La adolescente palestina Ahed Tamimi cumplió el jueves, 19 de abril, cuatro meses en prisión soportando torturas psicológicas (amenazas a su familia y amigos) y acoso sexual durante los interrogatorios que le hacen los servicios de inteligencia israelí (Shabak). Según informó su padre Bassem Tamimi, en una rueda de prensa celebrada recientemente en la ciudad […]
La adolescente palestina Ahed Tamimi cumplió el jueves, 19 de abril, cuatro meses en prisión soportando torturas psicológicas (amenazas a su familia y amigos) y acoso sexual durante los interrogatorios que le hacen los servicios de inteligencia israelí (Shabak).
Según informó su padre Bassem Tamimi, en una rueda de prensa celebrada recientemente en la ciudad de Ramala (capital de facto de Cisjordania), su hija, que cuando entró en la cárcel el pasado 19 de diciembre tenía sólo 16 años, está sufriendo un doble acoso «sexual y verbal».
«Eres una joven guapa, tienes el cabello rubio y tu rostro es encarnado. Deberías estar en una playa y no en una cárcel», le dice uno de los interrogadores a Ahed, en un video al que tuvieron acceso los abogados de la joven y que mostró a la prensa Bassem.
En otro se ve a la muchacha literalmente acorralada y soportando las constantes amenazas de la Shabak, que no deja de repetirla que de «su comportamiento y actitud» depende la suerte de sus familiares y amigos. Esos hombretones le dicen que conocen a todos sus seres queridos y que saben dónde de localizarles. Veamos este último video:
Gaby Lasky, la abogada judía mexicana de Ahed Tamimi, denunció el pasado mes de marzo que su defendida, que se encuentra en una situación de total aislamiento e indefensión, «está siendo acosada sexualmente durante los interrogatorios» que se celebran de forma sorpresiva «a cualquier hora del día o de la noche».
Bassem Tamimi, quien se confiesa admirador de Mohatma Ghandi, «está completamente destrozado», según confesaron fuentes palestinas a este escriba.
En la citada comparecencia ante la prensa, Bassem denunció que Ahed está siendo interrogada por un hombre, cuando ese trabajo debería corresponder a una mujer. A su juicio, se ha elegido a machos duros «para infligir un doble castigo a su hija», ya que «la viril Shabak» sabe cómo amedrentar a la menor.
Asimismo, Bassem recalcó que su hija se encuentra en una fría celda de aislamiento y que no la permiten ni un momento de descanso a fin de quebrar su voluntad y su espíritu de lucha -reconocido internacionalmente- contra el apartheid y la limpieza étnica, y por el retorno de los refugiados (más de seis millones) y la legítima fundación de un futuro Estado Palestino.
Tanto Bassem Tamimi, como Gaby Lasky, (la abogada judía mexicana de la menor) han denunciado la constante violación de los DDHH que está cometiendo Israel contra Ahed Tamimi y contra los 350 niños y niñas palestinas que se encuentran en cárceles o centros de detención israelíes.
Ahed mantiene una actitud heroica en prisión. Jamás responde a las preguntas de sus interrogadores. Su arma es el silencio. Sólo la oímos decir una vez, cuando era trasladada de la cárcel a la sala del juicio, «que en Israel no existe justicia». Si la fiscalía militar no da marcha atrás, la joven, icono de la resistencia palestina, será puesta en libertad el próximo mes de agosto.
Su madre, Nariman, también fue condenada a ocho meses de cárcel por incitar a la rebelión contra la ocupación de Palestina, pero la atención mundial está puesta sobre la menor, de quien dijo una vez la prensa internacional que «vale más que mil hombres».
Mientras tanto Europa (con el complejo de culpabilidad del holocausto) sigue manteniendo un trato privilegiado con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y con su padrino Donald Trump. El primero sueña con borrar del mapa a Palestina, y el 666 de la Casa Blanca sigue tuiteando, hasta que el viejo continente despierte, con su botón nuclear.
En España, «esa deformación grotesca de la civilización europea» -como decía Valle Inclán- damos la espalda a Palestina (al Sáhara, etc.), criticamos como locos a Venezuela y hacemos negocios sucios con Arabia Saudí, uno de los países más represivos del mundo con las mujeres. Ahora venderemos a Ryad siete corbetas, por valor de 2000 millones de euros, para masacrar a los civiles de Yemen y a quien ponga USA en su lista negra.
¡Ay, Palestina Mon Amour! Ellos tienen la fuerza, pero vosotros la resistencia del guerrillero, esa cualidad que no tuvo en cuenta Estados Unidos en la Guerra de Vietnam y que, por eso mismo, un día tuvo que abandonar su criminal cruzada en Indochina con el rabo entre las piernas.
Blog del autor: http://www.nilo-homerico.es/
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