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Marwan Abdul-Al, Secretario general del FPLP en Líbano

«La Autoridad Palestina es una caricatura; si cae, la OLP seguirá»

Fuentes: Gara

El secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) en Líbano analiza la actual situación política de ese país desde la diáspora de los campos de refugiados y destacando la necesidad de la unión del pueblo palestino y de las formaciones de izquierda. A pesar de formar parte del mismo pueblo, el […]

El secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) en Líbano analiza la actual situación política de ese país desde la diáspora de los campos de refugiados y destacando la necesidad de la unión del pueblo palestino y de las formaciones de izquierda.

A pesar de formar parte del mismo pueblo, el discurso de los palestinos, incluso de los del mismo partido, tiene sus matices dependiendo de si forma parte de aquellos que sobreviven dentro de las migajas que Israel les concede o si son los hijos de aquellos que abandonaron sus casas durante la Nakba. Marwan Abdul-Al es uno de estos últimos, y ha desarrollado toda su labor política en el exterior. Desde su despacho en uno de los campos de refugiados de Beirut pone voz a ese sector de la sociedad palestina que sigue creyendo en una Revolución que, por desgracia, en Gaza y Cisjordania sólo constituye un recuerdo nostálgico.

Han pasado varios meses desde que los principales grupos palestinos firmaron un acuerdo en El Cairo para la reconciliación interna, pero no parece que se avance en este sentido. ¿Qué está ocurriendo?

La división interna es un golpe muy duro para la causa palestina. No se trata de una división política, sino que obedece a intereses personales de gente que busca puestos en la administración. Nosotros nos hemos posicionado contra esta división y estamos tratando de buscar la unidad. No es momento de buscar responsables, porque la situación ha llegado a un punto crítico, ya que no se limita a la política, sino que se ha extendido a la geografía. Por una parte, Hamas está imponiendo un gobierno islámico en Gaza, obligando a llevar velo y aislándose cada vez más. También están poniendo freno a la resistencia por los acuerdos que firman con autoridades internacionales. Por otro lado, también tenemos críticas hacia Al-Fatah. La primera, hacia quienes están realizando coordinación de seguridad con Israel, entre los que se ha extendido la opinión de que hay que eliminar a Hamas. Además, están dirigiendo la Autoridad Palestina en base a sus propios intereses. De todos modos, lo más grave es que la situación es muy positiva para el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

Siempre se ha considerado que la izquierda podría ejercer de alternativa a una sociedad cada vez más polarizada, sin embargo, las formaciones progresistas continúan fragmentadas…

Por desgracia, no se ha logrado un tercer espacio palestino, ya que la izquierda está muy débil.

Pero, ¿la izquierda no debería ser ese tercer espacio?

Debería ser, pero ahora mismo existen unas circunstancias impuestas que lo dificultan. En primer lugar, toda la izquierda no tiene la misma visión sobre la situación política. Hemos intentado en muchas ocasiones llegar a una unidad con partidos como el Frente Democrático de Liberación Popular (FDLP), que es el más cercano a nuestras posiciones, pero por el momento no se ha logrado nada. Por ejemplo, el FDLP participa en el Gobierno de Salam Fayyad, mientras que nosotros apostamos por un Gobierno de unidad nacional en el que participen todos los sectores. Un Gobierno que se ponga como meta la reconstrucción de Gaza y que busque la unidad de los palestinos. Esto muestra que, incluso con la formación más cercana, no logramos compartir la visión de la situación actual.

¿No existen posibilidades de llegar a un acuerdo de mínimos?

Se está discutiendo una alianza con diferentes grupos de izquierdas y personalidades independientes. Ésta puede ser la vía para el trabajo en común de los partidos de izquierda, una coordinación entre todas las formaciones para una alianza amplia que pueda obtener el apoyo de personalidades y no sólo de partidos. El mensaje sería profundizar en una democracia nacional, no en un modelo copiado del de EEUU. Pero una de las discusiones principales se ha centrado en quién debería liderar esta alianza. Nosotros proponemos que sea una persona que no ocupe la secretaría general de ninguno de los partidos que confluyan en ella, aunque hay otras formaciones que no comparten esta visión. De hecho, el secretario del FDLP, Nayef Hawatmeh, se levantó de la reunión donde se trataba este punto por no estar de acuerdo. Ésta debería de ser una alianza democrática, no sólo de izquierdas. Debemos reconstruir nuestra sociedad desde la democracia. Además, la resistencia no puede ser una meta, pero sí que es necesario lograr un apoyo a la resistencia y una legitimidad para los partidos que quieran continuar con la lucha armada. El problema es que muchos de estos grupos dicen formalmente que apoyan la resistencia pero en realidad no la ponen en práctica, por eso se habla de apoyo, pero no de llevarla adelante.

¿Qué queda de los acuerdos suscritos en El Cairo?

El diálogo tuvo posibilidades de resolver el 85% de los problemas de división entre los palestinos. Pero al final se convirtió en una negociación entre Hamas y Al-Fatah. Las divisiones están haciendo perder la perspectiva. El problema del pueblo palestino es el sionismo; pero ahora el enemigo de Hamas en Gaza es Al-Fatah, y el de Al-Fatah en Cisjordania es Hamas. ¿Ésta es una etapa de liberación nacional? ¿Podemos lograr la independencia si hay una guerra civil? Hay que recordar que todos estamos bajo ocupación. Es como una pelea entre dos detenidos pero cuya llave para la liberación la tiene Israel. Aunque Hamas se parece mucho a Al-Fatah, ya que han dado prioridad a la autoridad por encima de la resistencia.

En ellos se hablaba de la necesidad de reformar la OLP. ¿Qué papel juega actualmente la histórica organización?

La OLP tiene que ser reconstruida. La Autoridad Palestina es una caricatura y no puede suplantar a la OLP, porque éste es un movimiento nacional, que abarca a todo el pueblo palestino. Como palestino de Líbano no acepto que la Autoridad sea mi responsable, sólo acepto la autoridad de la OLP. Queremos una organización activa, que ayude a resolver el problema de los refugiados, en la que participen todos los partidos como aliados…

¿Hamas debería entrar en la organización?

Estamos a favor de que Hamas entre en la OLP para que ésta pueda representar a todo el pueblo palestino, pero nos oponemos a los intentos de crear una organización nueva que adopte los principios islamistas. Se está intentando potenciar una Autoridad Palestina que se ocupe sólo de Gaza y Cisjordania, y que trate a los refugiados como extranjeros. Nosotros nos oponemos a eso, y por eso nos mantenemos dentro de la OLP. Aunque la Autoridad Palestina caiga, siempre seguirá existiendo la OLP. Si no hay Autoridad y no hay OLP, no habrá sistema político palestino, y se romperá el enlace entre todo el pueblo palestino, que pasará a estar dividido en diferentes pueblos.

Se han convocado unas elecciones para enero, ¿cree que son viables o pueden ser el detonante para una guerra civil?

Hamas está en contra de hacer nuevas elecciones y ha pedido extender el mandato del Parlamento y de la Presidencia, aunque Al-Fatah insiste en convocarlas. Para nosotros es más importante llegar a acuerdos que celebrar los comicios. Después de llegar a un entendimiento, no habrá problemas. Aunque yo creo que, si hay elecciones, Hamas perderá mucho. Ellos tenían un programa de cambio y resistencia con el que no han cumplido.

Pero Al-Fatah también ha sido muy criticado por su posicionamiento en cuestiones como la última agresión israelí…

Es cierto. Han tomado todo lo malo de la Autoridad Palestina y de la OLP y tienen cargos que han sido muy corruptos, apoyados por Estados Unidos… Pero también es cierto que Fatah es un movimiento muy amplio. Como dijo en su día Abu Ammar (Yasser Arafat), «es como un supermercado donde puedes encontrar de todo».

Antes ha hecho referencia al apoyo a la lucha armada. En la actualidad, la resistencia armada está prácticamente desmantelada en Cisjordania, mientra que los ataques desde Gaza han disminuido considerablemente. ¿Se trata de una decisión estratégica o es producto de las dificultades?

La lucha armada en Cisjordania se enfrenta a varios problemas. El primero, el plan de Dayton, que instruyó a la policía palestina para combatir a la resistencia. El segundo, la construcción del muro, que también ha dificultado su labor y ha debilitado a la resistencia. No obstante, las operaciones militares que se están desarrollando en Gaza es porque se está obligando a Hamas, ya que los islamistas también han detenido a gente que quería poner en marcha operaciones. La división política también está debilitando a la resistencia, y esto es responsabilidad de los partidos políticos. El que quiera reforzar la resistencia tendrá que buscar primero la unidad entre los palestinos. Los líderes cercanos a Abu Mazen creen que la estrategia armada en Cisjordania va en contra de los intereses nacionales. Pero esto también lo ha hecho Hamas en Gaza, que ha arrestado, por ejemplo, a miembros de la Yihad que trataban de enterrar fusiles, argumentando que van en contra de los intereses nacionales palestinos. La resistencia, para ganar, tiene que tener un fondo social. Y esa es la experiencia que hemos aprendido de Hizbullah. Por eso uno de los objetivos de los imperialistas en Líbano es debilitar la base social de la resistencia. Los problemas políticos pueden solventarse, pero si se rompen los lazos sociales se generan más problemas. Esto puede verse en muchas formaciones que no están de acuerdo con los planteamientos de Hizbullah, pero que cuando se trata de luchar contra Israel, sí que le apoyan.

Al hablar de Palestina es habitual centrarse en lo que ocurre en los territorios ocupados, dejando de lado la cuestión de los refugiados, que constituyen el grueso de la población palestina. ¿Cree que los exiliados son los grandes olvidados de este conflicto?

El problema es entre todos los palestinos, dentro y fuera de Palestina. La separación llega a todos. Históricamente, los líderes palestinos en Líbano vivían aislados, y sólo la primera Intifada les hizo despertar. Ahora, esta sensación se ha trasladado a los territorios ocupados. Quienes gobiernan en Gaza sólo piensan en la Franja, y lo mismo quienes están al mando en Cisjordania. Cada uno tiene su «zona verde», como en Bagdad. Es cierto que los refugiados palestinos estamos olvidados, pero no se puede llegar a ninguna solución sin resolver este problema. El derecho al retorno para nosotros es el primer punto para la resolución del conflicto. Aquí en Líbano nos sentimos huérfanos. Antes, la Revolución palestina era la sombra de la población, pero ahora esto se ha perdido, y por eso no hemos avanzado nada. La división también ha debilitado la posición de los palestinos en Líbano.

Israel siempre ha presionado para que los refugiados sean absorbidos por los países árabes donde residen actualmente, ¿qué ocurriría en caso de que un acuerdo de paz firmase la renuncia al derecho al retorno?

El derecho al retorno corresponde a todo el pueblo palestino. No se pierde por eliminar una resolución. Yo no puedo hablar sobre cómo piensa el resto de países árabes, pero sí sé cómo actúa Líbano, y su objetivo es expulsar a los palestinos. Esto se puede comprobar visitando Ein El-Hilweh, viendo cómo viven los palestinos, ahogados política y económicamente. Esto ha sido así desde hace décadas.

http://www.gara.net/paperezkoa/20091123/168175/es/La-Autoridad-Palestina-es-una-caricatura-si–cae-OLP-seguira