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La Audiencia Nacional no procesará a los ‘marines’ que mataron a Couso

Fuentes: Público

La sala de lo penal de la Audiencia Nacional ha revocado el procesamiento dictado contra los tres militares norteamericanos que dispararon el proyectil que impactó en el hotel Palestina en abril de 2004, provocando la muerte del cámara de Telecinco José Couso. El juez Santiago Pedraz procesó a los tres militares que iban e el […]

La sala de lo penal de la Audiencia Nacional ha revocado el procesamiento dictado contra los tres militares norteamericanos que dispararon el proyectil que impactó en el hotel Palestina en abril de 2004, provocando la muerte del cámara de Telecinco José Couso.

El juez Santiago Pedraz procesó a los tres militares que iban e el tanque que disparó contra el hotel en el que estaba alojada la prensa internacional.

El fiscal recurrió el auto de Pedraz y la sala de lo penal le ha dado ahora la razón al estimar que no hay indicios «suficientes» para continuar con la investigación. Concretamente argumenta que falta el elemento intencional.

La familia del cámara de Telecinco José Couso va a seguir adelante en su empeño por demostrar que su muerte en Irak fue un «crimen de guerra» y para ello presentará nuevas pruebas periciales y testigos «muy importantes», a la vez que recurrirá al Tribunal Supremo el auto de la Audiencia Nacional.

Así lo ha manifestado, Javier Couso, hermano del cámara, después de que la sala de lo penal de la Audiencia Nacional haya revocado hoy el procesamiento de los tres militares de EEUU implicados en su muerte en 2003 al estimar que no hay indicios «suficientes» para continuar con la investigación.

«Hacen lo posible para que no se investigue un crimen de guerra»

Couso ha considerado que algunos jueces españoles «están plegados a la presión de los militares de Estados Unidos» y los ha calificado de «indecentes», ya que «están haciendo todo lo posible para que no se investigue un crimen de guerra».

Ha explicado que el auto de la Audiencia Nacional no significa que el sumario esté cerrado y ha insistido en que van a incorporar «testigos muy importantes que demuestran que hubo una intencionalidad importante» en los hechos y que no habían presentado hasta ahora «porque la gente tiene miedo».

Javier Couso ha asegurado que su familia ya sabía que iba a ser un proceso de largo recorrido, pero ha subrayado que «vamos a llegar hasta instancias europeas» como el Tribunal de Estrasburgo, aunque ha matizado que «primero confiamos en la justicia española».

El hermano del cámara fallecido por un disparo efectuado desde un carro de combate ha destacado el voto particular emitido por el juez José Ricardo de Prada, en el que muestra su disconformidad con la decisión judicial y entiende que los razonamientos utilizados por los otros dos magistrados son «insólitos».

Un disparo contra los testigos

Iñigo Sáenz de Ugarte

El teniente coronel Philip DeCamp está convencido de que los tanques de la III División de Infantería serán decisivos. Antes de la invasión de Irak, cuando sus tropas del 64º Regimiento Blindado se preparan en Kuwait, explica a un periodista el efecto que tendrán sobre los iraquíes: «Los tanques significan sorpresa, potencia de fuego y movilidad. Los tanques hacen que el enemigo se cague de miedo».

Justamente por esas fechas, los periodistas españoles que están en Bagdad tienen que tomar la decisión de quedarse o volver. Algunos no están seguros. Nadie puede estar muy confiado cuando está en una ciudad que va a ser atacada por el Ejército más poderoso del planeta.

El cámara de Telecinco José Couso anima a algunos compañeros en esos momentos de duda. «Couso nos decía ‘os tenéis que quedar, tenemos que estar para contar lo que ocurra, no vamos a dejar que empiece una guerra y que no haya testigos’. Ésta es la frase que siempre me va a quedar de José», comentaba después de la guerra el reportero de Antena 3 Carlos Hernández.

Así lo hacen. Y al comenzar los combates, aún más, al ver el día 8 de abril desde el hotel Palestina a los tanques del regimiento de DeCamp plantados en la ribera del río Tigris, los periodistas extranjeros no piensan que su vida corra serio peligro. Dan por hecho, y con razones de peso, que los norteamericanos saben que ése es el hotel de los periodistas y que nunca lo atacarán a menos que les disparen desde ese mismo edificio. Y eso no ha ocurrido.Además, está la razón por la que están allí. Muchos se habían alojado en Bagdad en el hotel Al Rashid hasta que un día vieron que los equipos de la CNN abandonaban sus habitaciones. Se enteraron de que EEUU había comunicado a la cadena de Atlanta que el Rashid podía ser un objetivo militar durante la guerra. Todos se desplazaron al hotel Palestina, mucho más viejo pero más alejado de los edificios oficiales que podían ser atacados.

Cambio de posición

Durante la guerra, las televisiones montan sus directos en el Ministerio de Información hasta que una noche es atacado. A partir de ese momento, los directos se hacen desde el hotel Palestina. Los periodistas ven por primera vez desde el hotel a las tropas de la III División de Infantería el día 7 de abril. Tras la batalla del aeropuerto de Bagdad, las defensas iraquíes prácticamente desaparecen. Desde sus balcones del hotel, los enviados especiales ven cómo los primeros tanques atraviesan el Palacio Republicano y llegan hasta el río.

A sólo 300 ó 400 metros en esa zona del Tigris, los tanques giran sus torretas en dirección a los dos edificios más altos de la zona, los hoteles Palestina y Sheraton, para proteger a los soldados que han salido de los blindados. Los periodistas comprueban que les han visto tomando imágenes con sus cámaras y que están localizados. El día 8, otros tanques, los del regimiento de DeCamp, toman posiciones en el puente Al Jumuriyah. Poco antes, un avión norteamericano ha atacado la corresponsalía de Al Jazeera, un edificio de dos plantas también en la orilla del Tigris, y matado al reportero Tariq Ayoub.

Durante horas, Couso y los demás camaras toman imágenes de los tanques mientras éstos disparan una y otra vez contra el edificio que tienen enfrente, el Ministerio de la Juventud. Allí hay un pequeño punto de resistencia que es neutralizado por los tanques.

Últimos disparos

Hasta que llega una cierta calma. La última cinta que graba José Couso dura 24 minutos. En los primeros nueve minutos, su cámara registra 18 disparos de los tanques. Y finalmente en los últimos 15 minutos, sólo se ve un disparo.

«Estaba todo tranquilísimo», recuerda semanas después su compañero Jon Sistiaga. «Incluso algunos cámaras dejaron de grabar. Incluso yo mismo abandoné el balcón porque vi que llevábamos ya casi media hora sin un solo disparo y parecía que la batalla estaba interrumpida». De repente, el tanque que comanda el sargento Thomas Gibson gira su cañón hacia el hotel. Después dirá que les han alertado sobre la presencia de un observador enemigo en un edificio de la zona. Cree haber visto a una persona vigilándoles con unos prismáticos en un edificio de 15 plantas que está a 1.740 metros. Al principio, duda. Pide permiso para disparar a su superior, el capitán Wolford. Tras recibirlo, abre fuego. El impacto directo en los pisos altos del hotel mata a Couso y al cámara de Reuters Taras Protsyuk.

«¿Has disparado al jodido Hotel Palestina?

Desde el primer momento, el Ejército norteamericano sostiene que los tanques han sido atacados desde el hotel. Los periodistas lo niegan. El general Vince Brooks dice esa mañana en rueda de prensa que el ataque procedía «desde el vestíbulo del hotel», lo que es físicamente imposible.

Los militares de la unidad de DeCamp dan una versión diferente. Dicen que han tenido que eliminar a un observador del enemigo que les vigila con prismáticos. Afirman que desconocían que el hotel estuviera lleno de periodistas.

El periodista de la agencia AP Chris Tomlinson está incrustado en la plana mayor del batallón al que pertenecen esos tanques. En una entrevista con Informativos Telecinco, explica que los militares empiezan a recibir llamadas del alto mando militar, que está en Qatar.

Pronto todos son conscientes del terrible error cometido. DeCamp está furioso y llama por radio a su gente: «¿Quién ha disparado al hotel Palestina?» Tomlinson escucha cómo eleva el tono cuando se dirige a Wolford: «¿Es verdad que has disparado al jodido hotel Palestina?»