mantuvo que «a Israel le asiste el derecho de intervenir en aguas internacionales cuando, como en este caso, la flotilla de seis barcos tenía la intención de romper el bloqueo de Gaza». Añadió que Israel proporciona más ayuda humanitaria que la que iba en los barcos y que esta era insignificante. La contradicción es manifiesta, el «delito» de la Flotilla es que iba a romper un bloqueo que no existe, dice el embajador, porque ellos, Israel, ya suministra lo necesario a Gaza, ¿en qué quedamos, hay o no bloqueo?
De nuevo volvió a considerar que los soldados israelíes fueron brutalmente agredidos y que actuaron en defensa propia, pero olvidó que estos soldados asaltaron, desde buques y helicópteros de guerra, a barcos de pasajeros con bandera blanca y pabellón de Turquía que navegaban en aguas internacionales. En estos barcos iban pasajeros de decenas de nacionalidades, periodistas y miembros de ONGs.
El embajador dice que iban armados pero las imágenes muestran tirachinas, un cuchillo de monte de unos 20 centímetros y, añade el embajador, que incluso tenían pistolas, cosa que nadie pudo ver.
Hamás, que ganó las elecciones con abrumadora mayoría, fue calificado de «islamista, radical y terrorista» reiteradamente. Olvida que las últimas elecciones fueron propiciadas por el propio Israel y por la comunidad internacional, pero sucedió que los resultados de las urnas no fueron lo esperado, los palestinos no votaron lo correcto y, los elegidos en las urnas, se negaron a «venderse» a los intereses israelíes. Durante la semana siguiente a las elecciones, en 2006, los observadores internacionales alabaron y elogiaron la limpieza y validez de la elecciones bajo la ocupación, pero en un acto de complicidad sin precedentes con los sionistas, pasaron a condenar a los elegidos tachándolos de fundamentalistas, terroristas y de todo lo que convenía al sionismo. Entre los observadores estaba le ex Presidente Carter y numerosos parlamentarios de la Unión Europea.
En marzo de 2006, durante la semana en la que se constituyó el parlamento palestino en Ramalla, tuve la ocasión de compartir bufet y salón del hotel con todos los miembros de Hamás que formaban el parlamento elegidos en la parte de Cisjordania, unos 40 incluyendo a su Presidente Asis Duek, el resto de los diputados de Hamás, tuvieron que permanecer en Gaza por imposición del ejército de Israel o en las cárceles israelíes. Los diputados «prisioneros» en Gaza, participaron en las sesiones constituyentes del Parlamento mediante videoconferencia abierta a todos los públicos; este es el nivel de libertad y de secretismo de Hamás. El Presidente Asis Duek fue detenido -secuestrado- poco después en su casa de Ramalla, en agosto, y pasó tres años en cárceles israelíes sin acusación concreta alguna. Una buena parte del parlamento y del Gobierno también fue detenida y hecho prisionero sin cargos, además de los que ya estaban detenidos con anterioridad a las elecciones cuyo retrato, de gran tamaño, ocupaba simbólicamente sus respectivos escaños en el parlamento palestino al que pude acceder sin ninguna dificultad.
Por supuesto, que en todo momento y a pesar de la grave situación, pude hablar con todos los parlamentarios con los que coincidí en el bufet del desayuno o de la cena y en el salón del hotel, incluido, especialmente y en numerosas ocasiones con el Presidente Asis Duek a quién sin ningún problema pude entrevistar formalmente e, incluso, grabar la entrevista. También pude hablar sin dificultad, en los alrededores del modesto parlamento, con todos los diputados que creí conveniente. Veintiún TV árabes cubrían las sesiones, ninguna occidental.
El hotel estaba abierto al público, es más, pude reservarlo por internet antes de iniciar el viaje desde Gijón. En toda la semana no hubo ni un sólo periodista extranjero, es decir, este es el nivel de información de la prensa y su preocupación por obtenerla directamente. La fiabilidad de las crónicas es las que da el hacerlas desde Tel Aviv, Londres o Nueva York, cuando no desde un hotel.
Sirva de anécdota, que el segundo día, después de una agitada sesión del parlamento, todos los diputados de Hamás realizaron una reunión (es de suponer que esto sería lo habitual) en uno de los salones del hotel y, casualmente, buscando el comedor, me colé en mitad de la «secretísima» reunión sin que ningún control y ninguna persona me lo impidiera. Tampoco nadie, ninguno de los 40 «terroristas» allí reunidos dijo una sola palabra ni mostró ninguna extrañeza. El incidente, la «intromisión», se resolvió con un «sorry» y con dar media vuelta en busca del comedor.
El motivo tan inconfesable de Israel, entre otros muchos, para atacar a la comitiva de los barcos con ayuda humanitaria es que en Gaza gobierna el «grupo terrorista Hamás», decía el embajador, que seguirá siendo terrorista hasta que no acceda a los sobornos y a los intereses de Israel y de la comunidad internacional, de la que el Gobierno de España forma parte y, en este caso, de forma destacada en lo que se refiere a su reiterado sionismo.
En resumen, el grave problema de Oriente Medio y el de Palestina en particular, no está tanto, ni solamente, en los crímenes de Israel sino en la complicidad de la Unión Europea, de Occidente, y de sus instituciones e intereses que no sólo lo permiten sino que, de hecho y de derecho, lo aprueban y lo apoyan al tiempo que condenan y demonizan, para mayor ignominia, a las víctimas, a los palestinos.
De acuerdo con la ética y la legalidad que parece inspirar a los políticos de nuestro Gobierno en particular, y al resto de los políticos los gobiernos en general, en una semana todo olvidado y hasta la próxima fechoría en que nuevos crímenes vuelvan a ser noticia.
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