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Jerusalén y Hebrón: Historia de dos ciudades

Fuentes: Al Monitor

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

La historia del levantamiento palestino iniciado el 13 de septiembre pasado, el día del año nuevo judío, con diversas protestas por las intrusiones israelíes en el recinto de la mezquita de Al-Aqsa, es en realidad la historia de dos ciudades: Jerusalén y Hebrón.

Del listado de 84 palestinos asesinados por los israelíes hasta el 9 de noviembre elaborada por Shfa News, la mayoría, el 57%, eran de Jerusalén y Hebrón. Los treinta palestinos asesinados en el área de Hebrón representan el 36% de la cifra actual de muertos, mientras que los dieciocho que murieron en Jerusalén constituyen el 21% de quienes han visto sus vidas segadas por los israelíes.

Puede que las protestas que se extendieron por Cisjordania y Gaza hayan empezado en Jerusalén, pero el grueso de los palestinos que resisten la ocupación israelí y que están pagando el precio final procede de Hebrón. ¿Qué está sucediendo en Jerusalén y Hebrón que les une en la vanguardia de la lucha contra las fuerzas del ejército israelí y la población de colonos judíos?

Desde que comenzó la ocupación israelí en junio de 1967, estas dos ciudades han sido las más afectadas por el ilegal impulso de instalar judíos en su corazón. Una vez que los israelíes capturaron el 7 de junio la Ciudad Vieja de Jerusalén, arrasaron el Barrio Magrebí, adyacente al Muro de las Lamentaciones, donde muchos palestinos de origen marroquí vivían. Los israelíes reclamaron también el Barrio Judío y desde entonces han prohibido que vivan allí quienes no sean judíos.

En 1978, el tribunal supremo israelí negó a un palestino, Mohammad Burqan, el derecho a volver a comprar su propia casa en el Barrio Magrebí, situado junto al Barrio Judío, porque las ampliaciones de este, según dictaminó el tribunal israelí, tienen un «significado histórico especial» para los judíos e «invalidan cualquier otra reclamación presentada por no judíos».

Desde luego, los judíos viven ahora en todos los barrios de la Ciudad Vieja y en todas las barriadas palestinas que se encuentran fuera de sus murallas en Jerusalén Este. Fue en el exterior de una casa que Ariel Sharon había comprado en 1987 en la barriada de al-Wad en la Ciudad Vieja, perteneciente al Barrio Musulmán cercano a la Mezquita de Al-Aqsa, donde el 13 de septiembre se produjo el primer apuñalamiento de los últimos disturbios.

Una usurpación parecida tuvo lugar en Hebrón, donde los primeros colonos judíos, el rabino Moshe Levinger y su mujer, llegaron en 1968 disfrazados de turistas para alojarse en el Hotel Park. Pronto revelaron quiénes eran y qué propósitos les guiaban, iniciando un proceso de asentamientos que desde entonces ha hecho que más de 500 colonos judíos se apoderen de numerosas casas y lugares en el centro de la ciudad. En un lugar cercano, en Kiryat Arba, se construyó un asentamiento mucho más grande, con cabida para 5.000 colonos.

La campaña de asentamientos no es el único aspecto de la ocupación que une Hebrón con Jerusalén. Ani al-Qaq, vecino de Jerusalén y exembajador de Palestina en Suiza, relató a Al-Monitor que la lucha por la libertad ha obligado a los palestinos de ambos lugares a situarse a la vanguardia de la lucha contra los soldados y colonos ocupantes. «Hebronitas y jerosolimitanos comparten la misma situación represiva. Sus lugares santos están bajo constante desafío. Les quitan sus hogares, atestándolo todo de puestos de control y colonos, y los palestinos de ambas poblaciones sufren humillaciones todos y cada uno de sus días», dijo Qaq.

Miembro del Consejo Nacional Palestino, Qaq alaba al Mufti Amin al-Husseini por los esfuerzos realizados en la década de 1920 para reforzar la presencia árabe en Jerusalén animando a los hebronitas a trasladarse a la ciudad. «Las gentes de Jerusalén y Hebrón tienen fuertes vínculos. Hay muchas cosas en común entre ellos, incluyendo las relaciones familiares», dijo Qaq, añadiendo que como consecuencia del movimiento de personas y de los matrimonios, Hebrón y Jerusalén son las «ciudades más conectadas a nivel social» en Palestina.

Riyad Khamis, director general de Radio 4 en Hebrón, señalaba que la relación entre las ciudades tiene siglos de antigüedad. Que se inició a causa de los santos lugares existentes en las dos y que más tarde se desarrolló debido a las relaciones familiares, hasta el punto de que los hebronitas conforman una mayoría palestina en Jerusalén. «Más del 70% de la población de nuestra capital, Jerusalén, tiene sus orígenes en Hebrón», indicó a Al-Monitor.

Las cuestiones relativas a las importantes mezquitas existentes en las dos ciudades son de gran importancia para el pueblo. Cuando los palestinos de Jerusalén expresan su preocupación por las intenciones israelíes respecto al recinto de la Mezquita de Al-Aqsa, se refieren por lo general a lo que está sucediendo en la Mezquita de Ibrahim. Un vecino de Jerusalén, Khader Qiresh, examina Hebrón bajo la ocupación en un detallado estudio que publicó el 1 de septiembre en la página de Internet Maan News. En su informe, advierte que lo que Israel ha hecho en la Mezquita de Ibrahim podría repetirlo en Jerusalén.

«Desde 1994, los israelíes le han quitado a los palestinos todo el control de la mezquita y ahora está dividida temporal y espacialmente entre musulmanes y judíos», escribía Qiresh. «El hecho de que árabes y musulmanes hayan permanecido en silencio y hayan sido incapaces de parar lo sucedido en Hebrón significa que Israel podría hacer lo mismo en Al-Aqsa en el futuro.»

Los vínculos entre Jerusalén y Hebrón pueden sentirse en cada calle de las dos ciudades. Los hebronitas son parte integral de Jerusalén, por ello, todo lo que sucede en esa ciudad se siente en Hebrón a través de los vínculos de sangre y todo tipo de relaciones. Puede que Israel haya tenido parcialmente éxito aislando a Jerusalén de la mayoría de las ciudades de Cisjordania al prohibir a los palestinos que en ellas habitan que entren en Jerusalén. Sin embargo, el caso de los hebronitas es muy distinto, porque muchos de ellos residen en Jerusalén. Por tanto, Israel no puede detener sus movimientos porque el vínculo entre las dos ciudades es inquebrantable.

Ese vínculo, fortalecido ahora con tanta sangre derramada, va a mantenerse a pesar de todos los muros y restricciones al movimiento. De hecho, la alianza entre Hebrón y Jerusalén es ahora más profunda que en cualquier otro momento desde que comenzó la ocupación.

Daoud Kuttab es un periodista palestino, activista en los medios y columnista de Palestine Pulse. Ha sido Ferris Professor de periodismo en la Universidad de Princeton y es actualmente director general de Community Media Network, una ONG dedicada a promover medios de comunicación independientes en la región árabe. En Twitter: @daoudkuttab

Fuente: http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2015/11/hebron-jerusalem-bond-israel-restrictions.html