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Kant, Hamas y los derechos humanos

Fuentes: Peacepalestine

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyens


Nota de la editora: En los últimos días ha habido un animado debate aquí y en otros sitios sobre cómo reaccionan a la victoria de Hamas en las elecciones palestinas. Aunque Hamas ha sido vilipendiado de modo casi general durante muchos años, quedó en claro para muchos que se trata de la tendencia del pueblo palestino en Palestina como expresión democrática de su voluntad. Este artículo es una discusión reciente del tema. A muchos no les ha sido fácil aceptar este resultado, que se halla básicamente fuera de la realidad conocida por la mayoría de nosotros. A esto hay que sumarle que existe una agresiva campaña mediática y política para exigir cosas a Hamas (que reconozca a Israel, aunque Israel nunca ha reconocido a Palestina) si desea recibir fondos que le han sido asignados [a la AP] y que son necesarios para la administración regular y la supervivencia misma de la Autoridad Palestina.

La expresión de apoyo para el pueblo palestino, la expresión de elogios por cómo condujo una elección limpia a pesar de terribles restricciones y de gran presión internacional, es algo importante. Nuestro apoyo tiene que ser aún mayor ahora, cuando enfrenta severos desafíos simplemente porque ejerció su voluntad en una elección democrática.

Gilad Atzmon escribió un ensayo que publicamos en el que expresa su punto de vista de que el pueblo ha decidido, y que demuestra su fuerza, a pesar de todas las amenazas, y su clara determinación de ponerse de pie y decir NO a los planes que Israel y la así llamada «comunidad internacional» quieren imponerle. Es un artículo lleno de amor por el pueblo palestino, el tipo de amor que es incondicional. Una de mis amigas más cercanas y queridas, la divina Umkahlil lo dijo todo: «Quiero a Gilad Atzmon porque quiere a los palestinos. Nunca ha dicho: «te quiero si haces esto o aquello, si eres así o asá. No nos pide nada, y en lugar de hacerlo nos da, comparte su tiempo con nosotros y por nuestra causa. Es un verdadero hermano.» Pienso que habla por muchos palestinos.

Pero, en general, son los judíos los que se involucran con Gilad. Probablemente lo ven como su portavoz, o su representante, y quieren ser representados correctamente. Involucrarse es bueno, pero tiene que ser incondicional. En este contexto Elias Davidsson escribió su «carta abierta a Gilad Atzmon», en la que analiza un aspecto del documento. Se concentraba en los derechos, Gilad escribió un comentario que lo inspiró, que aparece aquí en Peacepalestine y que ha sido traducido y reproducido ampliamente. Posteriormente, mucha gente ha comentado, y algunos de los comentarios agregaron material erudito e interesante al debate, públicamente en este sitio, en otros sitios en los que aparece (Bella Ciao en francés), y en privado. En respuesta, Gilad escribió lo que sigue:

El conflicto entre la Declaración de los Derechos Humanos y el Islam o el judaísmo tiene más que ver con la autoridad que con el simple contenido. La mayoría de las religiones se orientan desde el punto de vista ético hasta cierto punto. La mayoría de las religiones transmiten percepciones que parecen códigos morales universales. Tampoco debiéramos olvidar que el judaísmo y el Islam se orientaron moralmente unos pocos años antes de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. Sin embargo, lo importante es ¿en qué basamos nuestra moralidad? La cuestión es si hallamos nuestros instintos éticos en nuestro interior como ‘sujetos libres’ o si seguimos un código ético prefabricado, totalmente formado. Además, si realmente somos sujetos libres, ¿cómo atravesamos las líneas entre lo personal y lo universal? La respuesta modernista es: «la racionalidad».

Kant sugiere que los requerimientos morales se basan en un estándar de racionalidad que definió como el «imperativo categórico». «Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal»

La inmoralidad, según Kant, involucra una violación del imperativo categórico y es por lo tanto irracional. El imperativo categórico es un mandamiento incondicional del que depende toda la moralidad.

La forma de pensar de Kant presenta mejor que la de cualquier otro la revolución antropocéntrica modernista. Ubica al sujeto humano y a la racionalidad en el centro mismo de todo asunto humano. Hasta cierto punto, la ‘Declaración Universal de Derechos Humanos» es sólo una implementación pragmática del imperativo categórico de Kant. Es una celebración poderosa de la racionalidad. Cada uno de los artículos aparece como una máxima de una ley universal. Y, sin embargo, siguiendo la hermenéutica de Heidegger, nos vemos condenados a formular algunas preguntas profundas.

Siguiendo a Kant, la moralidad se convierte en un aparato calculador: la decisión de no atropellar a una anciana sólo porque voy apurado no es exactamente el resultado de un procedimiento racional claro. Es exactamente el problema que encara el modernismo. Interfiere con la propia autenticidad. La decisión de no atropellar a otros no es el resultado de un cálculo racional: es una conducta auténtica que no puede ser reducida a parámetros lógicos (a propósito, Kant estaba consciente del problema y diferenció entre moralidad y ética). ¿Por qué no puede ser reducida? Porque simplemente disminuyo automáticamente la velocidad de mi coche y dejo que pase la anciana antes de iniciar algún procedimiento calculador. Es mi Ser, con mayúscula, el que desacelera el coche. Por otra parte, toda reducción racional depende del punto de vista lingüístico y el lenguaje es anterior al hombre. El lenguaje está presente antes de que el ser humano venga al mundo. El lenguaje predata toda forma de modo calculador racional. Y el lenguaje implica el modo como percibimos el mundo.

Pero no es sólo el lenguaje, también pueden ser las imposiciones culturales. El primer artículo de la declaración indica: «Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.»

He notado que muchos que pretenden hablar en nombre de su pertenencia a la comunidad judía, como ser los judíos antisionistas, los judíos marxistas, los judíos izquierdistas, los Judíos por la Justicia, etcétera, arremeten contra lo que he escrito sobre la naturaleza de derechos considerados «universales». Pero les pido que se detengan y piensen, que reflexionen sobre hasta dónde están dispuestos a ir para ser verdaderamente universales, comenzando por sí mismos, y uso sólo un ejemplo, un ejemplo muy elemental que se halla en el corazón de la identificación con la pertenencia a la fe judía.

El pueblo judío sigue una tradición antigua de cortar el prepucio de sus infantes varones a la tierna edad de ocho días. Incluso los antisionistas judíos del Bund, que se consideran como la vanguardia de la clase obrera del mundo, participan en el bárbaro ritual. Que alguien me corrija si me equivoco, pero que yo sepa, la circuncisión impide que el niño judío sea un hombre igual a los demás. Más allá de toda duda es diferente, se convierte en parte de un clan, elegido o inferior (es cosa de gusto y creencia). Lo más importante es que es diferente. Este acto caníbal podría tener, indudablemente, implicaciones para la evolución de la racionalidad del niño judío. Ingeniosamente, los judíos llaman esa circuncisión «Brit Mila»: un ‘Pacto con la Palabra’. Cuando el kinder judío tiene sólo ocho días, inicia un vínculo de por vida con el lenguaje de sus antepasados. Su racionalidad es afectada para siempre. Algunos se lanzarán a un modo de vida supremacista como el sionismo, otros adoptarán una forma no-realista de universalismo ateo racional. Sin embargo, ser universalistas y laicos y modernizados no impide que circunciden a sus propios infantes varones recién nacidos. Te preguntarás ¿por qué? Yo también. Creo que ser irracional es a veces auténtico. Y, al parecer, los judíos como todos los demás, gustan de ser auténticos e irracionales, la pregunta es por qué se niegan a admitirlo. ¿No quieren ser como todos los demás?

http://peacepalestine.blogspot.com/2006/02/gilad-atzmon-kant-hamas-and-human.html

Traducido del inglés al castellano por Germán Leyens, miembro del colectivo de traductores de Rebelión y asimismo de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística ([email protected]). Esta traducción es copyleft.